Yo trabajando... ¡y mi esposa gozando!

Llevo tiempo considerando publicar algunas de las experiencias en que he estado involucrado, y una vez lo he decidido, he querido comenzar con una que hace ya algunos años fue divulgada por el esposo de una buena amiga, a través de la sección de relatos de una página de contactos; un relato escrito a dos manos en conjunto con ella y que él se encargó de “consolidar” y, a modo de editor, ajustar para su posterior publicación. Por ello, y a efecto de mantener la línea narrativa por él definida, he decidido mantener la estructura del mismo, y el título que decidió en su momento. No siendo más, con Uds. el relato:




Veníamos teniendo contacto desde hacía algunas semanas con un hombre solo de Bogotá, por medio de una página de contactos, ya que tenía planes de viajar a Bucaramanga, nuestra ciudad de residencia.
El día que él llamó para vernos, yo no estaba en la ciudad, pues mi nuevo trabajo implica que yo permanezca 22 días viajando y tan solo 8 en casa.


Así que se me ocurrió rápidamente seguir adelante con el encuentro, advirtiéndole que yo no estaría por estar viajando y que tendría que verse con ella a solas, situación a la cual él, naturalmente, no encontró inconveniente. Con mi esposa sí fue un poco, pero solo un poco, más difícil convencerle de salir sola, así que, previa autorización de ella, le di a él el número telefónico de mi señora, para que la convenciera y acordara la cita para que se conocieran. Pero antes, les pedí a cada uno por separado que pasara lo que pasara esa noche, me escribieran un relato de lo vivido en el encuentro sin que el otro se enterara.


Aquí está la narración de esa noche, cada quien escribió lo suyo; ellos hoy ya saben que cada uno me escribió un relato, y dado que ambos estaban con deseos de saber qué escribió el otro, yo les dije que, si me lo permitían, tan solo lo podrían conocer al leerlo en la sección de relatos de la página de contactos. Así lo acordamos, y por ello, ahora tanto ellos como ustedes se enterarán de cómo cada quien vivió ese encuentro.


LA NARRACIÓN DE ELLA:


Hola amor, como te lo prometí, esto es más o menos lo que pasó.

Después de haber hablado con él dos veces, acordamos encontrarnos en Bongoes, porque a los dos nos gusta la salsa y rico bailar un rato y charlar.



Efectivamente, yo llegué primero al sitio y entré... saludé a Alvarito y me senté en la barra, pedí una cerveza mientras llegaba mi acompañante. Como a los 5 minutos, vi que mi teléfono timbraba y respondí, era él, yo salí del sitio ya que la música no me dejaba escuchar, cuando salí, lo identifiqué rápidamente, hombre alto, atractivo, delgado, que hablaba al teléfono, inmediatamente se acercó y me saludo de beso en la mejilla; entramos al bar, nos acomodamos en una mesa, mientras tanto había una pareja bailando y haciendo show de salsa, el mesero se acercó y trajo la carta para ver qué íbamos a pedir, él me sugirió tomar ron y yo acepté sin reparos.


El mesero trajo el ron acompañado de ginger y fruta pasante; iniciamos nuestros tragos, que él muy caballerosamente sirvió, e iniciamos una conversación algo fugaz ya que la música no nos dejaba escuchar, así pasó un pequeño rato de la noche, hasta que finalmente vimos una mesita a la entrada y nos pasamos hacia allí. La noche estaba calurosa y la brisa nocturna me alivió bastante.



Me invitó a bailar, nada fuerte, era más bien salsa romántica, e inmediatamente juntamos nuestros cuerpos y nos dejamos llevar por el ritmo, nos abrazamos, nuestras mejillas se juntaron y los labios rozaron. Fue el mismo ritual con tres canciones más que me invitó a bailar, en donde más se sentían los abrazos y los deseos de tocar y besar. Después de reírnos y hablar banalidades durante casi toda la noche, me invitó a acompañarlo a un lugar más privado y compartir, claro, si yo quería... ¡Y claro que quería!




Al salir, yo le sugerí irnos a zona rosa, y por ello cruzamos la calle y tomamos un taxi. Él, muy caballeroso, me tomó de la mano y me condujo al taxi. Como él no conocía la ciudad, fui yo quien dio las indicaciones al taxista. En el taxi se encendió el morbo, comenzamos a acariciarnos y a besarnos, él metió su mano dentro de mi blusa y buscó dentro de mi sostén mis pezones, que ya estaban duros y excitados, yo también comencé a jugar con mis manos en medio de sus piernas, quería sentir si su pene estaba erecto y al tacto y reconocer que tan grande lo tenía. Llegamos al motel, y le dije al conductor que ingresara a zona G, ya que estas habitaciones me gustan mucho. Tuvimos que esperar alrededor de 5 minutos, en una partecita cerca de la entrada, allí nos dimos muchos besos y ardientes caricias. Finalmente nos indicaron que la habitación COMICS ya estaba lista, cruzamos caminando e ingresamos, yo me incliné a encender una luz tenue y solamente sentí sus manos acariciándome, me di vuelta y empezamos a besarnos apasionadamente, trastabillando llegamos al borde de la cama, en donde comenzamos a desvestirnos en medio de besos, abrazos y caricias. Yo le quité la camisa, le besé el cuello, toqué su pecho y comencé a soltarle la correa de su pantalón, solté el botón y bajé su cremallera para tocar y sentir su pene, metí mi mano dentro de su pantaloncillo y allí estaba, bastante grande, erecto... me senté en el borde de la cama y lo comencé a besar, a chupar, a metérmelo hasta donde podía en la boca, mientras él gemía y me decía que le encantaba verme con su verga en la boca.



Sus manos acariciaban mi pecho que ya estaba desnudo, no me di cuenta o no me acuerdo en qué momento resulté ya sin la ropa... estaba completamente desnuda y sus manos repasaban por todos lados, su boca subía y bajaba por todo mi cuerpo, estábamos muy calientes. Nos hicimos sexo oral delicioso, de todas las formas, mi vagina estaba completamente humedecida y ansiosa por su penetración.... dimos vueltas en la cama, él se puso un condón y me penetró delicioso durante un rato, aumentando mis deseos de sentirme clavada, diciéndome algunas cosas a las que yo respondía con gusto y que me hizo tener un par de orgasmos muy rápidamente.



Después de una pequeña pausa, su pene se había caído un poco, lo vi algo flácido y me preocupé... pero al volver a tocarnos y besarnos, su pene volvió a ponerse duro, y creo que mucho más grande que antes (y te cuento que de verdad es bastante enorme, sin pasar a lo anormal), yo estaba ansiosa y le decía que me penetrara pronto, quería sentirlo, y así fue. Sentí su miembro mucho más grande y grueso
dentro de mí, entrando y saliendo varias veces, acompañado de palabras que me excitaban aún más.

¡Qué rica estás!, ¡estás muy buena!, ¡qué chocho tan rico!, eso me encendió y estaba totalmente mojada, dimos una vuelta y me senté encima de él, le puse mis tetas en su cara, para que las lamiera, las chupara, las besara. Ahí tuve un orgasmo muy rico.



Luego me dijo que me pusiera en cuatro, y así lo hice, él me lo metió delicioso... sentía una cosota enorme que me quemaba por dentro, pero que a la vez me encendía más, yo comencé a moverme a buen ritmo y con locura... cuando escuché que me decía: sácame la leche, yo empecé a acariciarme el clítoris sin dejar de clavármelo y sentí en su respiración agitada que se estaba viniendo. Yo terminé lavada en sudor, y él se fue para el baño a desechar el condón.



Cuando regresó, nos tomamos un sorbo del trago que nos había quedado en el bar, llamó a recepción para pedir vasos y hielo. Al instante todo llegó. Una pequeña charla recostados en la cama y comenzó el tercer round, besos, mordisquitos, caricias... yo me volteé de medio lado con mi cola hacía su pene y comencé a restregárselo... empecé a calentarme, sus besos y manos hicieron que mis pezones se endurecieran de tal forma que casi me dolían, me acomode bocabajo para sentirlo detrás de mí, acomodándome para recibir su rica verga, rodamos y volteamos en la cama de mil formas, sudando y jadeando de placer y, diciéndonos muchas cosas, nos vinimos otra vez. Quedaron nuestros cuerpos cansados en la cama semi abrazados.



Miré la hora y ya tenía que irme, fui y me di una pequeña ducha para no llegar a la casa oliendo a sexo. Comencé a vestirme, igual lo hizo él... ya tenía puesta la blusa y tenía el jean desabrochado mientras me ponía las sandalias, no recuerdo muy bien, pero creo que él se me acercó para darme un besito, al cual yo respondí gustosa, ese beso se convirtió en más besos apasionados y comenzó nuevamente la ropa a volar por todos lados, quedé con la blusa subida al cuello, mis jeans fueron arrancados y terminé sentada cabalgando nuevamente encima de él con su pene dentro de mí, luego nos pasamos al muro que separa la cama del jacuzzi, este muro tiene una forma redonda y hueca en el centro, allí llegamos los dos llenándonos de besos y caricias, donde sentía su verga penetrándome con fuerza y mucho deseo, ¡qué placer!... y mientras, diciéndonos cosas de volver otro día a repetirlo, cuando él regrese a Bucaramanga, claro, con tu conocimiento...



Este último fue rápido y delicioso, nuevamente nos bañamos, y nos vestimos... pero esta vez sí fue en serio, ya que era muy tarde, estaba amaneciendo... salimos en un taxi, me trajo hasta la casa, donde nos despedimos muy efusivamente antes de llegar a la portería.



Fue una muy rica experiencia.





LA NARRACIÓN DE ÉL:

Hola Eduardo, cual lo acordado, voy a tratar de resumir un poco la velada del pasado sábado.
Después de conversar telefónicamente, salí hacia el bar en la 33 con 44, donde ella me había indicado iba a llegar desde tu casa; salí sobre las 9:45pm hacia allí, y en poco más de diez minutos estaba en el lugar; cuando llegué, le marque a Nancy, y apenas entrando la llamada, ella iba saliendo a la calle, supongo, estaba esperando mi llegada, igual, me indico que acababa de llegar. Inmediatamente después, llevamos la cerveza que acababan de servirle, a una mesa donde nos ubicamos inicialmente, situada en una esquina del bar, y donde hacía un calor tenaz.


En dicha mesa, empezó nuestra conversación, y bailamos por primera vez, baila muy rico, ahí pude sentir por primera vez sus tetas, porque, ¡qué tetas tan ricas las que tiene tu esposa!, ¡eres un tipo con suerte!


Hablamos un poco respecto a nuestras vidas, sobre hace cuanto están viviendo en Bucaramanga, sobre la historia que contó a tus hijos para poder salir conmigo, le conté sobre el proyecto que estoy supervisando en Bucaramanga y que debo estar viniendo cada mes, en fin, varios temas, que creo ayudaron a romper el hielo, soltarnos un poco, y establecer que entre nosotros había mucha química.


Después de un rato, una pareja que estaba fuera, dejo el bar, y solicitamos nos ubicasen en la mesa que quedaba disponible, esto, a efecto de evitar el calor que estaba haciendo dentro del establecimiento, y bueno, si hacía calor, que éste fuese de otro tipo. Estando ya en dicha mesa, bailamos otra vez, esta vez mucho más pegados, creo que ahí ella pudo sentir mucho mejor como me tenía, y yo, también pude sentir como ella ya se sentía mucho más a gusto, y empezamos a acariciarnos y besarnos.


Después de besarnos por primera vez, todo fluyo mucho más natural, hablamos ya un poco más de nuestras experiencias previas, de lo que más nos gusta, de sus experiencias más extremas, y hablamos también de temas varios, creo que todo, dada la confianza que se generó entre nosotros. Pude decirle que me encantaron sus ojos, y como te dije antes, sus tetas, bueno, sobre ellas no tuve que decirle nada, creo que ella sintió como las mire desde el principio, aunque si le preguntas, ella te confirmará que salió a matar, porque la blusa que utilizó era extremadamente provocativa, me dejó hipnotizado, ¡qué delicia esas tetas!
Después de un rato, y dado que pudo notar claramente cómo me tenía, y que debíamos volver temprano, pues tus hijos al parecer no le dieron permiso hasta tarde (Je, je, je), abandonamos el bar sobre las 12 de la noche, unos pocos minutos después de que hablasen por teléfono.


Ya en el taxi, si nos dejamos llevar por la situación, íbamos para un motel a las afueras, al que ella decidió que sería rico visitar, esto, dada la situación de conocer personas en el hotel donde me estaba alojando.
En el taxi, nos fuimos besando cada vez más salvajemente, ahí, puse sus manos sobre mi Verga, y ella aprovecho para sobar a gusto sobre el pantalón, así como yo lo hice con sus tetas, pellizcando sus pitones mientras acariciaba ese par de pezones inmensos que tiene, sacándolos un poco nada más del sostén que llevaba puesto. En el primer motel al que llegamos, no había cupo, así que tuvimos que bajar a uno contiguo que a ella le gusta, allí, tuvimos que ubicarnos unos minutos en la “sala de espera”, un balconcito anexo a donde se sienta la persona que atiende, allí, pudimos besarnos nuevamente, mientras ella acariciaba mi rostro y mi verga, yo sus tetas y su cuello, nos detuvieron para indicarnos que ya había una habitación libre, y fuimos hasta allá, tomados de la mano.


Al entrar, solicitamos un par de Ginger, esto, para acompañar el ron que traíamos del bar, e inicio lo que realmente deseaba desde que la vi, nos besamos mientras ella iba desabotonando mi camisa, y una vez lo hizo completamente, empezó a besar mi pecho, mi abdomen, y finalmente, tomo mi mano y me llevo hasta la cama, sentándose en ella mientras desabrochaba ahora el cinturón y el pantalón, para proceder posteriormente a sobar mi Verga sobre el boxer.



Después de sobarla durante un minuto, procedió a liberarla, para acariciarla libremente, poco después, y lo digo con toda franqueza, dio inicio a una de las mejores mamadas que me han hecho en la vida, se veía hermosa con mi Verga en la boca, se la tragaba hasta un poco más de la mitad, para luego proceder a chuparme los huevos y darme besos en el abdomen nuevamente, mirándome con una mezcla extraña de inocencia y morbo. Mientras ella estaba trabajándome de esa forma, yo le acariciaba las tetas sobre la blusa en uno de los casos, y directamente, en el caso de la otra. Además, de sobar ese chochote que se adivinaba a través del pantalón. En cuestión de minutos ya estábamos desnudos, completamente en mi caso, mientras en el de ella, aún mantenía la tanguita que me quede con ganas de “robar” después, pero ya sabrás el porqué del olvido, Je, je, je


La primera vez, estuvo acompañada de más sexo oral tanto de su parte como del mío, pues de alguna manera debíamos tratar de no dejar caer el calor en el cuarto, dada la necesidad de ponerme el primero de los cuatro condones que utilicé durante la noche.



La primera penetración, se dio en una pose bastante regular, un misionero en el cual aprovechamos para besarnos de manera bastante agitada, para posteriormente dar paso a diferentes poses, de tijera, pollo asado, mientras le decía a tu esposa que me pidiera Verga, e imaginase que vos estabas allí, sentado, pajeándote, mientras mirabas cómo me la follaba, aunque he de ser sincero, fue en realidad durante un pequeño instante, pues estaba más interesado en besar, sobar, lamer, chupar y clavar a tu esposa, ¡qué delicia de hembra con la estás casado!


Ese primer polvo, no incluyo venida de mi parte, pero no estuvo para nada mal, pues ella sí se vino en un par de ocasiones. El segundo, vino después de una pequeña conversación que sostuvimos, tras un poco de consentimiento mutuo (es una mujer muy cariñosa), que derivó en una nueva erección que ella aprovechó para darme la mamada respectiva, y que tras unos minutos atragantándose con ella, terminó con tu esposa poniéndome el condón con la boca, momento a partir del cual inició la primera cabalgada de la noche. Te cuento algo, tener a mi disposición ese par de tetas fue la locura, mientras ella saltaba una y otra vez sobre mi verga, yo aproveche para comerme esos pezones inmensos, y hacerlo de tal forma, que en un momento dado ella me repetía que lo hacía algo fuerte, y algo de dolor le producía, pero jamás, y mira que la situación se repitió posteriormente, me pidió que dejara de comerme sus tetas como lo hacía.


Ese segundo polvo, incluyo la cabalgada que te indico, el ponerla de lado para clavarla de tijera, pero conmigo tendido para poder sobarle las tetas y pellizcar y halar sus pitones, créeme que nunca me habían lavado las güevas como lo hizo tu esposa el sábado, es apretadita realmente, pero una vez se calienta, le entra toda, ¡y qué forma de mojarse!; aprovechando precisamente lo mojada que estaba, le pedí que se pusiera por primera vez en cuatro, y ahí, aproveche para darle con todo desde atrás, hubo un pequeño momento, en que me indico que le dolía (algo que, creo, se debió a que en esa pose pudo sentir mi Verga completamente, y a que yo también andaba algo salido, al tener semejante culo a mi disposición), pero ante ello, nuevamente le dije que me pidiera Verga, lo cual no solo dijo repetida y fuertemente, sino que lo demostró, pues empezó ella misma a clavarse toda mi Verga moviendo ese culazo de un lado a otro, para lograr rápidamente hacerme
venir por primera vez esa noche, dejándome loco por la forma en que sabe apretar ese chochito, es increíble la manera en que lo usa.



A partir de allí, descansamos un momento, para pedir algo a recepción; la tercera vez, fue inicialmente ella acostada boca abajo, quería sentir como se la metía desde atrás, estando el culito a medio levantar pues se puso un pequeño cojín debajo, empecé a metérsela suavemente, pues increíblemente, al principio, noté nuevamente su estrechez, para posteriormente incrementar el ritmo de la follada. En un momento dado, de lo mojada que estaba, se salía mi Verga por la gran cantidad de jugos que salían del chocho de Nancy. En ese momento, aproveche una vez más para deleitarme con ese culazo que tenía a disposición, empezar a trabajarle el culito y pellizcar y sobar las tetas de tu esposa, así como para darle nalgadas mientras la estaba clavando, fue delicioso escucharla pedirme Verga y cómo me pedía que la penetrara, y yo diciéndole que se imaginará que vos estabas ahí mirándonos sentadito, viéndonos mientras follábamos como locos, creo que en ese momento ambos estuvimos tentados a llamarte para que nos oyeras, pero, sinceramente, no podíamos despegarnos el uno del otro para ir por un teléfono.


En ese momento, tras una nueva tanda de nalgadas y ponerla a pedirme Verga, le dije por primera vez: entonces vagabunda, ¿quieres ser mi puta?, y su respuesta, a los gritos, fue mucho mejor que su actitud previa mientras me devoraba sus tetas, gritaba que sí, que le encantaba como la estaba follando, mientras intentaba levantar el culo de la cama para encontrarse con mis embestidas.


Este tercer polvo, duro bastante y fue muy caliente, morboso y extenuante, ambos terminamos realmente cansados, por ello, ambos nos bañamos, mientras ella lo hacía, vi nuevamente su tanguita en la mesa de noche, y como te dije anteriormente, estuve tentado a decirle que me la entregara como recuerdo, y que le prometía entregársela en nuestra próxima cita, esto, para que si se llega a dar, ella vaya sin nada debajo a encontrarse conmigo, como una situación más de este juego morboso que iniciamos el sábado anterior. Ambos nos bañamos, ahora pienso que lamentablemente no juntos, y olvide por un momento comentarle lo del “robo” de su ropa interior, y tras salir, la encontré casi vestida, por ello, procedí a vestirme también, mientras lo hacía, y estaba terminando, ella se giró, y vino hasta donde estaba, se sentó en mis piernas a horcadas mientras estaba sentado en un sofá, dejándome nuevamente ese par de melones frente a mi cara, invitación que no desaproveche, y comencé a comérmelos como si fuera la últimas vez que los fuese a tener a mi disposición, y nuevamente le mordí los pezones, y como te digo, pese a decirme que se lo hacía algo fuerte, y a hacer sonidos de sentir un poco de dolor, jamás me pidió en toda la noche que dejara de hacerlo de esa manera, por ello, en un brote de calentura le dije que si le gustaría que yo fuese su macho cuando estuviera en Bucaramanga, y solo me dijo que sí, que le encantaría, con lo cual a partir de ahí incremente el sobeteo que ya le venía dando a su chocho a través del jean, y ella a mí, pues me quería follar con el pantalón puesto, por ello, decidí sacarle una de las botas, fui por uno de los condones que aún quedaban, la recosté en uno de los muros del cuarto, me baje el pantalón hasta los tobillos, me puse el condón mientras le comía el chocho y se lo escupía, y la empecé a clavar desde atrás, mientras nuevamente le decía:¿quieres ser mi puta, vagabunda?, y ella solo repetía que sí, que ya era mi puta...


Dada la incomodidad de darle clavo con el pantalón aún puesto, le dije que me dejase quitármelo completamente, eso sí, le dije que se tenía que masturbar para mí, y así lo hizo, es una arrecha tu esposita, después, en ese muro, y dado que la colchoneta allí ubicada nos permitía margen de maniobra, la empecé a clavar nuevamente, esta vez de frente, mientras devoraba nuevamente sus tetas y nos besábamos. En esta última parte del polvo, nuevamente le pregunte: ¿quieres que sea tu macho en adelante, cuando visite Bucaramanga?, y me dijo que sí, que era mi puta y que me prometía estar lista (y
ansiosa) ante mis visitas; por ello, ojalá no te disgustes, pero espero que ella cumpla con lo dicho, promesa es promesa, ¿o no?


El último fue realmente intenso, quizá no tan prolongado, algo así como el “rapidito” que supongo le echas de vez en cuando en las mañanas antes de salir a trabajar, igual, creo que lo significativo del mismo, fue que ella tomó la iniciativa, cuando en teoría ya nos preparábamos para irnos, ella fue la que regreso a pedir más Verga, y me encantó que me lo pidiese de esa manera, es un volcán tu esposa, toda una hembra golosa, como me gustan a mí las mujeres.


Después de esto, pedimos un taxi, y la lleve primero hasta tu casa en Cañaveral, antes de irme para el hotel, en el camino la consentí un poco, para al final, un par de cuadras antes de llegar al conjunto donde viven, ella le pidió al taxista que parase un momento para besarnos y manosearnos morbosamente a modo de despedida.


Y bueno, esto fue todo, espero te haya gustado la experiencia vivida, pues como podrás inferir del relato, no estaba jugando cuando le pregunte a Nancy si quería ser mi puta, y vernos cuando esté de visita en Bucaramanga. Expresión que ella claramente me repitió y confirmo ayer cuando recibí en el aeropuerto su sorpresiva llamada de despedida antes de tomar mi vuelo de regreso a Bogotá.


En resumen, muchas ganas de regresar a Bucaramanga, y ya sabes lo que nos espera...






Ahora, tras lo descrito por mi esposa y su nuevo amante, ¿quién creen ustedes que fue más acertado en la descripción realizada, y por qué?

1 comentario - Yo trabajando... ¡y mi esposa gozando!

Si-Nombre
Excelente Post muy bueno gracias por compartir
Definitiamente ambos lo hicieron muy bien tu mujeron es muy caliente y eso hace que por momentos ierda la pista por la excitacion
Y el como hombre que se preocupa por el placer de la mujer busca y dedica el tiempo a los pequeños detalles y a contenerse no solo para disfrutar mas de semejante hembra si no a mantenerla ardiente para que lo quiera repetir, personalmente considero que el fue mas exacto en el relato
Un exc elente relato y mantennos al tanto de las nuevas experiencias entre ustedes
Si tienes forma dile a tu esposa que nos regale fotos y videosY siempre gracias por compartir y que su relacion dure por siempre