Diario de una cornuda – Capítulo 4, Orgasmo

Capítulos anteriores:

Cap 1 - La misteriosa chica del Whats

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Cap 2 ‐ Mi toxica interior

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Cap 3 - Socia


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Cap 4 - Orgasmo: 
Luego de enfrentar mis miedos, mis celos y mis rencores, meencuentro sentada en la cama con el celular en la mano, mojada un poco, algorelajada por el cansancio mismo que aquel orgasmo había producido en mi cuerpo,me llevo la mano frente y con un profundo suspiro me lanzo hacia atrás, micabeza se desploma contra la almohada, mi cuerpo rebota en como si fuera unacama elástica y me quedo recostada mirando al techo. Veo el cielo raso de mi habitacióny de repente me encuentro contando los desperfectos que hay entre las unionesde las tablillas, he perdido la noción del tiempo, las vetas de la maderacomienzan a formar una nebulosa que se fusiona con las imágenes que empiezan amostrar mis recuerdos y mi imaginación.
 
Es como un sueño donde aparentemente yo soy mi marido. Unapuerta se abre y una joven de unos 23 años se deja ver tras ella con una sonrisaperfecta, un dije brillante cuelga sobre su cuello haciendo aún más prominentesde lo que ya son un par de tetitas perfectas, pequeñas pero firmes, que apenasse esconden detrás del escote de una ligera musculosa blanca, que resalta su tesmestiza que a su vez, es la combinación perfecta con sus ojos color miel claritocomo no podía ser de otro modo. Estoy personificando a la mujer ideal de mi esposo,no he terminado de enfrentar mis miedos, me sigo mordiendo los labios y abrolos ojos de nuevo, en realidad no sé cuándo los cerré, sigo sin saber qué horaes, sin pensar en las cosas que tengo que hacer, necesito investigar más,necesito sumergirme en mi inconsciente otra vez, necesito saber qué sucedió enesa habitación. Todo es borroso pero puedo ver que están en el sofá,sonriéndose y divirtiéndose a lo lejos por razones que sólo ellos puedenentender, quisiera saber qué es lo que tanto los divierte, ya no puedo ver en primerapersona, ahora los veo ahí, como si yo estuviese detrás de la puerta espiando, unfuerte suspiro llama su atención y me escondo, ahora me visualizo a mi mismaapoyada contra la pared con mucho temor como esperando que nadie me vea, no sépor qué, no tendría por qué esconderme pero no quiero que me vean. Pasan unosinstantes y nadie viene, oigo ruidos y risoteos pero nadie se acerca,lentamente vuelvo a asomar la mirada y la veo ahí, sentada con sus piernasabiertas sobre él, con movimientos suaves se refriegan con pasión, cruzando losbrazos sobre su cuello mientras él con sus manos realza sus nalgas apretadas porun shortcito de jean con tachas y su musculosa se levanta un poco dejando ver laperfecta silueta de su espalda. Mientras lo besa y se acarician mi imaginaciónse esfuma de repente otra vez, por el mismo remordimiento que me causa vertanta pasión, pero necesito saber, necesito estar ahí, necesito terminar de verlo que sucedió. Aprieto los ojos y me esfuerzo, ráfagas de distintas escenasvienen a mi mente, arrodillada al borde mirándolo a la cara con esos farolesmientras besa su miembro con amor, acomodándose el cabello y suspirandomientras la penetra en 4 a un ritmo pasional, no la escucho gritar sólosuspirar, sentada ella arriba en el sofá, y lo último que llego a visualizar esa él masturbándose cerca de su cara mientras ella lo mira como esperando suración. Y es allí cuando me sorprende que él ha estado aquí, en la silla,mirando el show, al borde de la cama, sin hacer un solo ruido. Le tengo tantabronca en este momento, pero tengo en mi vagina una sensación de calor quenecesito imperiosamente dejar fluir.
 
Una mirada basta para hacerle saber que lo necesito adentromío ya mismo, no quiero chupársela, no quiero darle placer, no quiero verle ala cara, sólo necesito su miembro duro y caliente dentro de mí. Cuando se meacerca lo tomo de un brazo y lo lanzo a la cama, no pienso verle, me subo dándolela espalda y con los ojos cerrados me la meto sin pensar, hasta el fondo, tanmojada estoy que apenas puedo sentir el roce con mi piel, no quiero que se muevay con la punta de mis pies trabo su cintura, sólo mis movimientos marcarán elritmo, hacia adelante y hacia atrás, una y otra vez, mis fuertes gemidos primansobre cualquier palabra que él pueda decir, no lo escucho, sólo es un gran consoladorque uso para apagar el fuego entre mis piernas, y entonces llego a ese momentotan deseado, puedo sentir como chorrea por mi pelvis y entre sus piernas, perono es suficiente, es como si apenas hubiera empezado, la sensibilidad ya no esla misma, necesito más, necesito que su pene roce tan fuerte que queme mislabios vaginales, necesito que mi pelvis golpee contra la suya, necesito dolor,necesito que me reviente la concha de una vez. Es la primera vez que haré esto,siempre me resultó un poco doloroso y cansador pero lo necesito ahora, apoyolas plantas de mis pies contra la cama, abro las piernas como mariposa, melanzo ligeramente hacia atrás y apoyo mis manos en su cintura para que no se puedamover, y entonces comienzo con la fuerza de los músculos de mi espalda y mi abdomena subir y bajar, no sé que suena más fuerte, si mis gemidos o las cachetadasque da mi pelvis contra su entre pierna… ¡TAS! ¡TAS! ¡TAS! Por cada movimiento,en el espejo puedo ver como sus huevos golpean contra mi concha que luego subey deja ver el grosor de su tronco completo hasta su cabeza saliendo casi porcompleto por un instante antes de volver a ensartarse y ¡TAS! Contra mi concha,¡TAS! Contra mi concha…
-         COJEME EN 4!
Le grito… me salgo rápidamente apoyando mis codos contra lacama y levantando mi cola exponiéndola con una curvatura en la espalda comoesperando que me penetre con todas las ganas pero no lo hace así, comienza despacitoy me saca, no quiero así, necesito más, quiero más… Volteo y con un fuertecachetazo por su cara le pido con la mirada una reacción, me vuelva a subir,ahora de frente apretando su cuello y ¡TAS! ¡TAS! ¡TAS!
-         POR DIOS QUIERO VERGAAAA!
Le grito… a lo que al fin reacciona, toma mi cola y la abrecon sus manos, con un movimiento frenético de taladro me ametralla la concha yyo aprieto mis ojos, aprieto las sábanas con las manos, mi gemido ahora esentre dientes porque muerdo las almohadas y…
-         AYYYYYY! AYYYYYYY! AYYYYYY! YAAAAAA!
 
Como si todo estuviese pactado un gran chorro de semeningresa a mi cuerpo mezclándose con todos los fluidos que explotan en miinterior, lentamente chorrean sobre su pija, mis piernas y su pelvis, medesplomo sobre su pecho y allí, sin más palabras ni nada más, me quedo dormida,con su miembro adentro mío y así me quedo hasta el amanecer.

4 comentarios - Diario de una cornuda – Capítulo 4, Orgasmo

Cafee49
Sin lugar a dudas la mejor acá. Por suerte es nuestra. Sigan asi
Fer75nando +1
👏🏽👏🏽👏🏽muy bueno
Bartolomeo1111 +1
Hablaste del 5to y me vine a fijar en tu perfil como era, no sabía que había un 4to jeje, muy bueno