Empatia

Resulta que era de noche, mi cumpleaños de 33 había pasado hacia ya dos días pero, como estaba indispuesta, no tuve ganas de garchar.
Yo sabía que el se moría de ganas de sentirme como siempre, pero no quise.
En, fin como les decía, era de noche, habíamos estado tocando unos temas de rock nacional con la guitarra y tomando unas copas de vino. Esta vez yo tenía ganas. Pero el estaba en otra. Por lo tanto supe que iba a tener que trabajar.
Cómo la copa ya se estaba vaciando, me pare, lo mire fijo a los ojos y camine hasta donde estaba él. Enseguida vi que él entendió el mensaje, pero se hizo el difícil igual. Por lo tanto me senté en sus piernas y me baje lo que quedaba en mi copa de un solo trago.
Este vino pasa como agua, es un varietal blanco, dulce que me encanta y siempre me calienta un poco. Yo ya estaba mojadita así que no me iba a quedar con los brazos cruzados.
Procure dejarme un hielo en la boca y lo use para jugar mientras lo besaba en la boca. Después comencé a recorrer sus orejas y a sentir el escalofrío que le recorría el cuerpo. Ufff cómo me gusta sentir lo que le generó. Me siento muy bien. Empecé a bajar por su cuello. Me saqué el hielo de la boca y lo sostuve con mi mano mientras lo besaba en la boca y con el hielo recorría su cuello, sus clavículas y baje hasta los pezones.
Enseguida hizo un gesto de dolor y placer que se tradujo en una pequeña mordida de mis labios. Ya podía imaginarme lo dura que se le ponía la chota y la boca se me empezaba a hacer agua.
Dejé caer el hielo por su cuerpo y lo seguí besando. Mientras tanto liberaba su pija de las ataduras del pantalón y del bóxer. Estaba como me la imaginaba, hecha un tronco esperando impaciente por mi boca.
Lo volví a mirar fijo, y le agarre el pene y lo empecé a pajear lentamente. Sentía como le empezaba a latir. Entonces lo supe.
El intento pararse y lo volví a empujar contra la silla. Me arrodillé inmediatamente. Y casi en el mismo movimiento puse en mi boca su pene. Comencé a chuparselo lenta pero intensamente, enseguida agarre la pare que no me entraba en la boca y a medida que se la chupaba lo pajeaba. Sentía como le estaba gustando lo que le estaba haciendo y sebia que quería más.
Entonces deje de chuparsela y puse saliva en mis dedos anular y mayor. Mucha saliva. Y mientras con una mano sostenía su pija dura, en un solo movimiento empecé a chuparsela de nuevo y le metí los dos dedos en el culo. Fui tomado ritmo de a poco, y vi como cada vez el gozaba más. Se retorcía y no podía creer que finalmente estaba haciéndole esto.
En ese momento empecé a sentir como su miel empezaba a brotar. Nunca me gustó el sabor. Pero por favor, como me gusta la leche!
El me empezó a decir por favor que pare, que ya estaba por acabar. Y entonces le dije que yo quería mi regalo de cumpleaños y volví a meterme la pija. En la boca.
Fueron solo unos movimientos más cuando empecé a sentir como mi boca se llenaba toda. Este pibe estaba tan cargado que no pude contener toda su leche en mi boca y se me empezó a brotar por las comisuras. Yo seguí intentando que nada se me caiga hasta que finalmente acabó de salir todo. Me resultan graciosos esos movimientos tipo reflejo que se suceden dos o tres veces después de acabar. Y le di unas la idas más para que sepa que me encanta su pija.
Le saque los dedos del culo. Y le volví a dar otras lamiditas.
Y lo mire para verle la cara de desencajado.
Que hermoso que es. No me pude resistir y lo empecé a besar en la boca. No besamos mucho.
Lo amo tanto...

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