Verano 2014. Calor insoportable. El sol parte el pavimento. La gente de mi ciudad del interior está guardada debido a ese mágico momento del día llamado “siesta”. Paz total fuera de la ventana. Dentro del departamento,ni el aire acondicionado podía con la calentura sexual que tenía.
Invito a un viejo amigo de la escuela a jugar a la PlayStation al monoambiente familiar e inhabitado donde pasaba sólo los veranos, en la época de mi vida en que solo iba a mi ciudad para disfrutar de sus playas. Hasta ahí nada que no hayamos hecho antes. De hecho, habíamos pasado años enteros jugando FIFA después del colegio, antes de cenar, fines de semana completos. Cerca de las 3 de la tarde suena el timbre. Es él. A partir de ahora lo conocerán como MANUEL. Ese día vestía de remera deportiva blanca, que con el calor de la época ya estaba transpirada y dejada entrever unos pezones redondos y prácticamente perfectos. Solo un par de vellos alteraban la fisonomía de esos dos botones. Short azul oscuro que llegaba casi hasta las rodillas, medias y zapatillas.
Los partidos, siempre parejos en cuanto a resultado, iban y venían.Nunca había un claro dominador del historial. Pasaron las horas, el sol que caía a través de la ventana nos daba la pauta de que no quedaba mucho tiempo de juego antes de la cena. Con 8 partidos ganados para cada uno, decidimos hacerlo entretenido. Como apostar plata entre amigos es un detonante de problemas, senos ocurrió que por cada partido, el perdedor se sacaba una prenda de ropa. Remera,pantalón, medias y zapatillas. 4 partidos. El gran perdedor estaría humillado por quedar en ropa interior solamente.
Primer partido: YO àManuel pierde sus zapatillas
Segundo partido: MANUEL àPierdo mi remera (Preferí eso porque hacia realmente mucho calor)
Tercer partido: MANUEL àPierdo zapatillas
Cuarto partido: YO àManuel pierde sus medias
Quinto partido: YO àManuel pierde su remera (Ese es el momento en que mi miembro se da cuenta quequiere verlo también y empieza a enderezar la cabeza)
Sexto partido: MANUEL àPierdo medias
Séptimo partido: YO àManuel pierde pantalón (Se lo saca sin pudor alguno, dejándome ver su bóxer apretado,con su bulto bien marcado, a media potencia. Algunos vellos asomando por arriba,y dos huevos compactados de un tamaño envidiable por cualquiera)
Se suponía que el juego acababa ahí, en una simple humillación de amigo, pero con el enojo que tenía por haber perdido, quiso ir por más. Puso en juego su bóxer. Yo aún con mi short por sacar. Acepté de inmediato, y nos dispusimos a jugar otro partido. El resultado: 6-1 para mí.
“Una apuesta es una apuesta, y fue idea tuya”. Ante mi frase no le quedó otra opción que sacarse el bóxer. Ver su pene erecto rebotar y saltar cuando el calzoncillo se iba, un lujo inesperado. Era de tamaño muy aceptable, unos 18cm. Cabeza rosada que contrastaba con el tronco algo moreno. Vellos lacios, prolijos, se notaba que le ponía empeño al cuidado y aseo en la zona. Los huevos daban ganas de usarlos de péndulo por cómo caían.
Empecinado por ganar, y sin nada más que perder, quiso redoblar la apuesta, todo o nada. Si él ganaba, yo quedaba como Dios me trajo al mundo. Pero si ganaba yo, me iba a chupar la verga por 15 segundos. Dije quesí, no podía dejar pasar la oportunidad de una mamada. Resultado del partido:3-0 para mí.
Al instante yo estaba en condiciones de recibir toda su lengua en mi pija, creí que se iba a explotar. Me siento al borde de la cama,abro mis piernas, dejando caer las bolas y con mi pene apuntando hacia su presa.Me dispuse a disfrutar plenamente.
En cuanto sus labios tocaron la cabeza de mi miembro, las piernas me vibraron, sentí escalofríos y un calor sofocante a la vez. Fue celestial.Los movimientos de vaivén eran constantes, veloces y furiosos, como si quisiera sacar algo de adentro. Mi mente volaba en 10 direcciones distintas. Me provocaba agarrarle del pelo y empujarlo hacia abajo para que pudiera entrarle toda en la boca, pero no lo hice por respeto, y porque creo que mis brazos eran inútiles en ese momento, yo estaba extasiado. Le aviso de que los 15 segundos se cumplieron, pero a él no le importó. Siguió tragando mi carne a más no poder,haciendo ruidos de atragantamiento, desperdiciando baba por doquier, y masturbándome entre algunas succiones para acelerar el procedimiento. Con la otra mano empezó a hacerse una paja, se notaba que estaba altamente excitado, igual o más que yo.
Unos 5 o 6 minutos después, mi leche estaba a punto de salir cual erupción del volcán, le digo que salga, que iba a acabar, pero hundió mi chota en su boca un par de veces más hasta que mi juguito de hombre empezó a brotar de a litros. Fácilmente unos 7 u 8 chorros que inundaron su garganta, al punto de desbordar de su boca y que chorree por mi pene y mis huevos. Levanta la cabeza, la inclina hacia atrás, me mira fijamente y abre la boca. No había nada.Se había tragado todo lo que pudo quedarse y no se le escurrió entre los labios. Fue demencial, nunca había experimentado algo así con un hombre, y mucho menos con un amigo tan cercano.
Creí que no podía no devolverle el favor que me había hecho.En seguida agarré su vergota y comencé a masturbarlo con pasión, dedicación y cariño. Cuestión de 2 minutos hasta que su fuente de leche empezó a tirar chorros y chorros por toda mi mano. Leche calentita, recién ordeñada. Ese olor tan peculiar que puede excitar a cualquier ser humano. Metí mis dedos en mi boca, para mostrarle que de verdad estaba agradecido por lo que hizo, y que estábamos a mano.
Nos fuimos a bañar juntos, como dos amigos en un vestuario de fútbol. Cero miedos, cero pudores, cero vergüenzas y, sobre todo, cero juicios hacia el otro. La amistad estaba intacta. Antes de irse nos dimos la mano comosiempre, intercambiamos miradas cómplices, y se fue.
Un día de verano tan anormal e inesperado, como el mensaje que recibo al día siguiente, con una foto de su carne y un texto que decía CUANDO QUIERAS, DONDE QUIERAS, TE JUEGO AL FIFA ;)
Invito a un viejo amigo de la escuela a jugar a la PlayStation al monoambiente familiar e inhabitado donde pasaba sólo los veranos, en la época de mi vida en que solo iba a mi ciudad para disfrutar de sus playas. Hasta ahí nada que no hayamos hecho antes. De hecho, habíamos pasado años enteros jugando FIFA después del colegio, antes de cenar, fines de semana completos. Cerca de las 3 de la tarde suena el timbre. Es él. A partir de ahora lo conocerán como MANUEL. Ese día vestía de remera deportiva blanca, que con el calor de la época ya estaba transpirada y dejada entrever unos pezones redondos y prácticamente perfectos. Solo un par de vellos alteraban la fisonomía de esos dos botones. Short azul oscuro que llegaba casi hasta las rodillas, medias y zapatillas.
Los partidos, siempre parejos en cuanto a resultado, iban y venían.Nunca había un claro dominador del historial. Pasaron las horas, el sol que caía a través de la ventana nos daba la pauta de que no quedaba mucho tiempo de juego antes de la cena. Con 8 partidos ganados para cada uno, decidimos hacerlo entretenido. Como apostar plata entre amigos es un detonante de problemas, senos ocurrió que por cada partido, el perdedor se sacaba una prenda de ropa. Remera,pantalón, medias y zapatillas. 4 partidos. El gran perdedor estaría humillado por quedar en ropa interior solamente.
Primer partido: YO àManuel pierde sus zapatillas
Segundo partido: MANUEL àPierdo mi remera (Preferí eso porque hacia realmente mucho calor)
Tercer partido: MANUEL àPierdo zapatillas
Cuarto partido: YO àManuel pierde sus medias
Quinto partido: YO àManuel pierde su remera (Ese es el momento en que mi miembro se da cuenta quequiere verlo también y empieza a enderezar la cabeza)
Sexto partido: MANUEL àPierdo medias
Séptimo partido: YO àManuel pierde pantalón (Se lo saca sin pudor alguno, dejándome ver su bóxer apretado,con su bulto bien marcado, a media potencia. Algunos vellos asomando por arriba,y dos huevos compactados de un tamaño envidiable por cualquiera)
Se suponía que el juego acababa ahí, en una simple humillación de amigo, pero con el enojo que tenía por haber perdido, quiso ir por más. Puso en juego su bóxer. Yo aún con mi short por sacar. Acepté de inmediato, y nos dispusimos a jugar otro partido. El resultado: 6-1 para mí.
“Una apuesta es una apuesta, y fue idea tuya”. Ante mi frase no le quedó otra opción que sacarse el bóxer. Ver su pene erecto rebotar y saltar cuando el calzoncillo se iba, un lujo inesperado. Era de tamaño muy aceptable, unos 18cm. Cabeza rosada que contrastaba con el tronco algo moreno. Vellos lacios, prolijos, se notaba que le ponía empeño al cuidado y aseo en la zona. Los huevos daban ganas de usarlos de péndulo por cómo caían.
Empecinado por ganar, y sin nada más que perder, quiso redoblar la apuesta, todo o nada. Si él ganaba, yo quedaba como Dios me trajo al mundo. Pero si ganaba yo, me iba a chupar la verga por 15 segundos. Dije quesí, no podía dejar pasar la oportunidad de una mamada. Resultado del partido:3-0 para mí.
Al instante yo estaba en condiciones de recibir toda su lengua en mi pija, creí que se iba a explotar. Me siento al borde de la cama,abro mis piernas, dejando caer las bolas y con mi pene apuntando hacia su presa.Me dispuse a disfrutar plenamente.
En cuanto sus labios tocaron la cabeza de mi miembro, las piernas me vibraron, sentí escalofríos y un calor sofocante a la vez. Fue celestial.Los movimientos de vaivén eran constantes, veloces y furiosos, como si quisiera sacar algo de adentro. Mi mente volaba en 10 direcciones distintas. Me provocaba agarrarle del pelo y empujarlo hacia abajo para que pudiera entrarle toda en la boca, pero no lo hice por respeto, y porque creo que mis brazos eran inútiles en ese momento, yo estaba extasiado. Le aviso de que los 15 segundos se cumplieron, pero a él no le importó. Siguió tragando mi carne a más no poder,haciendo ruidos de atragantamiento, desperdiciando baba por doquier, y masturbándome entre algunas succiones para acelerar el procedimiento. Con la otra mano empezó a hacerse una paja, se notaba que estaba altamente excitado, igual o más que yo.
Unos 5 o 6 minutos después, mi leche estaba a punto de salir cual erupción del volcán, le digo que salga, que iba a acabar, pero hundió mi chota en su boca un par de veces más hasta que mi juguito de hombre empezó a brotar de a litros. Fácilmente unos 7 u 8 chorros que inundaron su garganta, al punto de desbordar de su boca y que chorree por mi pene y mis huevos. Levanta la cabeza, la inclina hacia atrás, me mira fijamente y abre la boca. No había nada.Se había tragado todo lo que pudo quedarse y no se le escurrió entre los labios. Fue demencial, nunca había experimentado algo así con un hombre, y mucho menos con un amigo tan cercano.
Creí que no podía no devolverle el favor que me había hecho.En seguida agarré su vergota y comencé a masturbarlo con pasión, dedicación y cariño. Cuestión de 2 minutos hasta que su fuente de leche empezó a tirar chorros y chorros por toda mi mano. Leche calentita, recién ordeñada. Ese olor tan peculiar que puede excitar a cualquier ser humano. Metí mis dedos en mi boca, para mostrarle que de verdad estaba agradecido por lo que hizo, y que estábamos a mano.
Nos fuimos a bañar juntos, como dos amigos en un vestuario de fútbol. Cero miedos, cero pudores, cero vergüenzas y, sobre todo, cero juicios hacia el otro. La amistad estaba intacta. Antes de irse nos dimos la mano comosiempre, intercambiamos miradas cómplices, y se fue.
Un día de verano tan anormal e inesperado, como el mensaje que recibo al día siguiente, con una foto de su carne y un texto que decía CUANDO QUIERAS, DONDE QUIERAS, TE JUEGO AL FIFA ;)
5 comentarios - Una tarde de juegos calientes - mi primer relato -