Linda putita

Hola amigos, aquí paso a relatarles una e mis historias, que son totalmente verídicas. Para que os hagáis una idea, me llamo María, tengo 18 años recién cumplidos, mido 1.65, soy delgadita, tengo un buen culto y muy tragón, mi coñito está totalmente depilado y tengo una 95 de pecho, por lo que no me puedo quejar.
Yo soy de Bilbao, y en el metro ha ciertas horas suele estar a tope de gente. Esto me ocurrió un día que volvía de comprar, y a dos paradas de mi destino, noté como dos manos me empezaban a acariciar los muslos y las nalgas, cosa que con lo puta que soy me empezó a excitar de sobremanera. Para que se hagan una idea, en ese momento iba vestida con una minifalda y sin ropa interior debajo, y un top blanco sin sujetador, por lo que mis pezones en ese momento se empezaron a marcar.
Mi sorpresa creció cuando noté dos manos mas sobando mis piernas y acariciando mi coñito, cosa que hizo que me empapase como una auténtica guarra, y con la cantidad de gente que había nadie se dio cuenta.
En un momento miré hacia atrás y ví a dos negros con cara de salidos los que estaban haciendo que mi flujo corriese por mis muslos. Entonces les dije que si querían podían jugar con mi cuerpo a solas, lo cual aceptaron al instante.
Al llegar a mi parada, iba tan excitada que me temblaban las piernas. De la parada hasta mi casa no hay casi trayecto, por lo que llegamos enseguida, y en el ascensor me sobaron todo lo que quisieron, mientras nos besabamos.
Al llegar a mi casa, nada más cerrar la puerta a nuestras espaldas me empujaron tirándome al suelo, y con lo que me gusta ser dominada les abrí mis piernas desde el suelo para que viesen mi coñito mojado y esperándoles.
Me levantaron y me llevaron a la cama, me tumbaron y sacaron sus enormes pollas, las cuales al verlas pensaba que me iban a partir por lo gordas y largas que eran. Se acercaron y me amorré a ellas, mamándolas alternadamente. Me arrancaron la ropa quedándome totalmente expuesta a ellos, y uno se tumbó en la cama, me puse encima suyo y le empecé a cabalgar.
Mientras el otro negro se pajeaba el palo mirándonos, hasta que entró en acción mojando mi culito y escupiéndolo, por lo que me empecé a temer lo peor. Después de que mi culito quedase dilatado por su saliva y sus dedos, me la empezó a meter, al principio me dolía, ya que solo me la han metido por ahí tres o cuatro veces, pero debido a mi excitación le dije que me la metiese entera, que quería que me partiese en dos. Y así lo hizo, el muy cabrón me la enterró hasta los pelos, y llegué a mi primer orgasmo.
Entonces les pedí que terminasen en mi carita, y cuando se iban a correr sacaron sus trancas, me dieron la vuelta y echaron toda su leche en mi cara y mi boca, tragando todo lo que pude.
Cuando se fueron me echaron 20 Euros encima, como si fuese una puta, pero en vez de molestarme me encantó.

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