Crónicas de un exnovio: parte 1 (visión de él)

_ Hola
_ Hola
_ ¿Ya estás ahí? – Me pregunto con voz temblorosa
_ Si, ¿vos por dónde estás?
_ Estoy muy cerca

Cortó el teléfono. Cuando guarde mi celular la vi por la mano de en frente. Cruce rápidamente, y casi en la puerta del hotel la alcance. Me genero mucha excitación verla. Siempre me pasaba lo mismo cuando la veía. Es de esas minas que te calientan con su sola presencia. Si hubiéramos sido dos completos extraños me la hubiera quedado mirando por mucho tiempo. Tenía una calza negra que le dibujaba sus curvas. Una campera ajustada con el cierre abierto que le dejaba ver su pecho, su atributo más importante. Desde atrás le vi el pelo largo, ese que tanto me gustaba tirar cuando la tenía de espaldas o en cuatro. Faltaba nada para volver a sentir esa sensación.

Cuando se da vuelta se asustó al verme. Habían pasado más de dos años desde la última vez que nos vimos ¿Por qué volverla a ver? ¿Qué hacia otra vez con ella? Supongo que uno siempre vuelve al lugar donde mejor se“comió”. Y esta yegua me enseño lo que es el buen comer.

Todo comenzó cuatro días atrás. Sentí la necesidad de escribirle, de volver a hablar con ella. Había encontrado cartas y escritos de ella y quise saber cómo estaba ¿Quién no quiere saber cómo está la ex? Si sigue estudiando, si estaba trabajando, si la familia está bien, si alguna vez piensa en uno… si está disponible para garchar… Afortunadamente para mí, estaba disponible. Me había enterado que estuvo de novia, pero la última vez que revise sus redes no había información de que siguieran, así que le escribí. Por mail. Ya no tenía su celular y chatear me parecía muy banal. Los primeros dos días tuvimos charlas un tanto raras. Nuestra relación había sido rara. No terminó de la mejor manera. Pero siempre tuvo algo. Un no sé qué, y no me refiero solo al sexo. Aunque ese era el único ámbito donde concordábamos un100%. Al tercer dia  me envió el siguiente mail:

“Ulises, revolquémonos una vez más de una vez por todas y pasemos dos años más sin decir palabra.
Perdoná si esto temolesta.
Pero estoy desatada.”

Mi respuesta fue la siguiente:

Mañana atrás de tucasa, entre las 19:30 y las 20”.

Afortunadamente para nuestro amor adolescente, atrás de sucasa se encontraba Mi Refugio, un telo de Florencio Varela.

_ Hola
_ ¿Cómo estás? – le conteste, y nos saludamos con un beso en la mejilla.

Caminamos hasta la entrada, y pedí un turno. Los nervios y la excitación eran tales en mi que tuve miedo de acabar de una manera precoz. Sé que ella lo hubiera entendido. De hecho, conociéndola, creo que ella lo hubiera deseado. Se sentía una diosa cuando me complacía. Le gustaba saber que podía sacarme la leche cuantas veces quisiera y de la forma que quisiera, que me dejaría agitado, transpirado y temblando con un poco de frotación de su cuerpo.

La habitación era chica, pero cómoda. Una cama amplia y un sofá grande. Le dije que me entraría a bañar. Me dijo que estaba bien y me pregunto si me podía hablar. Nunca supe que más me dijo; el ruido de la ducha apagó su voz.

Salí envuelto en la toalla y la encontré al lado de la cama. Me acerqué y me fui quedando totalmente desnudo. Tenía mi verga totalmente erecta. Me dolía de tan dura que la tenía. Quería metérsela violentamente, pero tenía que controlarme. Casi no puedo. Saque la lengua dispuesto a encajarle terrible beso, bien salivoso. Pero me di cuenta que se quedó paralizada. Supongo que me desnude muy rápido. Una lamidita en sus labios, y un beso un poco más tierno. Empezó a temblar. Y si pensaba que no podía estar más de dura,al tocarle la cintura, se tensó todavía más.

No hubo tiempo para seguir tranquilos. Los besos le devolvieron su actitud guerrera.

_ No llevo tanga – me dijo con una sonrisa pícara. Hija deputa.

La ayude a quitarse su remera y el corpiño. Tenía dos tetas enormes, que parecía que habían crecido más. Le guie su mano hasta mi chota y la empuje sobre la cama para que se sentara.

_ Dale nena, a lo que viniste – como un ternerito buscandola ubre para chupar leche, asi se prendió a mi verga. Se la comió toda, de entrada. Y cómo la escupía. Unos buenos bollos de saliva impactaban contra mi glande y por la violencia con la que eran lanzados recorrían el resto del tronco, y con la mano, haciéndome una paja, se encargaba de lubricarla bien. No sé a qué edad empezó a petear, ni cuantas probo, pero de seguro fueron unas cuantas, porque la experiencia que tenía a los 18 cuando la conocí era la misma que la que tenía ahora, a los 23. Una nena todavía. Una nena que cabeceaba hasta que mis huevos le pegaban en la pera, y se mantenía con el pedazo dentro de su boca hasta ahogarse y empezar a toser. Su ritmo era perfecto, pero decidí que era momento de actuar un poco más, por lo que le puse una mano en la nuca y otra en el cuello, y empecé a cogerle la boca. El ruido de gárgaras que hacia me excitaba más, y la sensación de mis bolas chocando contra su mentón era genial. Solo me detenía para meterle la lengua húmeda lo más profundo que podía dentro de su boca mientras le tocaba esas gomas gigantescas. Con ella aprendí a disfrutar de los besos durante el acto. Después de ella, si no beso profundamente, no acabo. Me lo dejo pegado.

En un momento se desnudó completa y se tiró sobre la cama. Abrió las piernas y volví a ver el tribal y la mariposa tatuada encima de su concha. Le pegue unos buenos lengüetazos. Que rica que estaba. Mujer de jugos deliciosos. Le devolví el favor escupiéndosela algunas veces.

_ Dale, cógeme – me pidió poniéndose en cuatro. No le hice caso. Me pare al lado de la cama y me dedique a besarla y a masajearle las tetas, que en esa posición, colgaban de tal forma que casi le llegaban al codo. Empecé a amasarlas, casi como ordenándola. Se empezó a agitar, le gustaba ese morbo.
_ ¿Te estas cuidando? – le pregunte
_ No
_ ¿Y por qué no? – la intime, enojado. No quería usar forro con ella. Quería sentir toda su piel, y que me transmitiera todo su calor. Me enoje tanto que la cace de los pelos y la hice arrodillarse al lado del sofá. Me puse de espaldas a ella, subí una pierna al sillón y la obligue a lengüetearme la rosca del orto. Nunca estuve con una mina que me volviera a hacer eso, que tuviera esa destreza para recorrer mi cuerpo. Me dio un beso negro bien salivoso mientras me escupía los huevos y me hacía una Señora paja. Veintitrés años. La manera en que con su lengua recorría todo mi interior y restregaba su cara contra mi culo eran magnificas.

Después de un rato estaba a punto de acabar, por lo que para cortar la eyaculación me senté y le dije que siguiera trabajando con su boca, esta vez, en mi verga. La manera en la que devoraba mi pedazo era descomunal. En cierto punto dejo de hacerlo y siguió solo con su mano, mientras me miraba. Su mirada era desafiante, y la manera de masturbarme casi hacen que explote la leche en su pecho. La frene empujándola contra el piso, y no me aguante. A purocuero, todo piel, con sus jugos y los míos erupcionando de nuestros sexos, se la metí. El calor que sentí al adentrarme en su cuerpo fue tal que me trajo miles de recuerdos. Es un lugar muy cómodo para mí. Arranque a cogerla con fuerza, como a ella le gustaba. A los pocos minutos siento como el presemen se acumula en el glande y comienza a resbalar por mi tronco, por lo que para no arriesgar, me puse un preservativo, y continúe con la tarea, esta vez en la cama.

Me había olvidado, pero a ella le encantaba tomarme de la cintura y manejar el ritmo. Mientras nos besábamos y yo tiraba de sus pelos,los aplausos de nuestras caderas no se hicieron esperar. Mantuve la violencia de los movimientos hasta donde el sudor y la agitación me lo permitieron.

_ Ponete arriba – le dije, y como soldado fiel, se subió. Se puso a cabalgar como ella sabía, pero se inclinó más para restregarme las tetas por toda la cara. Eran tan grandes que me termino ahogando. Me quede sin aire en medio de esos dos melones tibios y suaves. Los pezones enormes y rosados se convirtieron en una máquina de tortura para mí. Si estando arriba había quedado agitado, ahora estaba quedando directamente sin aire. Para mi suerte, salió de arriba, y quitándome el preservativo, comenzó a petearme. Fue ahí que se lo dije.

_ Lo que haces es muy porno
_ ¿Si? ¿Te gusta?
_ ¡Me encanta! Es una lástima que te lo guardes… deberías mostrarlo ¿Qué te parece si un día nos filmamos y lo subimos?
_ ¿Ya estás pensando en la próxima?
_ Obvio, y vos también
_ No estés tan seguro, lo mío es hoy
_ No te creo un carajo – y decidí volver a ahogarla con mi pija. Siempre había pensado que lo que hacía era propio de una actriz porno. La verdad es que tiene dotes. Le encanta el sexo, experimenta mucho, es muy chanchona, disfruta del cuerpo del hombre, y es por demás bonita. Es mi GiannaMichaels. Igualmente, todo lo que le había dicho era propio del morbo de la situación.

Cuando ya no aguantaba más la leche en mi cuerpo y necesite expulsarla, la acosté, y nuevamente sin forro, decidí penetrarla. Con besos violentos y una buena embestida en su concha no tarde en acabar. Antes de hacerlo, la saque y lo hice sobre su concha y su vientre. Los chorros salían disparados, incontrolables. Le entibie todo el cuerpo con mi esperma. Pegue ensordecedores gritos de placer. Gritos interminables. Hacía mucho no sentía algo así, lo necesitaba.

Ella me atrajo a su cuerpo.

_ Al fin te tengo – me dijo al oído.

Nos quedamos abrazados. Nos besamos un largo rato. Cuando me acomode en la cama, a su lado, ella se sentó sobre sus piernas. Miraba mi cuerpo desnudo y agitado. Sin dudarlo, mojo dos de sus dedos en la leche quehabía quedado sobre mi abdomen, consecuencia del abrazo. Se relamió los dedos, disfrutando lo que tanto había anhelado. Les dije que tiene todo para ser actriz porno.

Al salir del hotel la despedida fue un poco difícil. Muchas cosas pasaron entre nosotros. Le bese la mejilla, di media vuelta y me aleje.

A las dos cuadras me alcanzó.

_ Ulises, ¿esta es la última vez que nos vemos?
_ Puede ser – le conteste. No quería lastimarla.
_ ¡No me digas eso! ¡La incertidumbre me mata! Decime, ¿sí ono?
_ Sí, es la última vez
_ Ok… - me dio un beso, solo de labios, un beso dedespedida, frio.
 
*************
 
Días después recibí el siguiente mail:
 
“Hola, ¿cómo estás?
 
Si te gusta lo que ves, podés leer este contrato y confirmarme si te parece que lo hagamos.
 
La noche que me cogiste me preguntaste si daba para subir videos a nuestras paginitas. Con algunas condiciones, si todavía te interesa, podemos probar. O no, y simplemente hacerlo a modo descarga.
 
Espero que sigas solito, no quiero joder a terceros... si no es el caso, no te hagas drama. En otro momento será.
 
1) Los encuentros no pueden superar el máximo de una vez al mes.
 
2) Comienzo a tomar pastillas pero me acabas afuera, a menos que LOS DOS veamos en el calendario que NO estoy ovulando.
 
3) Cada encuentro mensual, podemos hacerlo con una temática... Yo cumplo tus fantasías, vos me dejás volar... te preparo la  lencería que te gusta, hacemos personajes, ponemos música que nos motive y hacemos lo que se nos ocurra, lo que nos pidamos.
 
4) Si estás en otro lugar, te cuidas.
 No podés tener relaciones sexuales con otramina, NO USAR FORRO  y después estar conmigo.
 
5) Yo no te pido exclusividad. Solo que por el bien de los dos, te cuides. Ah, y que no me cuentes nada al respecto porque NO me interesa.
Vos si querés, podéspedírmelo.
 
6) Si uno de los dos comienza una relación, este contrato pierde efecto. El único requisito es enviar un mail dándonos de baja.
 
7) No está permitido hablar de nosotros en pos de lo que fuimos. Los encuentros son para pasarla bien, cagarnos de risa y rompernos todo en una cama.
 
8) Seguiremos utilizando el mail como canal de comunicación. El whatsap es de uso exclusivo para cosas específicas.
 
9) NADIE puede saber que nos frecuentamos para coger. Ni un amigo, ni una amiga. Esto es cosa nuestra. En todo caso, me ponés otro nombre cuando cuentes las anécdotas..:P
 
Si te prendés, me avisas si querés sumar algo más al contrato, o modificarlo.
 

 
No me pude resistir. Si no fuera por la cuarentena que nos agarró en el medio estaría en este mismo momento haciéndome mierda con ella. En estos días hemos vuelto a hablar. Me ayuda a pasar el encierro, me calienta con fotosy videos. Espero producir lo mismo en ella. Lo único seguro… esto reciéncomienza.
A modo de introducción, les muestro como se ve esta guerrera varelense de veintitrés años.

0 comentarios - Crónicas de un exnovio: parte 1 (visión de él)