Cuando fui la más puta del viaje - Final


Amorcitos, prometí que esta noche iba a estar la conclusión del relato anterior y lo prometido es deuda. Acá les dejo el final de esta mini saga que tanto les gustó. Como siempre si quieren nuevos relatos como estos ya saben que hacer: 10+ y comentarios.


Bajábamos las escaleras muertas de risas contándonos lo putas que habíamos estado cada una cuando nos encontramos de frente con mi tío Gabriel. Cuando nos vio a las dos con ese aspecto de reventaditas volver del piso donde estaban casi todos los adultos, o sea padres y coordinadores, no le gustó para nada. Con gesto muy serio nos preguntó con toda razón qué hacíamos ahí arriba. No teníamos permitido ir a ese piso y mucho menos solas. Si bien Sabrina no le debía rendir cuentas cómo yo tampoco "correspondía" que estuviera en ese lugar y mucho menos a esa hora de la madrugada. Me apuré a inventar una excusa más o menos creíble. No daba decirle que nos habíamos perdido o una estupidez así
- No encontraba mi teléfono tío y vine a buscarte a ver si lo tenías vos pero la negra lo encontró y subió a avisarme. Ya nos vamos a dormir que mañana tenemos el paseo a la cabaña - le mentí con total impunidad.

Había algo que no cerraba en mi relato de los hechos. Las dos estábamos hechas un desastre y el aroma a sexo que teníamos en la piel era evidente. La única razón por la que no siguió indagando y desenmascarando mi engaño supongo que fue por el pudor de estar hablando conmigo en una situación tan incómoda para él. Había otra cosa que seguramente influyó mucho para que se pusiera rojo, a medida que hablaba seguramente el olor a leche que tenía en la boca se debe haber hecho más reconocible. Si bien me conoce y sabe que no soy ninguna santa el hecho de saber que acababa de tener una pija en la boca era demasiado para él. Me di cuenta que a pesar de la impresión inicial me miró de arriba abajo y esa facha de reventada que tenía le produjo algún tipo de morbo especial y estar en ese espacio tan diminuto de la escalera le daba esa cercanía que potenciaba todo. Sentí un cosquilleo especial de que me esté mirando como a una putita. Lo despedimos cada una con un beso en la mejilla y terminamos de bajar a nuestro cuarto. Desde arriba me pareció ver de reojo su silueta asomado por la baranda de la escalera, desde donde seguramente lo más visible eran nuestras tetas desde la mejor perspectiva y nuestros culos al alejarnos. Me quedó gustando ese perfume incestuoso de la ocasión.

En el paseo del día siguiente todos eramos como muertos vivos. Los que habían peleado estaban con algunos moretones y cortes menores. Todo el mundo con un sueño terrible y de gafas oscuras. Sobresalían las sonrisas de los que habíamos tenido sexo la noche anterior. Si bien el cansancio físico no era lo mismo por estar borrachos o golpeados que por haber estado gozando de madrugada. Rodrigo hizo un intento por continuar lo de la noche anterior pero le expliqué en pocas palabras que era algo de una noche y que la había pasado genial pero había sido sólo eso. Para sacármelo de encima sin ser la mala le recordé a su novia que lo esperaba en casa y eso lo hizo sentirse un poco culpable dentro de la inocencia que lo caracterizaba. Fue una salida elegante de una situación que pudo haber sido bastante pesada. 
Los coordinadores y el fotógrafo miraban hacia donde ibamos sentadas nosotras en el micro como si nos fueran a coger ahí mismo frente a todo el grupo. Con Sabri hablábamos de eso en secreto y les devolvíamos miradas lascivas que solamente los calentaban más.     

El día pasó entre juegos y actividades al aire libre hasta terminar el itinerario volviendo al hotel. Ahí era tierra de nadie. Pocos adultos de los cuales la mayoría tenían poco de responsables. La madre que participaba del viaje estaba más pendiente de provocar a los coordinadores que de cuidar a su hijo y los amigos. Los coordinadores estaban con un amplio menú de pendejas a su disposición. Verseaban con toda facilidad a mis compañeras más inocentes pero sabían que el premio mayor eramos mi amiga y que eramos las candidatas perfectas para enfiestar, cosa que con mis compañeras más santurronas era algo impensado. El otro adulto que podía poner orden era mi tío que si bien no estaba en la joda del resto había estado muy evasivo por el cruce que tuvimos la primera noche. Trataba de mantener un trato neutral conmigo como si fuera una más del grupo un poco porque no sabia como mirarme después de haberme visto toda cogida y con restos de semen en la boca. Nosotras por nuestra parte sabíamos que en ese tremendo quilombo dos zorritas como nosotras eramos reinas. Tomamos la decisión de que nuestro piso era nuestro. Nuestra puerta se mantenía abierta y salíamos en corpiño o tanga como si estuviéramos solas en casa. Los varones enloquecieron con ese show que se hizo cotidiano. 

Yo salía en corpiño como el primer día, o la campera de la promo y debajo en corpiño. Para estar cubierta y con subir el cierre estar en condiciones para las videollamadas de mi mamá. Mi tío se sentía demasiado cohibido como para reclamarme o pedirme explicaciones. Mi viaje de egresados ya no tenía ningún limite así que me dispuse a pasarla bien. Cada noche elegía algún pibe sea de mi curso o de otro para calentar. Por mi pasillo era común verme comiéndole la boca a cualquiera que se me ocurra. Todos estaban sobreexcitados así que era cuestión de encender una chispa y había fuego. Todo lo malo que mi madre consideraba un peligro para mi en ese viaje era lo que yo misma provocaba. No era a mi a quién debía cuidar sino a los demás. Había un clima totalmente erótico en todo lo que pasaba al rededor de nuestro cuarto. No voy a detallar cada pete o cogida rapidita que tuve con los puber de los otros cursos que para ellos era la mejor noche del viaje pero para mi eran como placebos para mantenerme tranquila hasta que me agarraran los hombres de verdad y me dieran lo que tanto deseaba. Mientras tanto gemía y gritaba como para que todo el que estuviera cerca se entere que estaba gozando esa noche.

Las noche fueron pasando en ese clima de anarquía total. Entre pibas y pibes borrachos por igual que se sentían cada vez más sueltos. Empezamos un juego con los chicos en el que ellos andaban en lomo y nosotras les dábamos besos en la espalda o en el pecho y competían a ver cuál tenía más besos de distintas chicas marcados como si fueran las medallas de los exploradores. El descontrol es como un salto al vacío después del primer paso todo ocurre demasiado rápido. Lo que empezamos nosotras se expandió y a los pocos días ya era moneda corriente ver chicas entangadas corriendo por los pasillos y chicos en lomo con labial por toda la piel. Varias de esas compañeras que fueron desinhibiéndose arrastradas por la manada fueron a parar al piso de arriba con los coordinadores que vieron que mi grupo ya era un quilombo total. Algunas le tiraban onda a mi tío que era un poco más correcto que los otros y las ubicaba en cuanto a edad y roles. Me gustaba eso. Lo distinguía del resto.

Quedaban solamente tres noches antes de volver y salimos como todas las noches bien perras. Yo me puse un mini short engomado negro y una remerita corta blanca. El short en combo con mis botitas taco aguja convertían mis piernas y mi culo en una absoluta tentación. Esa noche estaba decidida a llevarme uno de los premios grandes del otro piso. Me pinté los labios de rojo vino tinto y los ojos un poco achinados. No iba a pasar desapercibida. Tenía el pelo suelto pero llevaba una colita en la muñeca para avisar que estaba lista si se presentaba la necesidad de atarlo. Estuve provocando casi toda la noche a Matu con la excusa de las fotos. La remera blanca no solo tenía un escote que marcaba la apretada unión de mis pechos sino toda su forma. Yo me encargaba de tocármelos y apretarlos para hacerlos más tentadores a los ojos de ese sediento maduro que estaba como hipnotizado por mi cuerpo y me iluminaba con el flash de su potente cámara. Lo tenía en la palma de mi mano y así lo mantuve toda la noche. Desde que pasó lo de la negra que les había hecho la ley del hielo. Miraban pero no tocaban este cuerpito. 

Ya se había dado cuenta que mi actitud era la de una mina buscando pija y no la de una pendeja celosa haciéndolo pagar como los días anteriores . Los dos sabíamos que si dejaba pasar esa oportunidad le quedaban pocas chances para tener otra. Yo jugaba con eso. Era cuidadoso para no arruinarlo y yo lo histeriqueaba abusandome de esa precaución. Apenas metía mano y en cuanto yo sacaba su mano la quitaba sin discutir. Pero enseguida lo provocaba para que vuelva a tocar. Sus dedos iban de mis hombros bajando por mis brazos a mi espalda parcialmente desnuda con total impunidad. Cuando se posaba sobre mis pechos lo dejaba jugar un poco pero luego le sacaba la mano. Sus manos saltaban a mi panza, paseaban por mi cintura, bajaban por mi cadera tocaban un poco la piel de mis piernas y subían ansiosas a mi culo. Era el otro lugar donde lo autorizaba a tocar solo por momentos para frenarlo y dejarlo con ganas. Ese juego duró un buen rato y cada vez el manoseo se hacía más alevoso.

Casi toda la noche en el boliche pasó con esa tónica. Los coordinadores se mantenían al margen pero los veía como espectadores ocasionales a cada rato. Tenían que cuidar al grupo así que iban y venían de a uno. Sabían que les saqué tarjeta roja el primer día al descubrir su plan para enfiestarnos así que no se jugaban a algo tan osado como la noche de mi primer visita al boliche con ellos. Seguramente estaban esperando su oportunidad pero lo mejor que les podía pasar era que su amigo hiciera caer ese muro de hielo que les había levantado. Al igual que hicieron sus compañeros unos días antes me fue arreando de a poco alejándome del grupo para poder entrar en acción. Me agarró del mini short y lo tiró para arriba para apretármelo bien entre las piernas. Di un pequeño gritito pero instantáneamente me mordí los labios y cerré los ojos al sentir como se me metía.  No dudó al verme así. Me tocó el culo con absoluto descaro aprovechando mi calentura juvenil. Las risas cómplices dieron paso a los besos. Me lengua recorrió su cuello para confirmar lo que venía. Me agarraba del pelo y me comía la boca con una actitud que humedecía de a poco mi tanga. Mi mano agarró ese bulto marcado. Estaba dura y se notaba de un tamaño importante. Por los comentarios de mi amiga yo ya sabía que el lente de la cámara no era lo único grande que tenía entre manos Matu pero sentirlo engrosarse por el contacto con mis dedos me dio unas ganas voraces de probarlo.

Ya era hora de volver al hotel. No pensaba perder tiempo. Quería saborear ese falo que había endurecido lentamente. El grupo salió en el desorden de siempre y regresamos disimulando nuestras intenciones. En el micro veía como le comentaba sus intenciones al resto de los coordinadores. Las risas y miradas constantes a mi asiento lo delataban pero estaba tan caliente que podía perdonar esa actitud tan infantil. Llegamos y yo ya subía decidida a buscar mi premio después de toda una noche de previa pero cuando estaba por subir me encontré a mi tío que estaba hablando con unas compañeras mías que al parecer querían subir y él las frenó consciente de lo peligrosos que eran en ese piso. Detrás mío venía casi corriendo Matu que al encontrarse de frente ese escollo entendió el problema. Para distender nos hizo unas fotos en el pasillo. Estuvimos un rato tomándonos fotos nosotras y cada goma que pasaba. Yo lo miraba durante toda la sesión de la forma más provocativa posible. La madre que cuidaba mi pasillo había desaparecido como de costumbre y una vez más a mi tío se le hizo imposible abarcar tanto espacio solo. En cuanto se descuidó nos acercamos a mi cuarto pero los gemidos agudos y el rechinar de la cama me dio la inconfundible pauta de que Sabrina me había ganado de mano esa noche.

- Podemos ir arriba si querés - me ofreció como si fuera un comentario inocente
- No se - le respondí sabiendo que no era el único que quería tenerme en ese piso. Estábamos en ese tironeo cuando apareció Pity, uno de mis coordinadores que tal vez recuerdes como uno de los que me había metido los dedos en el boliche la primera noche. Los dos me charlaban para ablandarme. Tras sacarnos unas fotos, el coordinador me miró de arriba abajo sin perder detalle de mi look
- Andas un poco abrigada para lo que acostumbras por este pasillo, no? - sugiriendo que me quite la remera y me ponga en corpiño como acostumbraba hacer casi todas las noches. Le sonreí lo más puta posible y obedecí la indirecta. Me saqué la remera y se la tiré en la cara entre risas juguetonas. En seguida se apuró a abrazarme y pedirle a Matu que nos saque unas fotos.
- Tendríamos que tener una foto cada uno con la reina del segundo piso, vení que así te sacas una con cada uno - se jugó un poco más al ver que esa noche estaba especialmente dispuesta.
Subimos a su piso un poco de incógnitos porque sabían que si mi tío me encontraba ahí era el fin del juego. Yo sabía que estaban repartidos dos y dos en los cuartos. Entramos a uno de los cuartos donde estaba Germán en medio de un humo importante. Se dio vuelta con la mirada un poco desacertada pero enseguida se le hizo una sonrisa bastante perversa al notar mi visita.
Mientras lo saludaba Pity salió para buscar a Diego y volvieron enseguida. Estaba encerrada con los cuatro en un clima que invitaba al exceso.

- Nos enteramos del jueguito que inventaron, pero nos faltaba un beso tuyo - dijo Germán mientras se sacaba la camisa. Matu preparó la cámara mientras yo me retocaba el labial para que el sello de mis labios quede marcado a la perfección en su pecho. Miré al lente y le di un beso largo con el flash iluminando todo. Todos se sacaron las camisas para tener la marca de mis labios en su torso.
Yo me reía y pasé por cada lomo sonriendo para la foto y dejando la huella de mi boca. Veía sus bultos formarse y sentía la adrenalina en ebullición. Vi a Diego sacándose el pantalón a los pies de la cama.
- Hace calor no? Si queres ponete más cómoda - recomendó Matu. Lentamente me bajé el short dejando mi tanga estilo hilo dental expuesta para sus ojos. La pequeñez de mi ropa interior no solo delataba mi total depilación sino que hacía que la parte de atrás desaparezca en mi culo. Más sacados y ya todos en ropa interior se empezaron a sacar fotos con mi cola en primer plano. Tocándola y dando besos en mis nalgas como si fuera un trofeo esperado. Toda esa exposición me calentaba a fuego lento. Sentí la mano de Diego en mi espalda con el broche de mi corpiño.
- Nosotros tenemos nada más que boxer - se justificó mientras lo soltaba. Lo sostuve de frente pero Matu insistía con la cámara para retratarlos. Para conformarme me mostró que apenas cruzamos la puerta había retirado de la cámara la memoria de la empresa y había puesto una privada que sólo ellos la verían. Aflojé mis manos y mis pezones vieron la luz. Mis tetas se iluminaron con la luz de las fotos que empezaron a llegar en ráfagas.

Los cuatro se sacaban fotos agarrándolas y con sus caras apretadas al lado de mis pechos. Las fotos eran la excusa para apretarlas y acariciarlas de todos lados. Sentían mis pezones endurecerse con ese manoseo. Con esa señal de mi notable calentura y mientras Matu y Diego me distraían con una foto, Pity sacó su venosa erección del boxer y me golpeó la mejilla. Yo la vi tan cerca de mi boca que me costaba resistir. Enseguida sentí un golpe similar en mi otra mejilla. Era la de Germán. Matu se empezó a masturbar mientras sacaba fotos. Diego se bajó el boxer y se unió a la ronda. Me saqué la colita que tenía en la muñeca y me até el pelo. Los cuatro se masturbaban y me pasaban las pijas por toda la cara entre el relampagueo aleatorio de las fotos. Tomé entre mis manos la del fotógrafo y tras mirar a los cuatro pajeandolo suave me la metí a la boca y me puse a mamar. No tardé en sentir su mano tras mi cabeza que empujaba. Entre un ahogo profundo mi nariz hizo tope con su cuerpo y sentí un gemido que lo cubrió todo. Me soltó y otra pija ocupó su lugar en mi boca. Así de a uno fueron cogiendo mi boca. Algunos agarraban mi cabeza de los dos lados y bombeaban como si fuera la misma concha otros me empujaban la nuca para que trague todo. La saliva blancuzca desbordaba mi boca. Uno estaba cogiendo mi boca de la manera más brutal posible cuando sentí que bajaban mi tanga.
- Por el culo no - llegué a ordenar en un segundo que liberé mi boca. Esa aclaración funcionó también para confirmar que mi concha era toda suya para lo que antojen. Sentí una lengua y recorriendo el borde de los labios y entrando para saborear mis jugos. Por la barba que me pinchaba me di cuenta que era Germán. Unos segundos después se incorporó y su verga ocupó ese lugar. Lo sentía entrando pero no podía dejar de chupar las otras pijas. Mis gemidos eran interrumpidos por la cogida que le daban a mi boca. Cada uno fue pasando por mi concha era delicioso sentir los distintos largos y grosores abrirse paso en mi interior y no saber exactamente cual era cual. Para aumentar mi confusión se pasaban la cámara de mano en mano y sentía el resplandor de distintas direcciones. Diego me llevó a la cama y me acostó boca arriba. Antes de empezar a cogerme se aseguró de que mi cabeza quedara colgando. Los otros tres aprovecharon esa posición para seguir gozando de mi boca a placer. Me atragantaban mientras me daban una garchada bestial. No me equivocaba en que eran unos absolutos degenerados.

Sin que Diego deje de cogerme, Pity se subió a la cama y apretando mis tetas metió su pija en el medio. Los otros dos tenían mi cabeza por la cola de caballo que me hice y disponían de mis labios para que los peteara. Me estaban dando entre todos y me hacían sentir la más puta. El olor a sexo ya opacaba la humareda que me recibió. Con cada foto veía que todos los cuerpos estaban empapados. Cambiaban de lugar para disfrutar todos de mi concha, mis tetas y mi boca. Ninguno se privaba de tocar. Mis nalgas tenían varias manos a la vez apretándolas y golpeándolas. La cama rechinaba cada vez más y yo sentía que me iban a partir en dos. Me estaban matando. Mis gemidos eran gritos y eso los volvía locos. Se sacaban con mis placer
- Que pedazo de puta sos
- Si putita, estabas pidiendo esto a gritos -
- Esa cara de trola te vendía desde que fuimos a verlos a la escuela -
- Tomá puta, como nos hiciste esperar -
Me decía cada uno en medio del éxtasis de enfiestarme entre todos. Sentía como cada tanto alguna verga explotaba y la lluvia de leche me llenaba la boca o decoraba mi piel pero a medida que los demás me iban penetrando le daban tiempo de reponerse y continuar. La única que gozaba sin pausa era yo. Había superado y por mucho la osadía de mi compañera que dejó que se la cojan entre dos. Sentía que era la más puta. Todo ese trato sumado al impresionante garche que me dieron fue la combinación explosiva. Apreté los muslos con fuerza mientras sentía que me taladraban con desesperación. Ellos juran que mis ojos se pusieron blancos yo solo se que por un instante sentí que iba a explotar y lo siguiente que recuerdo fueron las gotas tibias cayendo como lluvia incluso hasta mi cara y los gritos de asombro de los cuatro que festejaban mi acabada. Fue un squirt que por unos segundos convirtió mi concha en una fuente. Mi cuerpo entero se sacudió como si no tuviera control de él. Dos enormes acabadas golpearon mi cara casi al mismo tiempo inspiradas por mi imponente orgasmo.

Los últimos dos me pusieron en cuatro y mientras uno me cogía la boca el otro se daba el gusto de garcharme como si fuéramos perros. Ya estaban totalmente descontrolados y no les importaban ni mis arcadas ni que tras el orgasmo estuviera casi al borde de perder la conciencia. No iban a descansar hasta satisfacer su calentura extrema. Nunca me habían cogido tanto sin parar. Me costaba mantenerme en cuatro. Los brazos y las piernas me temblaban. Miré para atrás y vi que mis nalgas estaban rojas de tantas nalgadas. Ellos no eran ajenos a mi sorpresa y mi agotamiento.
- Viste? Eso por hacerte esperar putita - Me dijo Germán que me tenía agarrada del pelo y me atragantaba con su pija gorda. Yo respondí quise insultarlo pero respondí un sonido inentendible propio de una boca totalmente llena de una venosa y cargada pija.
- Ahora te vas a ir a dormir con toda la leche encima puta sucia - me ordenó Diego segundos antes de acabar. Ni siquiera la sacó. Fue el único que se dio el gusto de llenarme la concha de leche. El orgasmo hizo un efecto contagio y Gemán me llenó al instante la boca de leche. Estaba tan garchada que me acosté sin terminar de tragar y la acabada se me escapó de la boca por toda la cara.
- Qué puta hermosa! - celebró uno de los cuatro. Me dejaron descansar un rato y me vistieron para que volviera al otro piso atentos a que no los descubra mi tío. Cuando abrí la puerta ya había sol. Iba con los tacos en la mano y aún así me costaba mantenerme parada. Era el garche más brutal que había recibido a mi corta edad. Bajé en el ascensor esta vez y me desmayé en mi cama así toda llena de semen como me dejaron.

Al día siguiente mi tío asumió que mi deplorable estado era consecuencia de que la noche anterior me había puesto en pedo. Tranquilo de no verme correteando por los pasillos provocando a los chicos sacó conclusiones equivocadas para mi tranquilidad. Ese día la pasé tomando agua y bebidas energizantes para recuperarme. Los coordinadores estaban más felices que nunca. Se habían dado el gusto a poco de que terminara el viaje. Yo los miraba con mi peor cara y cada tanto les dedicaba algún ademán violento para que entiendan que se habían re zarpado con lo de la noche anterior. Eso los ponía más jocosos y estallaban las carcajadas. La única a la que le conté los detalles fue a la negra que no solo me vio llegar arrastrando los pies sino que también tuvo la difícil tarea de despertarme.
Ese día no serví para nada. Por la noche me quedé en la barra con mi tío para que a ninguno se le ocurra acercarse. Charlaba con él y por momentos me abrazaba de su brazo y me dormitaba en su hombro. Me advirtió que no debía volver a tomar tanto. En mi mente yo me imaginaba como reaccionaría si se enteraba que lo que había tomado la noche anterior no era alcohol sino leche y por horas. Revivía esa extraña sensación que había tenido en las escaleras la primera noche. Sin darme cuenta estaba acariciando su brazo como si fuera mi macho. Lo miré con una sonrisa que fue más provocativa de lo que pensaba porque enseguida se sonrojó. Al darme cuenta lo solté. Me daba mucho morbo pero no me animaba a pasar de tibio a caliente con él. De todas formas pasé esa noche con él sentada en la barra. Matu nos sacó un par de fotos. Después de la noche que había pasado conmigo supongo que lo ratoneaba verme abrazada con mi tío.

Esa noche volví al hotel con la cabeza llena de pensamientos muy confusos. La que seguía era mi última noche en Bariloche y no quería pasarla como esta. Era la fiesta de disfraces y pensaba volver a ser la reina. Por la tarde nos llevaron a elegir disfraces. Nos pusimos de acuerdo para ir como monjas sexys. El disfraz consistía en una pollerita negra muy corta, en la cabeza el clásico look de monja y unas remeritas negras muy escotadas con esa pecherita blanca de las monjas. Demás está decir que con mi delantera ese escote era más pronunciado. Además al traje la negra y yo le agregamos medias con liga negras en su caso y medias de red del mismo color en el mío. Nuestros altos tacos marcaban cada curva un poco más. También acortamos el hilo de nuestras cruces para que quedaran justo en nuestras tetas. O sea eramos otra vez las más perras del curso más allá de los disfraces temáticos. Las dos nos pintamos los labios rojo pasión salimos. Apenas nos juntamos con las chicas para hacer una foto grupal nos dimos cuenta que sobresalíamos de las otras.

Ya estaba a pleno de vuelta así que disfrutaba de todas las miradas y los intentos por levantarme. Pero por momentos veía a mi tío junto a la barra y ese escalofrío de la noche anterior me recorría el cuerpo. Fui a pedirme un trago y lo charlé un rato con él. Mientras dialogábamos estaba inquieta y no dejaba de jugar con la cruz del disfraz. Eso atrajo su mirada casi involuntariamente a mi escote. Ese morbo me estaba volviendo loca. Mi trago llegó y cuando me estiré para agarrarlo saqué cola de una forma casi grosera. Bajó la mirada como si no quisiera ver pero no resistió la tentación de espiar por el rabillo del ojo mi cola empinada. Yo le di un poco de conversación al barman para mantener la pose.
Estaba provocando con el mayor descaro a mi propio tío. Tenía la excitación por las nubes. Supongo que al ser el único hombre que me acerqué después de la sobredosis de sexo que tuve algo de esa calentura era como una especie de réplica de ese exceso de sexo pero era algo que no podía controlar.
Era mi última noche ahí y si pensaba sacarme ese deseo prohibido era la oportunidad perfecta.

Agarré a la negra que pasaba en un trencito por al lado de la barra y me la llevé al baño. Le conté todo y le pedí ayuda para semejante idea. A Sabrina la embriagó ese perfume incestuoso. Ya había sido testigo de la tensión erótica del día que nos interceptó al bajar del piso de los adultos y las miradas que cruzamos y quería ser parte. Tejimos en un instante un plan para acorralarlo. Las dos nos quedamos con él tomando tragos en la barra. Tanto mi amiga como yo somos muy resistentes al alcohol por la práctica pero no teníamos por qué darle ese dato a Gabriel. Era tan simple que sólo con la ceguera de un pariente protector podía funcionar. Las dos fingimos estar más que alegres y consciente de que eramos el blanco principal de los buitres no se nos alejó en ningún momento. Nos colgábamos de sus hombros y nos reíamos como borrachas. Volvimos al hotel con el resto del grupo pero le dije que estaba muy mareada para el ascensor y no quería tampoco subir la escalera así que se quedó un rato en uno de los sillones hasta que se me pasara. Me acosté sobre su falda y me levanté un poco la falda. Se me veía medio culo y estaba segura de que lo estaba mirando. Sabri se sentó en el otro sillón y puso sus pies sobre la mesa, dándole una vista perfecta de sus piernas y el principio de su culo. Yo acariciaba su pierna con mis uñas suavemente. En un momento sentí que se puso a acariciar mi cabeza instintivamente como si fuera la previa de un pete. Supongo que temió no controlarse porque se detuvo de golpe y ofreció a llevarme en brazos para que descanse.

Con la negra nos miramos y sonreímos. Me levantó como recién casada Y mi amiga nos siguió con las dos carteras en la mano. Sabí abrió la puerta y el me llevó hasta la cama y me acostó. Yo me moví en la cama para que se me levante la pollera totalmente. Todo mi culo quedó entangado al alcance de su vista. Ya se estaba por ir cuando le dije.
- Ayudame a sacarme esto - por la remera del disfraz. El coso de la cabeza ya me lo había sacado cuando estábamos en el sillón. Miró a la negra para que lo haga ella pero mi amiga se hizo la dormida. No tuvo más remedio que ayudarme. Mis tetas estaban apretadas por un corpiño negro que se traslucía todo. La imagen de mis areolas y mis pezones lo golpeó de frente. Otra vez ese rojo en su cara, El mismo que lo invadió cuando descubrió que había chupado una pija en mi primer noche en el hotel. Ese que despertaba mis deseos más sucios. Lo tiré del brazo a la cama.
- Haceme compañía hasta que me duerma - le pedí y crucé su brazo delante de mi cintura. Se recostó muy inseguro, de si mismo al parecer. Yo me levanté del todo la falda y me puse en posición de cucharita. Le apoyé el culo como la más puta. Su erección era innegable.
- Sacate la camisa. Tiene olor al humo del boliche - le pedí. No se si creyó la excusa o lo hizo por instinto. Miré para atrás y le sonreí a la negra.
- Puedo dormir acostarme acá también? - preguntó mientras abrazaba por detrás a Gabriel. Sentí que su verga se movió de nuevo. Me di vuelta y le apoyé mis tetas también. Acariciaba sus brazos. La negra cruzó una pierna sobre él. Lo vi morderse los dientes reprimiendo lo inevitable. Las manos de mi amiga aparecian entre sus brazos acariciando su pecho. Lo miré saboreando mis labios y con la impunidad de mi supuesta borrachera me puse a besar su pecho. Mis labios y mi lengua recorrían ese torso cada vez más sudado.
- Paren chicas, lo mejor es que las deje para que descansen - intentó evitar lo que ya a esa altura era inminente. Se quiso incorporar pero lo empujamos dejándolo boca arriba en el medio de la cama. Nos apuramos a abrir su cinturón. Luego el botón y el cierre.
- No! Basta Lu! En serio no pode... ahhh - El pobre hizo su mejor intento pero en cuando mi boca hizo contacto con su verga me puse a mamar con desesperación. La negra aprovechó que lo quebré para sacarse el corpiño y besarlo. Lo veía abrazando y besando a mi amiga mientras me miraba chupando con mis medias de red y mi cola parada. Era tan difícil para él luchar contra eso que se rindió y gozó.

La negra se sumó al pete y yo bajé para chupar esos huevos que estaban inflados de leche caliente. Nos acariciaba el pelo y gemía con pasión. Subíamos y bajábamos por su verga con nuestras lenguas y en cada lambida sentía esa electricidad en el cuerpo de saber que era mi propio tío. La deje chupando sola a mi amiga y me saqué el corpiño para alegría de Gabriel. Se prendió a mis tetas al mismo ritmo que el pete. Disfrutaba de esa chupada fuerte y ansiosa. Me abrazó y me giró en la cama. Me dejó acostada en su lugar. Abrió mis piernas y sin previa alguna me puso la pija entre las piernas y me empezó a coger descontroladamente. Mi cuerpo que venía del salvajismo de mis coordinadores aceleró el ritmo. Pronto nos estabamos matando. El morbo ayudaba. Nos besabamos a pura lengua.
- Cuanto hace que me calentas pendeja! Que puta sos nena! - Y volvía a morder su boca y traerlo conmigo para que me siga besando. Volvimos a girar y ahora yo quedé arriba.
- Ahora chupale la concha a mi negra - le dije con la voz agitada y el mejor tono de puta. Sabrina se abrió de piernas y se acomodó sobre su cara. Mientras lamía la humeda concha de mi amiga sus manos apretaban mi pierna y una de mis tetas. La negra se mecía sobre su boca y gemía

Yo seguía con el ritmo animal que me imprimieron mis coordinadores. Sentí que me quiso levantar
- Acabame adentro quiero que me llenes de leche - le dije eufórica. Lo sentí suspirar entre las piernas de mi amiga con esa frase. Enseguida el calor de la leche me llenó pero no me detuve. Seguí montando con locura su verga para que no pierda vigor. La negra se bajó y se puso a besarlo para dejarme paso a mí que lo seguí besando apenaslo soltó. Me fui hacia los pies de la cama con las piernas abiertas
- Vení ami, queres tomar un poco de leche? - le dije a mi negra separándome los labios para que salga un poco de ese liquido espeso y tibio. Mi amiga se mordió y vino gateando por la cama. Su boca se puso a sorber sedienta toda la leche que mi tío dejó dentro de mí. Me agarré de su pelo y le pasaba mi concha por toda la cara. Tenerla en pose de perrita y verme gimiendo con los ojos cerrados y los hombros recogidos, entusiasmó mucho a Gabriel que separó sus nalgas y se puso a cogerla en cuatro. Que me chupe la concha mientras era brutalmente sacudida por mi tío me ponía desesperadamente puta. Yo lo miraba a él y exageraba mis gemidos para estimularlo más.
- Que perras hermosas son - se desahogaba mi pariente que apenas podía hablar de la agitación.
Yo no podía creer lo que estabamos haciendo. Para mi era culpa de los otros cuatro que me dejaron sobrepasada de sexo. Cómo fuera no podía parar de gozar y por lo que se observaba mi tío se estaba dando el gusto de su vida, haciendo un trío con las dos pendejas más putas del grupo.

Agarró a Sabrina del pelo y la tiró en la cama enseguida con la otra mano hizo lo mismo conmigo. A mi me calentó mucho esa actitud dominante y me entregué. Nos puso la pija en frente y se puso a coger las bocas de cada una. Nos metía esa verga chorreando a cada una en las bocas y gemía mirando al cielo. Acariciabamos sus huevos con nuestras manos. Las dos nos ahogábamos con esa pija cabezona y de venas marcadas. Saboreábamos toda la humedad que la rodeaba. Nunca había disfrutado tanto comiéndome un falo. A la negra la detonaba el morbo de nuestra relación parental y a nosotros dos nos sacudía la cabeza. No quería que termine Se sentó en el medio de la cama y las dos nos pusimos a chupar con impaciencia. Sus manos que al principio estaban en nuestras cabezas recorrieron nuestras espaldas humectadas con ese sudor especial del sexo, apretaban nuestros culos redondos y jóvenes para terminar perdiéndose entre nuestras nalgas. Sentí tres dedos penetrando mi inundada concha. Al entrar se notaba como salía liquido hacia afuera. Gemíamos pero no deteníamos nuestra mamada final. De glande a huevos una y otra vez. Solo parábamos cuando nos golpeábamos la cara con su verga. Sentía que no faltaba mucho para hacerlo gozar pero a medida que su orgasmo se acercaba, sus dedos iban cobrando más protagonismo. Me los metía decididamente con violencia provocando la contracción de mis piernas. Se daba cuenta el efecto que provocaba en las dos y que nuestras bocas le devolvían ese placer. La negra se puso a gemir como loca y su acabada mojó toda la mano de Gabriel, enseguida se acostó casi inconsciente con una sonrisa de placer.

Al quedar solos en el juego lo empujé y le puse mi concha mojada en la cara y formamos un 69 salvaje. No era solo chuparnos, Nos matábamos. Lo sentía gemir profundamente dentro de mi concha. Yo temblaba al sentir su boca y un par de dedos buscando mi gozo y mis gemidos eran tan fuertes que parecían sollozos. El perfume de lo prohibido lo hacía más excitante. Esa sensación de incesto atravesaba nuestros cuerpos como un rayo. En ese instante de locura y pasión, recordé que él estaba ahí para evitar mis excesos y su presencia era lo único que tranquilizaba a mi madre. No podía creer que estaba apunto de acabar sobre él pero así fue. Sentí algo parecido al orgasmo en el cuarto de los coordinadores. Se me nubló la vista y grité con fuerza. Mi concha volvió a explotar como una ducha orgasmica sobre su cara. Tuve el segundo squirt en tres días. No dominaba mi cuerpo cuando cruzaba ese extremo de calentura. Mi tío se sorprendió por la magnitud de mi orgasmo, su cara y su pelo parecían los de alguien que se había dado un chapuzón. Estaba disfrutando de esa deliciosa sensación cuando me agarró del pelo con las dos manos y su leche saltó por toda mi boca. Pedía ser tragada en su totalidad, deseaba tenerla toda en mi panza.
- Si puta! Si! Tomatela toda! Ay la puta madre! Así! - deliraba con mi última mamada. Yo lo miraba a él y a Sabri que se reía entre dormida viendo como tragaba hasta la última gota de semen de esa verga familiar. Para terminar la noche me acosté junto a la negra y nos quedamos besándonos para regalarle el último recuerdo de esa noche. Después lo abrazamos y nos dormimos enredados y desnudos.

Yo sabía que con todo lo que había hecho desde la primera noche muchos me iban a recordar de ese modo pero con esto definitivamente iba a recordar toda la vida mi viaje de egresados en Bariloche como esa vez cuando fui la más puta del viaje.

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41 comentarios - Cuando fui la más puta del viaje - Final

arancj +1
👏👏👏 excelenteeeeeeee relatooooo!!!! esperaba con ansias la continuación.....
soyluci
Gracias love beso 😘
nacho2008 +1
NO podia ser menos siendo vos la protagonista.
E X C E L E N T E. !!!
Van mis + 10 y lastima que no hay mayor puntaje.
soyluci
Gracias por los puntos love 😘
casado_1967 +1
Increíble relato! 👏👏👏
soyluci +1
Gracias love beso 😘
Kakaroto2017 +1
la verdad sin palabras!!! excelente...y quede muy caliente con toda la situación...gracias de verdad bombona por compartirlo...tengo la p...que me late adentro del pantalón...
soyluci +1
Gracias a vos love 😘
Kakaroto2017 +1
con esto lo confirmo...como me falto ese viajecito de egresado!!!jaaa
soyluci +1
Yo no me imagino como sería si no hubiera convencido a mi vieja
Joaquincarbajal +1
Ufff tremendo... que manera de explotar mientras lo leia
soyluci
Gracias love😘
eustasc
que nena mas putita sos 3 acabadas me sacaste me encanta lo puta que sos... siempre me dejan loco tus relatos
Atomicfrank +1
Eres demaciado talentosa para escribir. Sácate un libro que yo te lo compro. Y hasta te ayudo a venderlo. Es que lo recomendaría hasta con gusto.
soyluci
Gracias love beso para vos 😘
cyrano2002capfed +1
hay pendeja, otra vez caliente me dejaste no me queda otra que volver a tocarme pensando en vos. besitos en donde mas ye guste.
soyluci
Gracias love hacelo 😘
Tom_Bishop +2
Muy buenos relatos los dos, de lo mejor que he leído últimamente por acá
soyluci +1
Gracias beso 😘
agustin364 +2
Impresionante relato!! De lo mejor en mucho tiempo. Que hermosa trola que sos!!!! Besos
soyluci
Gracias love beso para vos 😘
PapelYTinta +1
+10, favoritos y no lo imprimo tmb porque no se jaja. Que ganas de que me la mamen y me la dejen toda humeda que me dejaste, Lu! Beso
soyluci
Gracias love beso 😘
elferchoa +1
increible todos tus relatos! este tuvo ese morbo especial! te ganaste un fan! besos +10
soyluci +1
Gracias fan de Luci beso😘
ossieman +1
Daria lo que no tengo por haber estado ahí
soyluci
Gracias love 😘
Golmil +1
exitante.......
soyluci
Gracias beso😘
matut12 +1
Q hermosa putita
soyluci
Gracias love 😘
josegroso +2
mi vida q linda garchada te dieron...genial
van 10
soyluci +1
Gracias love beso para vos😘
elbodegon22 +1
Genial muy buenoooo
soyluci -1
Gracias love 😘
soyluci
Por qué te molestó mi respuesta?
elbodegon22
@soyluci no me molesto, seleccione mal. Disculpas
camolla22 +1
Quiero leer más relatos bb..
soyluci
Gracias love habrá más 😘
megak-- +1
genial
soyluci +1
Gracias beso 😘
Michay72 +1
Excelente relato,muy bueno !!!! 👏👏 +10
soyluci +1
Gracias love 😘
Docporinga10 +1
El mejor relato, pero lejos que leí en P. Te felicito lu la verdad ma rpmpiste toda,valio la oena la espera...
soyluci
Gracias love beso para vos 😘
Thorir697 +1
EPICO HERMOSA
soyluci +1
Gracias beso 😘
dragon43 +1
Muy buen relato, te lo imaginás de pe a puta😜
soyluci
Gracias love 😘
fac1213 +1
dios mio bebuu
soyluci
Gracias beso 😘
rojox-x-x +2
Te recibiste del cole o te recibiste de nenita Puta alumna en ese viaje ? 😏💦😈🔥
soyluci +2
De las dos love 😘
ScorpionBAires +1
Van 10 puntines! Me dejaste más caliente que una pava pendeja!! 😈
soyluci +1
Gracias love beso para vos 😘
Mephisto19 +1
+10000000000
soyluci
Gracias love 😘
pacificlupus +1
Sencillamente Genial! +10 de una y espero sigas calentandomos con tus relatos Excelentes!
soyluci
Gracias love beso para vos 😘
portugalo2 +1
me dejó muy caliente y con ganas de más....
soyluci +1
Gracias love les daré más 😘
portugalo2
qué bueno eso....!
portugalo2
quiero más....
horrotika +1
terrible!!!!! a todas nos gusta ser la mas puta en todos los lugares, jajaja!! excelente, besitos y +10!!
soyluci
Gracias besos 😘
dragon43 +1
Cómo me hubiera gustado ser el tío de está putita y de su amiga.
soyluci
Gracias love 😘
panchodechaca +1
Execelente todo lpm.....👏... igual desde el primer momento q describiste a los personajes, lo único q esperaba era la enfiestada a tu tío cn la negra...💦
soyluci
Gracias love me gusta como pensas 😘
jbprodesign +1
Tremendo relato Lucí... Me hiciste explotar... Literalmente.
soyluci
Gracias love beso 😘
Cholito18 +1
Lindó relato gracias por compartir
soyluci
Gracias a vos bebé 😘
Khalmatitorres +1
Que increíble relato... explote al final como tu tia
soyluci
Metido de lleno en el relato besos love 😘