Martina me permitió un pico y me la volteé

 
De tantascosas que esta mujer Martina me contó de sus intimidades, obvio me di con todoen casa. Pero como la paja no conforma, quise ir por más. Volví a llamarla parair a su casa de acá de Carapachay, con la excusa de cenar pero esta vez paraintentar ir un poco más lejos: unos mimos como los de ella con su camionero. Y,si podía, algo más.
 
Así queel sábado pasado me vestí otra vez con campera de cuero, ropa fina, zapatos,perfume fuerte y llevé fiambre para los acostumbrados sandwiches con mayonesaque me potencian bien. Excitado, caliente, fui pero también medio contenido desaber si mi idea con la rubia madura iba a concretarse. En eso pensaba cuandollegué, y cuando ella me recibió con doble beso en las mejillas, intuí que lanoche venía bárbara. Martina me hizo pasar, me hizo mimos en la pera, me elogiómi pinta, y luego acomodó todo y cenamos fiambre. Y luego, la dulce total meconvidó con un bizcochuelo suyo y un café con algo de leche. Charlamos de todo,ella muy linda, fina, tacos, pollera, por supuesto maquillada total, hasta unperfume, pero yo creo que sólo porque es coqueta.
 
Peroclaro, conmigo no te podés confiar. Sandwichitos, torta, café, elegancia,dulzura, esos besos de entrada, me volaron la cabeza. Y luego de un rato dehablar de todo, le entré en el sexo contándole que había quedado fascinado conlo que me contó del camionero, y no tuve drama alguno en decirle que me habíadado con todo en casa. Y como ella me elogió, me siguió y hasta me preguntó misintimidades, le dije y luego me preparé para intentar, ya sin tanto miedo, miplan fuertón.
 
Acercándomemás mi silla a ella, la tomé de la mano, ella me la apretó, me hizo caricias ynomás le pedí unos mimos. Ella me preguntó cómo quería, le dije, besito, mimitoen la mano, pera, cara, abracito, pelotudeces varias para disimular. Martinanomás me mimó, acarició y a mi pedido insistente me abrazó. Y ahí me mandé:"Quiero pedirte algo especial". "Sí, mi amor, dale, no tengasmiedo". Y me mandé: "¿Te molesta si te doy un piquito?" Y Martinafue contundente: "Nooo, mi dulce, me encanta, cómo me va a molestar".Le pregunté qué diría el marido, recordemos remisero nocturno. "Nada, ésehace rato que no me da un beso, hasta me mandonea", detalló. Y nomásacerqué mi boca tímido, posé mis labios en los de Martina y, excitado por todolo que ya había hecho, le di un beso en su boca.
 
Y comoella gustó y me elogió, le pedí otro, ella consintió y le di otro pico nomás,pero éste más fuerte. Y el siguiente más largo. Y el otro más y más, comiéndolela boca y ella a mí la mía. No aguanté, la abracé primero sin dejar debesuquearla y le pasé las manos bien por sus tetas. Ella gustó, yo seguí, totalsi me pegaba un cachetazo ya estaba hecho. Volví a manosearla, primero las tetasy de ahí hasta abajo hasta llegar al medio de sus piernas, donde le pasé bienla mano por su pollera, y ella no cerró las piernas ni impidió nada. Yoresoplaba, Martina pedía, nos besábamos, nos dijimos cosas.
 
Resultadofinal: a la cama. Así como Martina hizo con el camionero, antes que yo lepidiera cama ella fue quien me arrastró, se ve que quería pija desesperada. Ycomo con el camionero, me sacó todo, volaron nuestras ropas al suelo y ella sequitó su bombacha, se acostó en la cama agarrándome con ella, y tras abrir laspiernas me pidió que le diera duro. "Dale Diegui, dale, como el camioneropero más", decía agitada. Me quitó el calzón, se me superparó como nunca ycomo aquel camionero, hice realidad mi sueño de ir lejos con mi vecinita. Comouna tromba me le di vuelta encima, la penetré con furia, no suave como aquél, ymientras ella pegaba gemidos de locura yo froté con potencia y brutalidad, nadade despacio, quería darle duro, y le di duro por su vagina, por donde pasótanto y tanto semen en su vida. Y nomás eyaculé tremendo semen en la vagina deMartina, que sintió mis latidos, mis chorros y cuando se la saqué, le chorreótodo su flujo y mi semen bañando la cama. Obvio que no quedé ahí, pedí otropico y ella otra pija, y le di dos veces más hasta llenarla de buen semen. Y larematé con otra acabada, que ella me ayudó, en su boca, que Martina tragó congusto. Después sí, nos lavamos, me vestí y dándole un pico más para rubricar lanoche, me fui. Y ella no paró: "Amor, después hablamos y arreglamos parair a un hotel, si querés me pongo cuero", dijo, sabiendo mis gustos. Asíque parece que ahora habrá más. De un pedido chiquito a una potra infernal ybien gaucha. Y llena de semen.

1 comentario - Martina me permitió un pico y me la volteé

siempremassexo
Puse 9 xq me quedé con ganas de verla desnuda pero es un 10