Los sueños se escriben constantemente

Preguntas que van y vienen, encuentros casuales y conspiraciones del universo para que dos cuerpos y más terminen en algún lugar del mundo y en la misma hora uno dentro del otro.
Hace algunos años es paso, y fue el germen de esta gran historia, y de miles de ratones que aún hoy deambulan por algunas cabezas.
Cuando el sexo se siente en la sangre no hace falta describirse, el exterior siempre cede a la verdadera belleza, la interior, que infinitas veces veces se traduce en calentura y que todos sabemos que llegado el momento, es lo más importante, los cuerpos son para las fotos, las almas para el disfrute.
En su cabeza se alojaban las fantasias mas calientes que pensé que pudieran existir, ella aun no lo sabía, había transcurrido una parte de su vida esperando que alguien le mostrara el camino, que alguien colaborará para dejarlas salir, ella pedía comodidad para ser y sus hombres anteriores solo le habían dado sexo.
De este lado  se encontró con un ser errante, igual que ella, con el objetivo de vivir la única vida que tenemos, al máximo. y esas conspiraciones del universo se encargaron de juntarlos en el mismo metro cuadrado, de ahí en adelante las mentes dominaron todo, incluso a los cuerpos.
Uno puede darse cuenta si hay madera para algo mas, lo ojos de los seres humanos son tan transparentes que si miramos bien, vemos el interior, si somos capaces de prestarle atención a nuestro compañero/a en pocos minutos podemos saber dónde terminará todo, a veces cometemos el error de mirar al lado equivocado, la pasión, la verdadera, la inolvidable, esta muchos más lejos de unas nalgas o un pene.
En el primer encuentro advertí que esto iba lejos, no hubieron besos, ni sexo, solo un roce al servir una taza de café, un roce más caliente que aquella infusión, incluso más negro.
El lenguaje corporal es tan potente, que esa mano ´pasando por mi espalda, aun con ropa, se sintió como el más maravilloso de los orgasmos, son esos momentos donde uno siente los nervios del cuerpo comunicándose, nuestros músculos y órganos activándose o, mejor, preparándose para una batalla.
Ese dia transcurrio asi, no fue el único café, las conversaciones sobre lo mundanal, siempre llevaban al mismo lugar, nos hacíamos el amor sin tocarnos, nos penetramos al mirarnos, cada roce en la nuca, la cabeza o la espalda era puñal directo a los genitales, nunca pensé que nuestro maravilloso cuerpo estuviese así de conectado.
Unos días más tarde ella estaba debajo de la mesa con su boca llena, su saliva se convertía en puente que nos unía, mientras yo trabajaba, o eso creía, mi cabeza no estaba en la pc ni en las hojas con anotaciones que estaban sobre la mesa, a pesar de mantener mi postura sentado, mi cabeza estaba bajo la mesa, estaba con ella. Ella había jurado tener mi miembro en su boca todo el dia, y asi lo hizo. 
Los proximos dias transcurrieron teniendo sexo, ese sexo ordinario que todos tiene, donde intervienen anos, vaginas y penes, fluidos por doquier, gemidos y cuerpos húmedos, pero no era lo mejor, lo mejor siempre estaba por venir.
El café era el medio de comunicación, como en algún momento lo fueron las cartas o como hoy lo es internet. Una taza de café nos tranquilizaba, nos dejaba en un ámbito de confianza, así fue que un dia me conto su mayor fantasia, ser cogida a plena luz del día en un callejón cerca de su casa, con la gente mirando como ella oficiaba de mujer y satisfacía a su hombre, o sus hombres, las fantasías son construcciones ideales, cuasi fantásticas, uno no sabe bien qué forma tienen hasta que se decide realizarlas, uno no se sabe capaz y no termina de autorizar a su cerebro a volar, hasta que este no esta al mando, solo ahi terminan por adquirir la forma, lo que empezó con un hombre se convirtió sobre la marcha en un callejón con tres actores.
Cierto día paseando por ahí nos miramos y ambos entendimos que ese era el momento, esto no se sabe nunca, se siente y el universo conspiró para ese dia, en ese momento nuestras cabezas se decidieron a ser libres y vivir.
El callejón era como de uno 50 metros y menos ancho que una calle, no tenia salida físicas, pero no llevo a otro mundo.
No era oscuro ni sucio como en las películas, todo lo contrario.
Sus primeros sueños la ubicaban contra una pared de espaldas al callejón, con un hombre dándole besos en su cola, cola que era chiquita  y apretada pero capaz de alojar muchas fantasías.
Ese hombre era un desconocido para ella, era alguien que pasaba la metia al callejón la daba vuelta y le levantaba su vestido de flores, ese que muchas veces usó sin darse cuenta (o si) cuando sabía que pasaría por el callejón, y le comía la cola, la dejaba mojada y se iba, así fue la primer versión.
En sueños posteriores se repetían las primeras secuencias, pero el desconocido, quizás sintiéndose más cómodo con el sueño y menos observado, se soltaba y la penetraba, siempre de espaldas una y otra vez soñó lo mismos, a veces el desconocido se concentraba en su ano otras en la página y ocasionalmente en ambos, siempre ahí y siempre solo dos.
A veces soñaba que el semen del desconocido cuando salía de su interior y recorría sus piernas, olvide decir que ese vestido no se usaba con ropa interior, era visible a las personas que caminan detrás de ella, esas cuadras hasta llegar a su casa, ella sentia que la miraban, que sabian que habia ahi, lejos de avergonzarse, subía la apuesta.
Así fueron sus años y su relación con ese desconocido, mientras eso pasaba los hombres que tuvo solo la cogian, la penetraba, pero aquel desconocido la llevaba donde nadie más, a los lugares más oscuros de su mente, su vagina (vi fotos), cuando terminaba de pensar en aquel desconocido del callejón, parecía explotar, su color aumentaba ya no era rosada, el rojo era el color predominante, su humedad era capaz de reverdecer el sahara, sus dedos entraban y salían con mucha facilidad, uno, dos o casi toda la mano, alguna vez recurrió a algún objeto de su mesita de luz.
Yo conocía su fantasía con detalle, la había hecho mía, y ella sin quererlo se convirtió en su desconocido, en sus últimos sueños cuando ya nos conocíamos ella giraba su cabeza, y ahí estaba yo, para mi era mucha responsabilidad, era su fantasía y su desconocido ahora tenía cara, estaba yo a la altura de las circunstancias, eso estaba por verse.
Entramos caminando de la mano, a esa altura ya estábamos haciendo el amor, y solo habíamos caminado unos metros, la deje caminar por delante, le solté mano y la mire irse de este mundo.
Avance unos pasos, apure la marcha la tome de la cintura y la empuje contra la pared, su vestido de flores de apreto a la pared, sus pezones duros se adhirieron al ladrillo, sus manos buscaron la pared para sostenerse, ella sabía lo que venía, lo tenia planeado y lo había disfrutado infinidad de veces, pero esta vez era real.
Sus piernas sintieron esas manos pasando por los lugares justos que ameritaba el master plan, ese que había diseñado en cientos de sueños, yo a esa altura solo me ajustaba a sus sueños, quería ser lo mas fiel posible, al fin y al cabo era su fantasía.
Recorrí su piernas hasta llegar a su cola, y un poco más, necesitaba poner el vestido en su lugar, ahí caímos ambos en la cuenta de que eran alrededor de las 19 hs de un día de veranos, la luz todavía dominaba la escena y en la calle, aunque no muy circulada, pasaba el primer extraño.
Su primer impulso fue componerse, pero no la deje, la tome nuevamente de la cintura y aunque el vestido había vuelto a caer y nada se le veía, aquella persona que pasó sabía lo estaba por pasar y continuó como si nada.
Yo pude tomarla de la mano y sacarla de ahí, pero a la vez sabía que debía ser ese dia, el universo había hecho lo suficiente, no podíamos perder esa ventaja.
Retomamos lo nuestro, continue tocandola como hasta hace unos minutos, se tomó el vestido con una mano, levantó un poco sus caderas y separó sus piernas, la invitación a saborear su cola había llegado.
Di pequeños mordiscos a sus nalgas, su piel estaba erizada, los nervios se sentían, pero la calentura estaba muchos más presente. De su vagina salía un olor exquisito y podían verse los primeros brillos de sus jugos fruto de saberse inmersa en su sueño.
Estuve hora jugando en su cola, al menos eso me pareció, cuando la conocí descubrir que le gustaba muchos ser penetrada por la cola con la lengua, la volvía loca, podía ser un pene, un dedo o un juguete, todo estaba bien, pero una lengua, eso lo disfrutaba de verdd, y asi estuvimos un rato, cuando sus movimientos advirtieron la segunda invitación.
No había hasta ahi palabras, todo estaba diseñado, sólo había que seguir el plan y estar atento a las señales que marcaban los cambios de fases.
Me levante la tome de la cintura nuevamente, ella quiso darse vuelta y sostuve con firmeza su cabeza, yo aun debía ser un desconocido, no había porque adelantarse, el tiempo era nuestro.
Busque su cuerpo acerque mi pene y se escuchó la primer palabra ¡por la cola! Yo hubiese ido primero a su vagina, pero, ¿quién era yo para desafiar su plan? me concentré en su sueño, y me olvide por un momento todo lo que hombres creíamos saber sobre sexo anal (eso de que la mujer tiene que estar bien caliente para darte su cola), ella sabía con años de antelación que ese dia, de darse, un pene entraria en su cola antes que nada.
Los hombres sabemos de sexo, al menos eso creemos, pero que poco sabemos de sueños.
No me costó entrar, esa cola estaba dilatada, un poco por las penetraciones con la lengua, y otro poco porque los sueños rompen fronteras y al parecer otras cosas.
Y ahi estuvimos, segundo y minutos interminables, una vida, habíamos entrado a un planeta sin tiempo, casi sin sonidos, la luz había caído bastante, era tenue pero aun podíamos vernos, eso no nos importa hasta que lo pensé y de pensarlo mi cabeza volvió a la tierra, y ahí lo vi, estaba inmóvil, en silencio, disfrutaba casi más que nosotros, no se cuanto tiempo llevaba, o que había visto, pero era real.
El segundo dilema de la tarde, lo dejaba ahí corriendo el riesgo que ella no pudiera con el extraño real y decidiera terminar su sueño allí, al menos ya habíamos disfrutado bastante y fue tan bueno, eso creía hasta ese momento, como lo había soñado.
La otra alternativa era hacerle señas que se vaya mostrarse enojado, el riesgo era el mismo, aunque el sueño terminar en escándalo o quizás con dos machos haciendo gala de sus fortalezas físicas frente a su hembra.
Adelante que me gusta vivir al límite y advertí que no quería determinar su sueño, quería ayudarla en lo que fuera para que se parezca fielmente, y mientras la cogía con firmeza por su cola, me acerque a su oído y le dije que había un extraño, mis palabras textuales fueron ¡Hay un tipo mirando, esta hace un rato, quiero que te chupe la cola, no te preocupes todo va a salir bien! Quiso mirar nuevamente no la deje, debía ser sin rostros, apersonal, ella soñó una situación no una cara, no buscaba allí al padre de sus hijos, tiempo después me confesó que mis palabras la empujó definitivamente a ese otro mundo donde pensábamos, ambos, que ya estábamos.
Lo llame, se acercó, le indique lo que debía hacer, y él obedeció.
Se arrodillo y no tuvo ningún problema en  chupar esa cola que llevaba mucho tiempo siendo penetrada, él disfrutaba de ese ano humedo y rojo, no dejó nada de humedad si saborear y yo seguía allí, sosteniendola a ella, cuidando los detalles, tiempo después advertí que a veces las fantasias mas locas, solo requieren un soporte emocional y un universo que conspire.
El extraño real se volvió parte del sueño, y como ella lo había soñado, chupo esa cola con desesperación, como un perro lame el plato de comida cuando ya no le queda más, tratando de levantar los últimos sabores adheridos al plato.
Yo estaba ahí para leer señales, yo era el único capaz de interpretar señales, la calentura del extraño lo volvió un animal, ella no estaba dentro de sí, yo debía hacerme cargo de la situación e interpretar, luego vendría mi momento.
Le indique que se parara y señale la cola, me miró extrañado, como si la situación ya de por si no fuera extraña, casi con una orden le indique que se debía ir por ahí, no podía explicar en ese momento un sueño, pero él entendió que la situación no estaba bajo su control.
Le introdujo su pene y un milagro hizo que no acabase ahí mismo, eso hubiera conspirado contra el sueño, le trasmiti tranquilidad, y le pedí que aguante.
Mejorar su respiración, se acomodo y le pegó una gran cogida, ella solo atinaba a mejorar su postura, levantar su cola y disfrutar.
Vi en sus ojos que la situación no daba para más, el no podía aguantar mas, estando fuera de la situación, me di cuenta que la gente que nos veía al pasar era muchas, algunos solo miraban y seguían, otros volvían a pasar, no podíamos estar tanto tiempo ahí, ya no.
Lo autorice a acabar y le ordene que sea adentro, mientras yo hacía señas para no romper el clima, ella volvió a hablar ¡que acabe adentro!.
Una vez más volviamos al plan, y así lo hizo, no se cuanto semen introdujo en el ano de esa mujer, pero si se que ella intentaba retener lo que mas podia, me di cuenta, sabía sus intenciones.
Unos segundos más y el extraño se acomodaba su ropa, de a poco volvíamos a la realidad, le dije que se vaya, y lo hizo en silencio y agradeciendo.
Le bese la espalda, no la deje darse vuelta, espere que el desconocido salga del callejón, y la acomode para salir, siempre yo desde atrás, sin rostros.
le indique que caminara, atino a limpiarse la cola con el vestido, y no la deje, sujete su mano y entendio que tenia via libre, voy a caminar unos pasos detrás tuyo, disfrutalo.
Salimos, algunas personas que nos habían visto la miraban, ella se sonrojo seguramente, pero como en toda ciudad grande, los rostros no nos pertenecen, olvidamos la mayoría de los que vemos a diario, esta no sería la excepción y ella lo sabía, lo habíamos hablado, yo sabía que este momento podía ser así, y la prepare.
Camino sin prisa unos paso, hasta que sus piernas evidenciaron lo obvio, chorreaba semen en cantidades significativas, y no le importo.
Esas cuadras hasta su casa las camino con orgullo y felicidad, llegamos a su puerta, entramos, nos dirigimos rápidamente al baño, le saque el vestido, le abrí el agua caliente, la acompañe a entrar, aunque me tendria una ultimo sorpresa.
Se llevó su mano a la cola, la metió, se tocó,  junto un poco del semen y se lo llevó a su boca, recorría esos dedos como si tuvieran la última gota de agua en un desierto.
Luego de bañarse tuvimos sexo, y le consulte por este último acto, que nunca me había confesado, no estaba en el plan, me contó que mientras el extraño se la cogía, imaginaba tragar toda esa leche frente a mi.
Los sueños, evidentemente, nunca dejan de escribirse. 


1 comentario - Los sueños se escriben constantemente

PamLinares +1
Excelente redacción ! Lo amé 😃 te dejé +10