que calentona soy

 soy sexualmente muy activa… Insaciable! según mi esposo. Disfruto de múltiples orgasmos. A veces sin siquiera ser penetrada con el solo roce de las sábanas, cuando me lo propongo alcanzo un gran estado de excitación y puedo tener espasmos sin siquiera tocarme. Ni que hablar cuando tengo coitos vaginales o anales, mi libido se torna incontrolable y entro en un trance o seguidilla de orgasmos que no puedo controlar.
Pero además de multiorgásmica soy obsesionada por el sexo, según mi sexólogo Andrés, poseo un impulso sexual excesivo que vulgarmente algunos llaman ninfomanía. Él dice que es muy común que mujeres padezcan uno de los dos síntomas pero no es habitual que se den ambos en la misma persona. No sé si atribuirle a este comportamiento mío una desgracia de la biología o una regalo divino, porque desde muy joven en que comencé a descubrirme hasta hoy, he tenido una vida sumamente activa, llena de placeres y con la ayuda de Andrés he logrado alcanzar una felicidad plena.
En mi matrimonio, por iniciativa mía y recomendaciones de Andrés he empujado a mi esposo a hablar sobre temas bien calientes, me encanta ver películas porno con él, hemos visitado playas nudistas, hemos pensado en ingresar en grupos de parejas swingers y esas cosas. 
Mi temperamento incontrolable me ha llevado a tener sexo con otros hombres en diversas ocasiones 
Mi esposo es bastante limitado en deseos y en tamaño, jaja. Él se siente algo desdichado por no poder satisfacer mi infinito e interminable deseo. Creo que imagina mis deslices extramatrimoniales pero él me ama así y moriría si lo dejo, lo cual no está en mis planes ni en mi mente.
Él es extremadamente cariñoso conmigo y en reuniones de amigos o familia me trata de amorcito, cielito, muñequita, etc., pero cuando practicamos el sexo me encanta y lo motivo para que me diga palabras sucias como “golosa”, “comilona”, “putita”, “perra caliente”, “puta insaciable” etc., porque eso me identifica y me da mucho morbo. 
 Fuimos de vacaciones con mi esposo a un lugar del litoral, 
se trata de un paseo o “retiro” que planeamos con mi esposo, en un hotel cerca del río Paraná, en plena zona tropical, donde periódicamente se organizan intercambios de parejas. Yo estaba bastante ansiosa y expectante porque como dije antes, siempre me han atraído las aventuras sexuales. Toto siempre ha tenido la fantasía de verme en la cama con otro u otros tipos y la verdad que a mí eso me produce mucho morbo.  . Si yo soy infiel es porque estoy segura de lo que hago y jamás lo abandonaría por otro (aunque estuve muy cerca de hacerlo). Las mujeres ahora son muy atorrantas y astutas a la hora de conquistar un tipo por un bienestar económico. A pesar de mis temores en esta ocasión decidí aceptar su propuesta porque necesitaba vivir cosas distintas junto a él.

 Planeamos llegar con tres días de anticipación a la fecha prevista para el arribo de las otras parejas, para estar tranquilos, poder descansar y pasar un tiempo a solas
Arribamos a una ciudad chica, donde nos esperaba Juan el dueño del Hotel, un húngaro que pisaba los sesenta y pico. Subió a nuestro vehículo y nos indicó el camino para llegar al lugar, un paraje maravilloso, todo verde y florido, plena selva tropical, con arroyos y pequeñas cascadas, aves de todos los tipos y colores, algo impensable, donde se enclavaba un pintoresco edificio de 2 pisos, con ventanales enormes, galerías externas, un lugar realmente paradisíaco.
Al llegar nos recibió Susy, la esposa de Juan, una hermosa rubia, yo diría despampanante mujer de ojos claros, de unos 42 años. Ambos muy amables y simpáticos, nos mostraron todas las instalaciones, nos presentaron al personal que trabajaba allí También había una pareja, Francisco de 36 y ella Matilde de 32 que eran mucamos. Todos colaboraban a la hora del almuerzo y cena con el servicio a los huéspedes. También había un profesor de deportes, que venía por las tardes.
Susy era hija de un ucraniano y una española y quizá los genes de su madre la dieron un carácter de mujer extremadamente abierta, como yo por lo que de inmediato nos hicimos muy buenas amigas.
Luego de acomodar la ropa en la habitación, nos fuimos con Toto a caminar al parque que rodeaba el hotel. Algo realmente maravilloso, con dos canchas de tenis, una de pádel, una pileta, cancha de futbol, pista para caminar o andar en bici, todo perfectamente distribuido rodeado de jardines y armonizando con el paisaje. A mi esposo y a mí nos llamó la atención la presencia de varios hombres practicando deportes y en la pileta, ninguna dama. Esto nos contrarió un poco en nuestro afán de estar solos y tranquilos los dos días previos al arribo de los otros matrimonios. Como Toto juega al pádel se quedó mirando como jugaban dos negros y un blanco aparentemente español que de inmediato lo invitó a incorporarse para completar el cuarteto. Yo le dije que se quedara a jugar, yo me fui a caminar por el parque. En eso apareció corriendo Susy con atuendo deportivo y sonriendo me preguntó si andaba buscando algún caballero. Nos sentamos en un banco de madera y nos pusimos a charlar amenamente.
Susy era muy abierta y rápidamente entramos en confianza como si nos conociéramos de toda la vida. Me contó que hacía 10 años que lo conocía a Juan, hasta entonces ella había ejercido la prostitución, pero después dejó de hacerlo porque él le dijo que le daría todo lo que quisiera.


Esa noche mi esposo y yo compartimos la mesa con Susy y Juan. El comedor tenía varias mesas redondas ocupadas cada una por 5 a 8 hombres, salvo una donde había 3 hombres y 2 mujeres. Susy y Juan nos comentaron que todos eran extranjeros, la mayoría de Estados Unidos y Centroamérica y que las mujeres eran 2 doctoras en medicina. Yo me había puesto un vestido rojo elastizado que al caminar se me subía hasta las nalgas y tenía que andar bajándomelo. Toto estaba furioso porque los tipos me devoraban con la mirada y me sonreían como invitándome a cojer. Yo me hacía la desentendida pero el morbo había calentado mi piel y sentía que mi tanga estaba mojada.
-Como te vienes con ese vestido cariño, sabiendo que había tantos hombres-
no seas ridículo, seguro que esos tipos nunca han visto una buena cola en su vida. No me jodas más sino me voy a la habitación.- Juan y Susy estaban algo incómodos pero allí terminó la discusión.
no seas tan celosito. Sabés que eres mi único amor y no deseo a nadie más que a vos-
Al finalizar la cena y luego de una sobremesa no muy extensa, nos despedimos de nuestros simpáticos anfitriones y fuimos a la habitación. El dormitorio era muy amplio, con un gran ventanal vidriado con puerta corrediza que daba paso al jardín, desde donde se veían los ventanales de las otras habitaciones de planta baja y las de planta alta. La nuestra era la primera cerca del  ingreso al hotel.
Esa primer noche hicimos el amor con mi esposo por insistencia mía ya que él aún estaba molesto por lo de mi vestido. Yo en cambio no podía liberarme del calor que levanté durante la cena con el vino y la mirada de esos tipos. Luego de que Toto terminara, le pedí que me hiciera la cola pero me dijo que estaba molido.. Mi esposo estaba en el baño, cuando escuché ruidos de unos vehículos que llegaban, luego muchas voces y risas 
Toto salió de la ducha, se colocó su pijama y cayó redondo a la cama, a los minutos ya estaba profundamente dormido. Yo, curiosa incurable, cubrí mi cuerpo desnudo solo con una bata corta y salí hacia el pasillo rumbo a la sala, donde se escuchaban gritos, risas y música. Fui al bar en busca de una gaseosa, para ver más.
Yo volví a mi habitación, pero la intriga no me dejaba dormir. Me levanté y salí al jardín por la puerta corrediza, allí me deslicé entre las sombras de los arbustos hasta posicionarme frente a la ventana de una habitación. Tres chicas y cuatro tipos estaban en ropa interior. Me acerqué sigilosamente, tanto como para poder deleitarme con tremendo espectáculo. Una de las chicas le bajó el slip a dos negros, liberando sendos penes enormes. De inmediato comenzó a chupárselos haciendo que aumentaran su rigidez y tamaño… y que tamaño. Quedé atónita, con esos pedazos de vergas de más de 20 cm de largo y varios de grosor que no les cabían en la boca a la rubia. En la cama superking los otros dos tipos de tez blanca le besaban el sexo a una morocha y una rubia. No tardaron mucho en comenzar a coger. Lo hacían cambiando posiciones y también intercambiándose entre todos. En dos pantallas gigantes se podía ver con lujo de detalle las tremendas penetraciones y el perreo que le prodigaban esas bestias a las 3 mujeres. Ellas gritaban de goce y yo gemía liberando un par de orgasmos estridentes. Más de 45 minutos duró el show. Luego se ducharon y vistieron para beber unos tragos.
Yo con ganas de ver más, caminé hacia la próxima ventana, donde pude ver a 2 chicas con 2 hombres que ya se estaban vistiendo.
En ese momento comenzó a llover, primero unas gotas, pero a los 10 minutos caía agua a baldes. Regresé corriendo a mi habitación hecha sopa. Me dejé caer en la cama, me temblaba el cuerpo, pero no de frio sino de excitación. Acaricié a mi esposo insistente pero infructuosamente tratando de activarlo. Afuera continuaba lloviendo tanto que parecía que se iba a terminar el mundo.
Finalmente terminé penetrándome con mis juguetes hasta calmar un poco mi calentura y poder así conciliar el sueño.

5 comentarios - que calentona soy

capitanlee
Buenisimo!!! espero que siga la historia.... Ese lugar Existe? es real ese hotel? Me dirias donde queda o como se llama? Van +10
Chuchu122
Hermoso relato y que don que quieras cojer todo el tiempo
Adr1anMdq +1
muy buen relato,... yo le hago la cola a full, descansare cuando este muerto.
Superalejomdq +1
muy buen relato @marplatense27 en todo momento pense a tu marido te iba a re coger o te ibas a meter en la fiesta, pero no, yo te doy verga hasta dormido, soy insaciable a full, besotes diosa y vecina