Capítulo 3; Compañera y futura aliada lésbica

Había pasado la noche, y amanecí con un dolor de cabeza terrible, el alcohol ya me afectaba cada vez más, no soy tan viejo pero pareciera que los años pasan quizás por el abuso en mi adolescencia, también las pocas horas de sueño y el sexo a veces pesan al otro día, más cuando hay que madrugar y te dan por el culo. Con un dolor terrible de cabeza sentía el dolor en mi ano. -Markus bastardo, la tiene más grande de lo que pensé, al menos Clara come bien cuando no está conmigo. Pensé, tras terminar de alistarme. En eso me llega un mensaje de Belén, una compañera de la uni. -Tengo la tarde libre, podríamos vernos un rato, conversar, tomar algo. La cabeza me retumbaba, aun así le contesté al mensaje. -Claro, pero paso de tomar alcohol, anoche tomé demasiado y tengo una resaca de mierda. Contesté, ella me contestó con un emoticón de rostro sonrojado, y luego otro sonriendo. Le dije que me llamara cuando estuviera libre. 


La uni estaba como siempre, fría en la mañana, se me helaban las putas piernas y los pies y para más encima, no me podía sentar bien. Pasé toda la mañana así hasta la hora de almuerzo, que terminaron mis clases. Me llamó entonces Belén para comentarme que estaba libre a esa hora, que podíamos juntarnos a almorzar juntos. Acepté, habíamos tenido sexo un par de veces, pero por temas de horario nos habíamos dejado de ver, nuestros horarios eran incompatibles. Recuerdo la primera vez, me la follé mientras Clara nos veía y se masturbaba, ya había pasado algo de tiempo desde eso. 


Me junté con ella, se veía como siempre, quizás un poco más esbelta. Una mujer de mediana estatura, morena con un buen par de tetas, aunque su figura resaltaba andaba con una remera ancha que no dejaba nada a la vista. También tenía un orto de los mil demonios, que de solo acordarme me calentaba. Me sorprendió que no anduviera escotada, parecía que disfrutaba comúnmente que la vieran así. Me abrazó fuerte cuando me vio y sentí sus tetas apoyarse sobre mi pecho, parecía que no llevaba sostén. -Andas sin corpiño? Le pregunté. -No, ando con algo un poco más sugerente. Me contestó ella con una mirada pícara. Compramos un par de cosas para almorzar, y entre ellos tomó un poco de helado y una salsa de chocolate para untarle, como postre decía ella. 


Cuando llegamos, ella se quitó la remera que traía, y abajo pude ver su corpiño negro, del tipo de lencería erótica. Mi pene se endureció. -Tus tetas se ven tan bien como siempre. Contesté, babeante. Ella apoyó sus brazos bajo su busto y las levantó. -Sé que te gustan mis tetas, y hace tiempo que no follamos. Llevo bastante tiempo sin comerme una verga, y estando soltera, sobre todo por tiempo es difícil. Recordé como Clara nos vio tener sexo, esa vez le hice un anal y eyaculé dentro. El semen chorreando su orto venía a mi mente. -Recuerdo cuanto disfruté que me llenaras con tu leche el ano, quiero más de eso ¿Sigues con Clara? Me comentó mientras alistaba la comida. -Sí, ella se está follando a mi mejor amigo Markus, la pasan muy bien. Ella detuvo lo que estaba haciendo y me abrazó. -Aw, el pobrecito ve como se follan a su novia pero no folla. Me imagino como te pajeas viéndolos y escuchándolos. Le sonreí mientras aplastó sus tetas contra mi cara. -Cierto, no follo de hace mucho con otra mujer. No te mentiré, quiero bañar tu útero con mi semen, el de Clara ya está acostumbrado al mío y el de Markus. Igual Clara no me ha dejado ver como cabalga sobre Markus. Ella se sacó el sostén, dejando ver sus preciosas tetas, tomó la salsa de chocolate y vertió un poco sobre ellas. -Ven, cómetelas. Me dijo, a lo cual accedí sin miramientos. 


Me comí cada rincón de sus pezones y sus tetas, limpiando el chocolate con mi lengua. -Belén, dime ¿Cómo harías para hacer a una chica hetero tener sexo gay? Ella mientras toqueteaba mi verga me preguntó. -¿Quieres hacer que Clara se folle a otra mujer? ¿Tienes fetiches con lesbianismo? Podrías dejarme intentar redescubrir su sexualidad, quizás termine comiendo más conchas que vergas. Ella sacó mi pija dura del pantalón, me tiró contra el sillón y luego de sacarse el pantalón empezó a masturbarme con sus manos, comiéndome la boca. -¿Crees que puedes hacer que le gusten las conchas? Le pregunté entre besos. -Amor, haré que hasta ti te gusten las pijas. Le pasé la lengua por las tetas de nuevo, agarrándoselas con fuerza, apretándoselas, y luego nalgueándola. Sus labios vaginales empezaron entonces a masturbar mi pene, delicadamente mientras danzaba sobre mí. -Belén, sigues siendo toda una perra. Ella me sonrió. -Quiero que tu leche recorra cada rincón de mi orto y mi zorra ¿Me escuchaste? Entonces la tiré contra el sillón, y empecé a penetrarla, la primera fue lento, y de a poco fui aumentando la velocidad, hasta hacerlo cada vez más rápido y duro. Fue entonces que ella comenzó a gritar y gemir de placer. -Sí, métemela más rápido, más fuerte, más adentro. Gritaba mientras puse una de mis manos en su cuello y la ahorcaba, con la otra mano apretaba una de sus tetas con fuerza y le mordía los pezones. La escuchaba gemir con el aire entrecortado. Después de eso la solté, y le di una nalgada vigorosa, que dejó mi mano marcada en su culo. -Me encanta que seas mi putita. Le decía. -Me encanta ser tu puta. Me respondía, mierda que me dolía el ano aún en la plena, pero no me importaba ya. 


Después de esa penetración, la saqué, sentí como mi cabeza daba vueltas, resaca de mierda. -Voy a eyacular. Le dije. -Sí, llena mis labios vaginales con tu leche, quiero mi concha llena de tu leche. La saqué y eyacule su vagina, parte del semen cayó al sillón. Se escurrió atraves de su clítoris hasta su ano. -Mete esa leche a mi ano con tu lengua. Me dijo, y me acerqué, entonces con mi lengua lamí su ano, y arrastré el semen hasta ahí introduciéndolo con mi lengua. -¿Es suficiente para ti? Le pregunté sonriendo y sabiendo su respuesta. -No, claro que no, mínimo tendrá que ser una segunda vez. Me dijo tomando algo de semen con sus dedos y metiéndoselos a la boca, preparándose para besarme. Al menos esta vez estaba un paso más cerca de hacer que Clara se acostara con Yami, Belén me ayudaría con esto, verlas a las dos follar me hacía morbo, porque Clara hacía tiempo que no quería follarse a otra mujer. 

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