13-11-2009 Monica, la hermana de Elena tambien es infiel

Mi novia y yo volvíamos a casa en el coche de nuestra amiga, y hermana de mi amante Elena, Mónica, tras una noche de fiesta. Cuando íbamos de camino, Mónica dijo que, si nos apetecía tomar algo más aun, ella conocía un buen bar cercano. Yo dije que sí, pero mi novia dijo ir ya algo borracha y prefería irse a casa. La dejamos en su casa y nosotros fuimos al bar.
Era un pub tranquilito donde nos sentamos en una mesa a tomar algo y charlar tranquilamente. Esta iba muy sexy con una camiseta naranja sin mangas que remarcaba sus grandes pechos algo caídos, una falda negra de tubo hasta las rodillas ajustada y unas medias negras con líneas verticales más oscuras y gruesas que la hacían muy sexys las piernas.
Mónica siempre ha sido muy simpática, pero esa noche la note algo más de lo normal conmigo y no tarde mucho en saber por qué. Acababan de traernos la segunda copa cuando me pregunto si sabía que ella y su hermana tenían una gran relación y se lo contaban todo. Me quede un poco sorprendido pues no sabía si ese todo incluía nuestra relación a escondidas o no. La duda también me la resolvió rápidamente, pues inmediatamente me dijo que todo incluía sus infidelidades conmigo. Me quede en blanco y no fui capaz de articular palabra hasta que Mónica me dijo que no me preocupara que ella también tenía sus escarceos cuando podía librarse de su marido.
Mantuvimos una pequeña charla sobre infidelidad mientras nos tomábamos esa segunda copa. Pedimos una nueva copa y Mónica se levantó, poniéndose a bailar al lado de la mesa. Me miro y me dijo que bailara con ella. Mientras lo hacía, se subió un poco la falda, haciendo que por 2 pequeñas rajas que tenía en los laterales se viera el inicio de la liga de las medias. No se la subió mucho, por lo que sus medias terminaban al inicio de los muslos. Esto unido a una sonrisa pícara hizo que me uniera con ella a bailar.
La agarre por la cintura y bailamos mirándonos y sonriéndonos, haciéndonos ver lo que ambos queríamos. Mónica se giró, dándome la espalda y rozando mi paquete con su rico culo. Cuando baje una de mis manos para acariciar su muslo, note que debajo de la falda llevaba un liguero. Esto me puso más caliente y no separe mi mano de esa zona. Mónica giro su cabeza y me dijo que le gustaba ponerse sensual cuando su marido no estaba por si surgía algo.
Mi polla estaba a mil y Mónica lo sabía pues además de pasar su culo, pasaba su mano disimuladamente por ella. No hizo falta que me dijera 2 veces que su marido estaba de viaje para que nos termináramos la copa y nos fuéramos del pub. Nada más montarnos en el coche comenzamos a besarnos y mis manos acariciaron sus piernas. El tacto de sus medias era bien sensual. Una de mis manos no tardo en subir hacia sus pechos comenzando a acariciárselos.
Llegamos a su casa y fuimos al salón donde nos besamos con más ganas aún. Acaricie sus tetazas y su culo con muchísimas ganas. Subí su falda hasta comenzar a ver su culo, dejando bien a la vista los tirantes del liguero y acariciando sus muslos. Acabe subiendo su falda hasta la cintura para acariciar su culo y muslos. Mónica llevaba un tanga negro de encaje transparente muy sexy y un liguero también negro con encaje.
Le quite la camiseta, dejándola con un sujetador negro de aro con encaje transparente donde se la veía unos pezones bien gorditos. Agarre sus tetazas y las acaricie mientras la besaba el canalillo. Saque sus tetazas del sujetador y se las comí y acaricie. Me ponía a mil lamer esos gordos pezones mientras apretaba sus tetazas con mis manos.
Mónica me llevo hacia el sofá. Se sentó en él y me dejo frente a ella. Me quito el pantalón y el slip, agarro mi duro pene y comenzó a hacerme una mamada. Apoye mi mano en su cabeza acompañando los movimientos de su cabeza. De vez en cuando pasaba su lengua de arriba abajo por mi polla.
Me arrodillé y comencé a besarme con ella. Mis manos acariciaban sus piernas cubiertas por las sexys medias. Comencé a bajar besándola. Cuando llegue a sus pechos bese sus duros pezones y los mordí antes de continuar bajando. Cuando llegue a su coño, lo bese con el tanga puesto. Eché su tanga a un lado y comencé a jugar con mi lengua con su clítoris. Cuando lo tuvo bien mojado, comencé a comerla el coño. Mi lengua se introdujo bien dentro de su delicioso coño. Mis manos subían por sus piernas, acariciando sus medias y liguero, hasta llegar a sus pechos y acariciarlos de vez en cuando.
Cuando se corrió en mi boca, me levante, me desnude completamente y me puse un condón. Tumbe a Mónica en el sofá y me eche sobre ella. Metí mi polla en su empapado coño, comenzando a follar despacito. Mientras nos besábamos y follábamos, no podía dejar de pensar en que me estaba follando a la hermana de mi mejor amiga y amante, que encima estaba casada, cosa que me ponía más cachondo aún.
No podía dejar de bajar mi cabeza para comerla las tetazas mientras mi polla salía y entraba cada vez más rápido de su coño. Me coloque de rodillas en el sofá y coloque sus piernas contra mi pecho, continuando la follada. En esta posición, además de acariciar sus piernas, podía besarla los pies.
De repente el acto se calentó nuevamente más aún. Mónica me dijo que deseaba comprobar si el anal lo hacía tan bien como su hermana le había contado. Sin perder un segundo me baje sentándome en el suelo, gire a Mónica en el sofá colocándola de lado con su culo hacia mí. Me lubriqué con saliva un par de dedos y comencé a jugar con su ano para dilatárselo. Mientras, besaba sus glúteos y con mi otra mano acariciaba sus piernas.
Me levante y coloque una pierna encima del sofá para inclinarme sobre ella y follarla el culo siguiendo ella de lado. Mientras la enculaba con una mano la agarraba del hombro para no caerme y con la otra acariciaba sus tetazas. A Mónica le gustaba pues además de los gemidos de su boca no paraba de salir un más.
Estaba a punto de correrme por lo que tumbe a Mónica boca arriba y me coloque encima de ella con mi polla entre sus tetazas. Me quite el condón y Mónica comenzó a hacerme una cubana maravillosa. Yo avisé a Mónica que iba a correrme, pero esta hizo caso omiso y siguió masturbándome hasta que me corrí. Mi semen cayo en sus cuello y cara. Con sus dedos recogió lo más espeso y se lo llevo a la boca.
Me levante y ella se sentó nuevamente frente a mí. Nuevamente me lamio la polla hasta dejarla limpia de semen. Entonces se fue al baño a limpiarse.

Mónica volvió del baño con el sujetador correctamente puesto y un par de cervezas. Yo estaba sentado en el sofá. Me dio una cerveza y se fue a poner música. Comenzó a bailar muy sensualmente delante de mí. Ver como se la movían sus tetazas y lo sensual que iba con el liguero y las medias hizo que comenzara a masturbarme mirándola.
Cuando se me puso dura, me puse un condón, me levanté y comencé a bailar detrás de ella pasando mi polla por su culo. La acerque al sofá y la incline hasta que coloco sus manos en el asiento de él. Con el culo bien en pompa, eché el tanga a un lado y comencé a follarla el culo. Cuando fui a cambiar de agujero para follarla por el coño, Mónica se levantó y me dijo de ir mejor a la habitación.
Fuimos a su habitación. Me senté en el borde de la cama y Mónica se sentó encima de mí. Echo su tanga a un lado y se metió mi polla en su coño. Comenzamos a follar y acaricie sus piernas, jugando con los tirantes del liguero, mientras nos besábamos. Subí mis manos agarrando sus tetazas, a la vez que agaché mi cabeza para lamer su canalillo. Mónica se desabrocho el sujetador y se lo quite. Volví a comerla las tetazas, poniendo gran énfasis en sus pezonazos.
Mónica me tiro hacia atrás, tumbándome. Ella comenzó a moverse circularmente. Estire mis manos para agarrar sus tetazas. Al poco, se colocó de rodillas, con mi polla nuevamente en su coño, y se inclinó hacia mí para poder besarnos mientras seguíamos besando. Mis manos ahora acariciaban su culazo.
Cuando Mónica se corrió, se colocó a gatas en la cama y yo me puse de rodillas tras ella, follándola nuevamente por el culo. No pare hasta que me corrí con la polla bien dentro de su culo.
Me coloque de rodillas delante de ella y tras quitarme el condón me comió la polla dejándomela bien seca de semen.
Nos quedamos un rato tumbados en la cama, acariciándonos y charlando sobre lo rico y morboso que había sido, antes de que me vistiera y me fuera para mi casa.

Cuando me desperté a la mañana siguiente pude comprobar que Mónica y su hermana Elena se contaban todo pues ya tenía mensajes de Elena preguntándome que tal con su hermana.

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