El sueño se hizo realidad.. y siempre estoy buscando repeti

Recuerdo haber cumplido 17, era verano, y como cada verano no éramos de salir mucho en horario de la siesta. Mis padres habían salido a trabajar, así que estaba en el comedor viendo tele. Recuerdo que mi hermano mayor trabajaba en un taller, por lo que a las 4 debía irse… yo como estudiaba estaba en vacaciones. 
Hacía Calor, así que no quedaba mucho por hacer más que mirar tele. Estaba solo, tenía una bermuda y estaba tomando gaseosa. 
Mi vecina, una chica huérfana que vivía con sus hermanos, habría tenido unos 25. Toda mi vida fue mi sueño, no tenía buen cuerpo, pero se la notaba firme. ¡Mi debilidad por supuesto eran sus tetas, enormes!!!!
Mientras yo seguía viendo tele, y veo que alguien pasa por la ventada del costado, nuestras casas estaban pegadas. De pronto se abre la puerta del patio, había que pasar por la cocina para llegar al comedor. Sentí que con su voz suave llamo… 
¡Hay alguien!!!!
Respondí presuroso, pasa Nana, hacia le decíamos en la familia.
Debo confesar que el estar solo, escuchar su voz, y no sé porque mierda, al toque se me paro la pija.
Entro, me saludo y se sentó a mi lado. Tenía un short, y una camisa a la que le había arrancado las mangas. Tenía desprendido varios botones y pude percatarme que no llevaba nada debajo de la camisa.
No recuerdo de qué, pero estábamos hablando hasta que note que ella se había percatado de mi erección. Siguió la charla, pero note un cambio de actitud en ella, ya se había recogido el cabello, empezó a quejarse del calor, y se pasaba la mano por nuca, respiraba agitada…
Le ofrecí algo de tomar, no quiso… mi cabeza estaba en otra parte, no sé cómo fue mi pierna rozo la suya. 
Ella se quejó, como si la hubiera golpeado, y me pellizco el brazo. Por mi cabeza se me vinieron miles de ideas, pero no… rápidamente respondí de igual manera, la pellizqué, pero en la pierna. Volvió a quejarse y esta vez fue ella quien cruzo un brazo por encima, me abrazo y con la otra mano me tiro del cabello… mi cara quedo a centímetros de su escote, pude casi morderlo… la imagen que me devolvió fue la mejor de mi vida. Unos grandes pechos, rosados, se asomó una gran aureola rubia, y un pequeño pezón. Eran casi transparentes, se les marcaba las venas…. 
Ella noto que me detuve a mirar su escote y más… rápidamente me soltó y la note incomoda. Para su tranquilidad, con una risa le dije:
Como si nunca hubiera visto una teta… (como esas debo decirles que no había visto jamás. Seguimos el juego, y de pronto su mano estaba sobre mi pija, sobre la bermuda, la tocaba con ganas… no lo dude… mi mano se dirigió a su escote, solo desprendí un botón para poder sacar esas hermosas tetas. Quede deslumbrado. Rápidamente con su mano me sujeto la nuca y me invito a chuparlas.
Mi sueño, se estaba haciendo realidad. Estaba con mi lengua lamiendo esos pezones, mientras ella, de a poco iba descubriendo mi pija. Me di el gusto de poder tocarlas, apretarlas, eran hermosas, había soñado aquel momento, las estaba chupando como siempre soñé. Lentamente ella me alejo, y se arrodillo en el piso, como una maestra se dispuso a chupármela. A pesar del calor, sentía escalofríos, aquella imagen de como se la mandaba hasta hacer arcadas, era hermosa. Mis manos se turnaban para apretar esas tetas, no podía dejar de hacerlo. El ritmo se aceleraba cada vez más. Sentía que iba a explotar. De repente le apreté las tetas tan fuertes que fueron signo de que estaba por acabar. 
Y así fue, el primer chorro lo deposite en su garganta, ella con sed de semen, seguía lamento, lo disfrutaba, jamás pensé que le gustara tanto el semen.
Era tal mi excitación que brotaban chorros… mis manos no dejaban de apretar esas tetas. Me limpio la pija como una maestra. Con delicadeza. Sin decir una palabra, se acomodó la ropa, se sentó a mi lado, y seguimos viendo tele como si fuéramos dos desconocidos. No sé el tiempo que paso, pero llego mi viejo, y el ambiente se normalizo. La charla fluía normal.
Al poco tiempo la volví a cruzar, pero como si nunca hubiera pasado. Ella tenía novio. Al poco tiempo me mudé, y jamás la volví a ver… siempre me quedo la duda de que había sido aquello, si le gustaba, o lo hacía de vicio… hasta el día de hoy me quedaron ganas de tenerla en una cama. 
Tengo 45, y aun pasaron los años jamás me olvide de la nana.

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