Esta es de un centro médico que conozco. Parece que los médicos,de tanto trabajar, se estresan y necesitan rélax. Y para eso agarran a las TENTADORASenfermeras. Así pasó en uno de los consultorios, donde uno de los médicos,grandote , lindo, trabajó junto a una enfermera bastante tiempo y luego sefueron a descansar. Pero no cada uno por su lado, sino que el tipo la invitó ala mujer a su habitación. Tras bañarse y ponerse cómodos, ambos almorzaronjuntitos queso, fiambre y pastas. Y de tanta comodidad, bata, pantuflas,bañito, comidita, el médico se puso mimoso. Y la enfermera, ni te cuento,bañada y encremadita quería diversión. Se dijeron cositas, se hicieron mimos yde golpe, pum.
El médico la sujetó al adoctora, la arrastró con fuerza a lapieza, le sacó el deshabillé y al ver su ropa interior se le paró el pene deuna. La mujer se excitó, lo acarició, lo besó, le sacó el calzón y se quitó elcorpiño y la bombacha. Y cuando revoleó la ropita erótica, traca traca: elmédico la puso en posición, la enfermera abrió las piernas, el hombre se lesubió y se la recontracogió por la vagina, dándole con furia, pasión y unpenacho de más de 25, chicas. La enfermera gemía de placer mientras el médico ledaba y le daba friccionando el salchichón adentro de la vagina. Y tras quince,el hombre acabó y la llenó de abundante semen a la enfermera, que largó suflujo.
Pero en un solo acto no quedó la cosa, claro. De ahí en más,mimos, besos y cepillada toda la tarde. El médico le hizo de todo a la doctora,la revisó, la vistió, la desvistió, le dio inyecciones con su pene tremendo, lehizo vagina, cola, tetas, y derramó su semen por donde quiso. Y así hasta quelos dos se fueron a descansar, pero cada uno a su pieza. La mujer,supersatisfecha de pija y esperma, se durmió de un tirón y laburó perfecto a lanoche. Y el médico, joya, se sacó el gusto de cepillar a su colega. Lo que sellama profesionales de la salud. Sí, del sexo.
El médico la sujetó al adoctora, la arrastró con fuerza a lapieza, le sacó el deshabillé y al ver su ropa interior se le paró el pene deuna. La mujer se excitó, lo acarició, lo besó, le sacó el calzón y se quitó elcorpiño y la bombacha. Y cuando revoleó la ropita erótica, traca traca: elmédico la puso en posición, la enfermera abrió las piernas, el hombre se lesubió y se la recontracogió por la vagina, dándole con furia, pasión y unpenacho de más de 25, chicas. La enfermera gemía de placer mientras el médico ledaba y le daba friccionando el salchichón adentro de la vagina. Y tras quince,el hombre acabó y la llenó de abundante semen a la enfermera, que largó suflujo.
Pero en un solo acto no quedó la cosa, claro. De ahí en más,mimos, besos y cepillada toda la tarde. El médico le hizo de todo a la doctora,la revisó, la vistió, la desvistió, le dio inyecciones con su pene tremendo, lehizo vagina, cola, tetas, y derramó su semen por donde quiso. Y así hasta quelos dos se fueron a descansar, pero cada uno a su pieza. La mujer,supersatisfecha de pija y esperma, se durmió de un tirón y laburó perfecto a lanoche. Y el médico, joya, se sacó el gusto de cepillar a su colega. Lo que sellama profesionales de la salud. Sí, del sexo.
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