Viaje de un jubilado a la argentina 28

Estábamos casi subiendo al coche, Ingrid nos iba a servir de guía para ver una Misión de los tiempos de los jesuitas que evangelizaron a los guaraníes que vivían en aquellos tiempos, Erika se quedaba con el niño pero en el último momento me pidió un favor.
No sé cómo decírtelo Pepe, Corina me ha dicho que te das maña y te apañas en arreglar todo, se me ha estropeado la máquina de coser y tengo que entregar un pedido de muñequitas guaraníes mañana, sé que no tengo perdón pero te rogaría que le echaras un vistazo antes de irse.
No te preocupes pero te advierto que yo soy aprendiz de mucho y maestro de nada, si es una avería fácil bien pero sino…
Hacé lo mejor que puedas.
Miré a los demás y me encogí de hombros, entré en la casa y miré la máquina de coser, se le había enredado el hilo por dentro y había una maraña imposible de solucionar en un momento, miré a Erika pero ella me hacía unos ojos de “por favor” que no pude rechazar, salí y les dije.
Lo siento chicos, la máquina tiene un buen rato de trabajo, me sabe mal no ir pero Erika va a quedar mal si no lo arreglo y me sentiría fatal por no ayudarla, de paso cuidaré también de Javi, ya me contareis lo que habéis visto, haced fotos.
Los demás con cara de desilusión entraron en el coche y salieron hacia la carretera, dentro de casa encima de una alfombra gigante rodeado de todas clases de cosas estaba Javi entretenido, Erika muy afanosa retiró todo alrededor de la máquina de coser y me trajo las herramientas que tenía que no eran muchas, como era un trabajo de paciencia y delicado me quité la camisa y me dispuse a pasar la tarde. Ella quería ayudar por todos los medios, se sentía fatal por haberme apartado de la excursión, me preguntaba continuamente en que me podía ayudar y al final por no oírla le dije que me sujetara unas hebras de hilo que iban saliendo del lío que había, la mujer inclinada sobre la maquina y una luz auxiliar para ver mejor de cerca me ofrecían una vista ideal de su escote, yo estaba inquieto, me fijaba estirando el cuello buscando la mejor postura para ver más cantidad de teta, no debí ser muy discreto porque Erika me dijo que iba un momento a buscar algo y cuando volvió siguió haciendo lo mismo, tardé un momento por estar concentrado en el embrollo que había en la canilla del hilo pero al alzar la vista mis ojos profundizaron otra vez en el escote de la mujer, con la luz enfocando y yo detrás de la pequeña pantalla vi el hermoso par de tetas de Erika y ahora en toda su amplitud, se había quitado el sujetador y sólo llevaba una ligera bata abrochada por delante, entre las dos tetas separadas podía ver hasta debajo del ombligo, de momento desvié la vista pero luego mi curiosidad pudo más que yo y me fijé en los anchos pezones que coronaban las puntas eran redondos siguiendo la forma de cono de las teta y sólo en la misma punta se distinguía el botón del pezón un poco más oscuro que la areola.
Erika iba haciendo su labor hasta que al quedarme un momento quieto, ensimismado en sus tetas, me dijo.
¿Te gusta lo que ves?, no son los pechos de una joven pero te aseguro que están tan vivos como los de mis hijas.
… Te los comería ahora mismo…
¿Eso es un piropo o una proposición?
Eso es un deseo desesperado.
A veces los deseos se hacen realidad…
¿Y qué hay que hacer para hacerlos realidad?
Sólo abrirme el vestido y hacer con ellos lo que desees.
Se irguió, dio la vuelta alrededor de la máquina de coser y se quedó de pie delante de mí, le hice sitio entre mis piernas y ella se acercó hasta casi tocarme, con mis manos fui soltando los botones uno a uno, con las experiencias que había tenido ya no me atreví a lanzarme directamente y fui paso a paso, ella me miraba a los ojos mientras mis manos iban abriendo cada botón, el vestido se iba separando y haciéndole el escote más ancho, ya se veía el nacimiento de las tetas pero cada una iba en una dirección, se notaban su dureza aunque no me atrevía a tocarlas aún, no tenía canalillo estaban tan separadas que el esternón cada vez era más ancho, pero por los lados seguía descubriendo más y más pecho, cuando ya quedaba un tercio encogió los hombros y el vestido se escurrió quedando sólo sujeto en la cintura, las dos tetas aparecieron a la vez, como yo había supuesto eran cónicas pero al final se elevaban tomando forma de cuerno, las areolas le hacían la punta roma pero el pezón marcaba el centro.
Erika se acercó a mí para que eligiera cual quería chuparle primero, aunque iguales no eran gemelas y elegí la que parecía más alta, puse los labios sobre la areola y aspiré, se me llenó la boca de carne suave pero dura, tuve que abrir las mandíbulas para que cupiera lo máximo posible y Erika se abrazó a mi cabeza, al lado de mi cara notaba en la mejilla la otra teta similar, estuve chupando la teta hasta que el pezón tomó forma de oliva, ella misma me ofreció la otra, la traté igual y cuando la saque de la boca tenía un cerco rojo más ancho que la areola, mientras estaba chupándole el segundo pecho le iba despasando los botones que quedaban, el vestido cayó al suelo dejándome ver la lencería que llevaba, no esperaba ver un modelo tan sexi en aquellas latitudes y cogiéndola de la cintura la separé para admirar el triángulo que le formaba las bragas en la cadera.
Me gusta que aprecies las cosas bonitas, siempre me han gustado las prendas íntimas y ésta no había tenido ocasión de estrenarla, me la he puesto para ti, sé que la vas a disfrutar.
La atraje hacia mí y me levanté de la silla, ella se arrodilló y me fue soltando el cinturón, el pantalón cayó junto el bóxer, mi polla saltó frente a su cara y ella se la quedó mirando, no la tocó pero me cogió de las nalgas y fue atrayéndome hacia ella que fue abriendo la boca según mi capullo le presionaba los labios, se fue metiendo la polla como si fuera su coño, yo veía como centímetro a centímetro iba entrando sin parar, los labios se esforzaban por admitir semejante diámetro pero ella seguía aspirando, desde arriba veía sus muslos en cuclillas y las tetas que rozaban casi sus brazos, entre las dos mi polla entrando en su boca sin parar ni un momento para respirar, cuando su nariz tocó mi pubis le dieron pequeñas arcadas pero aguantó, noté su lengua como presionaba mi polla contra su paladar, me cogió los huevos con las dos manos y los sostuvo como si fueran una ofrenda a los dioses, su cabeza empezó a moverse sacando y metiendo el tronco hasta el glande y volviéndolo a tragar, los ojos le lloraba y me senté en la silla, junté las piernas y la acerqué hacia mí.
Ella separó sus piernas rodeándome pero quiso quitarse sus preciosas bragas, le dije que no y cuando estuvo sobre la vertical de mi polla le ladeé el camal elástico de sus bragas negras de tul y le dejé el camino libre para que se sentara sobre mí, la polla estaba mojada de saliva y no tuvo resistencia por su parte, igual que se había tragado mi polla ahora se la clavaba sin dejar de mirarme a los ojos, al llegar a sentarse sobre mis muslos le dieron unas sacudidas y tuvo que abrazarme, su cabeza junto a la mía, sus tetas casi bajo mis axilas y sus uñas clavándose en mi espalda, tuve que moverme un poco para evitar señales que Elena pudiera interpretar luego.
Una vez repuesta del orgasmo inaugural se decidió a gozar de aquel trozo de carne dura y caliente que la llenaba y poniendo sus manos en mis hombros empezó a saltar, más que saltar era cabalgar porque llegaba a inclinarse sobre mí pegándome las tetas que yo sujetaba.
Estábamos solos, Javi que seguía con una serie de muñequitas y cacharros étnicos que le habían proporcionado por lo que Erika quiso que la follada fuera totalmente expansiva, se dio la vuelta y me dio la espalda, se volvió a meter la polla esta vez de golpe y continuó cabalgando con sus manos en sus rodillas, yo sólo tenía que pasar las manos por debajo de sus brazos y amasarle las tetas en cono, se corrió otra vez y ésta ni paró de cabalgar, hundió la cabeza casi entre sus rodillas y aguantó los calambres que la sacudían, cuando ya podía controlar sus movimientos se enderezó y se recostó sobre mi pecho, yo no soltaba sus tetas por nada, ella volvió la cabeza y me dijo al oído.
Pepe quiero que me ropas el culo, hoy quiero coger de todas las maneras posibles, te recordaré siempre.
Yo no llegué a contestar Erika se levantó con cuidado y con el mismo cuidado cambio mi polla de su vagina a su culo, la estuvo sujetando vertical mientras se iba introduciendo, era admirable la capacidad de dilatación de Erika o de sacrificio, nunca lo sabré pero se hundió toda la polla de un tirón hasta sentarse en mis huevos, su culo rodeaba mi tronco comprimiéndolo, lo notaba en mis venas hinchadas pero los movimientos ondulantes siguieron.
Pepe ¿es posible que aún no te hayas corrido?
Para mí el mayor placer es verte gozar a ti.
Gracias por hacer durar estos momentos tan gozosos pero, dime qué te gusta, que quieres que te haga yo, soy toda tuya, no quiero que pienses que ahora que estoy satisfecha ya no me acuerdo de ti.
Gracias por ser tan considerada a mí me gusta todo de ti y tu placer ha sido el mío aunque para mí lo mejor de la mujer siempre es el coño, es para lo que está hecho pero no tengo ninguna protección no quisiera que te quedaras preñada.
¿Sabes una cosa? No me importaría que me embarazaras, aquí en Misiones sería feliz criando a un pequeño, mis hijas ya son mayores, sería mi mayor ilusión pero sintiéndolo mucho ya no puede ser, ya soy mayor para eso.
Qué pena, eres una mujer encantadora igual que tus hijas, ellas te llenaran la casa de nietos.
Mmm, no sé, Herta es joven y alocada pero Ingrid si me gustaría que me hiciera abuela y a ella también le gustan los niños, se me ocurre una idea, es un poco loca pero conociéndote… ¿porqué no intentas follarte a Ingrid?, la chica te gusta no lo niegues lo he visto con mis ojos, la podrías embarazar nadie lo sabría, ella viaja bastante y tú tendías algo tuyo en La Argentina.
Me encanta tu idea, hacerte abuela, follar contigo, siempre que quisiera follaría con tu hija, es todo un sueño, pero lo de tener un hijo… y tan lejos… piensa de que algún día me tendré que ir y estar sin ver a un hijo crecer y guiarlo por la vida no lo podría soportar.
Pepe me gustas, me gustas como persona y como hombre, sólo te diré que si algún día por circunstancias de la vida te encuentras solo yo tendré un hueco en mi cama para ti.
Gracias me has hecho emocionarme Erika, eres una mujer encantadora.
Pero esta mujer encantadora te va ha hacer una mamada que te vas a acordar de Iguazú toda tu vida, jajaja.
Erika además de ser una mujer extraordinaria tenía palabra, se arrodilló junto a mí y me empezó a acariciar la polla de una manera tan sutil que cuando se la metió en la boca hasta la campanilla creí que la estaba follando por el coño, me permitió mientras quitarle las bragas y le comí el coño también, tuvimos una explosión controlada, supo tenerme a punto hasta que ella lo estuvo también yo la llené de leche y ella me empapó de flujo espumoso. Javi se había dormido cuando caímos uno al lado del otro exhaustos, de pronto me acordé de la máquina de coser.
No te preocupes Pepe hace mucho tiempo que no la uso tengo una eléctrica para mis tareas, ha sido una excusa para coger contigo, desde que me miraste las tetas la primera vez se me mojó la concha y me propuse tenerte adentro, ahora ya lo he conseguido, espero que también te haya gustado.
Me ha encantado Erika.
Ya era casi de noche cuando vinieron de la excursión Javi estaba jugando otra vez, había tomado su biberón de leche materna y lo habíamos cambiado entre los dos, a Erika le hacía mucha ilusión cambiar al niño y la dejé hacerlo.
Venían todos contentos había visto dos Misiones de los antiguos jesuitas, una estaba en ruinas y la otra la utilizaban para servicios sociales, mi hijo me quiso contar la historia de los jesuitas en Misiones pero le cambié de conversación, estaba yo más informado que él por Internet.
Me enseñaron todas la fotos, parecía mentira el trabajo que habían hecho los jesuitas hasta que los hicieron volver, Javier me enseñaba los detalles arquitectónicos pero Corina había hecho una serie de fotos dedicadas especialmente para mí, me las enseñó en privado, en ellas aparecían las dos chicas juntas o por separado tanto Ingrid como Corina habían sacado primeros planos de sus curvas, con la ropa no podía distinguirlas pero Ingrid había hecho otras fotos privadas, en un rincón de un claustro se había quitado la blusa, Corina le había disparado en ráfaga varias fotos, acercándose cada vez más hasta tener un zoom de los pezones humedecidos por la saliva que había dejado caer sobre ellos, había otra que estaba de espaldas, se había bajado los pantalones y se había agachado, los labios apretados sobresalían de sus muslos.
Para el final me guardaban dos fotos, en una estaba el coño de Corina, era inconfundible, moreno, depilado y carnoso, la otra foto me costó reconocerla más, era el coño de Ingrid pero estaba también depilado como una niña de 5 años, los labios blancos y el clítoris rosado, me contó que Corina se lo había depilado porque quería que le volviera a comer el coño sin impedimentos, le dije que borrara las fotos pero me dijo que las había subido a la “nube” en una carpeta especial. Me dijo también que le faltaba una foto para la colección, la de mi polla en plena erección y de poder ser, entrando en su coño, nos reímos los tres pero Corina se ofreció a hacerla incluso dijo que aprovecharía y haría varias, otra en el culo y otras tragándosela hasta la campanilla, Ingrid estuvo conforme y esperaba el momento impaciente.
Nos pasamos un buen rato los tres repasando una y mil veces las fotos, especialmente la de Ingrid depilada, sólo se había depilado una vez en la universidad y también se lo había hecho Corina, de cualquier manera tenía un coño perfecto para cualquier uso.
Cenamos con mucho apetito, Erika estaba de lo más atenta con todos los detalles, a su hija Ingrid no se le pasó el detalle y a Corina tampoco, las dos habían sido folladas por la mañana y se sentían eufóricas pero ahora era su madre la que presentaba esos síntomas, la hija pequeña Herta no decía nada iba a su bola pero callaba, los demás estaban recordando todo lo que habían visto en la excursión. Corina y su amiga de vez en cuando cuchicheaban entre ellas y se reían, yo me hacía el ignorante pero iba dándoles un repaso con la mirada a las tres chicas, las bolas de Ingrid, los conos de Erika y las puntas de Herta.
Cuando nos acostamos pronto mi mujer tenía ganas de hablar, la excursión le había gustado y estuvo comentándome el tipo tan bonito que tenía Ingrid, se había fijado en ella cuando estaba junto a Corina, me lo contaba como si yo no me hubiera dado cuenta, ya estábamos descansados del gran viaje y me coloqué entre las piernas de Elena, ella ya sabía a lo que iba y levantó una para dejarme entrar, suspiró hondo cuando la tuvo toda dentro, le estuve amasando las tetas, haciendo comparaciones, cada una de las mujeres que habían allí tenía un tipo de tetas, a mi me gustaban todas pero era una gozada dedicarles a cada una las caricias adecuadas, no sé porque pero mi mujer se corrió pronto, hacía días que no follábamos por unas cosas u otras y la cercanía de aquellas bellezas la animaban a integrarse en su club y me ofreció una mamada después de correrse que me dejó seco, lo malo es que teníamos que madrugar, allí todo iba acelerado, si queríamos ver las Cataratas debíamos ser de los primeros pues se hacían unas colas tremendas y el sol y la humedad eran importantes.
Herta se había ocupado de sacar las entradas, las consiguió de las más baratas como si fuéramos todos argentinos y ella misma se ofreció a enseñárnoslas, nos acercó un tren turístico de color verde y que iba muy lento para no perjudicar la naturaleza nos dejó en la parada de la Garganta del Diablo, por una serie de pasarelas estuvimos paseando sobre los ramales del río que de momento caían al abismo, el niño se lo habíamos dejado a Erika y llegamos a la catarata más impresionante, la Garganta del Diablo, era la masa de agua mayor y tenía una caída de 80 m. el fondo no se veía por la nube de agua que formaba al estrellarse contra las rocas, le dije a Herta.
¡Qué maravilla!, te envidio, estar viendo siempre esta cascada tan espectacular, lástima que no se pueda ver desde abajo.
Desde el río hay una barca que sale de una isla y se acerca un poco a la caída pero hay días que no se puede por el viento.
Seguimos viendo, Herta nos explicaba todo, las casi trescientas caídas que tenía el río y cuando terminamos la parte argentina nos acompañó y cruzamos la frontera brasileña, no nos pidieron ni el pasaporte, tal era la afluencia que era un puro trámite, se dice que desde Brasil las Cataratas se ven y desde Argentina se sienten, era cierto habían muchos hoteles de grandes cadenas extranjeras y gran animación aunque hablaban el portugués naturalmente se entendía todo muy bien, había gente de todo el mundo. Herta nos acompañó a un mirador desde donde se veía en toda su amplitud las Cataratas de Iguazú desde allí se veía la Garganta del Diablo de frente y nos encantó, comimos en un restaurante donde Herta conocía y nos ofrecieron comida típica de Misiones, lo pasamos muy bien y cuando volvíamos y estábamos solos, me dijo:.
Pepe, ¿lo que me has dicho antes era en serio?
Perdona ¿a qué te refieres?
A que te gustaría verla desde abajo, me gusta que tengas curiosidad por ver las cosas bonitas.
Ya lo creo, siempre procuro verlo todo, en Buenos Aires ya he hecho muchas aventuras por mi cuenta y eso que es una ciudad tremenda.
Yo nunca he estado allí, me gustaría ir un día a Buenos Aires.
Pues si te apetece puedes venir cuando quieras, seguro que a Javier y a Corina les encantará y ya nos arreglaremos con las habitaciones, yo si es preciso me voy a dormir al sofá.
Ni pensarlo, no quiero molestar, te acostarías conmigo, jajaja.
Qué más quisiera yo, acostarse con un ángel sería como estar en la gloria, jajaja.
Ya veremos, no te digo que no…
Cuando llegamos a casa le contamos a Erika todas las cosas que habíamos visto, ella ya era veterana y se las sabía de memoria pero para nosotros era una verdadera novedad, cuando nos levantamos de la mesa Herta me dijo.
He pensado una cosa pero no sé si te gustará, me dices que te gusta la aventura y ver cosas especialmente bellas, si quieres te puedo llevar a un sitio que jamás ha visto casi nadie, los turistas lo tienen vedado incluso nosotros los guías sólo vamos con muchas precauciones.
Herta yo soy tu hombre, a mi no me asusta nada y si tú puedes ir yo también estaré a tu lado.
Pepe, no bromeo, cuando te digo que es peligroso es cierto, muchos lo han intentado y se han rajado y cuando empiezas no puedes volverte atrás, si te crees capaz, bien pero si no, lo entenderé.
No te preocupes Herta, no le tengo miedo a nada, todavía estoy en forma.
Bueno, como quieras pero recuerda… aún estás a tiempo. Mañana temprano nos iremos, ponte calzado grueso, lleva una chaqueta para agua y no comentes nada porque si se enteran mi madre o mi hermana no nos dejarán.
Me mordía la lengua por no decirlo a nadie, me habría gustado contárselo a Javier y a las mujeres, me habría dado importancia pero cumplí la palabra, no obstante me supo mal y le dejé una nota a Elena por tranquilizarla.
Dormí nervioso y cuando los pájaros empezaron a cantar yo ya estaba sentado en la cama poniéndome calcetines gruesos y las botas con suela de goma, ya estaba vestido cuando sonó un pitido apenas audible, me asomé por la ventana y vi a Herta en un pequeño jeep de la empresa del Parque, cogí de la nevera dos trozos de pan y algo de embutido y salí dando un salto, quise demostrarle a Herta mi agilidad, entré en el coche con mi mejor sonrisa, ella me respondió con un poco de escepticismo.
 
La chica conducía endiabladamente, por supuesto se conocía todos los caminos al dedillo y a aquellas horas sólo podía haber algún animalillo por la selva, no fuimos hacia la carretera sino al interior cada vez más cerca del río Iguazú, poco a poco se oía el ruido del agua al estrellarse contra las piedras y llegamos a un camino estrecho lleno de follaje hasta donde había una reja de hierro que ponía, “PROHIBIDO EL PASO - SÓLO PERSONAL AUTORIZADO”. Herta empujó dos o tres veces hasta que la puerta cedió y pasamos a pie, el camino ya estaba siendo invadido por la vegetación y poco a poco fuimos bajando cada vez más en dirección del río, el camino no era malo, excepto la incomodidad de las ramas que obstaculizaban el paso a veces, llegó un momento que la pendiente iba haciéndose muy inclinada pero Herta iba delante abriendo la marcha, yo presumía de agilidad bromeando con ella pero según íbamos bajando la niebla iba cubriendo el cielo y el horizonte, el lado del camino se iba haciendo más vertical por lo que habían puesto una barandilla de madera que protegía del abismo, llegamos a un sitio donde la humedad ya era llovizna y me puse el chubasquero.
Herta no traía nada decía que no valía la pena que era un trozo corto y que luego ya no llovía, mientras me ponía el chubasquero la chica siguió bajando y se metió en la nube de agua, yo la seguí cogiéndome a la barandilla pero hubo un momento que se juntó todo, la lluvia eran gotas gruesas que subían al revés desde el río hacia arriba con una fuerte corriente de aire, el fragor del agua al estrellarse, no sé a qué profundidad aún y la falta de visibilidad, no me veía ni las manos, el terror se apoderó de mí, yo que me creía el más valiente de los mortales estaba aferrado a la barandilla entre el tumulto de fenómenos atmosféricos, a Herta no la veía ni la escuchaba ya, era incapaz de dar un paso ni siquiera soltarme de la barandilla, los minutos me parecían horas cuando me cogieron del brazo.
¿Qué te pasa Pepe, te da miedo?
No, sólo es vértigo.
Jajaja, así que vértigo. Ya te lo advertí, anda tómate de mí que solo falta un trecho corto.
No me hice de rogar sólo me solté cuando me había cogido a Herta, la había abrazado desesperadamente y no la dejaba ni andar.
A ver Pepe, vamos a organizarnos… cógete a mi espalda y yo iré adelante guiándote, no tengas miedo que conozco bien el camino.
Gracias Herta y perdóname, no soy tan valiente como creía.
La chica se volvió hacia el camino que seguía descendiendo yo iba abrazado a ella por la espalda, noté que ella no se había protegido del agua e iba empapada, sólo llevaba la camiseta del Parque, con las manos no me atrevía a soltarla y sin darme cuenta las fui subiendo hasta notar que se posaban en el estómago, luego en el nacimiento de sus tetas, la chica no dijo nada y yo estaba más pendiente del camino que nada, mis manos fueron subiendo hasta abarcar completamente las dos tetas puntiagudas, entre los dedos notaba las puntas de los pezones que seguían a las areolas también puntiagudas, las tenía duras y apuntando para el cielo, ya iba amainando el ruido y la niebla y yo seguía amarrado a ella con los brazos cruzados sobre su pecho con una teta en cada mano, cuando me di cuenta estábamos en un llano detrás mismo de la cascada, por delante de nosotros una cortina de agua caía libre todavía más abajo y por detrás una oquedad en la roca.
Ya me puedes soltar las tetas Pepe, aquí estamos seguros.
¡Oh!, lo siento, ha sido sin querer, las manos se me han ido solas.
Si claro, por eso me has estado pellizcando los pezones con los dedos.
Te juro que no me he dado cuenta, habrá sido la costumbre.
Eso será, aunque a mi madre se lo hacías con la boca.
¿Cómo lo sabes, nos has visto?
Desde el principio, estaba en mi habitación cuando se cambió de bragas y se quitó el sujetador, me extrañó y os estuve espiando.
Entonces… lo viste…
Todo… como le comías las tetas, como se tragaba toda la polla y cómo se sentaba sobre ella hasta clavársela sola pero lo que más me extrañó de ella es que se la metió por el culo con una facilidad pasmosa, nunca me lo habría imaginado de mi madre.
Lo siento mucho, lo cierto es que no me di cuenta hasta que se nos había ido de las manos.
Pues… lo que menos usaste fueron las manos.
Me di cuenta de que Herta no llevaba más que la camiseta pues esperaba pasar corriendo bajo de la niebla y no mojarse apenas pero como tuvo que soportar toda la lluvia conmigo abrazado estaba empapada, sin volverse siquiera se quitó la camiseta y quedó con las tetas empinadas frente a mí.
No creo que te importe verme las tetas, ya me las has tocado y bien tocadas, de todas formas si quieres me cubro, por mí no tengo inconveniente.
No gracias, no quiero que pienses que soy un aprovechado, lo de tu madre fue un caso aislado, sin pensar, una calentura de momento…
Claro y lo de Ingrid también, le tocaste las tetas, se las chupaste y la cogiste por delante y por detrás y eso que ella por delante no se deja siempre.
¡No me digas que también nos viste!
No, pero me lo ha contado ella y que a Corina le diste la misma medicina pero no te preocupes, no se lo diré a nadie.
Uff que susto, me habías acojonado… si mi familia se enterara…
Pero eso tiene un precio…
¿Cuál?
Imagina… una chica de 27 años, con un hombre en un sitio donde es imposible ser vistos, con la belleza natural que nos rodea ¿no te sugiere algo? A mi sí.
Me sugiere muchas cosas pero no sé si yo soy lo bastante hombre para ti, podría fácilmente ser tu padre.
Y mi hombre, he visto lo que tienes entre las piernas y cómo lo usas, tengo buenas referencias de ti y una concha tierna que a tu pija le gustaría llenar y unas tetas que imagino que no les harás ascos.
Herta se quitó el short del uniforme que le quedaba, delante de la cortina de agua que sólo dejaba pasar un poco la luz del sol, estaba bellísima parecía que surgía del agua y cuando me acerqué a ella me rodeó con sus brazos, era bastante más alta que yo pero mi polla se quedaba entre sus muslos golpeándole el pubis, llevaba un poco de vello apenas recortado tan rubio como su melena y abrió las piernas delgadas para que metiera mi polla entre el arco que formaban, se quedó encajada, se movía haciéndome poner tan duro que le salía la polla por detrás de los muslos, sólo tuve que bajar la cabeza un poco, ella había alzado los brazos cruzándolos sobre su cabeza y las tetas me llegaba a la boca con facilidad, se las chupé con furia, se las ponía llenas de moratones, parecía que tenían varios pezones y ella suspiraba, con la mirada buscó una losa de piedra plana que había en el interior, parecía un altar de sacrificios me dijo que le llamaban la Lengua del Diablo y se acostó sobre ella abriendo las piernas ofreciéndome el coño rubio y brillante, parecía una granada abierta, el interior era más colorado que el de su hermana Ingrid pero lo chupé con el mismo ardor.
La chica cruzó las largas piernas detrás de mi espalda impidiendo que levantara la cabeza hasta que se corrió, con el fragor del agua que caía no se oyó casi pero fue un grito de placer inmenso, no me soltó con las piernas pero las bajó hasta mi cintura hasta ponerse mi polla frente a su coño y cerró la piernas atrayéndome y metiéndose la verga en su coño, me asombró que le entrara tan fácilmente no como a su hermana, me absorbía con los músculos del coño, tenía una técnica depurada y hacía con mi polla lo que quería, yo solamente estaba pegado a ella dejando que se sirviera de mi polla, estaba en su terreno, en su escondite secreto disfrutando de una polla hasta entonces inmejorable, el segundo orgasmo la dejó extenuada, quedó con la pierna separadas con el coño abierto y manando los jugos que se le escurrían entre las nalgas, pensé que era mi hora de actuar, la chica estaba tan agotada que no ofrecía ninguna resistencia y cuando la cogí de los tobillos y le subí las piernas en vertical no hizo nada, se quedó con los brazos en cruz sobre la piedra, me acerqué a ella y sólo en el último momento le separé los tobillos y me apoyé entre sus nalgas.
El flujo del coño bañaba hasta la rabadilla, todo estaba empapado cuando mi capullo se pegó a su agujero, ella abrió los ojos intentando decirme algo, yo conocía la facilidad de su hermana Ingrid en admitir mi polla y la elasticidad de su esfínter pero Herta era diferente, su vagina era la dilatada y su culo el estrecho pero mi polla no entendía de sutilezas, apoyé sus tobillos en mis hombros y la sujeté de los muslos a la vez que empujaba, abrió la boca y los ojos desmesuradamente pero su grito no se oyó con el ruido del agua, me cogió las muñecas con sus manos para pararme pero ya era tarde, ya tenía el capullo y medio tronco dentro de su culo, se puso tensa por un momento cerrando los ojos y la boca con fuerza, sus uñas me marcaron las muñecas pero cuando se relajó otra embestida acabó de llenarla, la alegría de notar mis huevos pegados a sus nalgas fue mayor que el dolor que le produjo y me dijo.
Nunca pensé que lo haría, soy demasiado estrecha, ahora que me has desvirgado el culo cogeme como sabés hacerlo.
Le separé del todo las piernas a mi lado, tenía el coño abierto y fui echando salivazos al culo para lubricarla, mi polla pistoneaba brillante y ella se deslizaba por la piedra con los empujones, se pellizcó las tetas cuando se volvió a correr, se puso en posición fetal dejando el culo a mi disposición aguantando el orgasmo, pensaba seguir follándola y correrme sin dejar de empujar, ella estaba hecha un ovillo, con los brazos se sujetaba las piernas y dejaba el culo para mí, se la saqué varias veces pera meterla desde afuera sin casi apuntar, los jugos que la empapaban me guiaban al centro del agujero y entraba directo al fondo, recordé a su hermana, Ingrid no sabía donde quería mi leche, a todos los sitios le ponía algún pero, su madre en cambio lo tuvo claro desde un principio y se tragó mi leche hasta no dejar ni gota, ahora sería yo quien elegiría y de culos había probado muchos pero un coño de 27 años no se presentaba todos los días, ya me iba a correr cuando dio muestras de que otro orgasmo le rondaba, estuve haciendo ejercicios mentales para esperarla hasta que empezó a correrse, entonces saque la polla de su culo y a dos centímetros la volví a hundir.
Su vagina mojada no ofreció resistencia, al revés los pliegues internos me enardecieron aún más y hundiéndome a fondo me corrí, mientras los dos estábamos bajo los efectos de los espasmos no nos preocupamos de nada pero cuando paramos y ella sintió que estaba llena de leche caliente se asustó.
¡Mierda Pepe!, ¿qué has hecho? ¡Te has corrido dentro de mi concha…!
Bueno si… un poco.
¿Un poco? Si estoy sintiendo tu leche hasta en la garganta y lo peor es que no se sale, me has embarazado Pepe, estás loco Pepe, creí que serías más sensato.
Perdona no me he dado cuenta, estás tan buena que cuando quise frenar ya me había corrido.
Vaya trabajo, no tomo patillas, ni nada y estoy ovulando estos días…
Se puso a llorar desconsoladamente, yo estaba cortado, todo el encanto del polvo que habíamos tenido se había esfumado, ahora Herta en cuclillas vigilaba su coño rosado esperando que saliera mi leche, espero inútilmente porque no salió ni gota, se lavó en un charco de la cascada pero el agua salía transparente, le había inyectado mi leche en toda la matriz, cuando se serenó me pidió disculpas por el ataque de histerismo pero me hizo comprender el problema, ella era independiente, joven y no quería líos de críos ahora, sin convicción le dije que a su madre la haría feliz con un nieto para criar pero ella me miró y volvió a llorar.
Es broma mujer, ya verás cómo no pasa nada, ahora luego hablaremos con tu hermana y Corina y te darán una solución, te bajará la regla enseguida o tu madre sabrá alguna yerba para tener la menstruación también.
Espero que tengas razón, volvamos a casa.
Ahí se acabo la excursión, cuando salíamos me explicó que había otro camino al otro lado para subir pero como teníamos el coche aparcado allí teníamos que volver, al pasar por la zona del agua y el ruido y la barandilla me cogí con una mano a la barandilla y otra a los huevos y sin mirar abajo pasé sin rechistar.
Lo primero que hice al llegar fue hablar con Corina, empecé disfrazándole la escena pero Corina me conocía como si me hubiera parido y pronto me dijo.
O sea… que me quieres decir que te has cogido a Herta por todos los sitios posibles, encima te has corrido en su concha, la has llenado de leche hasta la matriz y ahora ella te cuenta que tiene todos los boletos para quedarse embarazada de ti, pues ¡qué bien!, casi vamos a ser familia, no todo es malo a Erika le encantará y a su tía también le gustan mucho los críos, también podías haber elegido a Ingrid, a ella le habría encantado que la preñaras… ¡mierda Pepe, eso no es propio de ti!
Perdona Corina no me hables así, aún me hundes más.
Lo siento Pepe, en realidad ha sido una rabieta de envidia, a mi sí que me hubiera gustado que me preñaras pero… vamos a ver qué solución le damos.
Vi a Corina buscar a Ingrid, las chicas vinieron a hablar conmigo, Ingrid ya lo sabía, su madre se lo había contado porque Herta se había confesado con ella, ¡sólo faltaba Elena para el cupo entero y el desastre!
Al momento se marchó Ingrid, no dijo dónde iba pero Corina lo sabía aunque no quiso decir nada, a la hora volvió y cogió del brazo a su hermana pequeña y se la llevó al baño, cuando salieron por lo menos Herta tenía el semblante más tranquilo, su hermana había conseguido de una amiga farmacéutica de Puerto Iguazú una píldora del día después, seguro que al otro día le bajaría la regla, Corina me miró seria.
Bueno parece que se ha resuelto de momento, mañana le bajará la regla, ¡espero a que aún con la regla no se la metas otra vez y te corras adentro, “polla rápida”!
El suspiro de alivio que di me dejó como si me hubiera corrido otra vez, instintivamente besé a Corina en la mejilla y me fui a dar un paseo por la selva.
Por la tarde Javier se llevó a Erika y a Elena al pueblo, querían comprar algún recuerdo y que no la trataran de turista en el precio, Herta se marchó más contenta a trabajar y yo me quedé en el porche, la mañanita había sido muy fuerte, tenía los nervios destrozados, había pasado miedo de verdad aunque luego me había desquitado follando con la chica pero después todo se hundió como el Titánic, habría sido ideal que me hubiera corrido en cualquier otro sitio y haber vuelto cogidos de la mano después de haber visto toda la belleza que era en exclusiva para mí pero no, la cagué, ahora le robé a mi mujer una pastilla para los nervios y me senté en el balancín, la temperatura era ideal aunque algo húmeda, no tardé en dormirme, me desperté un poco mareado al rato de sentarme, a mi lado estaba Ingrid y al otro Corina.
Esperaba una buena reprimenda por lo que le había hecho a su hermana pero no tenían cara de enfadadas, al revés sacaron los teléfonos y empezaron a pasar las fotos que se habían hecho en la Misión, de vez en cuando con los dedos ampliaban la foto para darle más detalle, me enseñaron los pezones de las dos llenando la pantalla y el coño de Ingrid, las pasaron una a una varias veces enseñándomelas con tranquilidad al final me preguntaron.
¿No notas que falta alguna para la colección?
Creo que están todas, habéis hecho un reportaje completo deberíais enmarcarlas.
Pues faltan las mejores, las tuyas.
No, no, no, de eso nada yo soy un hombre casado, viejo y nada vistoso.
Creo que eso lo debemos decidir nosotras, ¿por qué no nos acompañas a dar un paseo por la selva?
Con vosotras dos estoy más seguro aquí.
Vamos, no seas aburrido, lo vamos a pasar muy bien.
Entre las dos estirándome de los brazos me hicieron levantar y subir en el todo terreno. Me obligaron a sentarme delante para que no intentara bajarme y Corina se puso detrás de mí, mientras Ingrid se adentraba en la selva Corina me iba dando besos en el cuello y pasando sus manos por debajo de mi camisa, Ingrid mientras conducía se había despasado la camisa y se la había sacado de la faldita vaquera que llevaba, se inclinó hacia adelante y Corina le soltó el cierre del sujetador que saltó al salpicadero del coche, las tetas botaban con los baches del camino, pronto noté en el cuello el calor de la piel de Corina, no hacía falta volverse para adivinar que ella también se había quitado el sujetador y me estaba pegando las tetas en mi cogote.
Ingrid, iba lentamente sorteando los árboles y con la mano en vez de cambiar de marcha me bajaba la bragueta y me buscaba la polla, la selva cada vez se hacía más espesa y llegó un momento en que nos cerró el paso, árboles con grandes hojas verdes hacían un muro delante de nosotros, Ingrid bajó del coche, sus tetas bailaban con sus movimientos y de debajo del asiento sacó un machete largo y ancho, por la facilidad que lo movía me hizo temblar, yo con la polla fuera se me arrugó en un segundo, en mi terror pensé que se iban a tomar la justicia por su mano y tragué saliva. Corina me sujetaba de los hombros y no me dejaba moverme.
Ingrid, empezó a machetazos contra la vegetación, en un momento hizo una explanada con las ramas de hojas anchas formando un círculo, vino al coche y guardó el machete de donde lo había sacado, en su lugar sacó una cámara de fotos digital, se quitó la falda vaquera y las bragas de hilo que llevaba.
Bueno ya está, ya podéis bajar, ahora sí que vamos a hacer un book de fotos de verdad.
Corina me soltó y saltó del coche, sobre las hojas se quitó el pantalón corto y las braguitas negras que llevaba y entre las dos me hicieron bajar y me desnudaron.
Siempre he tenido el capricho de tener un álbum de fotos de joven para cuando sea mayor recordarlo y enseñarlo a quien dude de mi cuerpo.
Pues has elegido un buen escenario, ¡Pepe, tú serás el fotógrafo!
Las dos chicas demostraron que de verdad eran íntimas desde hacía tiempo, una a la otra con maquillaje se repasaron los brillos que tenían por las tetas o los hombros, yo con la cámara en la mano trataba de averiguar su funcionamiento, al final la puse en automático y esperé a que salieran bien, con la cámara colgando del cuello y la polla horizontal debajo de ella hacía un tipo de lo más cómico, las chicas empezaron a posar en posturas más o menos estudiadas como las que se veían en calendarios o publicidad pero poco a poco fueron dándole más picardía y yo con el dedo disparando sin piedad iba llenando la memoria de la cámara, cuando cada una terminó de posar se juntaron las dos e iban haciendo posturas más o menos eróticas hasta que alguna de ellas se lanzó y al mirar por el objetivo vi cómo Ingrid le estaba chupando la teta a Corina, en principio no me extrañó mucho porque le estaba mamando su leche, a mí también me había gustado pero las lamidas no se ajustaron solamente a los pezones, se extendieron a toda la teta, bajando luego por el estómago hasta el ombligo.
Yo disparaba a ráfaga, cuando le lamió alrededor del ombligo Corina abrió las piernas y le dejó paso libre hacia su sexo, la melena rubia de Ingrid desapareció entre los muslos de Corina y esta elevó las caderas al notar la lengua de su amiga, Corina le tocó la pierna a la rubia y ella entendió el mensaje pasando su pierna por la cabeza de la morena, fue separando las rodillas hasta que dejó caer su coño sobre la boca de Corina, las lenguas de las dos actuaron desesperadas mientras yo disparaba la cámara. Corina fue la primera en correrse pero Ingrid siguió lamiéndole el coño, cuando pudo reponerse me hizo señas para que me acercara a ellas y me señaló el culo de Ingrid, dejé la cámara en el suelo y me situé sobre la cabeza de Corina, con la lengua me lamió el capullo y lo dirigió al culo de la amiga, se abrazó a ella para que no se moviera y me dijo que empujara, la polla se hundió en el culo mojado y por un momento dejó de lamerle el clítoris a Corina, estuvo saboreando la entrada de mi polla hasta notarla al fondo y siguió chupándole el coño a su amiga.
Sobre los ojos de ésta mi polla entraba y salía limpiamente del agujero de Ingrid, Corina alargó la mano y cogió la cámara, desde abajo fue haciendo fotos de como mi polla iba y venía dentro de su amiga, al lado de mi polla mis huevos, se veían los labios menores de Ingrid, rosa pálidos y la vagina abierta palpitando con su interior más oscuro, la cámara no dejaba de hacer clicks y cuando mi polla salió del culo de Ingrid Corina la dirigió al coño de la rubia, ésta dio un respingo pero a la segunda foto ya tenía media polla adentro y la dejó que acabara de entrar. Corina aprovechó para hacer fotos entre las dos, se podía enfocar las tetas morenas de Corina con los pezones duros boca arriba y las tetas blancas colgando de Ingrid y cuando se separaban un poco hasta la lengua de Ingrid lamiendo de arriba abajo los labios depilados de su amiga. Corina desde abajo pudo fotografiar en mil disparos el orgasmo de su amiga, la entrada y salida de mí polla espumosa y la salida forzada de la leche que le inyecté a presión, cada vez que se la clavaba le salía por los lados de mi polla.
Tuvimos que descansar ya no podíamos más y aprovechamos para repasar las fotos y desechar las que habían salido desenfocadas o movidas que no fueron muchas.
Ahora te toca a ti Pepe, te vamos a hacer una colección que va a ser la envidia de todas las que la vean.
No a mi no, estoy casado, mi mujer me mata, ni pensarlo.
No te preocupes, no te sacaremos la cara, a Corina tampoco se la hemos sacado.
No llegué a negarme más porque tenía encima de mí a las dos fieras, una a la otra se hacían fotos con mi gorda polla en los lugares más explícitos, a Ingrid le encantaba que le sacara primeros planos de mi polla forzando sus labios en la boca, se los pintó adrede para las fotos. Corina también aprovechó y se hizo alguna desde atrás, el zoom lo usaron casi siempre, era mi polla en un culo desde que se aproximaba y centímetro a centímetro iba entrando hasta sacarlo chorreando leche, los coños fueron la estrella, en todas las posibilidades, acariciando los clítoris o abriéndose paso entre los labios apretados y las tetas… una colección para ellas, entre ellas, sobre ellas, apretando el pezón, asomando en una paja hasta que me hicieron correr y salpicar los pezones de las cuatro tetas, al final quedé contento mi polla inmortalizada a 9000 Km. de casa, esperaba que no las publicaran en Internet y que nadie me reconociera, sólo se me veía la polla y los huevos pero ya era bastante.
Ingrid se permitió hacerse alguna con la cara descubierta tragando polla pero Corina fue más prudente y sólo se le veían los labios recibiendo mi capullo, cuando terminamos la sesión de fotos las dos subieron sobre mí una me ofreció su coño en la boca y otra se metió la polla en el coño y en el culo, debió ser Ingrid porque noté la estrechez de su vagina cuando me corrí dentro de ella, ya no le pregunté, supuse que ya sabía la solución aunque estaba seguro que tomaba la píldora.
Recogimos todo, las hojas las esparcimos por la selva y marcha atrás salimos al camino ancho, llegamos a casa antes de que volvieran los de las compras, nos sentamos en el balancín y bebimos unos combinados que preparó Ingrid, me senté entre las dos con un brazo sobre cada hombro, dejaba caer las manos dentro de los escotes, de uno manaba leche, del otro podía haber estado acariciándolo hasta que hubiese manado.
Continuará
Agradezco sus valoraciones y comentarios.
Gracias.

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