La amiga de mi abuela 31

Después de esa noche en que le conté a la abuela las actividades sexuales que estaba teniendo con mamá, me dió como un sentimiento de culpa, estaba haciendo algo prohibido, me estaba cogiendo a mi madre, estaba cometiendo incesto, claro , ya se que no era la primera vez, ya había cogido un par de veces a mi tía de Córdoba y tenía una relación , digamos estable con mi abuela, pero hasta el momento no había reparado en eso, pero ahora cogía a mi mamá y no solo por satisfacer mis deseos, sentía algo más que calentura por ella, deseaba a esa mujer y la quería para mí, estaba enamorado de ella. Busqué la ocasión para estar solo con ella un rato, para contarle lo que me pasaba y lo que le había contado de nosotros a la abuela, recién un par de días después tuve la oportunidad de tener un rato a solas en la cocina, empecé por contarle que le había dicho todo lo que hicimos a la abuela, quedó muda, se puso roja como un tomate, eso era nuestro secreto, reaccionó, por más que ella se acueste con vos, no tenía por que saber que yo también lo hago, mejor dicho , lo hacía, por que a partir de hoy se acabó, si no fuiste capaz de guardar nuestro secreto , se terminó, lo digo en serio esta vez, no me busques más, coge a quien quieras pero de mí olvidate, terminó de hablar se fué y me dejo solo sin palabras. Así empezaron los peores meses de mi vida, mamá era solamente mamá, trataba de quedar a solas conmigo lo menos posible y cuando esto ocurría se mostraba fría, durante ese tiempo, obviamente cogía lo más posible con la abuela y con Tita, pero era solo para descargar, con ninguna sentía lo que sentía al estar dentro de mamá, fue así hasta unas tres semanas antes de las vacaciones de invierno, las que ibamos a pasar en una casita que tenía la abuela en Entre Ríos, en las afueras de un pueblito, hoy ciudad Villa Paranacito, , la casa estaba desocupada, pero unos vecinos trabajaban el pequeño campo de la propiedad y cuidaban el mantenimiento de la casa, como ibamos a ir todos a pasar esas vacaciones , mamá y la abuela iban a ir un fin de semana anterior, para acomodar, limpiar un poco, en fin ver lo que hacía falta llevar, pensaban salir un jueves a la noche para volver el lunes, no había micros todos los días,yo me quedaría ese fin de semana con papá y mi hermana en casa de una amiga del colegio, así todo diagramado llegó el jueves a la mañana, ños pasajes comprados, lo que debían llevar preparado, pero a último momento, mi abuela acusó problemas de cintura, y no podía enderezarse, las vacaciones a punto de suspenderse y la abuela con una idea, bueno le dijo a mamá, andá vos con el nene, ante lo cual mi viejo dijo, brillante idea suegra, para que perder los pasajes, porque falte un par de días al colegio no le va pasar nada, total tiene buenas notas, no terminé de escuchar la conversación que ya estaba preparando mi bolso, al rato paso mi abuela por mi habitación, me debes una, cogé bien a tu madre este fin de semana, que en las vacaciones solo lo vas a hacer conmigo, salió y cerró la puerta. Viajamos a la noche , casi ni hablamos con mamá, llegamos, tomamos un micro interno que nos dejó en la ruta cercana a la casa, caminamos unos veinte minutos, llegamos a la casa, de los vecinos, para avisar que llegamos, el vecino un hombre de unos setenta y pico, cargo los bolsos que llevabamos en una vieja chata, a la cual nos subimos y en unos cinco minutos nos dejó en nuestra casita, me enseñó a prender el grupo electrógeno, al cual ya había controlado , al saber que iriamos, y la señora había abierto y hecho limpieza en la casa, nos dejó, diciendo que cualquier cosa que necesitemos le avisemos, mamá y yo ni hablamos, se fué a la habitación principal, y yo comencé a caminar para ver todo lo que había para chusmear, al rato mamá me llamó, veni para acá, fui entre al dormitorio, la cama estaba hecha, tenía un docel (ese tul colgado que la cubre para que no entren mosquitos), la cama preparada , abierta como para acostarse, mamá me pregunto ¿cerraste bien la puerta de entrada?, si contesté, entonces veni, tengamos nuestra luna de miel, me tomó del cuello y me besó apasionadamente en la boca, la abrace desabroche y saque la camisa, quedó en su pequeño corpiño de encaje negro, solté como pude el broche de su pollera, baje el cierre, su falda se deslizo hasta el piso, su bombacha negra comprimía sus nalgas, la tomé en mis brazos, la deposité en la cama, me arranqué la ropa, me acosté a su lado besándola, desabroche su corpiño, yo tenía la verga re parada, besé sus areolas, mordí sus pezones, baje con mi lengua recorriendo su cuerpo metiendo mi lengua en todas sus cavidades, le chupe el ombligo, mientras lo hacia mis manos bajaban su bombacha, mi lengua siguió su recorrido, se metió en su vagina húmeda, mis labios chuparon ese clítoris, hasta hacerlo crecer al doble, mamá jadeaba exitada como nunca, no aguanté más, me acomodé y le metí la pija hasta los huevos, grito como nunca antes, no paró de hacerlo hasta que el semen caliente inundó su vulva, así cogeme así nene, hace mucho que no me cogías mi nacho, hace meses que no podía acabar, si quiero gritar mientras me coges, acá puedo estamos solos, no tengo que portarme como una señora, acá soy una puta, la puta de mi hijo, y siguio diciendo cosas, que seguramente se las voy a contar en otro relato...

3 comentarios - La amiga de mi abuela 31

gust7387 +1
Que bien la abuela como te hizo la gamba