haciéndole una cubana a mi suegro

Después de succionar la leche materna de mis senos. Mi cuerpo demandaba, no, exigía sentir aún más placer. Mi suegro levantó mi falda y descubrió que mi ropa interior estaba ausente. No perdió tiempo y quito de su camino lo más que pudo mi falda para poder tener un panorama libre de lo que era mi vagina.


Volvió a meter su cabeza por debajo de mi falda y esta vez sus húmedos labios hicieron contacto con mi rosado clítoris. Él lo beso pellizcándolo con sus labios y estirándolo un poco. Yo me mordí los labios mientras él seguía estirando levemente mi rosada vulva. Lo suficiente para sentirlo y para no lastimarme. Yo mordía mis labios mientras el recorría con su áspera y larga lengua cada rincón de mi vagina sin penetrarla. Mi cuerpo ansiaba ser perforada por su lengua, pero él me torturaba  solo provocándome. Su lengua se aproximaba peligrosamente a la entrada de mi túnel de placer pero no terminaba por atravesarlo.
–Por favor, no sea cruel, ya métamela dije mientras le acariciaba la cabeza.
–Yo sabía que te hacía falta un hombre de verdad 
–Lo que pasa es que su hijo no me satisface desde hace mucho tiempo, de hecho no creo que nunca me haiga llegado a satisfacer por completo –dije mientras pasaba mis dedos por su rostro.
 ¿En enserio que mi hijo no te llena? –pregunto curioso mi suegro.
mientras volvía a bajar a mi vagina y esta vez metió su lengua dentro de mí.
Yo doble mi espalda hacia atrás provocada por el inmenso placer que me dio el ser penetrada por aquella gran y húmeda lengua. yo me desvanecía y caía presa del placer hipnótico que aquella lengua húmeda me provocaba. Comencé a sentir la pasión que mi cuerpo hacia emerger de lo más profundo de mi ser. Aquella indomable pasión se desbordaba de mi piel, mis pechos, mi vagina y mi  hacia mi suegro. me estaba haciendo sentir mujer después de mucho tiempo que no lo experimentaba. Yo quería a mi esposo, pero la verdad no me emocionaba mucho la idea de estar con él. Nunca tenía la iniciativa de querer hacerme sexo oral, y cuando lo hacía era pésimo en ello. Yo hice las manos hacia atrás y quite  mi falda. La retire de mi cuerpo y la arroje a un lado de la cama de mi suegro. Esta vez lo tenía de frente y mi suegro mamaba y mamaba mi vagina mientras yo acariciaba dulcemente su cabeza sin dejar de morder mis labios y voltear mis ojos en blanco. –No pare por favor, no se detenga ahora que ya casi estoy llegando –dije mientras sacaba mi lengua y la saliva se escapaba de mi boca–. El no dijo nada y siguió succionando mis labios vaginales, mi clítoris, mi cola con olor a deseo y sudor. Metió su lengua salvajemente en mi cola   y yo grité. –Dios mío que placer –dije mientras encajaba las uñas en las sabanas casi a punto de desgarrarlas por completo–. Mi suegro introdujo su lengua en lo más profundo de mi esfínter y yo sentí como mi cuerpo era transportado al cielo. Su lengua giraba endemoniadamente mientras yo subía como un ángel al cielo experimentando el más dulce y delicioso placer. –Ya vi que te encanta que te coman el culo . Yo lo sujete de nuevo de la cabeza y le dije –dele rápido suegro, quiero venirme ya–. El comenzó a penetrarme con su lengua en mi cola  mientras metía sus dedos en mi vagina hacia adentro y hacia arriba. Sus dedos eran mágicos y expertos. Los movía de una manera especial. Tocaba partes de mi interior que disfrutaban de  su rose de una manera inigualable. Llevo sus dedos a la parte rugosa en la parte superior de mi vagina y yo no podía creer el placer desplegado en esa situación. Pude sentir como mi vagina se humedecía y yo ya no pude contenerme. – ¡Me voy a venir suegro, no pare que me chorreo!Yo sentí como mi cuerpo se retorcía y mis labios dejaban salir mi lengua de nuevo, en una expresión de completo abandono de mi cordura. Solo reflejaba el placer tan bestial que estaba experimentando. El cerró sus ojos y abrió la boca muy grande para recibir aquel manantial de placer y poder saborearlo llenando sus pupilas de su erógeno sabor. Yo gruñía como un animal en celoCompletamente sin control sobre sus instintos. Mi orgasmo fluyo fuera de mi cuerpo, hasta la última gota lo abandono por completo. Mi suegro bebió todo lo que pudo caer en su boca y bufo levantándose y limpiándose la cara, los restos de mi orgasmo.–desabrochándose con mucho apuro su pantalón–. Su ropa interior descendió y la prisión de algodón que detenía a su bestia cedió enteramente. Una bestia gorda y salvaje salió de su ropa interior. Ven , dale un besito a mi pija  Yo me acerqué a él lentamente viéndolo fijamente a los ojos y recorriendo la cama como una gata hambrienta de un macho. Él se masturbo un poco haciendo crecer aún más su pija  . Él estaba sentado en la cama y yo lo empuje para que se recostara.
Te voy a hacer una cubana le digo con mi mejor voz de gata caliente.
Yo me acerque a su ingle y mis pechos los deje caer sobre su erecto pene. El peso de ellos lo sintió y suaves como algodones acariciaron su miembro haciéndolo retorcerse un poco. Yo aprisione con mis grandes senos su pene y lo desaparecí por completo. Mis enormes senos dejaban salir su pene por encima de mi línea de escote. Su pene era muy gordo pero no pasaba de los 18 0 19 cm. Podía sentir su miembro mientras yo apretaba mis grandes tetas  haciéndolas subir y bajar despacio. A propósito veía sus reacciones al hacerlo. Mi suegro solo cerraba con fuerza sus ojos tratando se distraer su mente pensando en otras cosas para poder soportar aquel dulce martirio que mis pechos le daban. Deje caer un gran chorro de saliva en medio de mi escote y baño su pene por completo cayendo primero en todo su glande. Después de haberlo liberado un poco para que la saliva recorriera todo su pene, volví a atraparlo entre la suave prisión de mis gigantescos y voluminosos pechos. Volví a subir y bajar con ellos apasionadamente. Segundo a segundo incrementaba mi ritmo mientras el rechinaba sus dientes y apretaba las sabanas como si fuera a desgarrarlas. Me agache un poco y comencé a chuparle la cabeza del pene mientras subía y bajaba repetidamente mis tetas. La leche salía de mis pezones como dos pequeñas fuentes y yo usaba mi leche como un dulce lubricante para su miembro. Mi lengua esta vez, era la que se portaba traviesa recorriendo su glande salvajemente. Podía saborear  la pre eyaculación que desesperadamente salía de la uretra anunciando la próxima venida de su cálida y espesa leche. ¡Ya no puedo aguantar más , me voy a venir! –Dijo cerrando los ojos mientras se le escapaba su leche involuntariamente bañando mis pechos por completo.
– ¡Puta perra de mierda ¡ –grito mientras su semen se derrochaba sobre toda mi piel y cara.
–Vaya que se vino suegro, no aguanto mucho que digamos –dije mientras me reía pícaramente.
–Dios mío,  que buena cubana me diste  nunca había sentido algo así. me decia mientras me chupaba mis tetas llenas de leche 

haciéndole una cubana a mi suegro

3 comentarios - haciéndole una cubana a mi suegro

michian
una cubana parami..!!van los 10
stranger78
Sos muy putita en tus charlas me gustaria chuparte esas tetas y esa concha q tan deliciosa la demostras y pasa el face q te perdi