Los caprichos de Melina (parte 2)

Hola Poringueros! Después de introducirles una historia sobre mi amiga Melina, llegó la hora de seguir contando otro de sus caprichos. Como ya bien saben los nombres de los implicados los cambié, pero la historia es 100% real. 


Antes de empezar con el nuevo relato, para que refresquen la memoria, recuerden que Melina es una joven muchacha de Buenos Aires, de familia bien acomodada.  Con su metro sesenta y cinco no tiene nada que envidiarle a ninguna, tiene un cuerpo de película. Unas piernas bien trabajadas por el deporte, una cinturita de avispa con una pancita chatita y un rostro muy bonito, con labios carnosos y unos ojos azules penetrantes. Pero son sus atributos lo que más llaman la atención. Tiene un culo de lujo, bien levantado por esas piernas firmes, redondito, gomozo. Y sus gomas son el paraíso. No se de medidas la verdad (perdón), pero son enormes, y naturales. Tienen ese bamboleo que te deja hipnotizado.  



Ahora sí, sin más preámbulos,  pasaré a contarles otra historia sobre mi caprichosa amiga.


Esta vez la cosa nos sitúa en Brasil, verano del 2018. Habíamos organizado unas vacaciones entre amigos, Gastón (novio de Melina) y su hermano habían conseguido una estadía en un hotel espectacular en Fortaleza, a metros de una playa de otro mundo.  El resto del grupo se completaba con la novia de turno Gonzo (hermano de Gastón),  dos amigas de Melina, un amigo de Gastón y yo.
Las amigas de Melina estaban muy buenas, eran dos rubias petizitas con cara de trola mal. Ambas de muy buen cuerpo, delgadas, atléticas. Parecía que se habían puesto de acuerdo ya que lo que a una le faltaba la otra lo tenía en abundancia.  Cande tenía unos pechos impresionantes, y aprovechaba cualquier situación para demostrarlo. En cambio Agos tenía un ojete de otro nivel, una cosa de locos.
Teníamos cuatro habitaciones en el hotel, parecía todo organizado para armar parejitas, pero las amigas de Melina tenían novio y no querían compartir cuarto con un hombre. Así que me tocó habitación con el amigo de Gastón.  El tipo se llamaba Benja, era un pesado, el típico ricachón engreído que se llevaba el mundo por delante. 


Benja: Puta madre, nos re cagaron. Yo quería estar con una de esas dos rubias.
Yo: Y bue...es lo que hay.
Benja: Se, pero vas a ver que me voy a terminar garchando mínimo a una de las dos.
Yo: Ok campeón.


El tipo era un boludo.


Luego de acomodarnos nos juntamos en la sala comedor del hotel con el resto del grupo. Algunos ya estaban comiendo o tomando algo. Me pedí una caipirinha cuando Melina se puso de pie y preguntó si alguien la acompañaba a la playa. La novia de Gonzo se paró y la acompañó, el resto parecía aun cansado por el viaje. Yo agarré mi trago y me fui para la playa.


Párrafo
 aparte para hablar de la novia de Gonzo. La mina se llamaba Vera, era brasileña. Se habían conocido hace unos meses, por suerte hablaba bastante bien el español; aunque Gonzo se defendía muy bien con el portugués.  Vera estaba que partía la tierra. Su piel era de color miel, tenía un brillo natural que hacía parecer que llevaba aceite permanente . Tenía el pelo rizado y moreno, y en su rostro había dibujada siempre una sonrisa. Su cuerpo parecía tallado a mano, la mejor cintura que vi en mi vida. No tenía pechos tan grandes pero eran perfectos. Sus piernas eran un camino de ida, imposible dejar de mirarlas.  Y su culo era un deleite, la perfección hecha ojete. Encima era super buena onda, 


Me quedé sentado en la arena viendo como Melina y Vera jugueteaban en el agua, estaba en el paraíso. El resto del mundo había desaparecido a mi alrededor, para mi solo existían esas dos minas mojándose. De golpe alguien se tiró a mi lado y me despertó de mi estupidés.


Gonzo: Es hermosa no?
Yo: Si, nunca había estado en una playa así (me hice el boludo)
Gonzo: Jaja, hablo de ella, vi que la estabas mirando.
Yo: Eh nono...
Gonzo: No pasa nada man, todo bien. No es delito mirar, aparte hay que admitirlo, dan ganas de partirla al medio con solo mirarla.
Yo: No te molesta? Bueno si, la verdad que te felicito. Es hermosa Vera, no se de dónde la sacatse.
Gonzo: Jajaja gracias, pero yo hablaba de mi cuñada.


Dijo eso y se fue al agua con las chicas, dejámdome ahí sentado asimilando lo que había pasado.


El día continuó con normalidad. Bebidas, playa, música. Las chicas tomando sol, las chicas en el agua, las chicas sacándose fotos. Y nosotros sentados llenándonos los ojos con esos minones. En un momento Gastón y Gonzo se fueron para arreglar una salida para esa noche; Cande y Agos volvieron al hotel a cambiarse porque querían ir de shopping, así que quedamos Melina, Vera, Benja y yo. 
Aproveché que Benja charlaba con Vera y me acerqué a Melina.


Yo: Che qué buena onda todo he, la estás pasando bien vos?
Melina: Ay si, bárbaro!
Yo: Genial, nunca había estado en una playa nudista, qué loco no?
Melina: Es nudista boludo?! No sabía!
Yo: Pensé que sabías.
Melina: No! Y yo acá con mi bikini marcándome, me hubieran avisado antes así tomaba sol como corresponde! 


Sin titubear se sacó la parte superior de la bikini dejando sus terribles gomas al aire, tuve que apretar los dientes para no tirarme encima de ella y apretarle esas dos delicias. Pero mi felicidad por tener ese par en frente de mis ojos no duró demasiado.


Vera: Meli qué hacés? 
Melina: Nada tomo sol.
Vera: Pero tapate que te van a ver!
Melina: Pero si acá todos andan así.
Vera: Nono, esto es una playa familiar!
Melina: Pe-pero...SOS UN BOLUDO!


Mientras intentaba taparse sus enormes tetas Melina no paraba de gritarme y tirarme arena, yo me cagaba de risa. Por suerte no se lo tomó a mal ya que hay mucha confianza entre nosotros.


Yo: Cómo caíste eh!
Melina: Boludo, me la vas a pagar.
Yo: Y bueno, fue para recordarte que me debés dos  todavía.
Melina: Gil, ahora te debo una entonces. Dátelo por cobrado.
Yo: Nono, esto no tiene nada que ver. No fue con tu consentimiento así que me seguís debiendo dos.
Melina: Ok, pero igual me voy a vengar.


Melina ya con su bikini puesto se paró y volvió al hotel, justo cuando venían Cande y Agos.


Cande: Alguien quiere venir al centro con nosotras?
Agos: Vamos a comprar cosas y chusmear por ahí.
Yo: No gracias.
Benja: Dale yo me prendo.
Cande: Genial, vos Vera venís?
Vera: Nono yo me quedo aquí, voy a esperar a Gonzo.


Benja me tiró una mirada pícara y se fue con las chicas. Yo me quedé un rato más en la playa charlando con Vera, era muy copada. Después de un rato volvimos al hotel, el sol ya empezaba a irse.
Esa noche salimos a bailar. Las chicas estaban hermosas, una mejor que la otra. Pero Melina y Vera estaban un escalón por encima de las otras.  Una vez dentro del boliche nos pusimos a bailar y a tomar. Melina era incontrolable una vez que empezaba a bailar, y Gastón lo sabía. No había caso con tratar de calmarla o decirle que no baile con otros, o que no sea provocativa. Era su naturaleza. Le encantaba que la miren, que intenten levantársela, y le encantaba rechazar a todos dejándolos calentitos. Aprovechaba cada vez que Melina bailaba conmigo para apretarla lo más posible contra mi cuerpo, ella no se alejaba ni se resistía; sabía muy bien que me volvía loco, y estoy seguro que hacía todo a propósito para calentarme. 


Melina: DESPUES EN EL HOTEL HACEME ACORDAR QUE TE PAGUE UNA DE LAS QUE TE DEBO.
Yo: Y POR QUE NO AHORA.
Melina: YA VAS A VER, VOS HACEME ACORDAR.


La tenía muy cerca, me quemaba la cara de la calentura, si no fuera porque estaba Gastón ahí le partía la boca de un beso. Por suerte nos interrumpieron, vino Gonzo y la sacó a bailar. Me alejé un poco del grupo y me fui a la barra a comprar algo para tomar.  Me puse a ver a mi alrededor y note que una chica me miraba, intercambiamos un par de miradas pero no me animé a acercarme porque no sabía portugués. Volví con el grupo y me sacó a bailar Vera. Su cuerpo era una extensión de la pista de baile, la música sonaba a su ritmo, cada movimiento que hacía parecía coreografiado y natural a la vez. Si solo tener mis manos en su cintura ya era la gloria, lo que debería ser en la cama!
En un momento noto que la chica que había visto desde la barra me seguía mirando, entonces se me ocurrió pedirle a Vera que me ayude.


Yo: COMO LE DIGO A ESA CHICA QUE BAILE CONMIGO? NO SE PORTUGUES.
Vera: QUE YA NO QUERES BAILAR CONMIGO?
Yo: NONO, ME ENCANTA BAILAR CON VOS.
Vera: ENTONES?
Yo: SOLO POR CURIOSISDAD JEJE.
Vera: VOCE E TAO ADORAVEL, SE NAO FOSSE PORQUE ISSO GONZO EU VOU TE FODER A NOITE TODA. 
Yo: QUE? NO TE ENTIENDO.
Vera: JAJA NADA


La noche siguió su curso y volvimos al hotel, todos medio copetados. Cada cual se fue a su habitación. 


Benja: Che Cande y Agos me preguntaron si queremos ir a su cuarto, dicen que no tienen sueño jaja.
Yo: Dale vamos, pero bancame que voy al baño porque estoy mareadísimo.
Benja: Dale metele, no quiero que se enfríen las chicas. Hoy la pongo papaa!!
Yo: Ok dale campeón, andá yendo que ahora voy.


Benja agarró una botella del minibar y salió.  Me mojé la cabeza para despabilarme, me cambié la remera y me fui para la puerta con la intención de salir. Cuando estaba a punto de abrir noté que había un papel en el piso, lo agarro y leo que decía "Te espero en mi habitación, dejé la puerta abierta, entrá sin hacer ruido". Era la letra de Melina.  Abrí la puerta rápido pero no había nadie en el pasillo. Después de recibir esa nota me fui para la habitación de Melina sin dudarlo, dejando la invitación de Benja de lado.  
Al llegar a la puerta me carcomían los nervios. Abro muy lentamente sin hacer ningún ruido y entro. Las luces estaban apagadas, pero se podía ver porque entraba la luz de la luna e iluminaba bien. Me dirijí directamente al dormitorio, supuse que me esperaría ahí, y cuando llegué quedé congelado. No podía creer lo que veían mis ojos. Ahí estaba ella, totalmente desnuda. Estaba en cuatro, y Gastón detrás de ella entrándole con todas sus fuerzas. El sudor recorría sus cuerpos, las tetas enormes de Melina se bamboleaban a un ritmo frenético.  La expresión desencajada en su rostro demostraba que estaba gozando a lo loco. Pero los que más me quedó grabado fue el sonido, ese PLAF PLAF PLAF que se escuchaba con cada arremetida que le daba Gastón mientras la agarraba con fuerza por la cintura. Sin darme cuenta tenía la pija hecha un garrote, ver la tremenda cojida que le estaban dando a Melina me llenó de calentura. Estaba totalmente hipnotizado, quería irme pero mis pies no se movían. A la vez tenía ganas de meterme y sumarme, pero no me podía mover! Hasta que Melina giró su cabeza y me miró, directo a los ojos, con esa cara de atorranta que tiene. La muy puta no paraba de gemir, pero no me sacaba la vista de encima. Me tiró una sonrisita cómplice y me sacó la mirada de encima siguiendo con lo suyo. No aguanté más y pelé mi pija ahí nomás, no me importó nada, me tenía que sacar la leche que tenía. En ese momento Melina dejó de estar en cuatro y lo acostó a su novio boca arriba, subiéndose encima de él, ensartándose enterita la verga de Gastón. En esa posición ahora ella podía verme sin tener que girarse. Empezó la cabalgata lentamente, acelerando cada vez más. Sus terribles gomas rebotaban sin cesar de arriba a abajo. Melina me miraba sin dejar de garcharse a su novio, mientras yo me pajeaba sin disimulo. Su mirada iba de mi cara a mi pija, de mi cara a mi pija. La muy puta estaba fuera de si, no podía cerrar la boca de tanta excitación, no para de gemir. Yo ya no aguantaba más, era demasiado, tenía que acabar ya.  Gastón empezó a gemir cada vez más rápido en señal de que estaba por acabar,  Melina puso sus ojos en blanco; verla así me volvió loco, largué el lechazo más grande de mi vida, les llené el piso de semen. 
Después de acabar salí rápido pero en silencio y fui corriendo a la habitación de Cande y Agos, tenía que garcharme a una de esas dos atorrantas, me daba lo mismo cualquiera. Solo podía pensar en lo que acababa de ver, necesitaba cualerme a una de las pibas mientras imaginaba que se lo hacía a Melina.










Hasta acá lo dejo por hoy, espero que les esté gustando. Si es así entonces seguiré subiendo más relatos!




  

2 comentarios - Los caprichos de Melina (parte 2)

CjC12 +1
Terrible!
Juandmaz
amigo donde está la tercera parte??? Esto es muy bueno. Tenes futuro escribiendo