Mis primas de la capital 13

Entré en casa dispuesto a darme una ducha y meterme en la cama, cuando pasé por la puerta de María llamé con los nudillos, no oí nada y supuse que estaría durmiendo, por bajo de la puerta del cuarto de Maite vi luz y llamando tampoco oí nada, abrí la puerta y vi a las dos hermanas durmiendo abrazadas, me acerque para apagarles la luz, estaban muy guapas las dos, me fijé que sobre la mesita de noche descansaba Carlitos, el súper consolador de mi tía, pensé que ellas también lo habían visto funcionar y que lo habían cogido para no ser menos que nosotros, todavía estaba húmedo y pegajoso, levanté la ropa de la cama y lo escondí entre las piernas de María, no quería que su madre lo descubriera.
Por la mañana ya tarde bajé al salón, estaba hambriento, vi a mi tío leyendo el periódico con una taza de café en la mano, en la cocina mi tía preparaba la comida, me guiñó el ojo cuando le di una palmada en el culo, no noté mucha ropa bajo la bata que llevaba puesta, pasé hacia el frigorífico y cogí un poco de fiambre, al volver le di otra palmada en la otra nalga, confirmé que no llevaba nada bajo la bata, me asomé al salón y al ver a mi tío de espaldas leyendo distraído me cogí a las caderas de mi tía y apreté mi polla a su culo, ella riendo aún sacó su culo hacia mí, cuando salí al salón mostraba una buena erección.
Al momento vi bajar a Maite, tenía aún el sueño en su cara, vi también a María cómo salía de la habitación de sus padres, seguramente había devuelto el consolador a su sitio.
Cuando nos sentamos a la mesa para comer mis primas por debajo de la mesa me pellizcaban y me hacían cosquillas como castigándome, estaban impacientes por que les contara todo lo que había pasado después de la cena y con todo detalle, claro.
Antonio nos anunció que se iban a ir unos días a Roma a una feria del calzado, querían comprar todo para la temporada próxima y estarían un fin de semana, como siempre nos dijeron que confiaban totalmente con nosotros aunque luego mi tío me cogió del brazo y me dijo que las cuidara mucho.
Aunque no hacía falta que me lo dijera se lo prometí, mis tíos se marcharon una mañana, los llevé al aeropuerto, mi tía con dos maletas de equipaje, cuando le besé en la mejilla me dijo al oído…
--- Voy a añorar tu polla.
Cuando volví a casa no estaban mis primas, pensé en pasar a casa de Emi y comentar la noche anterior, pero por deferencia de las chicas esperé en mi habitación, estuve entreteniéndome arreglando los libros de la universidad, con el maratón de exámenes no había tenido tiempo y estaba todo desordenado, me senté en la cama y esparcí todo en montones clasificando por temas, era bastante tedioso y más después de haber aprobado, no quería deshacerme de nada pero era preciso organización, me fui relajando y poniéndome cómodo, hasta que sin darme cuenta me dormí.
Cuando desperté ya era por la tarde, no había comido nada y no se oía ningún ruido en la casa, no tenía ni ganas de prepararme nada, llamé a una pizzería y al rato tenía en la mesa todo lo que había pedido, después de comerme una mediana con dos cervezas me senté en el sillón de mi tío, estuve ojeando los periódicos viejos, me aburría soberanamente, incluso acabé dos crucigramas, ya estaba a punto de salir a dar un paseo cuando oí la cerradura y las risas de Maite, entraron en tromba, se sentaron sobre mi piernas, me abrazaron y dejaron sobre mí las bolsas que habían comprado.
Entre las dos me llevaron a la habitación de María, a estirones me desnudaron y de una bolsa sacaron un montón de prendas, no dejaban de reír, me vistieron con un calzoncillo en su mínima expresión, solo sujetaba la polla vertical y los huevos pegados debajo, esto sujetado a la cintura con un leve hilo, ellas no iban menos sexis, una se puso un mini vestido de enfermera y la otra de doctora, solo llevaban el uniforme pues por los lados se les salían al mínimo movimiento media teta, estuvieron jugando como crías imitando situaciones de un hospital, me subieron a la mesa de estudiar diciendo que me iban a reconocer, me obligaron a estar quieto, con unas vendas me ataron a las patas de pies y manos, al principio se contentaron en hacerme cosquillas y pellizcarme en las tetillas o morderme las orejas, mi reacción solo podía ser intentar meter mis manos por algún sitio de su anatomía pero no me dejaban opción, aunque me permitían admirar los pezones que se escapaban por cualquier resquicio del uniforme, cuando las caricias se fueron haciendo más cálidas mi polla empezó a reaccionar, en principio la erección fue suave, con dificultad la polla seguía contenida dentro de la tela, pero cuando esta se quedó pequeña no tuvo más remedio que salir y salió de la manera más brusca, debió ser por la mala calidad del slip, pero uno de los hilos se rompió y como un muelle quedó vertical apuntando al techo, tras un momento de risas las chicas se lanzaron a por ella, apartaron a un lado la escueta prenda y dejaron la polla como un obelisco, estaba claro que me querían “castigar” por la fiesta que había tenido sin ellas, me hicieron toda clase de caricias cerca de mi polla pero sin tocarla, los muslos, las nalgas o incluso el culo se salvaron de sus manos o bocas, el glande parecía que iba a explotar, en un principio rosado pasó a rojo y luego a morado, yo solo quería eyacular, mis huevos me urgían a hacerlo pero necesitaba algo de contacto físico, las bocas de mis primas rodeando mi glande, lo metían dentro de su boca sin llegar a tocarlo ni siquiera con los labios, yo sentía el calor húmedo de su aliento y me producía unos latidos que engrosaba el glande marcando exageradamente el anillo, María pensó en acercar sus manos a los huevos como protegiéndolos, yo sentía su proximidad, y me excitaba tanto que la polla oscilaba como meciéndose en el aire, las chicas se sentaban sin dejar caer su culo sobre mi cara yo desde debajo veía sus culos abiertos tan jóvenes y suaves que habría dado cualquier cosa para poder morderlos y lamerlos, los labios vaginales palpitaban y se abrían excitados, sus pezones casi me rozaban la boca pero era imposible cogerlos con los labios, cuando empecé a gruñir como un animal, mis primas se apoyaron en mis caderas expectantes y al entrar en erupción gritaron jubilosas, una serie de chorros de leche salían sin cesar, caían sobre los muslos o los huevos incluso sobre mi vientre o mi pecho, al final brotaba como una fuente y resbalaba sobre su propio tronco, en mis pelos rizados se amontonó unas chorreras como en un velón, cuando me desataron yo no me quedaban ganas de vengarme, me ofrecieron sus tetas sobre mi y se sentaban sobre mi polla, pero estaba exhausto.
Me fui a dormir agotado, cené suavemente y me fui a la ducha en la cama solo me dio tiempo para taparme y quedarme dormido.
Me despertó el suave calor de mis primas al entrar en mi cama, debía ser de madrugada, quise hacer como que dormía, las dos me rodearon con sus brazos y pegaron sus caras en mi pecho, parecía un sándwich cuando ellas se durmieron también, para mí fue imposible dormir desde ese momento, las carne tierna de las chicas, aunque ya mujeres se diferenciaban de las más curtidas de mi tía y de Emi, el cutis de las tetas, tierno, suave y tibio, la dureza de sus pezones aun rígidos y áspero no tenían la “malicia” de los de Ana, ni la espereza de Emi, me consideré afortunado en tener aquellas mujeres a mi lado, las estreché y un calor, me fue bajando desde mi pecho a mis huevos, el escroto se encogió y se rizó provocando una erección, no podía acariciarme ni detener mi polla en su movimiento pues tenía las manos bajo las cabezas de mis primas, cuanto más quería cambiar de pensamientos más me crecía el falo, levantaba la sabana como una tienda de campaña, en su sueño María apoyo su manos en mi pubis, movía instintivamente sus dedos y los enredaba en mis pelos, aún me producía más desazón.
Maite se cogió a mi brazo, lo hizo suyo y se lo rodeó como si fuera su tabla de salvación, el problema es que mi mano se apoyo fuertemente en toda su teta el pezón se abría paso entre mis dedos, parecía que lo hacían adrede, yo con las piernas en cruz, mis primas pasando las suyas sobre las mías me impedían cerrarlas, me relaje y me abandoné, desde mis huevos sentí el recorrido urgente del semen no tardo en salir como un torrente, la sabana lo detuvo y lo repartió sobre mí, un fuerte olor salía bajo la cubierta y la mancha se extendió, cuando se secó me raspaba el glande, mis primas no se despertaron en toda la noche, solo por la mañana Maite se dio la vuelta, siguió abrazada a mi mano, pero su culo me calentaba mi cadera, María me puso la mano caída sobre mí las puntas de sus dedos tocaban mis huevos, mi polla crecía y se iba acoplando entre las piernas de Maite, en un momento notaba el calor que salía de sus labios vaginales, hubiera querido empujar y meterme dentro pero no quise mancillar el sueño de la chica, mis huevos ya no querían colaborar, no me hubiera gustado llenar sus labios y sus nalgas de leche.
Por la mañana se despertaron de lo más risueñas, habían recargado las baterías, me pidieron perdón por la tortura a que me habían sometido, cuando vieron la mancha de semen en la sabana me llamaron vengativo, pero aunque se lo explique no me creyeron, se sentaron a mi alrededor y me interrogaron sobre la noche con los mayores, se alegraron de que hubiera salido vivo de la prueba, pero me dijeron que preferían tenerme para ellas, se me echaron encima jugando y ya no les di cuartel, a María le atrapé las tetas mientras que a Maite a colocaba boca abajo y le metía la polla entre las nalgas hasta que encontré sus labios, no hubo que mojarlos, ya lo estaban, me recibió abriendo las piernas y entré me permití estar dentro de ella sin moverme mientras le comía las tetas a María, ella me las ofrecía juntándolas, mi boca iba de una a la otra chupando sus pezones, Maite no pudo esperar más y levantó el culo acabándosela de meter, subía y bajaba metiéndosela ella sola, no se hizo esperar el orgasmo que la sacudió, tembló varias veces hasta dejarse caer sobre la sabana, me arrastró pues había juntado sus muslos y me tenía atrapado, caí junto a ella, y con el glande en la entrada abrazado por sus labios eyacule, fue una corrida suave, simplemente salió los restos de leche que me quedaba, María me había ofrecido su coño y cuando lo estaba saboreando, se corrió en mi boca, aguanté pegado a ella hasta que dejó de convulsionarse, mis labios estaban hinchados de tanto lamer.
Metí las sabanas en la lavadora, no quería que mi tía viera las evidencias de nuestros escarceos.
Cuando llegaron mis tíos me llamaron y fui a recogerlos al aeropuerto, estaban contentos, pues la colección que habían comprado era muy bonita y de mucha calidad, cuando entraban en casa sus hijas se lanzaron a sus cuellos, recibieron unos paquetes con regalos, a mi me traían un reloj precioso.
Pero el mejor regalo fue que nos iríamos unos días a la playa, saltamos de alegría y fuimos a revisar los trajes de baño, el mío estaba un poco anticuado.
Por la mañana pase a la casa de enfrente, Emi salía a comprar al centro, le pregunté si la podía acompañar, me dijo que si, fuimos a un gran almacén pero parece que no le gustaba nada de lo que veía, yo mientras me fijaba en los aparatos de informática, al final decidió buscar en otra tienda, no me había querido decir en concreto que era lo que buscaba, en la otra tienda más especializada ya me fui orientando, parecía que buscaba un bañador, estuvo hablando con la dependienta, yo me mantenía discretamente a distancia, la vi como acompañada por la dependienta entraba en un probador, luego le llevó varias prendas, esperé pacientemente, un segundo montón de bañadores siguieron al primero, pasó un rato y nada cambió hasta que la dependienta me dijo que quería que la aconsejara yo.
Entré en la sección de probadores, la llamé y su cabeza salió al fondo, cuando cerró la puerta detrás de mí lo primero que vi fue su silueta al completo en el espejo gigante, estaba detrás con un bañador en cada mano, me preguntó…
--- Cual te gusta más?
Yo no vi lo que llevaba en las manos, mis ojos se quedaron clavados entre ellas, entre sus brazos estaba su cuerpo, frente a mí completamente desnudo, la suave curva en que terminaba su cintura se abría en unas caderas anchas, suaves y armoniosas, sus muslos se juntaban escondiendo a duras penas un pubis perfectamente cerrado, la luz del techo caía sobre sus tetas altas prolongando sus sombras sobre su estomago, detrás de ella el espejo me devolvía la imagen de su espalda y su culo, los hoyuelos de su culo se marcaban sombreados.
Señalé un bañador al azar, ella se lo puso por los pies, levantó una pierna y titubeó para no caerse, yo la sujeté pero mis brazos rodearon su cuerpo, su culo se apoyo en mi polla a la vez que sus tetas quedaban colgando en mis manos, se volvió y me dijo…
--- Gracias por ayudarme, he notado tu apoyo, duro como siempre.
Yo le empujé para hacérselo notar mientras le apretaba los pezones, ella suspiró.
No había terminado de ponérselo cuando lo cambió por otro, este más estrecho, de licra de un solo color, tuvo dificultades para ajustarlo a su culo, cuando se pegó a sus ingles me dijo que le ayudara con la parte de arriba, parecía imposible que aquel cuerpo entrara en la prenda tan pequeña, cuando pudo meter el estomago cogió los tirantes y se los cruzo detrás del cuello, el bañador se quedó arrugado entre sus tetas, probé a extenderlo a los lados pero no llegaba, Emi sostenía los tirantes sin soltarlos, con una mano tuve que levantar el tejido y cogiendo la teta derecha la obligué a entrar, cuando pude meter el pezón que se había enganchado en la costura, intenté meter la izquierda, lo conseguí con mucha dificultad, al momento las derecha salió despedida, tuve que coger las dos y meterlas a la vez, cuando Emi pudo atarse los tirantes se quedaron dentro las dos en un equilibrio muy inestable, quizá se sostenían por los pezones enganchados en las costuras, un poco de areolas asomaban por los lados, en un impulso les di un lametón, al encogerse Emi, se salió y toda la teta quedó a mi alcance, no desaproveche y la aspiré hasta que llenó mi boca.
El siguiente bañador no era tan conflictivo, se lo pudo poner aún que con cierta dificultad, le realzaba la figura como una guitarra española.
La dependienta llamó a la puerta, nos cogió cuando se estaba quitando el segundo, yo la sostenía de la cintura, pasó un puñado de bikinis y desapareció.
Los bikinis fueron más sencillos, la braguita se ajustaba con dos cintas, la primera era muy sencillo pero al poner la segunda estaba más tensada y la braguita quedaba ladeada, por una parte tiraba y la otra asomaban sus labios, tiré de ella hasta colocarla bien, el roce de mis dedos en el pubis recién depilado de Emi me causo una reacción en mi entrepierna, el sujetador fue más sencillo, le até la cinta bajo su pecho a la espalda y mientras ella tiraba de los tirantes por encima de su cabeza coloque las copas en su sitio, se deslizaban por la cinta como en los bikinis brasileños, los pezones se marcaban en cualquier posición que los ponía, el canalillo que se marcaba entre ellos me mareaba.
Lo separó como elegido pero aún así se probó otro, este tenía las copas que recogían las tetas hacia arriba solo las sujetaba desde abajo, por encima se asomaban las areolas oscuras, se lo hice notar estirándole la teta y sacándola fuera, ella apretando mi polla dura me dijo…
--- Juan, eres muy travieso, y tú amigo todavía más, seguro que le gustaría salir a tomar el aire.
--- Pero solo para entrar al calor húmedo de la chica más guapa de la tienda.
No se lo pensó, con suma maestría se agacho y bajándome la bragueta lo sacó, sentí mucho alivio al poder enderezarse, pero le duró poco la libertad, desapareció en la boca de la chica, me tenía cogido de mi cintura con la polla casi toda dentro cuando se abrió la puerta un momento, la cabeza de la dependienta se transformó soltó un ohhh! Y se quedó mirando, sus ojos seguían la trayectoria de la boca de Emi, la polla salía y entraba hasta casi perderse en la garganta de Emi, la chica se agacho a su lado después de cerrar la puerta, se le quedó mirando y cuando Emi se la saco para descansar le preguntó…
--- Puedo?
Emi me cogió la polla desde el tronco y se la ofreció, la chica cogió mis huevos con las dos palmas y lamió un poco el glande, le tomó la medida y abriendo los labios aspiró de ella hasta que se tragó media, al siguiente chupetón se la acabó de tragar, cuando llevaba un momento Emi quiso recuperar mi falo, la chica se resistía, se negaba con la cabeza tirando de mí, Emi le dejó hacer, la chica chupaba con avaricia, me señaló que le tocara las tetas, Emi le insistió, ella lo evitaba aspirando más fuerte, cuando Emi quiso advertirle ya era tarde, los chorros de leche la estaban atragantando, la dependienta quería evitar manchar la moqueta del piso y tragaba todo lo que le entraba directamente a la campanilla, sus ojos lloraban y tosía, cuando le empezó a salirle por la nariz, con las manos recogía lo que salía, se quedó sentada en el suelo, con las piernas abiertas, mientras Emi se vestía tranquilamente, salimos mientras la chica se recomponía un poco, cuando salió Emi le dio un pañuelo de papel, por el escote tenía un pendiente de semen espeso, sin apenas mirarnos hizo el ticket y cobró de la tarjeta.
Pudimos aguantar la risa hasta salir a la calle, al mirar el ticket vio que le había hecho un descuento especial.
--- Ya sé lo que tengo que hacer, traerte siempre cuando venga a comprar.
Se colgó de mi brazo y volvimos hacia casa.
Por el camino me contó que Ana estaba muy contenta, la noche de la cena había disfrutado mucho, la hicisteis muy feliz entre los dos.
--- Antonio la tiene muy bien follada, pero contigo lo disfruta mucho más, eres como un capricho para ella, tienes todo lo que le gusta de un hombre y además eres joven, tu polla la tiene loca, igual que a mí.
Esto lo dijo mientras me daba un beso en la mejilla colgada de mi brazo.
Me contó que le había dicho lo de las vacaciones y que la invitaba a un fin de semana, los bikinis ya no serían una sorpresa para mí, pero me era igual.
Cuando la dejé en casa era hora de cenar, mis tíos estarían esperando.
Ya estaban en la mesa esperándome, me excusé y me senté, María me preguntó donde había estado, le conté que eligiendo ropa para Emi, mi tía asomó la cabeza desde la cocina y me lanzó un beso.
Esa noche no tardé en irme a la cama, estuve jugando con el móvil un rato, cuando estaba apagándolo la puerta se abrió, la melena de mi tía me avisó que iba a entrar, primero dio una ojada por si tenía compañía, luego con pasos silenciosos se metió en mi cama, la bata que llevaba la dejó sobre una silla, solo llevaba eso, lo primero que hizo antes de taparse con la sabana fue darme un beso en la boca que me dejó sin respiración, me mordió en el lóbulo de la oreja y me susurró…
--- Juan, no sabes cómo he deseado tu polla estos días, teníamos un hotel precioso, cenamos en un restaurante de 3 estrellas, Antonio y yo estuvimos follando hasta la madrugada, pero me faltaste tú, tu polla es el complemento que me falta, me haces sentir llena del todo.
La abrace y le devolví el beso, ya estaba tumbada en medio de la cama con los brazos y las piernas abiertas para mí, me acoplé sobre ella, sus tetas acolchaban mi pecho, su vientre se pegaba al mío y sus muslos quedaron abrazando a los míos, el camino de mi polla estaba señalizado, me dejé escurrir y directamente entré en ella, me estrechó entre sus brazos, no pude moverme hasta un rato después, cuando pude levantar un poco el culo para sacar la polla de su coño no me quería dejar, enseguida tiró de mí y me clavó de golpe suspirando.
Estaba muy caliente, pues con cada metida temblaban sus músculos vaginales, me apretaba la polla aspirándola, me abrazó por el cuello, las tetas sobresalían a sus costados y yo me hundí dentro de ella, los temblores de su coño se extendieron por todo su cuerpo, me apretó hasta casi ahogarme cuando le invadió un orgasmo por todo su ser, estuve compartiendo sus temblores hasta que quise acompañarla y me vacié dentro de ella, aflojó sus piernas y mi polla se hundió aún más lubricado por mi leche, según se iba llenando su vagina rebosaba por sus labios hasta resbalar entre sus nalgas hasta la sabana.
Cuando deshicimos el abrazo me hice a un lado y me pegué a ella, mi corazón palpitaba como un tambor y sus tetas subían y bajaban sobre su pecho acelerado.
--- Gracias Juan, me hacías mucha falta, sé de alguien que me envidiaría en estos momentos, Emi estaría contenta de estar aquí también, me ha dicho que está encantada con tenerte cerca en los momentos malos y sobre todos en los buenos.
Me guiño un ojo pícaro y me dio un codazo, estuve a punto de contarle la tarde de compras, pero me contuve.
El chalet que alquiló mi tío estaba en una urbanización a unos kilómetros del pueblo, cuando llegamos lo primero que hicimos fue repartirnos las habitaciones, mi tía empezó a abrir las maletas y envió a Antonio a comprar provisiones al pueblo, Maite le acompañó, le ayudé en la tarea, mientras que María hacía lo propio en su habitación Ana colgaba la ropa en los armarios, me acerqué por detrás y le pasé las manos por debajo de la camiseta, el sujetador quedó bajo su barbilla y sus tetas llenándome las manos, un beso en su cuello le hizo temblar, me pidió paciencia para tenerla toda, yo resignadamente saque las manos mientras ella se volvía a colocar las tetas dentro de las copas.
Cuando volvieron mi tío y mi prima, sacaron todo del coche, Maite me contó alborozada que había visto a un compañero de clase en el pueblo, le gustaba bastante y le preguntó a su madre si lo podía invitar un día a comer, lógicamente le dijo que sí.
Cuando quedaron Maite me pidió que la llevara al pueblo para recoger a su amigo, la acompañe hasta la plaza mayor, allí estaba su amigo acompañado por una niña, Maite hizo un gesto de contrariedad, a mi me divirtió pero no le dije nada.
Me fijé con la chiquilla, iba vestida con un vestidito corto, una camisa abrochada hasta el cuello con una cinta atada como una corbata, llevaba unos calcetines altos, y unos zapatos de charol planos.
Se presentaron, el chico de unos veinte años se llamaba José y era bastante majo, vestía de sport y era muy simpático, su hermana se llamaba Purita, tenía dieciséis años aunque no los aparentaba, hablaba como vestía, muy aniñada.
Cuando llegamos al chalet los presentó a la demás familia, mi tía miró a María y ésta a mí, les pareció bastante rara, pero la invitaron a un refresco, Maite pronto se despistó con José y se fueron a la playa, le pregunté a Purita si quería que la llevara a la playa pero me dijo que no le gustaba porque tenía arena y se ponía la piel roja, le dejé una revista y estuvo entretenida un rato, cuando la leyó dos veces empezó a andar por el salón, le pregunté que le pasaba y me dijo…
--- Estoy muy aburrida, quiero irme con mis amigas del pueblo.
Empezó a gimotear, yo no quería darle el día a Maite y accedí a llevarla cuando me contó que su amiga vivía con sus padres en el pueblo.
Cuando subió al coche estaba muy callada, cogí la carretera y enfilé los pocos kilómetros que nos separaban.
Cuando rompió el silencio me pregunto…
--- Juan, te gustan los patos y las grullas?
--- Naturalmente mucho, pero aquí no hay.
--- Si que hay, yo sé dónde y quiero verlos.
Me arme de paciencia y le dije…
--- Purita, estoy seguro que por aquí no hay pájaros de esos.
--- Yo sé donde, ve por ese camino.
A mi derecha se separaba un camino de tierra, lo seguí, se dirigía hacia la playa, era un humedal con dunas de arena, los cañaverales y junqueras señalaban las charcas, a nuestro paso levantaban el vuelo pájaros de varias especies, hasta que con un zumbido casi delante de nosotros salió un pato con el cuello verde metálico.
--- Ves cómo tenía razón?
--- Lo reconozco, tenías razón.
---Pues para allí en la orilla de la playa.
La playa allí era de grava, no tenía arena pero aparqué, saliéndome del camino, Purita sonrió malévolamente y pasando entre los dos asientos delanteros se sentó en el trasero.
--- Ven siéntate conmigo, desde aquí los veremos mejor.
Yo me hice el remolón pero ante su insistencia salí del coche y pasé a la parte de detrás, cuando me senté a su lado la chica me abrazó besándome, me cogió por sorpresa y cuando me rehíce la chiquilla se estaba sacando por la cabeza el vestidito, lo que vi me dejó sorprendido, bajo el vestido llevaba un sujetador que presionaba sus tetas, creí que eran una tetitas incipientes pero cuando se lo quitó también salieron dos pechos bastante desarrollados, con unos areolas color café y unos pezones negros azabache, no había cerrado la boca de sorpresa cuando se quitó las bragas altas que llevaba, al incorporarse vi la mata de pelo negro rizado, estaba sin depilar, seguramente no lo había hecho nunca, sus ingles y su coño eran toda una alfombra, ella se rió y me dijo…
--- A que no has visto nada igual?
Se separó los labios y entre la maraña vellosa vi sus labios morenos descubriendo el clítoris rosado, saltó sobre mi y poniendo una pierna a cada lado empezó a estirarme la camiseta, yo todavía en shock la dejé hacer y cuando me soltó el cinturón obedecí sus ordenes sin rechistar, permití que me quitara los pantalones y el bóxer a la vez, se puso de rodillas sobre al asiento y se agachó sobre mí, la polla creció dentro de su boca, la chica movía la cabeza rápidamente y su boca se llenó de carne dura, se incorporó victoriosa y de un solo movimiento volvió a saltar sobre mis piernas, me abrazó pegando sus tetas a mi cara, como no le hacía nada cogió una con dos dedos y me la puso en la boca, al sentir el pezón duro lo mordí, ella se soltó y me puso el otro, este ya lo lamí abrazándola contra mí, ella me besó en la cara y en el cuello mientras se dejaba caer sobre mi polla, con dos dedos abrió sus labios y mojó con saliva la entrada, se dejó caer de golpe y se sentó en mis piernas, se apoyo en el respaldo de delante y apretó su coño contra mí.
Tenía la habilidad de quedarse a un centímetro de la punta para volver a caer hasta mis pelos, estaba saltando como una cría cuando en uno de sus saltos se salió, me miró a los ojos de una forma intensa, me abrazó y me besó, esta vez se dejó caer lentamente, sentí un poco de dificultad, posiblemente por la postura, pero igualmente se sentó sobre mí, yo quise acariciarle el clítoris tan escondido, lo encontré fácilmente, estaba rígido entre sus labios abiertos, lo rodeé con dos dedos y estuve poniéndolo más duro, mis dedos encontraron sus labios menores, estaban mojados pero lo que más me extrañó que estaban vacios, busqué mi polla y la encontré más al fondo entre sus nalgas, ella sonrió y abriendo su culo lo apretó contra mi pubis, se abrazó contra mí cuando el primer espasmo la sacudió, puso la cabeza contra el reposacabezas del asiento delantero y aguantó todo el orgasmo con el cuerpo en tensión sus brazos oscilaban en el aire, después cayó sobre mí y me dijo…
--- Lléname el culo de tu leche y me correré otra vez.
Cumplió su palabra, tras unos saltos más la chiquilla se deshizo en mis brazos, sus tetas rezumaban sudor, las gotas corrían por el canalillo hasta mi vientre, cuando se volvió a sentar en el asiento a m lado me dijo…
--- Gracias Juan, ha sido como volar como aquel pato que vimos.
Ya no se puso el sujetador ni los calcetines, la dejé enfrente de casa de su amiga, cuando entré en el coche se levantó un poco la faldita, tampoco llevaba bragas. 
Volví al chalet, mi prima María estaba sola, sus padres habían ido a tomar un aperitivo, la chica estaba tumbada en el sillón leyendo una revista vieja, cuando entré saltó sobre mí y me dijo…
--- Por fin llegaste, estaba esperándote, aquí sola me aburría mucho, cámbiate y vamos a la playa.
Me puse al bañador y cuando salí de mi habitación mi prima ya me esperaba en la puerta con las toallas y la crema.
La playa la teníamos cerca, en un momento estábamos pisando arena, como hacía un viento de poniente un poco molesto fuimos andando un poco más lejos, esperaba ver a Maite con su amigo, pero la playa estaba desierta, pero no del todo, detrás de unas dunas había una pareja, la verdad es que habían elegido el mejor sitio, al abrigo de una duna alta con un arbusto, como no había otro sitio igual nos sentamos cerca, María extendió la toalla y nos tumbamos el sol que a esa hora de la mañana caía a plomo, al agua del mar estaba como una balsa de aceite, María me puso crema por detrás y yo hice lo mismo, cuando se dio la vuelta se soltó el sujetador del bikini y lo dejó al lado, las tetas las tenía un poco rojas todavía del sol, aún no le había cogido el moreno, con mucha suavidad le estuve esparciendo la crema, noté los pezones muy agradecidos al frescor de la crema y los pellizqué suavemente, mi prima sin mirarme me cogió la polla y la apretó y me dijo…
--- Mmm, esperaba que la tuvieras dura, me has puesto los pezones como garbanzos y tu nada, si no supiera que desde hace unos días no la usas creería que ya no te gusto.
--- Eso de que no la uso… a lo mejor no es así.
--- Pues no sé como, o es que te has hecho alguna paja a la salud de alguien?
--- No nada de eso. Ah! A propósito que te ha parecido la hermanita de José, el amigo de Maite.
--- Uf! Que niña más repelente, parecía más cría de lo normal, yo creo que no tendrá los 16 cómo dice.
--- No sé qué pensar, por otra parte parecía muy avispada.
--- Que va! Esa niña no va a madurar en mucho tiempo, la van a desflorar con treinta años.
--- Jajaja, buena ocurrencia, me gustaría saber más de ella.
--- Eres un infanticida, seguro que te gustaría follártela.
--- Bueno, si fuera mayor…
Estábamos hablando de éstas cosas y me fijé que la otra pareja, cerca de nosotros estaban tumbados también, él estaba leyendo en el móvil, ya me pareció raro en la playa, pero más me extraño que ella estaba apoyada sobre él escuchando lo que leía, estaba muy atenta y le acariciaba el pecho a él sobre todo en las tetillas, movía el culo restregándose contra él, su mano bajó al vientre del hombre y desapareció bajo el bañador, me intrigó y me fijé más, los miraba por debajo de mi brazo, las gafas de sol me protegían la mirada, vi el bulto que hacía la mano de ella bajo el bañador, el hombre no era muy joven pero se conservaba bien, mientras él leía en voz alta ella se arrastraba por la toalla y besaba por encima del bañador al bulto que movía su mano, ya duplicaba el tamaño de su puño, el hombre con las piernas abiertas recibía las caricias sin dejar de leer, la mujer un poco más joven que él miró a los lados, vio que estaban solos con nosotros y como no estábamos pendientes de ellos le fue bajando el bañador al hombre, lo hizo lentamente, é solo tuvo que levantar el culo un poco, la polla fue asomando por la cintura, apenas la vi porque la boca de la chica la estaba esperando, se la fue tragando según salía al aire, yo solo puede ver el grosor del tronco que le faltaba por tragar y me pareció un buen aparato, él tuvo que dejar la lectura pues notaba que de seguir así se iba a correr enseguida, la cogió de los hombros y la puso otra vez a su lado, le dio el móvil a ella para que siguiera con la lectura, mientras él se dejaba la polla fuera para que se la siguiera acariciando con una mano.
La chica a la distancia que la veía no me parecía nada mal, pero cuando el hombre le soltó el sujetador y sus tetas quedaron libres me gustó ver sus pezones, no me los imaginaba así, además estaban duros, brillaban de tirante que tenían la piel, el hombre se volvió hacia mí, no sospechó nada y empezó a chupar las tetas de la chica, ella le bajaba la mano a lo largo de la polla y se la apretaba haciendo que el glande se hinchara, la mano de él no tardó en bajar a la braguita de la chica, abrió las piernas y dejó que el sol calentara su coño, la mano de él no paraba haciéndole salir una mancha de humedad entre las piernas, la chica leía cada vez más excitada y el hombre bajó su cabeza entre las piernas encogidas de ella, apenas pude ver el pubis depilado de la chica, me pareció que llevaba el vello recortado,
Ella levantaba el culo buscando la boca de su compañero, dejó el móvil a un lado y apretó la cabeza del hombre entre sus piernas, ya se movía sin parar cuando levantó las piernas sobre sus hombros y el hombre se inclinó sobre ella.
Yo me disponía a ver cómo le clavaba la polla cuando María me llamó la atención que se estaba quemando la piel y quería que nos bañásemos.
Con dolor de corazón salí detrás de mi prima, la polla la tenía como un ariete, me tapé un poco pues no quería que la otra pareja me viera empalmado a su costa, aunque no creo que ellos estaban para eso, el hombre estaba sobre ella, la polla clavada en el coño cogiéndole las tetas y besándola, me fui mar a dentro, María me esperaba llamándome con los brazos.
Cuando llegué a su lado se abrazó a mí, me notó enseguida el estado en que llegaba, la polla se incrustó entre sus muslos, ella me dijo…
--- Umm, esto no hay que desperdiciarlo.
Enseguida sus bragas aparecieron sobre el agua tranquila, se abrazó a mí y de un salto me rodeó con sus piernas, se dejó deslizar dándome un beso largo, su coño recibió a mi polla según bajaba.
Cuando salimos una mancha de leche flotaba por el agua, María se había quitado el sujetador que yo le había soltado, al llegar a la orilla mi polla bamboleaba en mis muslos y las tetas de María chocaban entre sí, la pareja ya descansaba en sus toallas, cuando se levantaron pasaron por nuestro lado, ella se volvió y nos preguntó…
--- Perdonad, sabéis un sitio para comer?
--- Bueno, si es comer bien en la avenida del muelle hay uno que se llama “El Cántabro” es muy bueno.
--- Ah! Estupendo pues nosotros somos de Santander, hemos venido a pasar el fin de semana.
--- Os ha gustado la playa? Esta muy caliente…
--- Si ya lo hemos visto, os habéis dado un buen baño.
--- Ya lo creo, aunque a vosotros no os ha molestado la arena mucho que digamos.
--- Jajaja, es verdad hemos follado a placer, en el norte no se puede hacer en la playa como aquí.
Lo dijo apretándole la polla al hombre y él le respondió sacándole una teta del bikini.
Maite les correspondió abriéndoles las piernas y enseñándoles el coño.
Los cuatro nos reímos hasta que se alejaron.
Nos vestimos y volvimos a la casa, mi tía ya estaba ultimando la comida y María se puso con la ensalada, yo me dediqué a poner la mesa y mi tío la bebida, cuando ya estaba todo montado llegaron Maite y su amigo, se ducharon rápido mientras les esperamos.
El chico era muy simpático y a Maite se le notaba que le gustaba, yo intenté sacar el tema de su hermana Purita pero nos dijo que era un caso perdido, no le gustaban las cosas de su edad y no se le veía interés ni por chicos ni amigas.
Yo me sonreí irónicamente, él me insistió que de verdad era un caso especial.
Me metí en la habitación a hacer la siesta, mis tíos también se habían tumbado y María se quedó con Maite y José a jugar al Trivial.
No tenía sueño, por la ventana abierta se veía al mar tranquilo y azul, saque mi tableta y me puse a mirar el Facebook, al momento se me abrió una pantalla que alguien me mandaba un mensaje, lo abrí y era de Asun.
La chica estaba por América con su madre de viaje, le contesté y me preguntó cómo estaba y si podía conectar la cámara con el Skipe por supuesto que lo hice y después de un momento de adaptaciones apareció el rostro de Asun sonriente, me contó que estaban en Cancún, habían llegado el día anterior y ahora se iban a la playa, le dije que me contara donde habían estado y me estuvo enumerando todos los sitios maravillosos de México que habían estado y que después de ver los templos mayas seguirían hacia otro país.
Vi que estaba preparada para la playa y me preguntó dónde estaba yo, me levanté y le enseñé el bañador, ella también me enseño su bikini, pero yo le replique bajándomelo, ella no quiso ser menos y se quitó el sujetador y dijo…
--- Me parece que tienes la moral muy baja.
--- Pues espera un momento…
Con el bañador en los tobillos y en el monitor la figura de Asun con las tetas morenas mi polla no tardó en levantar la cabeza a pulso, con cada latido subía un poco, cuando estuvo horizontal me giré de lado para que lo comprobara, ella se levantó y se bajó también las bragas, tenía el coño depilado a la brasileña, una tira vertical de vello cortito adornaba su pubis, cuando abrió sus labios acerqué la polla a la cámara, ella se acercó la tableta al coño haciendo un zoom, una puerta se oyó detrás de ella, al fondo de la habitación del hotel pasó Marta, su madre, cuando la vio con las bragas en los tobillos, sin sujetador y con la tableta entre los muslos, le preguntó…
--- Que haces Asun, con quien hablas?
Se acercó por detrás de Asun, ella le enseñó la tableta y vio mi polla en primerísimo primer plano, enseguida me reconoció, se llevó la pantalla a la boca y puso morritos para besarla.
Llevaba un pareo liado al cuerpo y atado bajo de los brazos, Asun desde detrás de ella le soltó el lazo que lo sujetaba y se quedó frente a la cámara con el cuerpo desnudo, aunque quiso cubrirse instintivamente mi comentario la convenció de no hacerlo…
--- Cada día estás más buena Marta.
Se puso una teta pegada a la cámara de forma que le notaba hasta el más mínimo poro de su pezón, yo saqué la lengua como si le lamiera y ella con dos dedos se lo apretó sacándolo duro.
Asun le quitó la tableta a su madre, me miró seria y me dijo…
--- Juan tengo muchas ganas de verte, necesito follar contigo.
La cabeza de Marta se asomó a la cámara y dijo…
--- Necesitamos follar contigo! eh?
Dejó la cámara apoyada en un mueble y se echo hacia atrás, la vi de cuerpo entero, estaba morena y muy apetecible, su madre se puso a su lado abrazándola y le cogió una teta ofreciéndomela, Asun con el dedo señalaba el coño de su madre, me lanzaron besos al aire y se despidieron, yo me quedé con la polla dura en la mano mientras el monitor se apagaba.
Por la mañana después de desayunar se notaba movimiento, mis primas iban muy arregladas, estaban muy agitadas de un lugar a otro, les pregunté y Maite me dijo que su amigo José le había dicho que tenía un amigo en el pueblo que le gustaría salir con María, iban a dar un vistazo y conocerlo, mi tío me alargó las llaves del coche, pero mi tía le dijo…
--- Mira Antonio, es mejor que vayas tú con las chicas y de paso compras esto que necesitamos.
--- Vale, y de paso pondré gasolina.
Al rato salían hacia el pueblo, me salí al jardín y me tumbé sobre el césped con un libro.
Mi tía a los cinco minutos salió donde yo estaba y me trajo una cerveza fría, se puso frente a mí y a la vez que me alargaba la botella se levantó la falda, bajo no llevaba nada…
--- Si quieres al aperitivo te invito yo, tenemos unas dos horas hasta que vuelvan.
Me levanté como un muelle, mi tía se cogió de mi brazo y me llevó a su habitación, cerró la puerta y se echó sobre la cama cuando se quitaba la poca ropa que le quedaba, con los brazos y las piernas en X…
--- Ven con tu tía cariño, te voy a sacar toda la leche que tengas en esos huevos tan generosos.
Salté sobre ella, el colchón gruñó con el peso, pero mi tía no se quejó, sus tetas parecían Airbag, se adaptaron a mi pecho, mi polla se alojó entre sus muslos abiertos, le besé en la boca y en el cuello, las tetas le siguieron y ella me cogió la cabeza y la dirigió a su coño, yo iba girando hasta que lo encontré y metí la cara entre sus muslos, los labios ya abiertos me mostraron todos los tesoros que me guardaban.
Ana me estiró de una pierna pidiéndome que la subiera sobre su cabeza, lo hice y mi polla colgó inerte sobre su cara, la atrapo con sus labios y la aspiró con fuerza, el prepucio todavía cubría mi glande pero ella lo destapó con la lengua, la metió entre el glande y la piel y la levantó, después atacó el frenillo y ya empezó a faltarle espacio en la boca, mi polla estaba engordando como un globo, a la vez que cogía mis huevos me separó de ella para sacar un poco de polla pues le llegaba a la campanilla, yo le tenía cogidas las nalgas y a la vez que me servían de agarre las abría, con mi lengua recorrí desde donde nacían los labios en el pubis moreno, pasando por el clítoris rugoso a los labios menores que guardaban la entrada ya húmeda de la vagina y llegó a terminar en el rugoso agujero oscuro de su culo, lo hice varias veces, ella levantaba las caderas cada vez para que yo le llegara más, cerró las piernas y me abrazó y en un movimiento rápido me dio la vuelta, casi se atragantó con lo que le llenaba la boca, pero cuando estaba encima de mí su cabeza podía moverse con libertad, me lamia el tronco por fuera hasta que se decidía meterlo en la boca, yo por mi cuenta le obligaba a separar las piernas para alcanzar mejor el coño, me puse una almohada bajo la cabeza, ya estaba a mi altura, mi lengua recorría cada pliegue de su sexo los jugos que salían de su vagina apenas llegaban a sus labios cuando mi lengua los había absorbido y el clítoris temblaba descubierto cada vez que sentía mi lengua cerca.
Cuando empezó a temblar su coño ella quiso levantarse de mí pero la sujeté por la cintura y seguí lamiendo con más fuerza, los temblores aumentaban, noté como ya no chupaba mi polla como antes hasta que la soltó y moviendo la cabeza sin control la dejó caer en mi ingle entre mis huevos y mi pierna.
El orgasmo fue brutal, todo su cuerpo vibraba incontrolado, me clavaba las uñas en las pantorrillas, no podía moverme bajo su peso, solo podía absorber los flujos que manaba su coño, apenas podía recoger todo pues me atragantaba, sus piernas rectas a mi lado dejaron de temblar poco a poco, levantó la cabeza y lo primero que hizo fue meterse la polla dentro otra vez, había perdido dureza, cuando quise seguir comiéndole el coño se levantó y me dijo…
--- Ya está bien de comer, ahora vamos a follar.
Se sentó sobre mí, no hizo falta lubricar nada, mi polla brillaba de saliva y su vagina goteaba, simplemente se sentó y me dio un beso en la boca que terminó de ponerme la polla a cien, cuando se deslizó hacia abajo se encontró con mi polla casi pegada a mi vientre, la cazó y se la clavó hasta la matriz.
Se sentó y se apoyo con las manos en mis tobillos, yo tenía la visión de su cuerpo entero, con las piernas abiertas frente a mí su coño se engullía mi polla, su vientre de doblaba como un junco, sus tetas botaban al ritmo de su culo y su cara de placer se concentraba en sus sensaciones.
No le avisé pero ella lo noto dentro de su coño, las palpitaciones de mi glande me delataron, con los músculos de su vagina me estrujó la polla a la vez que se concentraba a la espera del segundo orgasmo.
No sacudió a los dos a la vez, nuestros cuerpos se deformaron con los latigazos de placer, las cabezas y los brazos se agitaban sin orden, parecía que nos íbamos a dislocar algo, cuando Ana cayó sobre mí exhausta yo la esperaba inerte, mi pecho sonaba como un tambor de la selva, las tetas de mi tía esparcidas por mi costado, su corazón acolchado me golpeaba en mi pecho, mi polla salió de su coño mezclada en sus jugos y mi semen, con una voz débil me susurró al oído…
--- Quieres que sigamos otro más?
--- Me gustaría, pero no puedo.
Estuvimos un buen rato abrazados, el aire fresco que entraba por la ventana movía las cortinas y refrescaba mis huevos empapados de sudor y líquidos pegajosos, el canalillo de mi tía estaba perlado de gotas de sudor y sus mejillas estaban rojas de rubor.
Cuando nos levantamos fui al frigo a por una botella de agua pero me dijo…
--- Espera te invito a un cubalibre, esto se merece un buen trago.
Cuando volvieron mis primas y mi tío yo estaba otra vez en el jardín, ellas venían muy contentas sobre todo Maite, nos contó que el amigo de José era guapísimo y que estaba muy bueno, a María se notaba que le gustaba pero no quería aparentarlo, nos contaron que habían quedado y que pasarían a por las dos.
Al día siguiente llegó un coche, salió José y llamó a Maite, al momento salió Fernando, su amigo, al verlo tuve que reconocer que Maite tenía razón, un chaval atractivo, de mi edad más o menos, José le dijo algo al oído a Maite, ella se echo a reír mirándome, creí que se burlaban pero en ese momento se abrió la puerta de atrás y bajaron Purita y otra chiquilla, María me miró también entre sorprendida y maliciosa.
Las nenas llegaron a mí dando saltitos, Purita llevaba unos pantaloncitos pirata y una camiseta de Disney, la otra chiquilla era de su edad pero completamente diferente, era totalmente pelirroja, el pelo rizado color naranja, la nariz y las mejillas llenas de pequitas el cuerpo tan indefinido como el de Purita y con unos pies menudos que calzaban unas zapatillas de lona.
Yo era el centro de las miradas de todos, mi tío me sonreía divertido, mi tía espantada, Maite se encogía de hombros, sorprendida y María apenada, las niñas me miraban con carita de ángel.
Roto el silencio Maite nos dijo que volverían por la tarde mientras se metía en el coche, las niñas solo dijeron…
--- Comeremos de todo y nos portaremos bien.
Mis tíos sonrieron de oreja a oreja y con las manos me dijeron…
--- Son todas tuyo.
Me conformé y empecé a pensar con qué entretenerlas, saqué el Trivial y un parchís que encontré en un desván, ellas se sentaron y empezaron a jugar, pero al momento ya hacían cara de desgana, ya no sabía a que dedicarlas hasta que recordé que junto al parchís había visto unas raquetas de bádminton, las saqué y las dejé sobre una mesa junto al volante para ver su reacción, ellas se alegraron mucho, y aunque no había visto jugar se entusiasmaron con las plumas del volante, enseguida empezaron a jugar en el salón, mi tía me miró y me las llevé a la playa, las explique todo lo que sabía, que no era mucho, solo les comenté que sería como el tenis más o menos, empezaron a lanzarlas pero no las cogían casi nunca, la pelirroja que se llamaba Celia era la más torpe, a cada momento se le caía el volante o no le acertaba, Purita dijo que se lo explicara pues ya se aburría, la cogí la mano y le acompañe en el tiro, le costó bastante y tuve que ponerme detrás, ella no la daba ni una, la cogí de la cintura y pude conseguir que ya acertara las que su amiga le lanzaba, con la mano la guiaba, ella se dejaba aunque la posición de su culo sin poder evitarlo me rozaba la polla, ella no se enteró hasta que empezó a coger volumen, se quitó rápido, le dijo a Purita al oído algo, ésta le quitó importancia…
--- No pasa nada, ves?
Se puso en la misma posición que ella y me apretó el culo.
--- Así se juega mejor, entre dos, mira como lo hago.
La pelirroja se convenció y se volvió a poner, Purita le mandaba el volante lejos para que tuviera que esforzarse en cogerlo, yo intentaba sujetarla pero se escurría, cuando la tuve bien cogida ya paraba más, pero mi polla dura estaba alojada entre sus nalgas, ella se separó y volvió a decirle algo al Purita…
--- No es nada ven conmigo y verás.
Se acercaron a mí, Purita me puso la mano en la bragueta y apretó…
--- No es nada malo, pon la mano aquí y notarás como es lo que tiene.
Se hacía la sumisa pero al final consintió y acompañada de Purita apoyo su mano, estaba casi dura del todo cuando la tocó, como no se animaba Purita con toda resolución bajó la cremallera y buscando me la sacó, la descapulló y le hizo tocar, con miedo puso un dedo, luego dos hasta que la cogió, Purita se desesperaba, para demostrarle que no pasaba nada la lamió y le invitó a su amiga a imitarla, cuando la lamió Purita puso su cara junto a la de Celia y ente las dos empezaron a lamerla para luego chuparla, llegaron a un momento que se la disputaban.
No tuve más remedio que llevarlas a una duna que cubría de las posibles miradas y Purita me bajó los pantalones, la polla ya expuesta fue muy disputada, las dos querían mamarla, Purita sabiendo que esto no podía durar mucho se bajo las bragas, me enseñó el coño, esta vez lo llevaba depilado totalmente, su piel morena marcaba el rastro donde antes llevaba la melena negra, la Pelirroja la miró sorprendida dijo…
--- Que morena eres y aún no tienes melitos.
--- Mira lo que yo hago, porque luego lo tienes que hacer igual.
Se agachó y culeo hasta meterse la polla entre sus jóvenes labios, la otra chica se arrodilló a su lado, veía como la polla entraba y salía en el coño de Purita, hasta se atrevió a tocarme los huevos y ayudarme a meterla, cuando Purita se la sacó le dijo…
--- Ale Celia ahora tú, haz como yo.
La amiga se quitó las bragas, un coñito blanco, pecoso con unos pocos pelillos fue lo que vimos, la piel sonrosada de sus labios era blanca en su interior, Purita le metió un dedo en el coño y le hizo mojarse, la chica dijo…
--- Me gusta cómo me acaricias, pero eso no me cabrá.
--- No te preocupes, Juan sabe lo que tiene que hacer, verdad?
No tuve más remedio que susurrar…
--- Si, claro.
Se puso en posición y le gustó cuando le toqué con el glande en su caliente vagina, no pasaba de ahí, Purita me cogió las manos y se las puso en la cintura y me dijo…
--- Juan ahora solo tienes que empujar, verdad?
--- Claro, si claro.
Pero antes de que yo empujara la chica se hizo hacia atrás y se metió media polla, suspiró y entre dientes dijo…
--- Es verdad no pasa nada, me gusta mucho, puedo seguir?
Yo ya no pude aguantar más y sujetándola se la metí hasta dentro, ella soplaba y se reía nerviosamente.
Cuando se la sacaba suspiraba, ella sola se la metía y se la sacaba, empezó a coger velocidad, yo me dejaba llevar, mis huevos estaba a reventar y Purita lo notó, la quitó y se la saqué con cuidado, ella se quedó despagada, pero Purita le prometió…
--- Ahora vas a ver como lo hago yo.
Se puso igual agachada, Celia se puso pegada a su culo y mi polla, Purita pasó el glande por su raja mojada y la subió hasta el agujero de su culo, luego se hizo atrás y se la metió hasta un tercio…
--- Ahora Juan… sigue tú, párteme el culo, rómpeme en dos, lléname de tu leche.
Yo enardecido por el vocabulario de la niña me envalentoné y cogiéndole las nalgas se las abrí y no terminé de meter hasta pegar mis huevos en su coño, seguí metiendo y sacando hasta que mis huevos dijeron basta y se vaciaron dentro de Purita, Celia estaba atenta, no se perdía nada hasta que mi leche desbordaba el ano de Purita, con un dedo recogió un poco y se lo llevó a los labios, le estuvo buena y repitió.
Cuando volvieron mis primas con los chicos las chiquillas corrieron a su encuentro, Celia le dijo a su hermano…
--- Fernando, lo he pasado muy bien, Purita me ha enseñado un juego nuevo, cómo se llama Juan?
--- Bádminton, se llama bádminton.
Continuará.
Agradecería sus comentarios.

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