Un encuentro más.

Me acordaba de cuando lo conocí. Era algo magnético. Sobresalía con su aire masculino, su barba, su altura, sus piernas y brazos fuertes, todo él llamaba a la lujuria. Me distraía con su virilidad. Lo veía sonriendo y tocando su barba y quería besarlo, que me tocara e hiciera suya. Me imaginaba lo perfecto que sería, que nuestras anatomías se unieran placenteramente.
 
Estábamos en la cama conversando. Me miró y yo a él, me relamí los labios. Vi sus labios gruesos entreabrirse y no pude evitar acercarme un poco más, entonces me acerque hacia él y mis pechos quedaron pegados contra su torso. Y lo besé. Él me respondió y no tardó en rodearme la cintura con los brazos y apretarme contra sí. Un gemido de satisfacción se me escapó ante ese movimiento.
 
Sus labios gruesos aprisionaban los míos con fuerza y me sentía en el mismísimo cielo. Su mano comenzó a meterse dentro de mi pantalón y mi respiración se comenzó a acelerar. Me desprendió el botón y bajó el cierre de mi pantalón para sacarmelo, yo le saque la remera y después el pantalón.
 
Sus asperas manos comenzaron a vagar y pasearon hasta llegar a mi clítoris, presionaron ligeramente. Repasó mi vagina, estudiandola y enjugando sus dedos con mi lívido, todo se puso intenso, me recargué contra su pecho y reprimí un gemido. Sus dedos no tenían piedad y se movían muy bien, el era todo un hombre y sabía lo que hacía. Un suave "si" se escapó de mis labios cuando comenzó a frotar mi clítoris en forma circular. Minutos después, estaba completamente mojada, y él me acomodó para poder chuparme la concha.
 
Me volvió completamente loca pasando la lengua por mi clítoris y metiendola dentro de mi. Sus manos descontroladas buscaban mis pechos por debajo de la remera y el corpiño, decidí ayudarlo y me saque la remera y liberé mis pechos para que pudiera darle masajes a mis pezones necesitados.
 
Estaba cada vez más caliente y con más ganas de chuparle la pija. No aguante mas y me giré para hacerlo. Luego de un rato así, me acomode sobre él. Tome su pene para introducirlo lentamente en mi. Él continuó con delicadeza, sus embestidas eran fuertes pero se tomaban su tiempo, haciendo que quisiera gritar, pero me contenía a más no poder. Lo sentía contenido, sabía que estaba siendo cuidadoso. "Más fuerte" quería pedirle.
 
Sus lentas embestidas comenzaron a tornarse más rápidas y profundas, sus manos fueron a apretar mi cintura para que no me moviera demasiado, un gemido largo y agónico se me escapó, sin remedio y sentí mi cuerpo temblar por el placer. Continué arriba de él, luego en cuatro y también contra la pared…
 
Él se colocó arriba mio. Esa posición era todo lo que había deseado, me sostuve las piernas abiertas en lo alto y comenzó a bombear mi vagina, adoraba sentirme tan llena, no sabía si gemía o si no, no me importaba… me encantaba sentir sus fuertes embestidas adentro mio. Se salió de mí para movernos, él se acostó, y yo gustosa me senté sobre su pene grande y grueso, que era todo lo que estaba bien, perfectamente dotado.
 
Comencé a moverme encima de él y él comenzó a pegarme en la cola. Parecía un animal, y mis nalgas debían estar rojas de tanto golpeteo, cada más fuerte. Mientras me movía cada vez más rápido sobre el, su pene me llenaba de placer. Me decía “coge pendeja” y me hacía subir más la temperatura, solo podía cerrar los ojos y sentir mi orgasmo llegar. Unos espasmos me avisaron lo obvio, me había hecho acabar. Una vez y otra vez, y otra vez. Luego me pidió que le chupara la pija, y eso hice. A demás le chupe todos sus testículos y su cola. Puso su pene en mi boca, y acabó. Estaba llena de leche y no me importaba nada. Deseaba poder repetirlo cuanto antes.


3 comentarios - Un encuentro más.

exiliado-40
tremendo y caliente como siempre+6
Pervberto
Excitante relato, la simple y brutal magia del encuentro descrita con belleza y lascivia.