El secreto de Martita. Parte 3

De la idea del trio, Martita me conto que el otro era un flaco con el que habia cogido varias veces. Muy buena onda pero inexperto, más joven que ella (y por lo tanto mucho más joven que yo), que nunca había estado en un trio y que tenía un poquito de fobia de que yo lo tocara.... no le gustaba que un hombre lo toque.
- Uhhh! Pensé. 
Deci que tenía muchas ganas de volver a coger con Martita sino lo mandaba al carajo!
Lo único que le dije es que iba a ir en tren a Capital, de noche, y me tendría que quedar a dormir en su casa, si no tenía dramas.
No los tuvo así que organizamos todo para el encuentro.
Lo de quedarme fue una excusa, sabía que el flaco no se iba a quedar toda la noche e intuía que lo del trío no iba a estar muy bueno. Así que me iba a quedar después garchando sólo con Martita toda la noche. Porque eso de dormir no estaba en mis planes.
Llegó el día y allí fui. Llegué antes que el otro flaco y me encontré a Martita muy emocionada y en llamas, cosa que pude aprovechar en una buena previa antes del trío.
Cuando el flaco llegó mi pija estaba en la boca de Martita...
Había que bajarle la ansiedad!
Tomamos un par de cervezas y charlamos un poco. El flaco era copado pero estaba nervioso.
Fuimos al cuarto y nos pusimos en bolas, ella franeleo un rato con cada uno. Yo no estaba cómodo, a mi me gusta el entrevero entre todos, tocarnos sin importar quien con quien... pero bueno, no quise incomodar al flaco y estropearle la fiesta a Martita así que me contuve. 
Martita estaba hecha un fuego y quería las dos pijas adentro ya!
Me acosté boca arriba y ella me montó. Paro su culito y el flaco se la fue poniendo por atrás. 
Hubiera preferido ir yo por el culo pero cambie de idea por dos cosas, ya tendría toda la noche para comermelo y quería tener de frente a Martita y no perderme ninguna de sus sensaciones. La carita que puso cuando el flaco le entró y sintió las dos pijas adentro no me la voy a olvidar jamás. Satisfacción plena. Sueño cumplido. La primera de un sinfín de enfiestadas. Y yo estaba ahí. Mirándola. Gozandola. 
Le dimos primero despacio, después más duro. Creo que ella acabo un par de veces, sus jugos me bañaron. Al rato acabe yo, el flaco seguía, sus nervios no lo dejaban acabar. Un boludon según lo había previsto. Le costó muchísimo acabar.
Después nos quedamos distendidos en la cama, charlando. Ella nos tocaba y nosotros a ella. Cuando estuvimos listos volvimos a coger, esta vez fue de a uno a la vez. Comencé yo con ella en cuatro, le entré por la concha mientras ella se la chupada al flaco. Me encantaba tenerla así y perderle un dedo en ese hermoso culo mientras la garchaba. 
- No acabes! -Me pidió ella. Así que cuando estaba por acabar me salí y le di mi puesto al flaco que le comenzó a dar. Ella me saco el forro y se prendió de mi pija dandome una hermosa chupada hasta tomarse toda mi leche. La primera que le iba a dar esa noche. 
El flaco le siguio dando pero no acababa, sólo después de una extensa paja pudo acabarle en las tetas.
Después se fue. Tenía que trabajar muy temprano y ya eran como las 12 de la noche.
Y así fue como nos quedamos solos.
Ella estaba contenta con su experiencia y yo no se la critiqué. Seguro, con los años, ha tenido varios tríos y grupales muchos más excitantes y calientes pero este era el primero y ella estaba contenta y en lo que quedaba de la noche me iba a aprovechar de eso.
Cuando se fue el flaco nos quedamos charlando desnudos tirados en la cama. Le encantaba charlar conmigo y en esas charlas me fue contando todo lo que les estoy relatando. 
- Todo estuvo muy lindo pero me quedé con ganas de algo - le dije mientras me corrí hasta sus piernas y se las comencé a lamer hasta llegar a su rosada conchita. Le comí la concha con ganas, mi lengua jugaba con su clítoris y luego se hundía en su intimidad para beber sus jugos con ganas mientras ella gemia y me hundía la cabeza entre sus piernas. 
Gritó un orgasmo entre sacudidas y me regaló un torrente de jugos. No pare. También lami su culo. Iba y venía y ella gemia fuerte.
Luego de otro orgasmo fuertisimo separó mi cabeza porque ya no daba más, entonces me separé y se la metí y bien abrazados cogimos muy suave y lento, por mucho tiempo hasta que acabé. 
Así nos quedamos, abrazados, y nos dormimos unas cuántas horas.
Pero ella se despertó antes que yo, no se a que hora pero estaba oscuro aún. 
Y yo me desperté sintiendo su boca en mi pija chupandomela desesperadamente como si hiciera un siglo que no veía una Chota. Medio dormido lo único que se me ocurrió fue girarme para hacer un 69. 
Como quede de abajo los jugos de Martita corrían por mi cara y yo feliz!. Estaba en el mejor lugar en el universo. Entre sus piernas.
Creo que me bañó con un par de orgasmos hasta que acabé yo sin que soltara la pija de su boca y se volviera a tomar toda mi leche.
Volvimos a dormirnos abrazados.
Desperté esta vez primero yo y ya había amanecido, debía irme. 
Fui hasta el baño, me duche rápido y salí. 
Me la encontré dormida aún. Destapada, boca abajo, con ese culito rosado e irresistible y está vez la desperté yo, lamiendoselo, volviendola loca una vez más, y así nomas, con la lubricación de mi saliva, se la puse, entrandole de a poco y una vez que estaba bien adentro comencé a bombearla muy lentamente. 
Ella pasó una mano hacia su conchita y comenzó a pajearse y gemir y eso me voló la cabeza.
La comencé a culear con furia y eso la volvió loca, gemia y gritaba, alimentabamos nuestra calentura. Después de un buen rato de esa furia le acabé bien adentro de su culo. No la debía haber cogido sin forro pero la sorpresa del momento nos llevo a eso.
Ver ese culo chorrear la leche que le había dejado dentro fue glorioso.
Si bien después tuve más encuentros con ella, este fue el mejor de todos. El que más disfruté. 
Marita continuó haciendo esa doble vida. En su trabajo y con su familia era la simpática, amable y delicada chica que todos habían conocido. Recatada, nunca vestida de manera provocativa. Aplicada en su trabajo cuidando el negocio de su familia desde el area de finanzas. Buena y amable hija y hermana en los encuentros familiares. Pero despues, en la intimidad le fascinaba volver a ser como esa adolescente que habia conocido los placeres sexuales con su mano; una perra insaciable de sexo y aventuras nuevas. Le encantaba esa doble vida. Se sentía segura así.
En su época de Facultad hizo algunas amistades, y en su última etapa, antes de dejar, algunos "amigarches" que eran los que la visitaban en su departamento al igual que yo y algún otro fuera de ese ambiente.
Sus amigas, algunas de la Facultad y otras del barrio y la parroquia (a la que ya casi no asistía ) no conocían su doble vida. Se veían bastante y se querían mucho.
Una tarde que hacía bastante calor la vistió Sandra, ex compañera de Facultad.
Sandy apareció con un par de cervezas y muchas ganas de conversar con su amiga.
Se sentaron en el sofá a charlar y beber. Todos saben que cuando dos amigas charlan con ganas el tiempo pasa. Las cervezas también, las dos que trajo Sandy y otras dos que tenía Martita en su heladera. 
Se había hecho tarde y Sandy, que ya estaba un poco mareada, no quiso volver a su casa sola. Martita la invito a quedarse, le prestó una remera para dormir que Sandy fue a cambiarse al baño. 
Sandy era bajita, el pelo castaño largo y suave, unos hermosos ojos verdes y como era más rellenita que su amiga, tenía un par de tetas grandes y un culo para el infarto.
Se quito la ropa y se puso la remera de su amiga. Sin corpiño, sus oscuros y gruesos pezones se marcaban en la remera, y su gran culo pujaba por asomar por debajo de ella cubierto sólo por la tanguita blanca que llevaba.
Martita, en esa época ya acostumbraba dormir desnuda pero por la visita de su amiga se puso un camisolin sin nada abajo.
Cuando la vio aparecer a Sandy le subió un calor al cuerpo y sintió humedecer su entrepierna.
- que me pasa? -penso- a mi no me calientan las mujeres....
Le echo la culpa a la cerveza pero en ningún momento dejo que su amiga duerma en el sofá.  
- la cama es grande y comoda- le dijo- y de paso seguimos charlando.
A Sandy tampoco le había pasado desapercibida la figura de su amiga en camisón, por eso no desestimó la invitación a compartir la cama.
Charlaron, se acariciaron el pelo, se abrazaron, besaron sus mejillas, acariciaron sus cuerpos distraidamente mientras charlaban, hasta que sus bocas se juntaron y toda la lujuria se liberó.  
Quien las viera en ese momento pensaría en dos lesbianas dando rienda suelta a su placer. Pero sólo eran dos chicas, deshinibidas por el alcohol, descubriendo que para el placer no hay géneros sino sólo personas apasionadas y hambrientas de ese placer.
Martita lamia los generosos pezones de Sandy mientras está hundía dos dedos en la inundada concha de su amiga.
Ambas quisieron probar su primera concha así que el 69 no tardó en llegar. Ambas sabían como les gustaba que se la chupen y así hicieron a su compañera. Los órgasmos explotaron y ambas rieron al verse las caras tan empapadas. 
Luego Sandy quiso emular lo visto en una porno y ubicó a Martita boca arriba con las piernas abiertas y pronto se le subió cruzando sus piernas en la famosa tijera. Sus conchitas rozandose las llevaron a la gloria acabando y dándose cuenta que esto era una de las cosas que más les gustaba. 
Pasaron la noche amandose y a la mañana se preguntaron como les había pasado eso.
Ambas se dieron cuenta que para el placer había un abanico muy grande. Que no había que encasillarse detrás de un título. Lesbianas?... bisexuales? ... que importaba. Eran libres de amar como les diera la gana. 
Almorzaron juntas, desnudas como estaban y pasaron toda la tarde amandose, descubriendo esta nueva fuente de placer.

Martita siguió sumando experiencias a esta nueva vida de placeres, el incluir mujeres le abrió mucho el panorama, incluyó parejas y pudo jugar con ambos.... la cosa se estaba poniendo buena!

Un día pensó en que le gustaría ser cogida por muchos hombres pero le daba miedo llevarlos a su dpto y mucho menos ir a casa de un desconocido.
Se quedo con las ganas hasta que encontró un aviso de un conocido club swinger que organizaba fiestas de gang bang por las tardes. Recordó que yo una vez le conté que había ido pero que me parecían armadas para enganchar tipos y que sólo había un par de mujeres que obviamente estaban pagas y todos los tipos se las garchaban. 
Eso a ella no le importó ya que lo que quería era que esos tipos se la garchen a ella.
Allí no se zarparian pensó, debe haber vigilancia. 
Y así fue una tarde hacia el club, con mucho miedo a ser reconocida y que sus dos mundos de le mezclen. 
Fue una hora más tarde de lo que comenzaban y ya había como treinta hombres. Por suerte no reconoció a ninguno. Cerca de la barra había dos chicas hablando. El momento de la verdad había llegado.
Continuará. 

2 comentarios - El secreto de Martita. Parte 3

mdqpablo +1
wowwww ..martita se nos desató . cada ves se pone mejor la cosa.dejamos los.pts que nos.quedaron .ojala nos queden mas .saludos
masitasexxx +1
Gracias!!! Si. Se desató y por eso me llevo a contarles la historia preservando su identidad real. En la próxima entrega sabrán lo que fue de ella