La amiga de mi abuela 19

¡Hola ! aquí estoy para seguir contandoles la historia, pero antes quiero disculparme por el tiempo que tarde desde la última publicación, y a todos aquellos que me pidieron que fueran más seguidas , les digo que a partir de esta trataré de escribir todas las semanas, y gracias por seguirme , entonces... Esa tarde volví a casa, después de la encamada y conversación con Carmen , sin ganas de hablar ni ver a nadie, y menos a mamá, así que llegué, me encerré en mi cuarto y salí solo para cenar, lo hice rápido y en silencio y antes del postre me retiré a mi habitación de nuevo, me acosté y recordaba lo que Carmen me había contado, al rato entró mi abuela sin pedir permiso diciendo ¿ que te pasa, tuvistes problemas, no se te paró con tu jefa?, la miré y le dije que no estaba para soportar jodas, ella se sentó en la cama y me dijo; contáme que pasó, así entre que sí y que nó, le fuí contando todo, la abuela escuchó en silencio hasta el final, y recién ahí dijo, yo no se si eso es así, pero en todo caso tu madre era chica y soltera, así que no le hizo mal a nadie, olvidate todo y pensá que hoy te garchaste a una hermosa mujer¿ porque la cogiste nó?, me sacó una sonrisa con esta acotación, a la que contesté afirmativamente, la abuela me dijo entonces, ¿ querés que te haga una buena paja y me acabás en las tetas?, hoy no contesté, mejor mañana, ahora quiero dormir, bueno descansá , mañana seguimos la charla, y algo más, me dió un beso y me dejó dormir. Al otro día fui a trabajar normalmente como siempre y con Carmen no dijimos nada de lo que habia pasado el día anterior. de vuelta en casa estuve casi todo el tiempo en mi pieza, saliendo solo para cenar y volver enseguida a mi guarida , para no tener que hablar con mi madre, solo hola y chau, me acosté y largo tiempo después , con toda la familia acostada escuché cerrarse la puerta de la habitación de la abuela y enseguida vi abrirse la puerta de la mía, esa es la abuela que viene por la revancha de anoche, pensé y prendí la luz del velador, no me equivoqué para nada, venía bien preparada, un envase de crema en las manos, que arrojó sobre la cama, ya con las manos libres se sacó la bata que la cubría y quedo solo con una bombachita chiquita y con una remera color rosado, muy ajustada al cuerpo, con un escote cuadrado, la remera era tan ajustada que apretaba tanto sus pechos que parecían enormes y se mantenían dentro de la tela solo, porque los pezones duros se enganchaban en la costura del borde del escote, se notaba que esta remera estaba reservada para ocaciones especiales, y por suerte esta lo era. Corrió la sabana de un manotazo, yo ya estaba desnudo, sin decir palabra agarró la crema, se puso una buena cantidad en las manos, se montó en la cama de frente a mí exponiendo sus tetas y con sus manos con la crema fría me agarró la pija y los huevos, masajeandome suavemente hasta quedar totalmente embadurnado de crema, con su mano derecha empezó suavemente a subir y bajar por mi poronga dura, recorriendo todo el tronco, pero sin tocar la cabeza, gorda y morada que parecía querer explotar, turnaba sus manos para no cansarse y para darme tiempo para que no acabara y cuando se dió cuenta que era inevitable que acabara, salió de encima mío, me dijo parate y echame toda la leche en las tetas, de un salto me paré al lado de la cama, en el momento justo que empezaba a eyacular y mi leche caliente se derramó sobre sus pechos que ya estaban fuera de su escote, masajeados por esas manos que me habían ordeñado segundos antes, antes de que largara las últimas gotas, la abuela,se la metió toda en la boca, hasta dejarla limpia y sin una gota de leche, me hizo acostar, me tapó, dió un beso, agarró toda su ropa, apagó el velador, me dijo dormí, abrió suavemente la puerta, miró por las dudas y se fué a su cuarto, silenciosa como vino , yo me dormí y al otro día..., pero eso se los cuento la próxima, chau.

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