Los amigos de mi hermano (parte 2)

Nos tomó por sorpresa a todos. Leandro se asustó tanto que se sobresaltó clavándome su verga bien profundo, lo que me hizo exclamar un dolor seco, pero rápidamente Lucho me tapó la boca para que nadie escuche mi grito.


No sabíamos qué hacer. Lucho nos ordenó que juntáramos nuestras cosas lo más calmados y silenciosos que podamos y nos mandó hacia su habitación mientras él se vestía con un pantalón corto deportivo. El timbre sonó una vez más. Lucho supervisaba toda la sala con cuidado de que no haya quedado nada sospechoso y se dirigió hacia la puerta.


- Lucho: Ey! Qué hacen ustedes dos acá tan tarde?

- Cristian: Como estás, Luchito? 

- Javi: Te agarramos ocupado? Jajaja, estás todo transpirado...

- Lucho: No pasa nada, vengo de correr en la plaza y me estaba por ir a bañar en un rato.

- Cristian: Nosotros venimos de la casa de Javi, íbamos a salir a bailar y se nos ocurrió pasar a ver si querías venir vos también.

- Lucho: Uh, no sé chicos, no tengo muchas ganas de salir a bailar. La verdad que estoy medio cansado porque estuve corriendo como 2 horas sin parar

- Cristian: Dale! No seas puto! No pensábamos ir ya mismo, apenas son las 12 am... 

- Javi: Mirá que conocí una chica la semana pasada y va a bailar con un par de amigas a El Bosque esta noche. Cuando yo ligo algo, también quiero que liguen mis amigos...

- Cristian: Aparte recién en Facebook vi unas fotos Natalia con sus amigas preparándose para ir a El Bosque también. Si no ligas con alguna de las chicas éstas podés comerte a Natalia, salís ganando sí o si! Jajaja...

- Lucho: Es muy tentador, hace mucho que no le entro a Naty...

- Javi: Y si somos astutos podemos armar una buena con todas las chicas! Dejá de pensarlo tanto!

- Lucho: Lo voy a pensar y después les confirmo.

- Cristian: Y qué hacemos mientras? Te vamos a esperar acá en la puerta o nos vas a dejar pasar?

- Lucho: Sí, disculpen. Pasen.



"El Bosque" es un boliche (disco, antro) muy conocido en la zona sur de Buenos Aires. Se le conoce así por estar rodeado de un pequeño bosque, cuenta con varias pistas de baile y casi siempre hay shows eróticos para mujeres, una muy buena estrategia para calentar a las mujeres y que los hombres van a bailar ahí sean su descargo. 



Cristian y Javi se sentaron en las sillas de la sala. Antes de abrirles la puerta, Lucho había cubierto el sofá con una sábana y les explicó que Nico había venido con su perro ese día y lo había manchado todo. Aunque sabemos muy bien que en realidad lo cubrió para que no vieran un sofá completamente manchado de semen.


- Lucho: ¿Quieren algo para tomar? Jugo? Coca-Cola? Cerveza?

- Cristian: Si tenés cerveza estaría para tomarnos una...

- Javi: Yo me sumo.


Lucho sacó una cerveza bien helada, les alcanzó 3 vasos a la mesa y el destapador para que vayan sirviéndose mientras él se dirigía a su habitación donde estábamos todos los demás. Cuando abrió la puerta estábamos todos aún casi desnudos; Nico y Mariano tirados boca arriba en la cama con sus boxers puestos, Leandro sentado a un costado vistiendo solo una remera y yo en la punta de la cama me había puesto mi boxer y una remera.


- Lucho: Yo me voy a bañar pero Cristian y Javi se quedan en la sala esperándome. Ustedes traten de quedarse tranquilos sin hacer ruido y de alguna manera me los saco de encima, ok?


Quedamos de acuerdo en no hacer ruidos para no levantar las sospechas de Cristian y Javi, pero no teníamos certezas de cuánto tiempo le tomaría a Lucho para deshacerse de ellos 2 y que nosotros podamos salir de esa habitación tranquilos. Mariano y Nico estaban tranquilos, cada uno pasando el rato con su celular sin apuros ni ansiedades. Yo me quedaba callado y quieto, todavía tenía el culo abierto y mojado de las cogidas que me habían dado esos machos, y evitaba la mirada de Leandro que, a diferencia del resto, se encontraba muy ansioso y no me sacaba los ojos de encima. Él todavía tenía la verga parada porque minutos antes estuvo a segundos del éxtasis bombeándome el culo en el sofá y la llegada de los otros 2 lo había dejado sin poder lograrlo.


Lucho no tardó en bañarse, él comprendía la responsabilidad que llevaba encima y quería poder salir de esta situación lo antes posible. Salió del baño con una toalla blanca alrededor de su cintura y se acercó a la sala para asegurarse que Cristian y Javi seguían tomando cerveza, hablando entre ellos y habían puesto música en el home theater de la sala. Luego entró nuevamente en la habitación para mantenernos al tanto.


- Lucho: Ahora voy a organizar una coartada para tratar de sacar a estos 2 de acá por un rato así nos vestimos bien. Por mi parte, yo pienso salir a bailar con ellos porque dicen que Natalia va a bailar a El Bosque y no me puedo perder esta oportunidad.


Cerró nuevamente la puerta de la habitación y se dirigió a la sala.


- Lucho: Bueno, chicos... me convencieron, voy a salir con ustedes pero me tienen que aguantar un rato a que me vista y además tengo que pasar por la casa de Nico a dejarle unas cosas.

- Javi: No hay drama, todavía es temprano para que vayamos. ¿Tenés otra cerveza?

- Lucho: No, tenía esa sola... hagamos algo, vayan a comprar algunas más mientras me visto y voy rápido a lo de Nico, así para cuando llegan tomamos un poco y nos vamos, dale?

- Cristian: ¿Pero dónde hay un lugar abierto a esta hora para comprar cervezas?

- Lucho: Pueden ir al lava-autos que está frente a la plaza, abre las 24 horas y venden alcohol también.

- Cristian: Ok, igual aguantame un rato que nos terminamos esta cerveza y nos vamos.


Lucho se empezaba a impacientar. Cristian y Javi no parecían sospechar nada de lo que había ocurrido en esa sala, pero se tomaban mucho tiempo para todo y Lucho quería que se fueran cuanto antes.

Mientras, en la habitación seguíamos esperando sin saber de qué estaba hablando Lucho con los otros 2 en la sala. 


- Leandro: Estos hijos de puta no se van más... si fuese Lucho ya los hubiera echado a la mierda.

- Nico: Tranquilo, che... ¿Por qué estás tan ansioso? Desde que entraste en la habitación que no parás de mover la pierna, te vas a morir de los nervios.

- Leandro: Es que no aguanto más! Me lo estaba cogiendo lo más bien a este pendejo y estaba a punto de acabar cuando llegaron los otros dos y me cortaron el polvo... ¿no ves que todavía tengo la verga dura?

- Mariano: Y bueno, hacete una paja así te tranquilizás...


No respondió y se quedó callado. Lo miré para ver qué respondía. Él no paraba de mirarme, movía su pierna ansiosamente, su verga hacía espamos de lo excitado que estaba, y se mordía los labios como si me estuviese violando en su imaginación. Después los miré a Mariano y Nico que no nos estaban prestando atención, ellos seguían entreteniéndose con sus celulares esperando sin apuros. Nuevamente miré a Leandro que seguía con su mirada encarcelada en mí.


- Leandro: ¿Qué me mirás, puto? Si sabés que estoy así por las ganas que tengo de llenarte el culo de leche!

- Mariano: Shhh! Bajá la voz que te van a escuchar! Ya te lo vas a poder acabar cuando los otros se vayan...

- Leandro: ¿Y vos te creés que cuando se vayan me lo voy a poder acabar a este pendejo? Lucho seguro se va a bailar y nosotros nos vamos a tener que ir...

- Mariano: Lucho no haría algo así, de alguna manera u otra te va a dejar que puedas acabar antes que se vaya.

- Leandro: ¿Pero cuánto tiempo más tengo que esperar? Hace más de media hora que estamos acá encerrados!

- Nico: Ey! No grites, imbécil! Si no te lo terminás de coger hoy, te lo cogés otro día y listo...

- Leandro: ¿Otro día? ¿Vos estás loco? La leche la tengo a punto de explotar HOY, no otro día... Y tampoco voy a esperar a que se vayan porque seguro nos clavan 1 hora más acá adentro... 


Leandro se levantó de la cama y se dirigió hacía mí en la otra punta de la cama. 


- Mariano: Pará, boludo! Calmate!

- Leandro: No me calmo un carajo! Y vos putito levantate, te voy a terminar de reventar el culo de una buena vez... vení, Nico, ayudame tapándole la boca para que no se escuche si llega a gritar, y vos Mariano ayudame a dejarlo quieto contra la pared, me lo voy a coger de parada...


Me quise resistir, la situación se volvía riesgosa por donde se la viera. Cristian y Javi podrían escuchar y descubrir lo que pasaba... pero por otro lado me iban a inmovilizar y a violarme sin mi consentimiento. Una parte de mí estaba de acuerdo en entregarle el culo a Leandro, pero mi otra parte temía que estos 3 machos me lastimaran. Pero así sucedió; no tuve otra opción que obedecer sus órdenes, me levanté y me paré apoyando mis manos contra la pared. A pesar de haberme entregado a que Leandro termine de descargarse, Mariano y Nico hicieron lo que Leandro les había pedido. Apoyó su verga en la entrada de mi culo, sacudiéndola con furia para avisarme que lo que se venía no iba a ser algo suave.


- Leandro: Por dios! Qué caliente que estoy! Ahora vas a ver, putito... te voy a reventar el culo con tantas ganas que no te vas a poder sentar por 1 semana, y todo el mundo va a saber que no te podés sentar porque tenés el culo roto de lo mucho que te gusta que te llenen de verga...

- Nico: Eso! Romepele el orto, Lean! Nosotros nos encargamos de que no se escuche nada.


Así fue que Leandro no demoró ni un segundo en mandarme su verga de un solo empujón. Mi culo aún estaba abierto y lubricado por haber sido garchado casi 2 horas por estos machos. Me sustuvo la cintura con mucha fuerza, me apretaba con tanta rabia que ya me lastimaba y mientras con su verga enterrada completamente dentro de mi culo, me lo revolvía lentamente como si estuviese buscando alguna manera de llegar más adentro. Y empezó a meterla y sacarla toda, con cuidado de que no se escuche cuando su pelvis chocaba con mi culo.


- Leandro: Qué bien.. qué puto que sos, Alex... cómo te gusta la verga, la puta que te parió! Cométela toda, puto de mierda!

- Mariano: Shhh! Calmate un poco, boludo...

- Leandro; No puedo... te juro que no puedo... es el culo más hermoso que me cogí en toda mi vida!


Siguió con su cogida incesante y yo intentaba aguantarme la brutalidad de la situación ahogando mis quejidos por la mano de Nico que tapaba mi boca. Mariano inmovilizaba mis manos contra la pared, y de repente me soltó para encargarse de abrir mi culo. Abrazé a Nico por la cintura mientras me preparaba para que Leandro me terminara de abrir el culo al máximo. Mariano sostenía mi culo abriéndolo lo más que podía. Leandro ahora desaceleraba su cogida para que los tres pudieran observar bien cómo toda esa verga. Lentamente empezó a acompañar 2 de sus dedos junto con su verga. Luego acomodó 2 dedos de su otra mano al otro costado de su verga. Y luego terminó de meter 3 dedos de cada mano al tiempo que volvió a acelerar su cogida.


- Nico: Uy boludo! Te estás pasando mucho, ese culo no se cierra más si te lo seguís cogiendo así...

- Leandro: Ya casi estoy... en cualquier momento le lleno el culo de leche...


Dicho esto, sacó su verga de mi culo para pajearse un momento y la volvió a meter por completo, justo a tiempo para empezar a descargar incontables chorros de semen dentro de mí. Podía sentir cada uno de esos chorros ardientes llenándome, y parecía que jamás se detendría. Leandro seguía enganchado a mí y su semen no tardó en rebalsar, escurriéndose por mi pierna hasta llegar al suelo. Me soltó, sacó su verga aún dura de mi culo y a eso lo acompañó una gran cantidad de semen tan líquido como agua que se derramó en el suelo.


- Leandro: Arrodillate y limpiame la verga con la lengua como hiciste antes, y chupale la verga a ellos también que ya los dejaste calientes otra vez.


Me arrodillé frente a ellos como me ordenó y me dispuse a chuparles la verga. Podíamos escuchar la música a un volumen bastante alto como para que escucharan lo que hacíamos. Yo seguía chupando con ganas, me alternaba en cada una de las vergas mientras pajeaba la otras 2. Ya podía percibir a Mariano y Nico a punto de acabar otra vez.


Mientras en la sala, Cristian y Javi se habían terminado la cerveza y se preparaban para salir a comprar más. Lucho ya estaba vestido y listo para hacer de cuenta que iba a la casa de Nico mientras Cristian y Javi iban a comprar cervezas. Agarraron las llaves del auto, sus billeteras, celulares y Javi apagó la música... cuando todo quedó en silencio se escucharon dos sonidos sonidos secos desde la habitación de Lucho: 



(...Aaaaah! Uhhhh!)

- Cristian: ¿Qué es eso? ¿Son gritos? ¿Vinieron de acá adentro?


Lucho se quedó petrificado, no sabía que responder y al mismo tiempo se enteraba que nosotros estábamos cogiendo en la habitación.


- Javi: Ey, Lucho... vinieron de tu habitación esos ruidos?





CONTINUARÁ...

0 comentarios - Los amigos de mi hermano (parte 2)