Lore

No recordaba aquellos días de fantasías de puerto, hasta hace poco que salí con una amiga. Estábamos de camping por un pueblo cerca de donde vive ella. Hablamos de fantasias y otras cosas, y uno de sus comentarios hizo que me transportara a cuando tenia casi 12 años.
La cosa estaba así en ese entonces: yo recién me había mudado a casa de mis tíos. Eran Lore (prima de mi mamá) y Javi.
Lore no era muy grande en ese entonces, tenia como 22 o 23 años. Javi, de 30, se la llevo con el recién cumplió los 19. Vivían bien, y fui con ellos para instruirme en algunas cuestiones de artes. Llendo al punto, por ser joven, Lore estaba en forma, y al no tener necesidad de nada, la mayor parte del tiempo la dedicaba a los aeróbicos y otras actividades, y le gustaba los resultados, así que se paseaba por la casa con su top y pants ajustados. Esos eran mis primeros pasos en las noches de sueños húmedos.
A ella le gustaba andar así, y yo la veía de reojo al hacer mis tareas. Su figura esbelta era increíble.
Una mañana por la madrugada me quede sin despertador para ir a la escuela, y ella se despertaba a la misma hora que yo para salir a correr. Recién se levanto, fue a avisarme. Iba con una blusa de tirantes que le llegaba arriba del ombligo, y abajo solo su pantaleta. La luz del pasillo resaltaba su silueta, cuando dio la vuelta, la misma transparente su ropa dándome una idea de sus volúmenes.
Me la pase toda la mañana pensando en ella. La imaginaba así, caminando y sus caderas meneandose. Era algo que me impresionaba, y es que eran las primeras veces en que veía algo parecido, no había tocado el porno aun.
Esa noche me quede mas tiempo haciendo tarea. Ella salio de su habitación en bata, me vio y me sugirió que descanzara. La vi, tomo un vaso de agua y me abrazo, podía sentir su cuerpo y lo disfrutaba. Sentía la incomodidad en el pantalón, una presión, y mientras ella se apretaba mas a mi, yo apretaba mi palma a mi entrepierna. Me dio un beso en la mejilla y se fue. Después de eso, me levante y corrí al baño, sentía las ganas de orinar, pero al llegar y bajar la bragueta, en lugar de orinar como lo hacia, salio volando un liquidillo blancusco, manchando la pared. Su consistencia era nueva para mi. Me senté y espere a que pasara. Me di cuenta que esa presión era la erección de tener a mi tía así, pero aun era nuevo en todo lo que vendría.
Pasaron los días hasta llegar al sábado. Ese día decidí platicarle lo que me había pasado, ella se río y me dejo esperando respuesta. Me hizo sentir incomodo, pero después de estar un rato con una risa descontrolada como de niña traviesa, puso una sonrisa y se acerco a mi. Paso su mano por mi muslo, mientras con el pulgar me toqueteaba la punta. Sentía como se engrandecía. Cuando estaba ya bastante grande, sentía un hormigueo que me recorría toda esa área, ella me baja el pantalón y sale un tremendo mástil que no había visto yo antes, era incluso mas grande que mi erección anterior. Se levanto del sillón y me tomo de la mano hasta su alcoba. No me imaginaba lo que venia.
Ya ahí comenzó a desvestirse. Yo la veía embobado. Siguió hasta quedar en ropa interior. Se recostó en medio de la cama y me vio. Me indico que me acercara, me hizo tocarla por todos lados. Su piel era tersa, suave, y firme, y cuando llegue a sus pechos, tomo mi mano con la suya y me ayudo a recorrerle todo por debajo del brasiere. Sentía que iba a estallar ahí. Sentia la cabeza caliente, la erección estaba a un punto en que palpitaba con migo.
Cuando pasamos de explorarnos, ella se quito su pantaleta, se arqueo un poco y levanto las rodillas. Se dedeo a si misma por unos instantes y me jalo hacia ella. Me recostó sobre ella, me vio y sin que me diera cuenta, me tomo del pene supererecto y la cadera. Me acomodo para entrar en ella. Me vio y me dijo que debía ser despacio, me levante con mis manos y vi como casi se sincronizaban nuestras respiraciones. La vi a los ojos, empuje una de mis rodillas al frente y lentamente la fui penetrando.
La embesti un par de veces antes de correrme en ella. Ella me acariciaba, y yo me dejaba caer en ella, quedando recostado entre sus pechos.
La erección seguía, así que cuando recupere el aliento, ella me tomo por los brazos y me recostó boca arriba, quedando ella montada en mi. Entonces ella se movió. Se desplazo varias veces, me temblaba todo. Subía y bajaba, y yo veía mi miembro aparecer y desaparecer en ella. La vista se me nublaba. El calambre se volvía mas agudo y entonces una segunda chorreada salio. Ella se calmo un poco. Me di cuenta que ya estaba agitada. Se levanto y cuando nos separamos, se recorrió un poco hasta quedar encima de mi estómago. Se dedeo un par de segundos, hasta que comenzó a salir todo lo que le había vaciado dentro unos instantes atrás. Con su dedo índice me dio un dedaso en la punta y me dijo que me diera un baño.
Ese fue el recuerdo que me llego. Mi amiga de quedo con la duda de la fantasía. Le sugerí hacer algo similar, pero prefiere las fantasías infantiles. Ximenita, su hermana, pensó diferente, pero esa historia sera para después.

1 comentario - Lore

Pervberto
Una historia muy caliente.