Novia compartida en casa

Estábamos los tres en casa tomando mucho, escuchando música y charlando de todo un poco. Era inevitable notar como cada vez que ella se levantaba del sillón para buscar algo él la seguía con la mirada fija en la cola. Yo sabía que a ella él te gustaba, y que hasta en algún momento le tuvo ganas. Por eso, desde el momento en que me contó que venía junto a otros amigos y amigas me metí en la cabeza que quería verlos juntos.
Todos los demas se habían ido y yo fui insistente para que él se quede. En una de sus idas a la cocina me mande un mensaje. “Es ahora o nunca. Cuando venís sacalo a bailar. Besalo y vemos que sale” decía.
Y así fue.
Volvió al living con un poco de hielo que quedó sobre la mesa. Lo agarró del brazo y lo hizo parar. No entendía que pasaba. Y empezó al revés, directamente lo besó. Buena decisión como para que entienda de entrada de que iba la cosa. Terminado el beso me miro de golpe. Sólo sonreí y ahí si empezó a bailarle. Rozandolo. Pegada a él. Besándole el cuello y la boca mientras le sacaba la remera. Se dejó llevar.
Él la puso de espaldas y pegándola a su cuerpo comenzó a recorrerla con las manos mientras le besaba el cuello. Le sacó la remera. Después el pantalón. Con su ayuda. Le desprendió el corpiño y mientras seguía pegada a él una de sus manos pellizcaba sus pezones mientras la otra se metía en tu tanga buscando su concha. Temblaba de gusto. Me miraba. Yo explotaba.
Ella se dio vuelta y lo besaba mientras desabrochaba su pantalon. Recorrió su cuerpo con lengua mientras se arrodillaba. Su lengua recorría su pija de arriba a abajo, para después cubrirla entera con la boca. Una Y otra vez. No vi de donde lo sacó pero entre manos apareció un forro que abría mientras su boca seguía recorriendo su pija.
Se paró. Le dio el forro. Él entendió. Mientras se lo ponía elos se sacó la tanga. Yo seguía en el sillón disfrutando el verla gozar así. Se acercó a mi. Me abrió el pantalón. Mi pija saltó hacia afuera. Se acomodó en cuatro para que él se acerque. Él se la fue metiendo despacio y hasta el fondo. Su cara de placer en cada enpujon me enloquecia. Su boca busco mi pija. La recorría con la lengua y sólo paraba para gemir tras algún empujón.
El aceleró el ritmo. Su respiración se aceleró. Los gemidos se multiplicaban pero no sacaba mi pija de la boca. Sentí como explotaba. Temblaba. Se estremecias mientras él también explotaba. Las últimas caricias de su lengua entre gemidos también me hacían explotar. Mi pija salió de su boca y al explotar le ensucio la cara. La volvió a meter en su boca para descargar hasta la última gota mientras él salía de adentro suyo haciéndola temblar otra vez. Terminó.
Nos relajarnos con trago mientras nos cambiamos. Se quedó unos minutos más. Sólo comentamos lo bueno que estuvo. Tomo unos tragos y prefirió irse. Baje a abrirle. Cuando volví la encontré en el sillón. Otra vez en ropa interior. Listos para seguir, ahora solos.

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