Mucho morbo con mi querida suegra

Estaba cerca de la casa y se me ocurrió visitar amis suegros. Ellos son una pareja madura, él de 65 años y ella de 56.
Cuando llegoalrededor de las 9.30 de la mañana, me encuentro que mi suegro Armando se habíamarchado por todo el día, y a mi suegra vestida solo con una levantadora. Diréque me pareció extraño ver a esa hora a mi suegra así vestida porque es muymadrugadora y coqueta, aun para estar en casa.
 
·        Que pasa suegrita, te hice levantar de la cama? Dije en un tono jocoso-
 
·        No, que va, ni ganas de vestirme tengo por el dolor de piernas quetengo. Apenas si pude bañarme-
 
·        Tanto te duele?-
 
·        No te imaginas. Pero anda, te sirvo un café que está recién hecho yconversamos un poco-
Me senté en un sillón y ella lo hizo en otro frentea mí. Luego de servirme el café nos pusimos a conversar la cual pasó por loslugares convencionales c0mo ya se imaginan. A todo esto, Ana se pasó a un sofáy se tendió cuan larga era sobre el mismo, pidiendo disculpas porque se debíaal dolor de sus piernas.  Estas quedaron abiertas y permitían ver suentrepierna en donde unas bragas de color celeste no terminaban de cubrir supelambre, pues muchos de sus pelos púbicos sobresalían de sus bordes.  Veresa postal y empezar  a calentarme fue una sola cosa.




He decir que nunca antes había habido algunasituación de acercamiento sexual con mi suegra. Siempre tuve muy buena onda conella y las cosas nunca pasaron de algunas bromas y comentarios de tono subido,pero solo hasta allí. Lo que estaba pasando era novedoso y espontáneo. Merefiero a mi calentura y la que yo presumía de ella.
Volviendo al relato. Viéndola en ese estado lepregunté si había tomado algún remedio para el dolor. Me respondió
 
·        Claro que tomé una pastilla, pero se nota que no me ha hecho ningúnefecto. Debe ser las secuelas de mi estado menopáusico tardío-
 
·        Menopausia? No me digas que todavía estás en ese trance?-
 
 
·        Desgraciadamente si. Hace un par de meses que estoy pasando por ese víacrucis-
 
·        Debe ser eso entonces, pues en ese estado se descompensa el organismohasta que logra un nuevo equilibrio. A lo mejor si te hago algunos masajes tealivias un poco, quieres?-
 
 
·        Si eres tan amable te lo voy a agradecer mucho. En la mesa de noche demi cuarto hay una crema sin alcohol que me recetaron que me hace bien-
Fui por la crema y me arrodillé junto a ella parahacerle los masajes. Empecé por los pies muy despacio, luego las pantorrillas,con masajes lentos pero firmes aprovechando la fuerza de mis manos.
 
·        Como vamos Anita? Alguna mejoría?-
·        Sí, me está haciendo bien, tal vez estás logrando que haya mejorcirculación de la sangre. Sigue por los muslos por favor-
Siguiendo su recomendación subí mis manos porarriba de sus rodillas continuando con mis masajes. Para facilitarme la tareaAna se subió la levantadora y dejó al descubierto su entrepierna. Tal comohabía contemplado de lejos sus abundantes pelos púbicos escapaban de su calzóny aparecían provocadoramente ante mí.
 
·        Ana, no te molesta que esté viendo tus bragas?-
 
·        Vamos hombre, no me digas que te asustas, no serán las primeras quetienes ante sus ojos-
 
·        Asustarme para nada, el problema es que me distraigan en mi tarea o meentusiasmen-
 
·        Ahora no me vengas que las piernas y las bragas de una vieja te ponencachondo, por favor-
 
·        Suegra, debo decirte que tus piernas son hermosas y hasta donde alcanzami vista lo que veo es muy motivador-



 
·        Pues veo que te estás poniendo cachondo en serio. Sigue con el masajeque vamos muy bien. Ya te diré cuando parar-
 




La última frase la quise interpretar como que fueramás atrevido, así que seguí masajeando y a cada rato daba un paseíto manual por su vértice. Ella dejaba hacer, y yo creí que dejaba caer algún gemidode placer, así que me animé y le dije
 
·        Para seguir más arriba, vas a tener que abrir las piernas-
 
·        Pues ya está-  Dijo abriéndolas todo lo que pudo.
 
Avancé con mis manos y empecé a rozar más seguidosu panocha, que estaba derramando jugos porque las bragas ahora estaban muymojadas. Como estaba callada y solo gemía cada vez más fuerte, me dije quedebía aprovechar la situación, pues ya me diría cuando parar. Y seguí; levantéuno de los bordes de la prenda y deslicé un dedo sobre su concha. Tal comoimaginaba estaba toda pegajosa.
Con mi dedo adentro de su vagina me detuve unsegundo para mirarla. Estaba con los ojos cerrados y mordiéndose los labios. Yano había retorno. Sumé otro dedo y juntos los introduje en su conducto. Ana dioun respingo y me miró diciéndome.
 
 
·        Seguimos? Esto es extremadamente bueno pero antes de perder lo que quedade mi conciencia te quiero recordar….
·        Calla mujer. Los dos somos adultos y sabemos lo que hacemos. Solo piensaque somos una mujer y un hombre que han descubierto que quieren compartir susexualidad-
 
·        Me cuesta, pero….
 
·        Nada de peros-
Me acerqué a su boca y apoyé mis labios en lossuyos esperando su reacción. De inmediato los abrió y su lengua buscó la míapara entrelazarse en un juego que duró unos minutos.  Mis manos ya nohacían masajes en sus piernas, ahora estaban jugando con sus tetas, mientrastanto mi rostro buscó su entrepierna. Me encontré con un aroma afrodisíaco quemanaba de su panocha que no paraba de botar jugos. Volví a meter mano en sucueva. Mis dedos volvieron al calor de su interior buscando sus más recónditossitios y especial su punto G que yo creía dormido. Nada de eso, apenas loempecé a tocar, Ana se revolvió sobre sí misma y cerró sus piernas para que misdedos no se escaparan de su vulva. Como pude los quité y me los llevé a la bocapara probar el sabor de su panocha. Me gustó y los saboreé haciéndole un guiñode complacencia que mi suegra agradeció.
 
·        Creo que es hora que te quites esa levantadora y me dejes apreciar tucuerpo al desnudo-
 
 
·        Me da un poco de vergüenza, y si no te gusta?-
 
 
·        Por lo que he visto no solo me gusta sino que también lo quiero probaríntegramente-



Se levantó del sillón y se quitó la prenda dejandover sus bragas celestes y un corpiño blanco. Ella era de estatura mediana, unos165 centímetros, y sus medidas deberían ser alrededor de 95-65-100. Sobresalíande esa figura, sus grandes tetas y su hermoso culo. Para acompañarla empecé aquitarme la ropa y quedar en calzoncillos en donde mi verga ya aparecía como unmástil listo para la ceremonia.



Nos tomamos de la mano y pasamos a su dormitorio.Nos arrojamos en la cama para abrazarnos y besarnos, donde Ana puso una pasiónincontrolable, no podía despegarme de sus brazos y su boca. Cuando al fin pude,me quité el calzoncillo e hice lo propio con sus prendas. Quedamos desnudosexpectantes mirándonos como preguntándonos como seguir. No dejé pasar mástiempo y me  lancé a lamer y chupar sus tetas. Me entretuve un buen ratocon sus grandes pezones marrones, a los cuales mordí suavemente para elbeneplácito de mi suegra que me acompañaba con sus gemidos.



Ana pasiva hasta ese momento tomó acción. Se bajó ami entrepierna y tomando mi verga comenzó a darse un festín de lamidas ychupadas que recibí con mucho placer. Verdaderamente la veterana sabía hacer sutarea.
 
·        Hace mucho que no tengo en mi boca una verga dura y potente, quiero queme dejes dar el placer de jugar con ella. Es realmente hermosa con esas venasque la rodean. Y es tan gorda que apenas entra en mi boca-   Dijo conentusiasmo juvenil-



·        La verdad suegrita es que mamas con una maestría que no conocí antes. Senota que Armando te tiene bien enseñada. Sigue así que me estas volviendo locode placer-
 



 
·        Te gusta de verdad? Me estoy chupando esos juguitos que te salen y queme anuncian que te estás por venir y quiero que te derrames en otro sitio máscálido-
 
·        Me parece que la señora está deseando que le entierren el aparato en sucueva, o me equivoco?-
 



 
·        Así es, quiero sentir esa hermosa verga dentro de mi conchita que laestá esperando ansiosa-
 
·        Pues entonces, querida suegra, ponte en posición de recibir que le daréel gusto-
La acomodé de espaldas con su rostro mirándomefijamente. Le pedí que se abriera bien de piernas y me quedé un rato mirandoesa tremenda cuca peluda que ya estaba mojada por completo. No me pude resistiry antes de penetrarla me volví a zambullir en esa cueva para deleitarme un pocomás. Con mi lengua y labios besé, lamí y chupé hasta el hartazgo poniendo a misuegra más caliente aún.

Cuando sus gemidos y suspiros me indicaron que se estaba viniendo, pasé a laotra fase. Tomé mi falo y empecé a pasarlo por toda la raya y con especialatención al clítoris.




 
·        Por favor métemela ya, no seas malo, no me hagas desear más-
 
·        Suegrita no sabes cómo me agrada pasarte mi verga por tu vulva ysentirla húmeda y palpitante. No me apures que ya viene lo mejor-



 
·        Es que no entiendes,  estoy por acabar y antes quiero que me llenesde leche mi panocha-



No podía demorar más porque yo mismo ardía endeseos de clavar a mi suegra. Metí la puntita y arranqué un profundo suspiro deAna. La fui enterrando con suma lentitud gozando cada milímetro de penetración.Sentí sus uñas que se clavaban en mis brazos y sus gritos pidiendo que acabara.Llegué al tope y me quedé un momento gozando de ello. De inmediato empecé abombear con toda la furia.
 
·        No aguanto más, voy a acabar, dame toda tu leche amorcito, quierotodita-
 
 
·        Allá voy Anita, acabemos al mismo tiempo. Ya voy, ya voy-



Y le llené su cueva de mi semen entre gritos ycontorsiones de la señora que también tenía su orgasmo al unísono con el mío.Fue sensacional, nos abrazamos fuerte como para que ese polvo no terminaranunca. Era tanta mi calentura que mi picha duró adentro unos minutos antes dellamarse a sosiego. Demás está decir que quedamos extenuados acostados unojunto al otro.




 
·        Nunca imaginé que eras tan calentona para el sexo, me has sorprendido-
 
·        La verdad es que hace semanas que Armando ni me toca y yo estoyacostumbrada a coger un par de veces por semana. Me moría de ganas de hacerlo.Llegaste justo para darme lo que necesitaba-
 
·        Ha sido un polvo memorable, no sé si porque tengo el morbo de cogerme ami suegra en su propia cama o por ponerle los cuernos a mi suegro y a mi mujer.Todo queda en familia, no?-
 
·        Por favor no me hagas pensar en ello que me da cosa-
 
·        Ya mujer. Lo hicimos y estuvo muy bien. Y tanto que ahora cuando recuperemis energías te voy a dar por ese culote que tienes. Porque me imagino que melo brindarás, no?-




 
·        Te lo daré, no lo hago habitualmente, pero hoy será tuyo para que me lollenes con tu lechita-
 
En el furor de mi calentura yo no había apreciadoen todo su esplendor el culo de mi suegra. Ahora le ponía atención y lo queveía me fascinaba. Sus 100 centímetros estaban más que bien dispuestos. Era unculo grande en tamaño y en belleza, bien proporcionado. Ninguna imperfección ala vista, ni siquiera celulitis. Era redondo y con una piel de bebé que dabagusto acariciarlo. Era todo mío y me lo iba a comer!
Le pedí que se pusiera de espaldas a mí y searrodillara apoyada en sus codos, de forma que ese grandioso pan dulce seofreciera a mis jugueteos. Comencé por acariciarlo con ambas manos y sentir elcalor de su piel. Luego, valiéndome de mi lengua siempre tan presta para estastareas, lo lamí en repetidas oportunidades yendo y viniendo por toda suextensión, con especial dedicación a su raya y al agujero que lo manteníaapretado. Luego besé todo ese culo con una pasión y fuerza desconocidas en mí,lo hice tantas veces que mi boca me llamó a sosiego. Era toda una pintura ylamenté mucho no haber tenido una cámara fotográfica para eternizar esa visión.




Llegado el momento, le pedí que con una mano meayudara abriendo los cachetes. Besé su agujero antes de empezar a a penetrarlopara llenarlo de mi saliva. Metí un par de dedos en su panocha para untarme desus jugos y los metí en su ojete. Recibí como respuesta un gemido complaciente.Era evidente que doña Ana también le ofrecía su trasero a su marido a menudo. Alos dos primeros dedos añadí el anular y comencé a frotar para agrandar suesfínter. No me costó mucho por lo antedicho. Mi verga ya estaba preparada parala acometida así que fue sacar los dedos y embocarla.


Ana me recibió con un suspiro de satisfacción a lavez que me animaba a penetrarla hasta el fondo. No lo hice de inmediato,también quería demorar mi momento e ir paso a paso. La tomé de sus caderas paraasegurarme una penetración segura y a fondo, y empecé a pujar con más fuerza.Cuando llegué al fondo le dije



 
·        Ya la tienes toda adentro, goza todo lo que quieras porque me voy aquedar allí un buen rato-
 
 
·        Sabes? Me está gustando mucho. La siento bien adentro pegada a miconducto, es una gozada-
 
 
·        Quien te coge mejor por tu agujero, tu marido o yo?
 
·        No hay comparación, tú la tienes más gorda y larga que mi Armando-
 
 
·        Me encanta que digas eso. Para agradecerte te voy a dar una sesión demete y saca que te va poner a mil-
 
 
·        Pues anda mi amor, no me hagas esperar por tu leche-
 



No recuerdo cuantos minutos estuve serruchando eseculo, lo que sé es que ya me dolía el cuerpo de tanto darle. Cuando mis fuerzasempezaron a flaquear sentí que Ana se corría dando gritos de placer que meayudaron a apurar mi derrame, que llegó casi inmediatamente. Mis huevos secontrajeron y expulsé una buena cantidad de esperma en ese hoyo.






Quedé exhausto. Me tendí junto a Ana y le di unbeso de agradecimiento por la faena. Ya no podía más, habían pasado más de treshoras de mi llegada y necesitaba un baño y comer algo para reponer energías.



Ana me invitó a almorzar, pero no pude quedarmeporque ya iba muy atrasado con mis tareas. Antes de despedirme le dije



·        La verdad es que eres toda una revelación en materia de sexo. La hepasado fenomenal, y me gustaría que si Armando no te satisface te acuerdes deun servidor a quien le dará mucho gusto repetir-
 
 
·        Ni que decirlo. Creo que de ahora en más me cerraré de piernas con mimarido y te daré la exclusividad, pero me debes prometer que este será unsecreto entre ambos, vale?-
 



 
·        Por supuesto suegrita, quiero volver a darme un festín con ese culohermoso que tienes.
 
Nuevos besos y despedida. Una suegra satisfecha yun yerno también.

 

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