Mi Tía en la Misma Cama (Resubido)

La cosa esta así: tuve problemas con mi viejo perfil en donde subia relatos, asi que esa cuenta la desactive y ahora escribire aqui. Espero sean de su agrado mis letras, si es la primera ves que me lees, bienvenido, si ya me habias leido, mil gracias.

Hola, bienvenid@s sean a mi primer relato; espero que sea el primero de mucho y que disfruten demasiado con mis palabras. Todas las historias que tengo pensado plasmar aquí son reales (dejo a su criterio el creerme o no).

Déjenme decirles que soy un chico normal, de hecho creo que soy muy desfavorecido, soy mexicano, tengo 23 años, tengo un pene (polla, verga, rabo) de tamaño normal entre 13 y 15 cm, así que si esperaban un calibre más grande, lamento decepcionarl@s; soy delgado, no raquítico, pero si delgado; mediré unos 170 cm (aprox.), cabello negro un poco ondulado, ojos café oscuros. En pocas palabras no soy de los guapos o atléticos, no soy la gran cosa. Sin embargo, si todo esto me ha pasado es porque, si bien físicamente soy un alfeñique, se usar muy bien mis palabras.

En fin, para comenzar déjenme contarles lo que me ocurrió un día con mi tía (tía con la que tuve más aventuras).

Esto habrá ocurrido hace algunos años, yo tendría 18 años recién cumplidos y estaría a unos cuantos meses de perder mi virginidad. Habíamos ido a casa de mis abuelos a pasar el fin de semana para celebrar el cumpleaños de mi tío. Mi mamá tiene 4 hermanos, dos hombres y dos mujeres, ella es la mayor de ahí le sigue mi tía Edith, luego va mi tío Pablo, después mi tía Estela y al final mi tío Óscar. En casa de mi abuela viven los cuatro más mi prima, la hija de tía Edith. Cada que pasábamos el fin de semana en casa de mis abuelos yo tenía que dormir con alguno de mis tí@s, por lo regular, me gustaba dormir con mi tío Óscar (el más chico), como nos llevábamos pocos años (unos 7 u 8 aproximadamente) me gusta platicar con él. Sin embargo, debido a algunas circunstancias no podía dormir con mi tío, así que mis abuelos me mandaron a dormir con mi tía Estela. Yo acepte de mala gana no porque no quisiera, sino porque me era demasiado incomodo, mis hormonas estaban vueltas locas y tenía erecciones casi en automático, se me ponía dura con un comercial de condones o con las escenas “calientes” de las películas; tenía miedo y vergüenza de que se me levantara mientras dormía con mi tía.

Si bien yo era un calentón en ese entonces, mi tía solo añadía más leña al fuego, de las dos hermanas de mi mamá es la que mejor cuerpo tiene; tendría por esas fechas 29 o 30 años, medirá 1.60 m aproximadamente, de piel canela, tiene unas tetas de buen tamaño, sin exagerar, un culo bien formado y levantado, el cabello largo hasta media espalda y unas piernas espectaculares, ni delgadas ni gordas, bien torneadas sin llegar a ser muy musculosas, me encantan las piernas de mi tía y la desgraciada sabe lo que tiene porque siempre la eh visto de shorts o de faldas; por esas fechas yo cazaba con la mirada algún descuido de ella para verle la ropa interior; como se imaginaran, mi preocupación por ponerme duro era muy fuerte.

La noche del viernes me apresure a cambiarme (un pantalón de franela holgado y una playera sencilla de algodón) para ganar la orilla que estaba pegada a la pared. Mi tía duerme en la litera de abajo, en un colchón individual, como llegue primero, me enrolle en las cobijas y me gire con la cara viendo a la pared así si se me ponía dura en cualquier momento no se daría cuenta. Mi plan era perfecto.

“Óyeme ese es mi lugar de la cama” dijo en cuanto llego a la habitación y yo voltee, pero al verla desee no haberlo hecho; estaba recién bañada, con una blusa de tirantes y sin brasier, una licra corta pegada muy pegada que le marcaba el culo y dejaba ver toda la extensión de sus piernas. Tuve una erección en cuanto la vi, así que solo alcance sonreír de forma estúpida. “Está bien, te perdono solo porque no dormías conmigo desde hace mucho” menciono mientras apagaba la luz y se acomodaba.

Me gire de nuevo contra la pared con la polla dura como roca, nervioso; sentía su cuerpo moverse al lado mío, olía a limpio daban ganas de acunarse a su lado o en sus pechos. Estuve despierto un largo rato, no podía quitarme la imagen de mi tía, le había visto los pezones, se le marcaban bajo la blusa, si bien había visto muchas tetas en el porno y ya había manoseado (fajado, liado) a varias chicas, esos pezones y esas tetas me volvían loco, bien dicen que amamos más lo <<prohibido>>. Poco a poco empecé a calmarme y el sueño empezó a ganarle a la excitación, mis ojos se cerraban y justo antes de caer en el sueño profundo siento el brazo y la pierna de mi tía caer sobre mí; ella estaba más que dormida, se acercó tanto que pude escuchar su respiración, me abrazo como si fuera un muñeco de felpa, me echo la pierna encima; sentía sus pechos contra mi espalda y eso revivió con más fuerza mi erección, estaba en el peor de los escenarios.

Me moví despacio esperando que ella reaccionara y me liberara de su excitante aunque inconsciente amarre. Quería alejar sus tetas de mi espalda porque si no lo hacía iba a terminar por meterle mano. Me acomode hasta quedar boca arriba, pero el resultado fue peor, me respiraba en el oído dándome escalofríos y podía aun sentir sus pechos apretados en mi brazo; tenia los puños cerrados y cuando extendí los dedos chocaron contra sus piernas, no resistí mas la excitación y empecé a acariciar el interior de su muslo y su pantorrilla con la otra mano; mi ente se perdió por un momento, saque un brazo como pude de su cárcel y empecé a moverla hacia sus tetas, mi corazón bombeaba como loco y mi polla latía de la excitación, estaba por agarrarle una teta cuando resoplo se giró liberándome. Pensé que se había dado cuenta, me quede inmóvil, escuche de nuevo su respiración calmada, seguía dormida. Me gire de nuevo contra la pared y me quede así esperando a que me agarrara el sueño.

A la mañana siguiente, al despertar no estaba ella, aproveche para cambiarme y salir a desayunar, ella estaba en la cocina con una falda de mezclilla y una blusa normal, su trato era igual conmigo así que supuse que no se había dado cuenta. La mañana paso sin contra tiempos mis tías hicieron la comida para celebrar a mi tío, yo platique un rato con mi tío Óscar. De vez en cuando mi tía Estela se sentaba en algún lado y aprovechaba para verle sus piernas. Todo era normal.

Nos cambiamos para la comida de mi tío, Estela usaba un vestido floreado con vuelo y unos tacones que le levantaban más la cola. Cuando me vio me pregunto que como se veía seguido de una vuelta que levanto un poco el vestido y dejo ver sus piernas; “muy guapa” le conteste. Cuando nos sentamos en el comedor me toco enfrente de la tía, yo más por mañana que por necesidad me agache para <<amarrarme las agujetas>> y aprovechar para ver debajo de la mesa, para mi alegría esta vez sí pude ver las bragas (calzones) de mi tía; era una vista maravillosa, en medio de las dos piernas hermosas que tiene un triangulito negro se alcanzaba ver, tenía encaje en las orillas, puntitos rosas y un moñito enfrente (sí, me quede un largo rato amarrando mis agujetas), cuando regrese a la mesa, aunque estaba caliente y con una erección, pude disimular.

Llego la comida, partimos el pastel mientras cantábamos las mañanitas y luego empezaron a circular las cervezas, como recién había cumplido 18, mi papá solo me permitió tomar dos cervezas. Paso la tarde y se convirtió en noche, mis tíos ya estaban entrados y mis tías un poco mareadas, se hizo más de noche y ya todos servidos se fueron a dormir, la tía Estela se metió a bañar y yo aproveche para cambiarme. Me acomode de nuevo en el rincón al lado de la pared, esperaba no pasar una noche como la anterior, aunque en el fondo quería tocarle aunque sea una teta a mi tía.

“Ah no, esta vez no te quedaras en mi lugar, muévete que yo voy junto a la pared” dijo ni bien entro en la habitación.

“Tía pero yo…” comencé a defenderme.

“Pero nada, yo voy junto a la pared dije” termino obligándome a cederle el lugar. Ella se acomodó, estaba vestida de la misma forma que hace una noche. “apaga la luz y acuéstate ya que tu tía está durmiendo”.

Apague las luces y me acosté en el borde de la cama. “¿Dónde estás?” pregunto moviendo la mano en mi dirección, “acércate más que te vas a caer”.

Me acerque más a ella, cuando su mano llego a mi pecho, se giró y me abrazo, mi cara quedo en medio de sus pechos y puso una de sus fabulosas piernas sobre mí. “cuando eras más chico nos dormíamos así ¿Lo recuerdas?”, susurro. Empezaba a sentir como se me ponía duro el pene.

“Si, si lo recuerdo” susurre mientras movía mi cuello para liberarme de su brazo.

“¿Qué estas muy grande para que te abrace tu tía?” me dio en voz baja.

“No es eso tía, es solo que me estoy ahogando”

“Mmmm” resoplo, “entonces abrázame tú” dijo mientras me daba la espalda, “anda” me animo. Yo tímidamente puse mi mano sobre su cintura. “Mmmmm” volvió a resoplar mientras tomaba mi muñeca y me jalaba contra ella. “Así…” dijo y quedamos pegados, pero no lo suficiente como para que notara mi erección. “Así mi niño, como nos dormíamos antes” dijo acomodándose y jalándome más a ella, respiro profundo y echo el culo para atrás. Cuando chocó contra mi erección, corto el suspiro. “¿Qué es eso?” dijo y movió su mano hacia su cola.

“Tía yo…” alcance a decir antes de que agarrara mi polla dura y la soltara al segundo. Hubo un silencio incómodo. “Tía disculpe yo…” empecé a susurrar avergonzado.

“Tranquilo, es normal supongo” dijo y después más silencio. A mí se me bajo enseguida y apenado quite despacio mi brazo pero mi tía lo sujeto. “¿Ya te enseñe que casi desaparece mi cicatriz?” volvió a decir y tomo mi mano, la puso de nuevo donde estaba y la metió debajo de blusa, “mira, por aquí esta…” dijo mientras movía mi mano al costado sobre el que descansaba su peso, ahí se encontraba una pequeña cicatriz producto de una cirugía menor; para llegar a tocar la cicatriz, tuvimos que pegarnos aún más, tenía su culo en mi pelvis, lo tenía duro de nuevo, pero la sensación de tocar su piel y sentir sus nalgas suaves y esponjosas chocando con mi cuerpo hicieron que se me olvidara la vergüenza. “Ves, ya casi desaparece” continuo mientras resbalaba mi mano por su abdomen. “este es mi ombligo” dijo mientras soltaba una risita, “y estas…” continuo mientras subía mi mano; “estas son mis tetas” termino susurrando, dejando mi mano en el nacimiento de sus pechos. “¿Te gustan?” dijo volteando hacia atrás, yo solo alcance a mover la cabeza de arriba abajo. “Tócalas” susurro provocativa.

Yo, ya tenía un poco de experiencia acariciando senos, así que con mi mano empecé a acariciarla, con mis pulgares busque sus pezones y los estimule hasta que estuvieron duros, los pellizcaba levemente, no hay que ser tan brusco con una zona tan sensible. “vaya, ya tienes experiencia” dijo y cada que le hacia una caricia placentera ella por instinto movía el culo hacia atrás. Le bese el cuello, mi calentura estaba al cien, poco me importaba que fuera casa de mis abuelos o que mi otra tía estuviera durmiendo en la cama de arriba. Con mi otra mano le alcance el culo y apreté sus nalgas. “Mmmmm cuanto has crecido” comenzó a decirme en voz baja, yo como pude me baje los pantalones; “¿Qué haces?”, deje libre mi dura polla, no deje de acariciar sus tetas, un dedo se deslizo por su espalda, eso la hizo estremecer, baje hasta que tope con su licra, seguí el borde de la costura; “para…”, empecé a bajar lentamente su libra, podía sentir como quedaba descubierto su culo; “no… espera”, seguí bajando, faltaba poco mi verga estaba temblando de la excitación, mi otra mano ocupada le jalaba un poco más fuerte los pezones. Mi pene choco contra su espalda baja, la punta estaba mojada de lubricante, cuando sintió mi polla dura tocar con ella detuvo mis manos. Tenía la licra a la mitad del culo y su mano muy cerca de mi polla, sin pensarlo tome su mano y la puse en mi pene, ella abrió las manos y las alejo un momento, si pensaba que era un pervertido, ya no importaba; su respiración se agitaba más, alargo la mano y me tomo la polla, la estrujo un poco y paso un dedo por la punta; “la tienes muy mojada” dijo.

“Es que me excita tía” conteste y acto seguido me la pelo despacio y después empezó a jalármela (pajearme), sentía como me la pelaba una y otra vez. Fue subiendo la intensidad, mi respiración se agitaba cada vez más, esto parecía un sueño, mi tía haciéndome una paja debajo de las cobijas.

Empezó a subir y bajar frenéticamente, yo estaba a punto de explotar, le pellizcaba los pezones y le acariciaba las tetas con una mano; sentía que iba a terminar en cualquier momento. Me pegue más a ella, ya no aguantaba, mi respiración se cortó de golpe y empecé a sentir como el orgasmo me recorría el cuerpo y el semen empezaba a salir, “no… no… espera” alcance escuchar en mi éxtasis, pegue mi pene al nacimiento de sus nalgas y empecé a chorrear mi leche entre ellas, ella alcanzo a subir su licra atrapando mi orgasmo entre su culo y la licra.

Fue el orgasmo más fuerte que había tenido hasta entonces, estaba jadeando en voz baja y me sentía hasta mareado, la mejor paja de mi vida. “Corre ve al baño y espérame ahí” rompió mis jadeos, se escuchaba molesta; claro, no podía ser tan perfecto, ella estaba enojada porque yo era un pervertido, me la había jalado delicioso, pero sin duda iba a tener problemas. Me subí los pantalones, camine hacia el baño, encendí la luz y me quede ahí esperando, pensaba en que excusa decir pero todo sonaba o muy patético o muy estúpido. Espere por unos 10 o 15 minutos antes de que entrara mi tía.

“¡Pendejo! Te viniste en mi culo” dijo enseñándome la mancha que tenía en la licra, eso me empezó a calentar.

“Lo siento… yo… es que… me la agarro y luego…” tartamudee.

“Si pero tenías que avisarme cuando te vinieras” reclamo, “ahora me tendré que cambiar”; empezó a agarrar papel higiénico, “ten sostenme aquí” me aventó otra licra, se quitó la que tenía y con el papel higiénico se limpió los restos de semen que tenía en las nalgas. Yo la veía desnuda por primera vez, ese culo era estupendo, redondo y bien parado, y el vello púbico lo tenía rasurado casi al ras, de verla así se me puso dura de nuevo. “Me debes una li…” se detuvo al ver mi erección bajo el pantalón, “¿La tienes dura otra vez?” menciono mientras tiraba el papel higiénico al basurero.

“Lo siento tía es que…” reuní coraje o tal vez calentura, “es que mi gusta mucho, me gustan sus piernas y su culo y…” me frene al ver cómo me miraba.
Se acercó a mí de frente, “bájate los pantalones” me ordeno, me baje todo hasta quedar con la polla de fuera otra vez, estaba dura y latiendo; me lo agarro mientras se acercaba más, casi se tocaban nuestros labios; “¿Te gustan mis pernas?” asentí con la cabeza; “¿Te gusta mi culo?” volví a asentir; “y… ¿te gustan mis tetas?” termino soltándome de abajo y subiéndose la blusa. Ya le había acariciado las tetas hace un momento, pero no había podido verlas. Me quede hipnotizado, su aureola era del tamaño perfecto y sus pezones de café oscuro eran redondos, se veían deliciosos; “Eres un calenturiento… ¿te excita tu tía? ¿te la pone dura?”, se sacó la blusa y me quito la playera, estaba yo desnudo con mi tía en el baño, esto parecía sacado de una película porno o de algún relato de Poringa. Ella me dio la espalda para abrazarla, mi pene que parecía un hierro al rojo vivo choco con su culo y se deslizo hasta entre sus piernas, mi cabeza podía sentir los vellos de su vagina, estaba ya húmeda. Tomo mis manos y las puso sobre sus tetas, yo empecé a acariciarlas y a besarle el cuello, “mmmm que rico”, decía, echaba el culo para atrás para que sintiera sus nalgas contra mí, tomo una de mis manos y la bajo hasta su entrepierna, empecé a acariciarla como loco y a mover mi cadera, mi polla quería entrar entera en ella; “¿Ya has cogido antes?” respondí que no entre jadeos. “Mmmm… que lastima” dijo y se dio la vuelta; yo me quede ahí parado con ganas de metérsela a mi tía.

“Yo pensé que…” dije un poco desilusionado, mi tía se acercó más y clavo mi cara en sus tetas, yo empecé a mover mi cara y a dar lengüetazos, como un niño hambriento que se come una hamburguesa, con esa desesperación; mi boca se adueñó de sus pezones, chupe y succione las tetas de mi tía hasta que me canse.

“¿Te masturbas pensando en mí? ¿te masturbas pensando en coger a tu tía?” decía casi susurrando, yo asentí con la cabeza; “enséñame, enséñale a tu tía como te masturbas pensando en ella, pensando en su culo”. Me aleje de ella y empecé a jalármela, ella bajo se sentó en el inodoro tapado y se puso frente de mi con una mano en las tetas y otra en la vagina, enserio parecía sacada de alguna página porno, una imagen que nunca se me olvidara. Yo empecé a acercar mi polla a su cara, ella entendió el mensaje, “¿Quieres que te ayude? ¿quieres que te chupe la verga?” yo no podía ni hablar, ella se sentó en la orilla del inodoro y me agarro la polla dura, comenzó a pajearme antes de pelarla completa y darle un lengüetazo, me retorcía de placer, no era la primera vez que me lo chupaban, una chica con la que había salido ya lo había hecho aunque no creo que haya sido la manera correcta, solo se lo metió en la boca; lo que estaba por hacer mi tía, eso sí era una mamada. Con la punta de su recorrió de los huevos a la punta y después como si estuviera jalando de un popote se fue metiendo mi verga en la boca, ya que la tenía dentro empezó a mover la lengua en todas direcciones; yo eche la cabeza hacia atrás y cerré los ojos con fuerza, me sentía a morir, cuando abrí los ojos nuevamente vi que ella me observaba, sonrió como pudo y después empezó a meterlo y sacarlo de su boca, siempre succionando fuerte.

“Ya casi… ya… me…veng…” atine a decir, ella empezó a hacerlo más rápido y luego se detuvo con mi polla en la boca; a pesar de que ya había terminado una vez en sus nalgas salió mucho semen de lo excitado que estaba (bendita juventud). Ella mantuvo en la boca lo que pudo, pero después abrió los labios y cayo mi semen en sus pechos, movió la lengua en sus labios un poco y después trago las gotas que habían quedado en su boca.

“¿Te gusto lo que te hizo tu tía?” moví la cabeza jadeando, dos orgasmos en una noche, me empezaba a dar sueño. “Vístete y ve a dormir, tengo que limpiarme”, me puse la playera y me subí los pantalones, medio mareado camine al cuarto de mi tía y me tumbe en la cama, caí de inmediato en un sueño profundo.

A la mañana siguiente todo parecía normal y tenía la duda de que si lo ocurrido había pasado en realidad o solo era un sueño fantasioso de mi imaginación, desayunamos como siempre, me toco sentarme de nueva cuenta enfrente de mi tía, ella llevaba una falda café y una blusa blanca. Yo estaba relajado y feliz, veía a mi tía, recordaba mi sueño y me sentía alegre; a mitad del desayuno se me cae la servilleta, me agacho bajo la mesa a recogerla y volteo hacia donde estaba sentada mi tía, ella abre las piernas para que vea su ropa interior, yo perplejo me levanto rápido golpeándome en la cabeza, todos ríen, yo río todo rojo de vergüenza, volteo a ver a mi tía y me guiña un ojo. Lo que paso no fue un sueño, mi tía hizo que me viniera dos veces, mi tía me dio una mamada.

Así sucedió, créanlo o no.

Espero les haya gustado mi relato, la historia con mi tía se puso más interesante, si me permiten les cuento después esa y muchas otras historias sexuales que me han pasado, por su atención y tiempo mil gracias.

Porximamente: Mi Tía, Debajo de su Falda, Debajo de las Bragas y Mi Tía una Buena Borrachera

6 comentarios - Mi Tía en la Misma Cama (Resubido)

grancucon
¡¡¡ Muy bueno su relato...Gracias por compartirlo capo...!!!!
TebiJ
Espectacular! quién no fantaseó con cojerse a su tía? +10
Dante-199713
hola muy buen relato espero las continuaciones
Hedegaar
maravilloso detallado y morboso relato!
van puntos en premio!
CharlyH8
Que paso con la tia??
C90xd
Pasa información de tu tía al priv