Relatos anteriores:
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El viaje a casa de mi amiga
Los días siguen pasando y la experiencia de ser manoseada en el metro sigue rondando mi cabeza y calentándome en la noche, pero después del miedo a ser descubierta que viví en mi pasada experiencia no me atreví a intentar nada más; Aunque los deseos de sentir el riesgo y la adrenalina seguían en mí. En mis horas laborales intentaba sacar de mi mente estos pensamientos, pero inconscientemente ya tenía un plan para continuar con mi pequeño y secreto gusto...
Recientemente había retomado contacto con una ex-compañera de la secundaria, que me invitaba a pasarme por su casa para ponernos al día de nuestra vida; por estar algo ocupada había rechazado la invitación... Pero ahora lo pensé mejor, y teniendo en cuenta que ella vive en otro extremo de la ciudad, era una oportunidad para seguir con mi juego y tener menos riesgo de que algún conocido me vea...
Así que llegado el día de la visita me encontraba ansiosa en el trabajo, ya quería vivir lo que me esperaba en el viaje, ni siquiera en mis experiencias con ex-novios me había sentido así de ansiosa... Algo del morbo ser manoseada en un lugar público por un desconocido me excita terriblemente. Termina mi jornada laboral, para no ir a visitar a mi amiga con el uniforme de mi trabajo me cambio de ropa. Encerrada en un baño me desabotono mi blusa y me quito mi falda, antes de vestirme de nuevo me miro por un momento, en ropa interior en un baño de mi trabajo... Puedo escuchar las voces de compañeras de trabajo... El frio del aire acondicionado de la oficina recorre mi cuerpo...Bajo mi mano a mi tanguita y me doy cuenta que ya me encuentro algo mojada... Me toco suavemente... Me excita pensar que estoy semidesnuda, tocándome en un baño de mi trabajo... Decido terminar con eso y vestirme, tampoco quiero que se me haga tarde y se me pase la hora mas congestionada en el metro. La ropa que me pongo, es una blusa negra un poco escotada y una falda roja que me llega un poco más arriba de la rodilla y además bastante delgada, así que me permitirá sentir cualquier roce.
Al momento de montarme al metro me ubico en uno de los vagones más congestionados y noto como al verme varios hombres se acercan a mi lado. Varias manos me rozan mi colita de forma muy disimulada, casi con timidez... Al ver que yo no reacciono de ninguna manera una de las manos se toma más confianza y me apoya el dorso de la mano en mi rajita... yo sigo sin resistirme, al contrario, ahora que se quién es el más atrevido, acomodo mi cuerpo para darle la espalda directamente y facilitarle el trabajo, esto me hace sentir como toda una perra... Después de un rato se toma más confianza y estira uno de sus dedos y me acaricia directamente en mi rajita... Por lo delgada de mi falda, siento esta caricia casi directamente en mi piel... y ya estoy algo excitada... Al ver que sigo sin reaccionar el dueño de la mano se toma mucha más confianza y hace algo que me termina por calentar... Siento como con la otra mano me levanta lentamente mi falda y comienza a acariciar mis glúteos suavemente con sus dos manos... Esto me excita demasiado y mis piernas comienzan a temblar, obviamente esto no pasa desapercibido para el desconocido, quien ya sabe que estoy dispuesta a dejarme hacer... Me pasa los dedos suavemente por mi tanga y baja hasta el interior de mi entrepierna, sin poder llegar debido a que soy algo baja de estatura... Sigue acariciándome, lentamente, disfrutando de mi cola... Yo ya estoy muy caliente y quiero, no, necesito que mi vagina sea acariciada... me empino un poco para intentar ayudarle a que llegue hasta ahí, pero aún no lo logra, así que sigue entretenido con mi cola... Yo ya no aguanto más, bajo mi mano a mi entrepierna y la meto en mi falda... me acaricio mi clítoris de esa forma que solo yo sé hacerlo, de esa forma que me enloquece... Todo mi cuerpo comienza a temblar y sudar, el hombre atrás mio se da cuenta de lo que estoy haciendo, me corre mi tanga a un lado y deja mi colita al aire libre... Me toca, me agarra, me pellizca, se siente el dueño total de mi cola… y sentirme así usada, me hace calentar todavía mas; con un dedo comienza a hacerme presión en mi ano... ya estoy descontrolada... miro a mi alrededor y no parece que haya nadie mirando, me acaricio más rápido...Casi puedo sentir el olor de mi sexo en el vagón... ya me siento cada vez más cerca...el dedo del hombre desconocido sigue forzando la entrada en mi cola... de repente vence la resistencia de mi ano y medio dedo entra en mí… Sentir esa presión en el interior de mi cola y pensar que es un desconocido, me hace explotar en un orgasmo terrible, todo mi cuerpo convulsiona e inevitablemente suelto un gemido... un joven que está a mi lado lo nota y me pregunta que si estoy bien, yo agacho mi cabeza y le respondo que estoy bien, que solo algo mareada...
El metro ahora no esta tan lleno y el desconocido sigue con medio dedo en mi cola. Hace mucho no miro por la ventana y al hacerlo me doy cuenta que en medio de toda mi excitación me he pasado mi estación de destino. Decido bajarme en la próxima estación, empiezo a caminar hacia la puerta pero el desconocido me retiene con una mano... por un momento me lleno de miedo...Y si el desconocido me obliga a bajarme con él? y si me secuestra?... La adrenalina del miedo me da fuerzas y con un empujón me aparto de él, siento un ligero dolor en mi ano por la brusca salida de su dedo, me acomodo la falda y me abro camino hacia la puerta del vagón. Antes de salir siento curiosidad y volteo a mirar quien es el hombre desconocido... siento una especie de desilusión al ver un hombre mayor, tal vez de unos 50 años que me mira sonriendo con malicia y se mete el dedo en la boca saboreándoselo...
Al llegar a la casa de mi amiga de inmediato le pido el baño, me lavo lo mejor que puedo mi cola, solo puedo pensar en las manos quizá mugrientas de aquel hombre... Como lo esperaba mi tanga esta empapada, pero nada que hacer, me la pongo de nuevo. Durante toda la visita no pude dejar de pensar en lo que me había pasado. Me dejó una mezcla de vergüenza y asco, pero también una excitación terrible y uno de los mejores orgasmos de mi vida...
Esta no fue la última vez que tomé el tren para visitar a mi amiga..
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El viaje a casa de mi amiga
Los días siguen pasando y la experiencia de ser manoseada en el metro sigue rondando mi cabeza y calentándome en la noche, pero después del miedo a ser descubierta que viví en mi pasada experiencia no me atreví a intentar nada más; Aunque los deseos de sentir el riesgo y la adrenalina seguían en mí. En mis horas laborales intentaba sacar de mi mente estos pensamientos, pero inconscientemente ya tenía un plan para continuar con mi pequeño y secreto gusto...
Recientemente había retomado contacto con una ex-compañera de la secundaria, que me invitaba a pasarme por su casa para ponernos al día de nuestra vida; por estar algo ocupada había rechazado la invitación... Pero ahora lo pensé mejor, y teniendo en cuenta que ella vive en otro extremo de la ciudad, era una oportunidad para seguir con mi juego y tener menos riesgo de que algún conocido me vea...
Así que llegado el día de la visita me encontraba ansiosa en el trabajo, ya quería vivir lo que me esperaba en el viaje, ni siquiera en mis experiencias con ex-novios me había sentido así de ansiosa... Algo del morbo ser manoseada en un lugar público por un desconocido me excita terriblemente. Termina mi jornada laboral, para no ir a visitar a mi amiga con el uniforme de mi trabajo me cambio de ropa. Encerrada en un baño me desabotono mi blusa y me quito mi falda, antes de vestirme de nuevo me miro por un momento, en ropa interior en un baño de mi trabajo... Puedo escuchar las voces de compañeras de trabajo... El frio del aire acondicionado de la oficina recorre mi cuerpo...Bajo mi mano a mi tanguita y me doy cuenta que ya me encuentro algo mojada... Me toco suavemente... Me excita pensar que estoy semidesnuda, tocándome en un baño de mi trabajo... Decido terminar con eso y vestirme, tampoco quiero que se me haga tarde y se me pase la hora mas congestionada en el metro. La ropa que me pongo, es una blusa negra un poco escotada y una falda roja que me llega un poco más arriba de la rodilla y además bastante delgada, así que me permitirá sentir cualquier roce.
Al momento de montarme al metro me ubico en uno de los vagones más congestionados y noto como al verme varios hombres se acercan a mi lado. Varias manos me rozan mi colita de forma muy disimulada, casi con timidez... Al ver que yo no reacciono de ninguna manera una de las manos se toma más confianza y me apoya el dorso de la mano en mi rajita... yo sigo sin resistirme, al contrario, ahora que se quién es el más atrevido, acomodo mi cuerpo para darle la espalda directamente y facilitarle el trabajo, esto me hace sentir como toda una perra... Después de un rato se toma más confianza y estira uno de sus dedos y me acaricia directamente en mi rajita... Por lo delgada de mi falda, siento esta caricia casi directamente en mi piel... y ya estoy algo excitada... Al ver que sigo sin reaccionar el dueño de la mano se toma mucha más confianza y hace algo que me termina por calentar... Siento como con la otra mano me levanta lentamente mi falda y comienza a acariciar mis glúteos suavemente con sus dos manos... Esto me excita demasiado y mis piernas comienzan a temblar, obviamente esto no pasa desapercibido para el desconocido, quien ya sabe que estoy dispuesta a dejarme hacer... Me pasa los dedos suavemente por mi tanga y baja hasta el interior de mi entrepierna, sin poder llegar debido a que soy algo baja de estatura... Sigue acariciándome, lentamente, disfrutando de mi cola... Yo ya estoy muy caliente y quiero, no, necesito que mi vagina sea acariciada... me empino un poco para intentar ayudarle a que llegue hasta ahí, pero aún no lo logra, así que sigue entretenido con mi cola... Yo ya no aguanto más, bajo mi mano a mi entrepierna y la meto en mi falda... me acaricio mi clítoris de esa forma que solo yo sé hacerlo, de esa forma que me enloquece... Todo mi cuerpo comienza a temblar y sudar, el hombre atrás mio se da cuenta de lo que estoy haciendo, me corre mi tanga a un lado y deja mi colita al aire libre... Me toca, me agarra, me pellizca, se siente el dueño total de mi cola… y sentirme así usada, me hace calentar todavía mas; con un dedo comienza a hacerme presión en mi ano... ya estoy descontrolada... miro a mi alrededor y no parece que haya nadie mirando, me acaricio más rápido...Casi puedo sentir el olor de mi sexo en el vagón... ya me siento cada vez más cerca...el dedo del hombre desconocido sigue forzando la entrada en mi cola... de repente vence la resistencia de mi ano y medio dedo entra en mí… Sentir esa presión en el interior de mi cola y pensar que es un desconocido, me hace explotar en un orgasmo terrible, todo mi cuerpo convulsiona e inevitablemente suelto un gemido... un joven que está a mi lado lo nota y me pregunta que si estoy bien, yo agacho mi cabeza y le respondo que estoy bien, que solo algo mareada...
El metro ahora no esta tan lleno y el desconocido sigue con medio dedo en mi cola. Hace mucho no miro por la ventana y al hacerlo me doy cuenta que en medio de toda mi excitación me he pasado mi estación de destino. Decido bajarme en la próxima estación, empiezo a caminar hacia la puerta pero el desconocido me retiene con una mano... por un momento me lleno de miedo...Y si el desconocido me obliga a bajarme con él? y si me secuestra?... La adrenalina del miedo me da fuerzas y con un empujón me aparto de él, siento un ligero dolor en mi ano por la brusca salida de su dedo, me acomodo la falda y me abro camino hacia la puerta del vagón. Antes de salir siento curiosidad y volteo a mirar quien es el hombre desconocido... siento una especie de desilusión al ver un hombre mayor, tal vez de unos 50 años que me mira sonriendo con malicia y se mete el dedo en la boca saboreándoselo...
Al llegar a la casa de mi amiga de inmediato le pido el baño, me lavo lo mejor que puedo mi cola, solo puedo pensar en las manos quizá mugrientas de aquel hombre... Como lo esperaba mi tanga esta empapada, pero nada que hacer, me la pongo de nuevo. Durante toda la visita no pude dejar de pensar en lo que me había pasado. Me dejó una mezcla de vergüenza y asco, pero también una excitación terrible y uno de los mejores orgasmos de mi vida...
Esta no fue la última vez que tomé el tren para visitar a mi amiga..
3 comentarios - Intensas sensaciones en el metro Pt 3