Con mi cuñada del otro lado de La Puerta

Jueves de Pascuas,es un día otoñal, agradable, mí Novia se fue a La peluquería y yo quedé en su casa. Quería aprovechar a hacer una sesión de fotos mías para crear un post en esta comunidad pero cuando estaba preparándome para dichas fotos, noto que llega mí cuñada con su amiga a la casa en cuestión.
Procedo a hacerme el distraído, guardo la ropa que estaba preparando para las fotos y salgo de la habitación a saludarlas.
-Yo: hola chicas ¿cómo están?.
-Ellas: bien y ¿vos?
-Yo: bien, estaba por recostarme un rato, mentí.
-Ellas: bueno anda tranquilo, después charlamos.
Asentí y volví al cuarto.
La amiga de mí cuñada, Romina me genera secretamente un importante deseo. Ella es alta, de caballos rubios y ojos celestes.Lleva consigo dos pechos más que importantes,los cuales siempre debo mirar con cierto disimulo(si, debo mirarlos).
Romina es una chica gimnasta, asi que sin haberlos mirado me imagino que debe tener un abdomen tallado a mano en lugar de panza y unos glúteos más que trabajados, pero mi debilidad son sus pechos, debo admitirlo.
Cierro la puerta de la pieza, me saco el joggin que traía puesto conmigo, lo tiro arriba de la silla de la silla al frente de la computadora y procedo a acostarme.
Me cubro con la frazada.
Escucho que del otro lado de la puerta hablan las chicas. Romi le cuenta a mí cuñada que un chico empezó a hablarle por mensajes, lo cuál me genera un poco de curiosidad y quizá celos.
Ella , en realidad se quejaba de que el chico en cuestión no pareciera cumplir con sus expectativas. Entonces pienso: "carajo! Yo puedo cumplirlas!", Pero no debo. Esta disyuntiva me empieza a calentar.
De un momento a otro , siento como mí miembro se empieza a erectar. La idea de fotografíarme ya empieza a quedar a un lado, un poco por la imposibilidad de sacarme fotos por sus presencias del otro lado de la puerta y otro poco por lo que estaba ocurriendo en mí mente con Romina.
Entonces digo:
-Ya que no voy hacer nada con ella, me merezco violarla en mí imaginación-
Me quito el boxer que traía puesto y solo quedo con la remera. Ahí mismo me doy cuento que había humedecido un poco el boxer, lo cual me calienta aún más.
Empiezo a jugar con mi pene acariciándolo un poco por todo su ancho y largo mientras pienso en mí fantasía del otro lado de la puerta. La imagino a ella en ropa interior, con uno corpiño de encaje de esos de los cuales se transparentan al cien por ciento los pezones, que por supuesto estarían ambos dos bien parados y duros. La otra parte del conjunto sería una tanga con hilos laterales que acabarían en la parte de atrás con un diminuto triángulo que se perdería entre medio de sus dos nalgas bien entrenadas, para luego reaparecer cubriendo sus labios carnosos y depilados acabando por delante cubriendo con poca tela su vagina. Ella estaría frente a mí, posando mostrando sus bella figura. Yo la traería hacia mí y comenzaríamos a besarnos desenfrenadamente. Mí lengua buscaría desesperadamente la suya para enrroscarse mutuamente hasta no poder desprenderse más.
Comenzaría a sacar sus ropas, primero sería el turno del corpiño. Lo desabrocharia con una mano por detrás para luego quitarlo definitivamente y arrojarlo hacia algún rincón del cuarto, mientras con la otra mano le voy acariciándo el clítoris pero por encima de la tanga. De repente siento que La tanga está humedeciendose y procedo a arrancarla de su cuerpo.
Lentamente pero mucha fuerza, haciendole sentir el deseo que tengo por hacerla mía.
Una vez la tanga afuera, le pasó la lengua por el lado interno para chupar cada gota producto de su sexo, luego la arrojo a un lado.
Ella tenía mí pene en su mano, masturbándome. Agarró su mano y la acompaño hasta su entrepierna.
La penetro.
Si quiera se lo pregunté, mí pene ya estaba dentro de ella enterando y saliendo con paciencia y determinación. Ella comenzaba a gemir y a pedirme más. Noté que se estaba mojando mucho y aumenté la frecuencia de la penetración, entonces ella gemía más y más.
Luego de un momento ella me pude subir arriba.
Acepto.
Romi cabalgaba como los dioses, gozaba, gritaba y me pedía más.
Yo estaba completamente exaltado.
A continuación saca mí miembro de su concha, totalmente empapada y sin decir Absolutamente nada, se la mete en su ano como si nada.
Estallo de placer y seguimos cogiendo.
Le pedí que se inclinara hacia mí pero sin sacar su cola de mí pene.
Lo hizo.
Comencé a lamerle las tetas, esos dos melones firmes.
Luego ella se puso contra la pared y seguí cogiéndola alternando cola con concha. Ella seguía gemiendo a grito pelado.
Le pregunté donde quería que acabe y me respondió:
-Ellas: ¡lléname la cola y después te la chupo!
Así fue.
Le deposite toda la leche que pude dentro de su cola.
Cuando saqué mí pene, al rato comenzó a caer toda la leche mojando sus labios para luego continuar con sus delgadas y marcadas piernas.
Ella se abalanzó sobre mí pene y empezó a devorarlo.
Fué entonces cuánto volví a acabar y me dí cuenta que estaba tirado en la cama de mí novia, solo y todo cubierto de leche.
Demasíado real todo lo vivido/imaginado como para ser una fantasía. Me lamenté y calenté aún más.
¿Qué propone la comunidad?
¿Busco cogerla a escondidas de mí novia y cuñada?
¿Cojo a mí novia, pensando en Romi?
Ayuden a la decisión, por favor.

TuLoboFeroz

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