Relato en la red 2

ESTE ES OTRO RELATO QUE ENCONTRÉ POR AHÍ Y DECIDI COMPARTIRLO POR ACÁ.

En una noche loca me entregué al tio de mi esposo


Hola a todos y todas. Mi nombre es Anita y quiero relatar lo que me sucedió hace un poco más de un año, con el tío de mi esposo.

Quiero decir que en ese momento tenía 34 años, seis de casada y aún sin hijos. Desde hace unos meses entré en periodo de rebeldía en mi vida, me interese por nuevas cosas y decidí ir a donde me lleve la vida. Antes de mi esposo, solo tuve dos novio y fueron relaciones largas ya que no me habia interesado por relaciones rapidas y de sexo casual.

Mi esposo es bueno en la cama, pero tiene un carácter muy dificil, es muy orgulloso y nunca admite sus errores; yo he intentado ceder casi siempre, pero esa vez tuvimos una gran pelea, en donde yo tenía la razón como muchas veces, pero en ese momento no cedí y dejamos de hablarnos, luego después de una semana, yo me cambié de habitación, pues él en lugar de tratar de remediar las cosas, se portaba muy abusivo. Asi pasaron tres meses.

Ese fin de semana, dos grandes amigos contraían nupcias, decidimos ir los dos juntos áun sin hablarnos muy bien. Soy muy “mala” cuando me enojo, o al menos eso dicen los que me han conocido asi.

Aún casada he recibido propuestas de conocidos y extraños, pero como les dije antes, no me habían interesado relaciones rapidas y siempre habia tomado enserio y todos mis comrpomisos. Hasta esa noche.

Mi esposo tiene un tío, que llamaré Vicente, es un hombre alto, bien parecido, es guapo no se puede negar y lo que he escuchado es que tiene fama de mujeriego. Yo no le daba mucha confianza, porque me daba cuenta que siempre me miraba más de lo normal, aún enfrente de mi esposo, como dice el dicho "me comía con los ojos".

Como su tío vive solo mi esposo decidio invitarlo a la fiesta ya que él nos daría hospedaje. Durante la fiesta, mi esposo por su lado y yo por mi lado, asi fue que me quedé a solas con Vicente, quien me trataba muy amablemente, iba con un saco oscuro y camisa de vestir, tipo sport, estuvimos platicando y me dijo que nos tomaramos a una copa de vino, me dijo que era raro no verme junto a mi esposo, -es que tenemos algunos problemas- le confesé, luego el dijo –pobre de mi sobrino no sabe lo que tiene, voy a tener que regañarlo un poco-, luego de eso unas amigas me llamaron a su mesa y me fui hacia allá, le dije a Vicente que después platicábamos, que no tardaba. Estaba platicando con ellas y me ofrecieron otra copa de vino, y desde alli miraba a mi esposo en otra mesa. Luego pasó el tiempo, yo me la pase platicando, cuando de repente veo a mi esposo bailando con una mujer, yo no la conocía, es más, una de mis amigas me preguntó quien era la que bailaba con mi esposo, no pude decir quien era. Me puse con mucha rabia. Mi esposo y la otra mujer, no estaban muy lejos de nosotros, me di cuenta que la chica coqueteaba con él, y mi esposo se dejaba.. Eso y las copas de vino se me fueron y me enoje mas con el, ya que lo hacia para provocarme.

Me levanté de la mesa y salí del salón muy enojada y a punto de llorar, si en ese momento hubiéramos estado a solas con las cosas que le hubiera dicho creo que en ese momento me pediría el divorcio. Cuando volteo atrás veo que Vicente se acercaba a mí, me dijo que lo acompañara al jardin por un cigarro. Nos sentamos en la parte de la barda del jardin, y nos quedamos en silencio, luego me dijo -esta noche mereces estar con un hombre que haga sentir bien!-, y se acercó a mí y comenzó a besar mi cuello, luego quiso buscar mi boca, pero yo lo esquivé, entonces siguió besándome el cuello y las orejas, sus manos se enredaron sobre mi vientre. Le pedí que se detuviera, pero todo lo hacia muy bien, en eso no se como, me bajó uno de los tirantes del vestido y me descubrió una teta, yo estaba a dejarme llevar, le dije -¡¿Qué te pasa?!-, y lo detuve, le dije que no, me subi los tirantes y le dije que iría al salón.

Regresando al salón había música romántica y mi esposo seguía bailando con esa mujer, y ni siquiera volteó a verme; cuando termino la canción pensé que vendría a sentarse en la mesa, pero no, se fue a la mesa de la mujer. Jalé a Vicente y le dije que me acompañara al jardin, salimos y caminamos al mismo lugar de antes pero para mi desgracia ya lo tenía ocupado otra pareja que se comía a besos, seguimos caminando y buscamos otro lado solitario, recorrimos gran parte del jardín, y encontramos una banca cubierta por unos áboles de pino y ya alli me colgué a su cuello y nos besamos, mi lengua y su lengua parecían confundirse, se evocabanentre ellas, las manos de Vicente agarraron mis nalgas sobre el vestido y las apretó con fuerza. Luego volvió a bajar mis tirantes del vestido y comenzó a comerse mis senos con mucho deseo, chupaba y mamaba mis tetas y pezones, sus manos levantaron mi vestido por atras y sus manos se metía entre mis nalgas delineando mi braguita. Me mojé mucho, pues se notaba que Vicente tenía mucha experiencia y sabía como tratar a una mujer, su boca en mis tetas subía a mi boca y luego volvía a bajar a mis tetas. Pasamos asi unos minutos fácilmente. Nos dimos una calentada tremenda.

Luego volvimos a la fiesta. Me dijo que iría por unos tragos, entonces volví a la mesa de mis amigas, quienes me preguntaron en tono de burla que por qué había salido con él tanto tiempo, me comenzaron a decir que estaba guapo y se veía que bailaba muy bien. Les dije que era el tío de mi esposo. Después Vicente regresó con un trago para mi, y nos fuimos a nuestra mesa. El se sentó a mi lado, rápidamente Vicente puso una de sus manos en mi muslo izquierdo, como las mesas eran de manteles largos, nadie se daba cuenta. Su mano se fue colocando en mi entrepierna y yo que aún estaba caliente, abrí mis piernas, él entendió y su mano comenzó a acariciarme, como era de tela muy delgada, podía sentir bien como sus dedos tocaban mi piquita. Eso me estuvo calentando más, entonces alargué mi mano y comencé a pasar ligeramente mis dedos por su pantalón, Vicente tenía una buena erección.

Vicente ya me tenía mojada, me levanté y le dije que me acompañara, fui a donde estaba mi esposo, me paré enfrente, le dije que quería irme a la casa y que su tío Vicente me llevaría, mi esposo apenas hizo un gesto como de indiferencia. Salimos y me subí al auto de Vicente, de pronto Vicente puso su mano en mi muslo mientras manejaba y yo dejaba que lo hiciera, asi fue tocandome todo el camino.

Al llegar apenas atravesamos la puerta y comenzamos a comernos a besos, asi como hace algun rato atras, Vicente bajó mi vestido hasta mi cintura y abrazados nos dabamos lengua con mucho ardor, luego mamó mis pezones y tocaba mis nalgas por debajo de mi vestido, metiendo sus manos entre mis nalgas y entre mis bragas, sus hábiles dedos jugaban con mi labios que estaban totalmente mojados, Vicente sintió mi humedad y embarrando sus dedos los llevó a su boca para chuparlos. Asi estuvimos un buen rato, yo baje el cierre de su pantalón y metí mi mano para tomar su verga, me di cuenta estaba muy durisima. La tomé y me puse a acarciarla.

Luego me empujó a un sillón, metió sus manos debajo de mi vestido y me sacó las bragas totalmente, luego tomó uno de mis pies, desató y quitó mis zapatillas, metió mis dedos a su boca y comenzó a a lamerlos, me pareció eso muy erótico y caliente, luego hizo lo mismo con mi otro pie. Me quitó por arriba el vestido, quedé toda desnuda y Vicente se puso en el suelo y yo le abrí las piernas para invitarlo a comerme. No se hizo de rogar, Vicente comenzó a comerme literalmente, su lengua recorría todo lo largo y ancho de mi piquita, llegaba a mi clitoris y luego la punta de su lengua intentaba entrar dentro de mí. Me puso tan excitada que de seguir así terminaría con un orgasmo en su boca, Vicente siguió lamiendo todo de mí.

Luego se detuvo y cambiamos de lugar, Vicente se sentó en el sillón y yo ahora me puse entre sus piernas, empecé pasandole la lengua por sus huevos, yo se lo hacía a mi esposo y lo ponia loco eso, y Vicente no fue la excepción. Luego comencé a hacerle una paja con mi mano, metí su pene dentro de mi boca y comencé a chuparlo con mucha fuerza, le daba tremendas chupadas como él me lo había hecho a mi, estaba gozando tanto que me tomó de la cabeza y me hundió su verga casi hasta la garganta, sentí un liquido en mi boca, seguramente Vicente estaba dejando escapar sus liquidos preseminales.

-Ven acá!- me pidió Vicente.
Me fui trepando sobre su cuerpo, él agarró su verga con su mano mientras yo me iba acomodando encima de él, sentí como su verga se iba metiendo ne mi piquita, estaba muy excitada y me fui sentando hasta que poco a poco estuvo toda dentro de mí, luego comencé a cabalgarlo; Vicente aprovechó a mamar mis tetas, luego me besaba y regresaba a mis pezones, su pene era muy grueso y me fue llevando a un orgasmo descomunal, jadié y grité de excitación, -rico, dame más, que rico, qué rico!!-. Mientras gritaba Vicente me tomaba de las nalgas y apretándolas me movia al ritmo de la cabalgada, sus dedos se fueron moviendo hacia la redondez de mi ano y me lo acariciaba mientras yo estaba moviéndome arriba del el.

Luego cambiamos de posición, Vicente me puse de rodillas sobre el sillón, se puso atras y comenzó a chupar mi piquita, y¿después puso la punta de su verga en mi piquita y comenzó a darme duros empellones, cada vez que me la metía se movía todo el sillón y comezaba a crujir, creí que lo ibamos a romper pues era un sillón viejo, comenzamos a jadear los dos, cuando de repente la habitación me daba vueltas, probablemente por el vino y por el orgasmo que me embargaba, Vicente se movía mas duro. Sentí de nuevo sus dedos jugando con mi nalgas y uno de sus dedos roso apenas mi ano, de pronto oí a Vicente gritar y sentí como me inundaba su esperma caliente la piquita, dio todavia varios empellones hasta terminar completamente en mí. Nunca habia tenido sexo muy bueno.

Nos quedamos descansando unos instantes, yo en el sillón y él en suelo, luego me puse mi ropa y le dije que me iba a la habitación ya que mi marido podría venir en cualquier momento, y que era mejor que se fuera a su cuarto, todavía me insistió que me quedara un rato mas, pero me mantuve, me levanté, le di un beso y él me dijo que después volveríamos a vernos-.

Me quité el vestido y me acosté sólo con mis braguitas aún podía sentir su semen dentro de mí, y comencé a preocuparme ya que nunca me pasó por la mente quedar embarazada. Mi esposo llegó unas horas más tarde, borracho, La leche de Vicente se había secado completamente en mis braguitas ...

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