La suerte del callado

Bueno, esta es una historia de ya hace unos años, 3 o 4, y bueno, espero que les guste.

Hace mas o menos 3 años yo iba a la preparatoria, tendri para esa epoca unos 16. Y, como todo chico joven buscaba experimentar con el sexo de todas las maneras que se me ocurriesen, este sentimiento se multiplicaba al asistir a esta escuela, principalmente por la falta de mujeres, llegando a numeros como 20 hombres a 1 mujer, haciendo asi el hecho de conceguir novia algo muy complicado, mas si eres callado como lo suelo ser yo, ojo que esto no me hacia un pendejo que no podia ni saludar a una chica, para esas ya habia tenido un par de experiencias mas que quiza cuente despues.
Bueno un dia como cualquier otro, salimos de la escuela, aproximadamente a las 10:30 pm (mi horario era vespertino), a pesar de todo no era gran problema, puesto que al salir de la escuela estaba la estacion del metrobus, transporte que siempre tomaba, ese dia iba con un amigo, llamemosle Juan, Juan es ese amigo que exige que respetes a todas las mujeres, caballeroso a mas no poder, o por lo menos eso hace creer, ya que todo lo anterior es solo una mascara, el verdadero Juan era un cabron que le gustaba meter la verga en donde pudiera, bueno, una vez aclarado eso continuo. Una vez subimos al metrobus, nos dirigimos en el recorrido normal de este, la proxima estacion era otra preparatoria, en esta estacion siempre se llenaba el camion por lo que uno debia aprovechar para sentarse antes de llegar a ella. En ese momento solo habia un lugar vacio, por lo que desidi dejarselo a Juan, el no dudo y se sento, segundos despues el camion comenzo a llenarse. Dentro de todo ese grupo de personas, una chica resaltaba, era de pelo castaño, piel blanca unas tetas y un culo prodigioso y unos labios rojos y carnosos que daban ganas de morder. Como todos, la note puesto que no hacerlo era dificil, excepto claro, para los que estaban sentados, quienes no tenian la libertad de vision que los que estabamos parados.
A pesar de todo el camion no se lleno, quedo bastante espacio para caminar libre, fue entonces cuando la chica se dirigio hacia donde yo estaba, no por que yo le atrajera, sino porque donde yo estaba era el lugar mas seguro apara ir parados, sin embargo para llegar a ese lugar ella tenia que pasar a un lado de Juan y pr ende entraria en su rango de vison, al ocurrir esto ultimo, Juan parecio perder el control ante tal chica, comentiendo el peor error de su vida en la preparatori, Juan, al ver tremendo culo, solto un grito, exclamando y cito: "¡ay wey!, ¡mira ese culote!". Esta frase llevo a muchas risas, tanto de incomodidad como de pena, tambien a comentarios hacia el. La chica mostro un rostro de asco e ira y se alejo rapidamente, yo no pude mas que tapar mi rostro esperando no ser recordado como el amigo de ese tipo.
Sin embargo las mujeres son muy listas y a esta chica no le tomo ni 10 segundos darse cuenta que Juan y yo nos conociamos, una vez se habia parado en el mismo lugar que yo, comenzo una platica conmigo.
-Vienes con el verdad-, dijo sonriendo con lastima hacia mi
-Si, lamentablemente-, conteste, maldiciendo a Juan para mis adentros.
-Es un imbecil-, dijo mientras lo veia de reojo
-Ya se-, dije mas apenado que nunca
-Por cierto me llamo Cristina-, agrego rapidamente ella, al ver mi cara de verguenza
Esto ultimo me sorprendio bastante, cualquiera pensaria que hablar con ella despues de que un amigo la humillo asi, seria imposible, pero descubri gratamente que era una chica muy agradable. Paso el rato y durante todo el trayecto del camion, fuimos hablando, de las escuelas, de la estupidez de mi amigo y de nuestras vidas. Resulta que nos agradamos y que, despues de todo, ella era una chica muy calentona.
-No me molesta hablar cosas sucias y guarradas, siempre y cuando nos agrademos, si alguien me dice una guarrada en la calle, lo voy a mandar a la mierda- dijo.
Para la penultima estacion del metrobus ya nos estabamos besando, besos largos y profundos que no pasaron desapercibidos por Juan, quien moria de envidia. Al llegar al final de la ruta, Cristina y yo nos que damos un rato a las afueras de la estacion, besandonos y tocandonos.
-¿Quieres venir a mi casa?-, dijo ella con notada exitacion.
Yo sin dudarlo acepte, pero como aun tenia 16, tendria que llamar a mis padres he invetarles una excusa, asi fue, les dije que no iria ese dia acasa porque no habia mas transportes y que me quedaria con un amigo. Por la naturaleza de mi vida escolar ellos creyeron sin rechistar.
Una hora despues, ya estaba en la casa de Cristina y unos minotos mas tarde, ya estaba en su habitacion besandole el cuello y metiendo mi mano en su pantalon. Segun entendi, sus padres trabajaban en la noche, asi que no nos molestarian.
No tarde mucho en quitarle la blusa y el brasier, contemplando sus enormes tetas y sus rosados pezones, no lo resisti y comenze a lamerlos y chuparlos, Cristina solo emitia leves gemidos, gemidos que aumentaban de tono cuando mordia levemente la punta de sus pezones. Despues de repetir esto unos minutos, ella se levanto de la cama, con una cara de excitacion que pedia mas. Un segundo despues, Cristina me bajo los pantalones y se puso mi verga en su boca lo mas rapido que pudo, sentir como succionaba y lamia era estar en el paraiso. No pude sopor tarlo mas y le llene la boca de leche.
-¿Te gusta puta?-, le pregunte mientras le soltaba todo
- me encanta- contesto Cristina una vez se habia tragado toda la leche.
Despues de unos minutos para reponerme, seguimos a lo mas deseado, ella abrio amplia mente sus piernas, dejando ver su no virgen pero aun delicioso coño, rosadito y mojado a mas no poder.
-Metemela...- decia entre gemidos
Sin pensarlo dos veces, a punte a su entrada y le deje ir toda la verga, sin ningun cuidado puesto que ya estaba bien lubricada y no era virgen. Un grito de pkacer salio de ella, se retorcio un poco y continuo gimiendo, yo no me detube y continue embistiendo su rico coño, a cada arremetida sus tetas bailaban y ella gemia aun mas fuerte.
-Que rico, que rico se sie te-, decia entre gemidos
-Sientes rico eh puta, te encanta la verga, te voy a dar verga hasta que te hartes-, decia yo con aires de superioridad.
Despues de un rato de darle por el coño, llego el momento de venirme de nuevo, asi que se la saque, y le deje caer mi leche en sus tetas. Repetimos esto una cuantas veces mas antes de dormirnos, al dia siguien te solo nos despedimos, habiendo compartido nuestros numeros de celular.
Estuve saliendo con ella un tiempo, no como pareja, si no solo para cojer, y tubimos muchas mas experiencias que quiza algun dia cuente.

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