Mi prima, mi manía y su ropa interior

Me seria difícil recordar un día que hubiese pasado tan lentamente como aquel lunes, el colegio fue una tortura, no recuerdo absolutamente nada de lo que dijeron los profesores, no veía la hora de poder llegar a casa, no veía la hora de seguir explorando las intimidades de mi prima*

*Antes de iniciar el relato te recomiendo leer las precuelas, las cuales puedes ubicar en mi perfil o en este enlace

http://www.poringa.net/posts/relatos/2938221/Mi-prima-la-piscina-su-bra-y-su-tanga.html

Primero fue la piscina y sus bragas, luego verla dormir y descargarme con sus zapatillas, no paraba de pensar cual de sus pertenencias sería la siguiente en ser poseída por mí, las posibilidades ahora eran infinitas. Antes de que pasara todo esto no consideraba posible el que me caliente un conjunto de baño, menos unas zapatillas, pero ahora yo ya no era el mismo y Kristina no tenia ni la menor idea de ello.

Cuando finalmente concluyó la jornada del colegio llegue a casa lleno de ansias, y con algo de temor, si bien durante el desayuno mi prima no dio la mas mínima señal de sospecha de mis actos, tenia que seguir atento a cualquier señal, y al menos durante el almuerzo no sucedió nada.

Si bien los fines de semana mi prima pasaba todo el día con nosotros los días de semana debía dejar la casa por la tarde y noche para asistir a la universidad, como quien no quiere la cosa le pregunte a que hora dejaría la casa aquel día y me dijo que no estaría desde las 6pm hasta aproximadamente las 9pm pero que intentaría llegar mas temprano... por mí, podía pasar fuera toda la noche.

Antes de abandonar la casa para ir a sus clases mi prima dejo una película para mis hermanas en el DVD, y me encargo que este pendiente de ellas. Kristina se despidió y me pidió además que en lo posible me quede junto a mis hermanas en su cuarto mientras ellas veían la película. Aquella tarde Kristina vestía una blusa escotada color pistacho, note que llevaba el bra que mejor le lucía porque sus pequeños senos iban bien parados y unidos, además llevaba un jean color negro muy apretado el cual marcaba bien sus gruesas piernas, sus prominentes caderas y su gran trasero. Ni bien dio media vuelta me quede observando semejante figura.

No habían transcurrido ni 10 minutos de película y de la partida de mi prima pero mi mente ya estaba volando por los cielos. Mis hermanas estaban acostadas en su cama y no podían despegar la mirada de los dibujitos de la peli, yo que en cambio estaba acostado en la cama en que dormía mi prima. Normalmente mis hermanas dormían separadas, pero la presencia de mi prima hacia que durmieran juntas dejando una cama libre para ella. Mientras ellas seguían distraídas en lo suyo, yo no podía bajar de la nube de placer a la que el olor de mi prima impregnado a la cama me había llevado.

Recorría la cama con mi olfato, con mis dedos, con mis piernas, incluso note que en la sabana aun estaban los rasgos de mi faena masturbatoria de la noche anterior, mis hermanas ni sospechaban que mientras ellas veían su película yo estaba completamente abstraído por la excitación que mi prima me generaba.

El placer era tal que el animal salvaje empezó a salir de a poco, el olor de su cama ya no me alcanzaba, necesitaba mas, necesitaba llevar todo a otro nivel. Entonces el corazón me dio un vuelco al notar que esta vez la maleta de mi prima no tenía mas el candado, estaba cerrada pero solo bastaba abrir el cierre para encontrarme con los divinos tesoros que esa maleta guardaba.

Pero no podía hacerlo con mis hermanas allí, si bien estaban distraídas iba a ser muy complejo que pudiera disfrutar de esa maleta como se merecía con ellas allí. Entonces ingenie un plan, desobedecí a mi prima y deje a mis hermanas solas durante un rato y fui a la heladería que estaba a solo unas cuadras de mi casa y compre un litro de helado. Volví rápidamente, preparé un vaso de helado con galletas para cada una de mis hermanas y las invite a la cocina para comer. En cuanto les dije corrieron a la cocina a por la comida. En ese momento la peli quedo en pausa, el cuarto abandonado y la maleta a solas.

Sabía que me había comprado unos minutos nada mas, las chicas devorarían el helado al toque y volverían pronto, sin embargo para mi era tiempo suficiente, tuve la visión clara y la virtud de la paciencia para tomar la maleta de mi prima y llevarla hasta mi cuarto, y la deje oculta junto a mi escritorio. Al volver, mis hermanas no notaron que la maleta no estaba, ni tampoco notaron como abandoné el cuarto minutos después.

Silentemente cerré con seguro la puerta de mi cuarto. Tome la maleta y la coloque sobre mi cama. Empecé a desnudarme lentamente, como si lo que estaba en mi cama fuese mi prima en cuerpo presente y no una inerte maleta. Primero mi camiseta, luego mi pantalón, mi bóxer... y allí estábamos, por fin a solas, la maleta, mi verga chorreando líquidos sin parar y yo, el animal.

Al abrir la maleta mis manos temblaban, desplace los cierres hacia un costado y abrí la tapa, todo estaba perfecto, todo doblado, todo organizado, todo apilado, en una pila los pantalones y shorts, en otra pila las blusas, en otra los sostenes, en otra las bragas, en el espacio sobrante que dejaba la repartición había un pequeño bolsito con maquillaje, jabón, pasta dental y su cepillo. La otra porción del pequeño espacio estaba ocupada por una secadora de cabello. En la tapa había un bolsillo de mallitas en el cual estaba su conjunto de baño verde neón, el cual había despertado toda esta locura, y además una funda plástica.

Me resultaba irónico, la maleta era un retrato del orden y yo era un garabato del caos. Empecé a sacar una a una las piezas de mi prima y me sumergí en sus olores, toda la ropa estaba limpia así que tenia un leve rastro de olor a detergente, pero la imaginación de un hombre excitado puede inventar cualquier cosa, las blusas eran las que tenían menor olor, no así los pantalones que olían de una forma mas intensa.

Habiendo gastado el olor de sus blusas, pantalones y shorts, pase a la siguiente pila, en la que había tres brasieres, uno negro de encajes, que se convirtió en mi favorito, uno de color blanco, y otro con un estampado de burbujas en color purpura y rosa. Tome el negro y pase el tronco de mi verga en la mitad del mismo y me excito un montón. Una copa del brasier a cada lado de mi tranca. Párrafo aparte merecen sus bragas.

La verdad, nunca había olido nada tan sabroso, si bien se percibía el olor a detergente en las bragas de mi prima Kristina, estas también tenían un delicioso olor salobre, el cual me excitaba sobremanera. De la misma forma, uno a uno me fui sumergiendo en su olor, primero el rosa, luego el celeste, luego el del estampado floreado, luego el azul oscuro. Mi verga no paraba de bombear sangre a tope, cada vez se ponía mas roja, mas gruesa y a la vez mas líquidos chorreaban de mi glande en forma de hilos.

Estaba viviendo un momento inolvidable, nunca había sentido tanto placer a través del olfato como sentía aquella ocasión. Sin embargo aun no había descubierto nada, una vez que requisé cada una de las piezas dentro de la maleta abrí la funda que estaba en el bolsillo de la tapa, y si yo pensaba que el tesoro de la maleta se estaba agotando, me había equivocado, el verdadero botín estaba allí.

Un fuerte olor salía de esa funda, en su interior había 2 bragas, una era de color blanco con adornos de ositos celestes en la parte frontal y trasera, además tenia un bonito lazo del mismo color en la parte frontal del elástico. La otra braga era mucho mas atrevida, era mucho mas pequeña, era de un intenso color negro en la parte posterior y encajes floreados en la parte delantera. Seguramente venía en conjunto con el bra que me había gustado. El olor delataba esas tangas comprendí entonces que en esa funda apartada de todo el orden, mi prima guardaba sus bragas usadas.

La braga blanca tenia un color amarillento en la zona de la entrepierna, una especie de secreción, la acaricié con mi lengua y comprobé que tenía un sabor que me pareció muy dulce, como si de manjar se tratase la metí a mi boca y deguste su sabor, también di lengüetazos en la zona de su raja del culo, que tenia un sabor entre dulce y amargo que me era muy sabroso también, una vez que extraje todo de esa braga la envolví en mi verga de manera que el orificio del glande quedo justo en el lugar donde se acumulaba el color amarillento producto de los jugos de mi prima.

Ya había probado la entrada, pero faltaba el plato principal, la braguita negra no permitía comprobar rastro de secreción ni nada, sin embargo el olor de esta era mucho mas fuerte que el olor de la blanca, la forma en que olía hizo que en un instante una mancha de humedad se dibuje sobre la tanga que estaba alrededor de mi verga y mi glande. El sabor del interior negro era mucho mas intenso también, cada lengüetazo me daba mas y mas placer.

Sentía mi cuerpo levitar ante tal nivel de excitación, ahí estaba nuevamente esa sed que me producía este placer, sed que no se calmaba sino bebiendo los jugos que de esa ropa interior emanaba, tome la entrepierna del interior negro y la metí a mi boca y me dedique a succionar con fuerza ese néctar, hasta ese punto de mi vida no recuerdo haber probado nada mas sabroso que el liquido que aquella tanga negra me estaba dando.

Mi cuerpo empezó a temblar, mi mano derecha masturbaba mi verga envuelta en el amarillento interior de mi prima Kristina. Entonces eyaculé, cerré fuerte los ojos, no repare en lo absoluto en apuntar mi leche hacia algún lugar, solo me deje llevar, sentí al menos 5 disparos bien cargados y un par mas débiles.

Al abrir los ojos note que como el tanga estaba pegado a mi glande, el semen no pudo salir a chorros en todo su esplendor, en cambio este se derramo por los costados del interior, dejando una enorme mancha de humedad en la entrepierna de la braga y en parte del exterior de la maleta de mi prima, sin contar que había salpicaduras de leche en la cama y una viscosa laguna de semen en el suelo.

De todos mis orgasmos este había sido el mejor. Sin dudas. Esta vez no hubo culpa, no hubo remordimiento, estaba prácticamente solo, tenia tiempo para limpiar las evidencias, y había tenido la mejor experiencia de mi vida. Retire la braga blanca de mi verga, y saque la negra de mi boca, deje todo en la cama y me fui a duchar.

Me duche con calma, con paz, me sentía bien, sentía poder, sentía placer, sentía que me pertenecía toda la intimidad de Kristina, me sentía el dueño del mundo. Una vez dejé la ducha, me sequé y me dispuse a lavar la ropa interior de mi prima, aun desnudo tome ambas bragas de la cama para llevarlas al lavabo pero una perversa idea me cruzó la mente.

El piso estaba sucio de semen todavía, si bien se había secado un poco, debía limpiarlo, así que tome las bragas negras de mi prima y limpie el semen del suelo con ellas, también limpie la parte exterior de su maleta, a pesar de que la tela de la misma ya había absorbido gran parte de los líquidos.

Mi perversión no acababa allí, me lleve además de las bragas negras, su secadora y su cepillo dental. Decidí no lavar las bragas blancas dado que si mi prima no había notado mi semen en su pijama, menos notaria mi leche en sus bragas, que de cualquier forma ya estaban sucias anteriormente. Ya en el baño lave únicamente el interior negro, me pareció muy sexy lavarlo y retirar los restos de semen usando el cepillo dental de mi prima, me excitaba mucho imaginar a Kristina lavándose los dientes esa misma noche e impregnando su boca, sus labios y su lengua con mi leche.

El solo pensar eso me la puso muy dura nuevamente. Interrumpí el proceso de limpieza para regalarme una nueva paja, esta vez la victima fue su cepillo dental, recorrí toda la extensión de mi glande con el. El proceso me lastimaba un poco, dado que las cerdas eran duras y además debido a lo sensible que se ponía mi glande, el frotarme me producía una leve incomodidad. Sin embargo el placer pudo mas y no tarde en impregnar el cepillo dental de líquidos pre seminales para posteriormente eyacular sobre el mismo, un grueso chorro de leche se filtro por las cerdas del cepillo. Y otros dos chorros fueron a parar al lavabo.

Ya mas calmado volví a lavar el interior negro, para asegurarme que todo estuviera en orden. Además enjuague el cepillo dental, pero lo hice muy brevemente, sin limpiar lo mas profundo de las cerdas, quería procurar que algo de mí quedase en el.

Utilice la secadora para dejar seco el interior negro, como si nada hubiera pasado. Volví a la cama, guarde todo en el exacto orden en que mi prima lo había dejado, cerré la maleta y ya vestido volví al cuarto de mis hermanas. La película que veían aun no había concluido. Allí las convencí de que se bañaran antes de que llegue Kristina para que no le hicieran perder tiempo y pudieran dormir temprano. Una vez ellas entraron a bañarse yo aproveche y devolví la maleta a su sitio.

Cuando llego Kristina la saludé brevemente, lucía algo cansada por la universidad así que abandone rápidamente el cuarto de mis hermanas, primero para que duerman temprano y segundo porque junto a Kristina también llegaron mi vergüenza y conciencia, una vez mas el remordimiento se hacia presente, pero ya era tarde, si no apareció antes, el que apareciera ahora no significaba nada. De hecho, aquella noche la coroné imaginando a mi prima llevándose mi semen a su boca a través de su cepillo dental.

Al día siguiente desperté con la curiosidad de saber si finalmente mi prima descubriría algo, pero todo volvió a fluir con normalidad. Ni una mirada rara, ni un comentario, ni un rastro de sospecha. Cada vez me sentía mas poderoso, el placer y el riesgo aumentaban, pero yo seguía impune. La semana seguía entera, y de ninguna manera planeaba parar. En ese momento me parecía increíble pensar que la verdadera diversión apenas estaba por empezar.

Mi prima, mi manía y su ropa interior

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Este ha sido mi tercer relato, espero les haya gustado. Consideré prudente que mis primeros relatos cuenten una historia basada en hechos reales para luego animarme a intentar con la ficción.

Me haría muy feliz y me motivaría un montón a seguir escribiendo mis experiencias, el recibir sus opiniones, criticas y sugerencias sean positivas o negativas.

- vladimirtrach@outlook.com

4 comentarios - Mi prima, mi manía y su ropa interior

tabletcel -3
y te garchaste a tu prima?
VladimirTrach
Lo sabrás en las secuelas del relato.
tabletcel -3
subiste mas?
que lindo garcharse una prima.. una sola me pude garchar
VladimirTrach
Antes de este relato, hay 2 precuelas.
Johnlalovega21 +1
siempre eh tenido fetiches de éste tipo, no tienes idea de cuanto me excita el leer tus relatos, hice algo parecido con las bragas de mi mejor amiga cuando me dejó sólo en su casa, fueron los momentos mas emocionantes y preocupantes de mi vida, seguiré leyendo xD
Darkluzbel666 +1
Muy buena historia. Yo tambien tengo ese fetiche por la ropa interior. Lo eh hecho con amigas pero principalmente con mi prima lucero. Es casi de mi edad y desde que descubrí su ropa interior no pude parar, solo que iba un poco más haya, le robaba la ropa