cazzo mia zia Luci e la mia Mama

Por fin finalizo ese curso de universidad y estaba contento porque había aprobado todo. Antes de que yo supiera nada, vino mi tía Lucia y me dio el notición, cosa que agradecí, así me evitaba la incertidumbre de los días hasta que nos enterábamos de los resultados. Pero después de felicitarme me dio la bronca por mi distanciamiento con ellos y porque su hermana, mi madre, le había dicho que ese verano no pasaría ningún día con ellos. Quise explicarle las cosas ya que tampoco eran así, pero no me dio tiempo y sin darme opción, me dijo que ese jueves me recogían en el coche y nos íbamos hasta el lunes, que le daríamos una sorpresa a su hermana. Al final dije que sí y quedamos que me recogían a las nueve de la mañana.

Ese día por la noche habíamos quedado bastantes compañeros de la universidad, no es que me hiciera mucha gracia, porque había algunas personas de las que irían que no me caían bien, pero nunca llueve a gusto de todos.

El lugar elegido fue un bar de tapas, como es lógico y normal siendo tanta gente, se crearon los típicos grupitos de gente y después de cenar, yo pensé que nos dividiríamos en grupos para seguir la noche. Pero como siempre salió el listillo de turno, con la genial idea de irnos todos a la playa con bebidas, yo era remiso a ir, no porque no me pareciera buena idea, porque no sabía quiénes se apuntarían, bueno el caso que al final fuimos todos, menos uno que ya había avisado que el nada más cenar se tenía que ir.

Nos fuimos y compramos tanto bebida, refrescos como hielo. Nos dirigimos a la playa del Postiguet, yéndonos a la zona del cocó. Poca iluminación, la única que llegaba de unas farolas. No conté las personas que estábamos, pero fácilmente seriamos como mínimo 30 personas, entre mujeres y hombres. A la hora empezaron los primeros signos de que a algunas personas el alcohol ya estaba haciendo sus efectos.

Llegaron las preguntas “impertinentes” los que quieren saber todo de uno, los que hablan de mas, para arrepentirse al día siguiente seguro… pero de entre todas estas situaciones, contare la que más me podía afectar a mí. Estaba German un buen amigo mío con su novia Mari Luz (Luz a partir de ahora) éramos del mismo curso de universidad. German era un tío sanote como yo, deportista y sobre todo buena gente, mucho mejor que yo. Su novia físicamente estaba bien, de estatura media, con tetas y culos normales, pero estaba bien y muy resultona. Tenía dos cosas que me encandilaban, que siempre iba sin sujetador y eso me encantaba, pero sobre todo su mirada.

Como German era tan buen tipo, por eso desde el principio yo trataba de no ir con ellos, con German si me veía más a menudo por tema del deporte. Es más, una vez que German me preguntó el motivo de evitarles cuando estaba con Luz, no me anduve con rodeos y se lo dije. Que si andábamos juntos al final trataría de llevarme a su novia a la cama y que, para evitar malos rollos, era lo mejor. Recuerdo que en su día cuando se lo dije, el me recrimino porque entendió que su novia me había hecho alguna insinuación o que yo había oído algo de ella que no era cierto… se lo tuve que explicar, que, si una mujer me gustaba, intentaría echarle el “anzuelo” aunque no quería decir que lo lograse, porque no tengo porque gustar a todas las mujeres, pero que siempre lo intentaba, dándome igual quien fuera o con quien estuviera.

Pero a lo que íbamos, Luz tenía un gran defecto, es que ra un poco impertinente, algo creída y una sabelotodo. Pero encima con una copita encima, que no digo que estuviera bebida ni mucho menos, se envalentono mucho más. Ni German podía frenarla y la tomo conmigo. Empezó diciendo a él grupito en el que estábamos… “¿Sabéis que Franchesco, este que no se digna a hablar conmigo, tiene loquitas a unas maduritas muy putas?” se oyó alguna que otra exclamación, a German pedirle a su no vía que callara y a varias amigas decirle que continuasen, que querían saber. Ella se creció más… “Si, que este verano estará de monitor en un gimnasio y ya están esperándole como locas…” yo le dije que tuviera un poco de respeto por esas mujeres, que el que fueran al gym no quería decir que fueran unas putas, porque si no más de una de allí también lo eran y no sería justo.

Me dieron la razón y ella siguió al preguntarle alguien que como lo sabía, lo de que yo iba a trabajar allí. Me quede expectante por la respuesta, porque yo no se lo había comentado a nadie. Ella, muy chulita contesto… “Porque a ese gym va la zorra que se casó con mi padre y dos amigas más” fue cuando me entere que su padre se divorció para casarse con otra y German le dijo que yo no tenía la culpa de que su padre se hubiera divorciado. Es más, yo no sabía quién era la “madrastra” y le pregunté, como contestación recibí… “Si no lo has descubierto ya, lo descubrirás, la que sea más puta”

Me aparté del grupo como alguna persona más y al final vi cómo se quedaron German y Luz solos hablando. Luego vino el momento también típico de esos momentos playeros, que es que alguien dice… ¿A que no hay narices de meterse desnudos en el agua? Y en ese momento hay todo tipo de contestaciones. Pero al final la mayoría acaba en pelotas. Y no podía ser menos. Yo que estoy acostumbrado a bañarme desnudo, enseguida me apunte. Creo recordar que solo tres chicas no lo hicieron por problemas mayores.

En el agua poco se veía, salvo cuando estabas cerca de alguien. Había mucho cachondeo dentro del agua, todos y todas aprovechamos la ocasión para que mentir. Pero la que me atrajo rápidamente fue Carmela una chica de mi edad, un cuerpo estilizado, se notaba que, hacia deporte, las piernas se le veían muy tonificadas, un culo justo en su medida, en forma de pera, ideal. Melena por los hombros y mediría 1,70. Los ojos oscuros como la noche, pero intensos. Pero solo tenía algo que no iba con el resto del cuerpo perfecto que tenía. Eran sus tetas, eran algo exageradas, yo diría que más grandes que mi cabeza. No me extrañaba que siempre dijera que se quería operar para reducirlas, porque el dolor de espalda era mucho.

Siempre se le veían que eran grandes, pero así al desnudo… me puso la polla a mil. Su novio que no me caía muy bien, se salió rápido del agua, que para él estaba muy fría. Yo me fui aproximando hacia ella, pero me encontré con Luz, que quería hablar conmigo, yo precisamente quería cualquier cosa menos hablar, así que la corte diciéndole que más tarde y la deje allí en medio. Hasta que por fin di con Carmela, que ella y yo nos llevábamos bien, pero nunca intentamos nada.

La zona en la que estábamos no cubría tanto, pero ella estaba sumergida hasta el cuello prácticamente. Hasta que me confeso, que estaba muy cortada y más porque el idiota de su novio la dejo sola. Yo le dije porque estaba cortada y ella, haciendo un gesto señalando a sus tetas que seguían ocultas, encogió los hombros. Yo le di confianza y le dije que ya quisiera más de una tener lo que ella tenía. El caso que al rato se incorporó y cuando las vi de cerca me quedé anonadado, no podía despegar mis ojos. Estábamos tan cerca que casi nos tocábamos. Ella al ver mi cara dijo… “Ya ves demasiado grandes, una exageración, ya te lo dije” y sin cortarme le dije que me disculpara pero que me habían fascinado.

Ella con cara de reproche me dijo… “No hace faltas que finjas y seas amable, que ya estoy acostumbrada” yo le dije que no fingía, que eran una preciosidad, pero ella me volvió a replicar con lo mismo. Me enfado tanto que dudara de mí que estuve a punto de mandarle a la mierda, porque los que me conocen saben que no digo nunca nada por tratar de quedar bien y me enfada aún más que duden de mí, pero cogí su mano con fuerza y la lleve hasta mi polla que estaba en plena erección diciéndole… “Esto no estaría así si no me gustase lo que he visto” ella me miro con cara de espanto, no se esperaba eso.

Solté su mano y ella tardo unos segundos en quitarla. De pronto se puso a reírse, hasta que me dijo… “Había oído rumores, pero se quedaban cortos, madre mía lo que tienes… jajaja y mi novio diciendo que eran habladurías… jajaja” mi respuesta fue… “No eres tu sola la que tiene cosas grandes” ahora nos reímos los dos y me acerque dándole un beso, ella respondió, pero rápido se quitó asustada, diciendo que nos podían ver.

No quería perder la oportunidad y cuando ella se iba de retirada a la orilla, le agarre por detrás cogiendo sus tetas y echándola hacia atrás hasta que mi polla toco sus nalgas, ella en vez de protestar o irse, paso una mano hacia detrás y después de tocármela un poco, la coloco entre sus piernas, que gustazo me dio. Estuvimos así un ratito, hasta que se dio la vuelta y me abrazo pasando sus piernas por detrás de mi cintura, se la clave hasta el fondo, era una locura, se nos estaba yendo de maravilla. De pronto se oyeron unas voces y alguien que se acercaba, eran German, luz y el novio de Carmela. Nos separamos a tiempo y nos quedamos un poco distanciados hablando.

Nos pusimos todos más o menos en un círculo y seguimos hablando todos, aunque la mirada de Carmela y la mía estaban ardiendo, la polla no me bajaba, sería un problema a la hora de salir. El movimiento del mar, nos movía y algunas veces casi perdíamos el equilibrio. En una de estas fue luz la que perdió el equilibrio y al estirar uno de sus brazos me toco, no sé lo que pensaría, pero me miro y no dijo nada. Todos se salieron y yo me quede un poco más hasta que mi polla se tranquilizó. Cuando salía del agua, me fui hacia el lado donde había dejado mi ropa, pero pude ver gracias al reflejo de la luz, como había un grupo de chicas cuchicheando y mirando hacia mí.

No pasó nada más, pero algo si había surgido, el tiempo diría lo que pasaría. Nos fuimos cada uno para su casa. Yo como siempre la víspera, antes de hacer un viaje, deje mi casa inmaculada. Esa noche dormí perfectamente y a las nueve de la mañana estaba con una maleta pequeña, esperando a mis tíos. Llegaron puntuales, solo se bajó mi tío, que coloco mi maleta en el maletero, ya que no permitía que nadie colocase el equipaje, era un maniático en eso.

Yo me senté tranquilamente atrás, pero me di cuenta que no íbamos en dirección a la carretera. Pregunte extrañado y me dijo mi tío que recogeríamos a otro pasajero. Al rato paramos y recogimos a un amigo de mi tío. Entonces mi tía se bajó del coche, diciendo que fueran ellos delante, para que hablaran de sus cosas, que ella aprovecharía para dar una cabezada. Cuando mi tío Manuel fue a meter la maleta del nuevo acompañante, mi tía Lucia le dijo que le pasase una de las mantas de viaje, que el aire acondicionado la enfriaría.

Le paso la manta a mi tía y ella se la puso por encima y encogió sus piernas. Llevábamos ya un rato de viaje ycazzo mia zia Luci e la mia Mama me estaba dando el sueño, porque escuchar el rollo de mi tío y el amigo, era para cortarse las venas. Le pedí que pusiera un poco de música, menudo viaje y mi tía dormida como un tronco, resoplando.

Cuando se mueve y me cae un poco de manta a mí, cuando la voy a apartar, noto como la mano de mi tía, que sigue resoplando, va hasta mi polla. Acariciándome por encima del pantalón. Menuda puta esta echa, no hay nadie más caliente que ella. Seguro que tiene las bragas empapadas. Había empezado con suavidad, pero según notaba la dureza de mi polla, agarraba y apretaba con más ganas. Luego con mucho cuidado, bajo la cremallera del pantalón, metiendo su mano y tocando con más deseo, pero trataba de sacarla por encima del bóxer, pero no podía, tendría que desabrochar el pantalón y eso sería muy peligroso.

Ahora era yo el que mientras ella me tocaba, estire mi mano hasta tocar sus muslos y ella hizo un pequeño movimiento, para dejarme libre el camino. Fui subiendo sin prisas mi mano, me dediqué a acariciar sus muslos, por la parte interior, pero sin llegar arriba del todo. Cuando lo hice me sorprendió, la muy zorra ya lo tenía estudiado todo, no llevaba bragas.

Ahora se iba a enterar. Empecé a follarle con mis dedos, podía ver como tenía la cabeza ladeada y como se apretaba fuertemente los, labios, para que no se le oyese nada, en un momento dado, abrió los ojos mirándome con intensidad, por como miraba, por como apretaba sus labios y por la expresión de su cara, supe que estaba corriéndose. Cuando lo hizo, debió ser tan brutal, que apretó mi polla (pene) de tal manera que creía que me la arrancaría.

Así estuvimos todo el viaje, que lo hicimos de una tirada sin parar para nada. Cuando ya llegamos, me subí la cremallera, hice todos los esfuerzos del mundo para tranquilizarme, pero, aunque lo logre, llevaba un calentón impresionante. Cuando se fueran mis tíos y mi padre se descuidase, ya me desquitaría…

Cuando llegamos a mi casa, el que se llevó la sorpresa fui yo, porque mi madre estaba al tanto de que yo iría. Me habían engañado, pero bien. Habíamos llegado a la hora de comer prácticamente. Estaban mis padres unos vecinos que ni fu ni fa, pero también estaban Marcos y su mujer la preciosa Esther, que fue verla y quedarme boquiabierto, porque de unas tetas medianas, tirando para pequeñas, ahora tenía unas buenas tetas, estaba claro que se había colocado más pecho.

Cosa que quedo confirmada, cuando mi tía la vio. Confirmándoselo ella. Me daban ganas de vérselos, porque los pezones eran soberbios y ahora con ese tamaño, serian unas tetas perfectas, aunque siempre lo digo, que me gustan más la forma de las naturales. Muchos besos, muchos abrazos, pero no se me quitaba el calentón. Fui a dejar las cosas a mi habitación, cuando se abre la puerta y aparece mi madre, me acerque y antes de que pudiera decir o hacer nada, me dijo que no volvería a pasar nada y me hizo prometerle que no lo intentaría, así lo hice y pensaba cumplirlo.

Ya estaba pensando como follarme de nuevo a Esther, sería fácil. Pero de pronto otra desagradable sorpresa, Esther y Marcos, solo se quedarían a comer, que lo habían hecho por verme, pero que luego se iban para el pueblo. La cosa cada vez se iba poniendo peor. Solo me quedaba mi tía, pero como se irían a un hotel…

Cuando empezó la comida hice lo posible por sentarme junto a Esther y lo logré. Acerqué mi pierna a la suya, para saber cómo estaba la cosa, no tuve que esperar nada, ella pego con fuerza la suya, era una pena que se fueran al pueblo. La comida continua más o menos igual, todo con mucha discreción y el único contacto de nuestras piernas. A la hora del postre y los cafés, los hombres mayores se enzarzaron en una interesante conversación por lo que se podía ver Las mujeres preparando el café y hablando entre ellas y en un momento determinado oigo como Esther se queja de un problema gordo que tiene en el ordenador.

Mi madre como siempre que ofrece mi ayuda sin consultarme, le oigo decir eso Franchesco te lo arregla en un momento, lo cierto que no pensaba quejarme. Cuando regresan al comedor, mi madre me lo dice y yo me hago como si no hubiera oído nada. Marcos ni presto atención, medio “compungido” hice el esfuerzo de levantarme para acompañarla. A los cinco minutos estamos en la entrada de su casa, besándonos como locos. Si yo tenía ganas, lo de ella no era normal.

Con mucho nerviosismo y sin dejar de besarme, lamerme, morderme los labios, me va desabrochando los pantalones, se aparta y de un tirón me baja pantalones y bóxer a la vez. Se pone de cuclillas y saborear mi polla y se la mete en la boca, lo hace de tal manera, que en algunos momentos me causa un poco de dolor. Sé que tenemos poco tiempo, la levanto y le pongo apoyada en el mueble del recibidor, ella en un visto y no visto, se quita sus braguitas y se inclina apoyándose de nuevo.

Veo la imagen de su cara en el espejo del mueble. Esta como congestionada. Se la coloco y se la voy metiendo sin ninguna traba hasta el final. Ella echa el culo para atrás, parece que quiere más, pero ya está toda dentro, ahora menea su culo en todas las direcciones, oigo como gime, al principio muy despacito, pero según vamos follando aumenta y se le oye ya bien, a pesar de que trata de que no se le oiga, porque estamos junto a la puerta del piso. Pero parece que le da igual y cuando menos me lo espero se corre. Yo ahora quiero follarme ese culito, que debe estar otra vez muy apretadito, pero ella me pone cara de niña buena y me dice que además de no tener tiempo, necesita que llene su boca de leche.

Sonrió y no me hace falta decir más, ella se pone como al principio y se la mete toda en la boca, que manera de mamar, se desespera porque tardo en correrme, así que me hago una paja delante de ella y le aviso cuando estoy a punto de correrme, me coge la polla con “rabia” y se encarga ella ahora de todo, le aviso de que ya me viene, entonces se la mete casi hasta la garganta y me empiezo a correr, creía que le daba una arcada, pero se lo traga todo y sigue chupándola un rato, aprovecho todo lo que salió, no dejo nada sin tragar. Hacía tiempo que nadie me hacia una mamada así, con tantas ganas, eso me dejo cachondísimo. Pero nos teníamos que ir.

La comida acabo de lo más normal y al final nos quedamos solos mis padres y yo. Por la noche me fui temprano a dormir, hacía tiempo que no me pasaba eso. Por la mañana cuando me levanté oí voces, eran mis tíos hablando con mis padres. Mi madre nada más verme me dijo que me preparaba el desayuno. Mi tía iba con un vestido, la vi de espaldas, pero cuando se giró y vi el escote que llevaba, tuve que hacer auténticos esfuerzos para no meter mi cabeza entre sus tetas.

Cuando empecé a desayunar, mi padre le dijo a mi madre, que nos llevara a comer por ahí, fue cuando me enteré que mi tío y él se iban a hacer unas cosas y volverían tarde. Mi madre afirmo con la cabeza y dijo que iba a fundir la tarjeta comprándome cosas y todos se rieron.

Nada más salir por la puerta ellos, mi madre y mi tía empezaron a decidir donde querían ir. Yo me limitaba a mirarlas y solo pensaba en follarme a mi tía Lucia. Yo me fui dejándolas allí, me metí en el baño a ducharme y mientras me caía el agua, la polla se me puso durísima, pensando que entraba mi tía y se duchaba conmigo, pero eso no paso. Me sequé, me puse una toalla en la cintura y me fui a mi habitación a vestirme. Cuando mi madre me pregunta algo, que no logro entender. Me acerco a la cocina y al verme, mi madre me dice que no hay prisa. Que luego hablamos. Pero me siento y le digo que me cuente.

Me empieza a decir sitios donde han dicho que quieren ir, pero no me dice quien ha dicho cada sitio, así que me toca decidir. Para que no se enfade ninguna por mi decisión, trato de escabullirme diciendo que a mí me da igual. Dicen que de eso nada que tengo que elegir. Mientras pienso, mi tía ni corta ni perezosa, se sienta sobre mis piernas y se enciende un cigarro. La cara de mi madre era de no gustarle lo que hacia mi tía. La verdad que nada más sentarse la polla se me puso dura como una piedra y yo sé que ella lo noto.

Mi madre se contenía hasta que no pudo diciéndole a mi tía… “Lucia, hay muchas sillas para sentarse… seguro que además le molestas a Franchesco” yo rápidamente dije que a mí no me molestaba y Lucia sin cortarse le dijo… “Hermanita, parece mentira que tú digas eso. No hay ninguna silla en este mundo, que tenga una cosa tan dura dándome gusto” mi madre se quedó sin palabras, cogió un cesto de ropa que había e imagino que se lo llevo al cuarto de la plancha.

Lucia se levantó, me hizo poner de pie y se veía mi erección levantando parte de la toalla. En ese momento llego mi madre que nos miró. Entonces yo, para acabar con el tema y que mi madre se quedase tranquila, dije que me iba a vestir, dejándolas nuevamente allí. Pero entre en mi habitación y mi tía detrás, venia cachonda perdida, nos tumbamos en la cama y la puerta se quedó medio cerrada.

Yo estaba ya desnudo tumbado en la cama y Lucia se quitó el vestido, quedándose solo en braguitas, que se las quito rapidísimamente. Nos abrazamos, nos besamos y nos metíamos mano. Tal vez hubo unos segundos que me entraron remordimientos por mi madre, pero una vez que estaba en esa situación y más con una mujer como mi tía Lucia, ya no había marcha atrás.

Yo en la posición que estaba no veía la puerta, pero Lucia sí. Nos pusimos a hacer un 69 perfecto, yo abajo y ella arriba, de vez en cuando ella se levantaba prácticamente, para sentarse sobre mi boca, eso le gustaba mucho, notar mi lengua dentro de su coño, para luego volver a comer mi polla. Sus gemidos eran brutales, eso era una de las cosas buenas con ella, no se cortaba dejaba salir toda su excitación y calentura fuera.

Una de esas veces que se incorporó oigo… “Vamos hermanita, no te quedes sola en la entrada, que también tenemos para ti, no seas tonta, que lo estas deseando…” lógicamente sabía que se dirigía a mi madre, yo seguí comiéndome su coño, esperando notar el acercamiento de mi madre, pero no fue así. Se levanta nuevamente, pero esta vez para correrse en mi boca, note sus espasmos, que placer notar su corrida.

Ahora se levantó y se sentó sobre mi polla, era espectacular ver como se movía, sus ojos de deseo, como se mordía sus labios, ver como se agitaba su respiración y notar como se hinchaban sus tetas. Tocar sus pezones y apretarlos, notaba como se excitaba y cuando le pasaba esto, sin quitarme la mirada de mis ojos, con su mano derecha se tocaba el clítoris, era una mujer espectacular.

Cuando estábamos en lo mejor, note como mi madre se acercaba y como Lucia estiro su mano izquierda atrayéndola hacia ella, para fundirse en un beso. Ahora la mano de mi madre sustituyo a la de Lucia en su coñito, suspirando y gimiendo más aún. Mientras y como pudimos desnudamos a mi madre, quitándose ella sola la ropa interior. Metí mi mano entre sus piernas y estaba muy mojada. Ya se le había quitado la vergüenza, porque sin nadie decirle nada, se sentó sobre mi boca y para mí fue un placer comerle el coño. Para poco después notar como aumentaba mi tía el ritmo y como se corrió ruidosamente.

Quedándose luego como sin fuerzas. Después de un momento se levantó y se tumbó junto a mí, quite a mi madre y le hice ponerse a cuatro patas, ni le pregunté, s la metí en su coñito desde atrás, ella no decía nada, se limitó a moverse, no era como la última vez, estaba como más cortada, pero poco a poco fue desinhibiéndose, hasta el punto que se acercó a Lucia, metiendo su cabeza entre sus piernas y comiéndole el coño con avidez. Lucia le animaba, le decía lo bien que lo hacía y el gusto que le daba, lo que hizo que se lo comiera con mas brío.

Se la saque del todo y se fue a mover, pero Lucia no le dejo quitar su boca de su coñito, yo entonces dirigí mi polla a su culo, costo que entrara al principio, pero luego entro bien. Se notaba que había sido ya muy visitado. Ahora Lucia se quitó para darse la vuelta y quedar las dos haciendo un 69, eso fue el detonante para una fabulosa corrida de los tres, ya que poco tiempo después nos corríamos casi al unísono. Ellas en sus bocas y yo llenándole el culo.

Nos quedamos tumbados sin hablar. El silencio era atronador, hasta que mi madre fue a hablar y mi tía se lo impidió, diciéndole que no le diera más vueltas a la cabeza. Nos besamos los tres y nos vestimos para ir de compras. analperras

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