relatos eroticos variados leidos por alli

Disfrutando del baño, a salir del ataviada con la toalla sobre mi cuerpo
El me comento -- salimos a cenar! Mirándome de arriba abajo
Un cruce de miradas me basto para saber que no había replica
--- claro! Dame tiempo para arreglarme, respondía dejándome caer la toalla
Me paseaba desnuda hasta llegar a la habitación contigua. Una mirada hacia donde te arreglabas, denotaba disposición para una cena intensa como perversa.
Me puse un vestido rojo pasión con cola a juego, con altísimos tacones de aguja. Me maquille con esmero, perfumando mi cuerpo.
Nada más vestirme al salir hacia donde estas esperando, encendía un fuego interno en ti, podía observar con tu mirada “tu deseo más perverso
--- preciosa pequeña, decías al verme tocando mi culo con detenimiento
Yo con voz de gatita juguetona ¿te gusta?
Me encanta! Respondes entre risas (sale el ser perverso, el dominarte
Fuimos a un restaurante, con vistas a un gran jardín, el lugar estaba lleno, comensales en todas las mesas.
Como buen caballero me apartas la silla para que me siente frente a ti, poder verme a los ojos
Nos traen la carta de vinos y sin mirar pides uno al maître, mientras nos acomodamos en una mesa central que tu tenia reservada.
Aparece el maître con el vino, al servir las copas nos comenta ¿si hemos decidido que vamos a tomar?
--- si, por favor el especial de pescado y una ensalada templada para acompañamiento, dijiste tu entregando la carta al maître
No esperamos demasiado hasta que el camarero nos trajo la cena. Todo tenía muy buena pinta; la lubina aderezada con limón
Hablamos bastante mientras cenamos.
Sobre trabajo, sobre cosas sin importancia, anécdotas de la vida cotidiana
La carta de postre. Dice el maître
Tú pides un café solo, me miras sonriendo una tarta de queso con salsa de frambuesa, por favor! Expresas al camarero
Sonriendo te pregunto ¿la compartimos?
--- un poco de dulce, no me importa! Sonrisa socarrona
No sé si la causa fue el vino, pero eran constantes los coqueteos entre nosotros. Un juego de miradas afloraba, nuestros ojos se cruzan mas seguidos.
Mi corazón late fuerte, mordía mis labios. El me mandaba señales de deseo
Antes que me dijeras algo, empecé con los sobeteos bajo la mesa. Mis piernas se entremezclan con las tuyas. Sin vacilar me quito los zapatos y mi pie acaricia tu entrepierna.
Noto un sobresalto. Sonríes
El camarero nos acerca el café y el postre, tú le das las gracias
Yo sonreía y seguía con mi pierna debajo de la mesa.
Podía sentir tu pene endurecerse bajo mi pie
---- creo que es hora de irnos ya! Me miras sonriendo
Con mi pie aumentando el masaje en tu entrepierna, te digo; podemos acabar el café?
--- dije que es hora!
Pides la cuenta y yo mirándote a los ojos era tal el fuego que ardían. Salimos del restaurante, en el coche me besas el cuello.
Me acurruco en tu hombro con mi mano entre tus piernas, alimentando el deseo sexual, era imposible parar ahora
En el recibidor no dejas de besarme, cada vez eran más apasionados, enloquecidos, tu lengua jugaba con la mía .mordías mi lengua, acariciabas con intensidad, húmedos besos que excitan de tal modo que estaba mojada
Mordiéndome los labios el tiro de mí hacia las escaleras, me empotro en la puerta del apartamento, con una mano busca las llaves con otra toca mi cuerpo.
Sus labios besaban mi cuello, podía sentir su respiración acelerada, su miembro palpitaba contra mi trasero
Entramos rápidamente, tus manos apretaban fuerte mis nalgas contra tu cuerpo, seguías besando, mordiendo mientras yo te acariciaba por encima del pantalón tu miembro.
Tú acariciabas mis senos por encima de la tela del vestido.
Bajando tus manos hacia mis piernas, con un leve movimiento tiras de la cremallera cae el vestido, me levantas sobre la mesa del recibidor
Rápidamente te quitas la chaqueta que tiras en una silla con ella cae el cinturón bajando tus pantalones caen al suelo. Besas mu cuello, la boca.
Muerdes y humedeces todo mi cuerpo. Sin más preámbulos sacas tu pene erecto de tus bóxer tirando del tanga a un lado, me atraviesas por completo, tu pene segrega fluidos estas tan excitado que me inundas.
Los gemidos eras intensos
Ahhhh…..ahh…. no paramos de gemir
------ te gusta .quieres más!
Me susurras en mi oigo con gemidos
Mis gemidos de placer fueron la respuesta. Cambiando varias veces la posición, los muebles eras parte del juego, el final fue la cama, la que jugó con el tacto, el gusto sensaciones
El se coloco de rodillas frente a mi culo y con su lengua le introducía hábilmente en mi clítoris lamiendo mis flujos, mis piernas temblaban de placer
Gemía de placer mientras mis manos agarraban las sabanas, mordiendo mi cuello me introdujo su pene hasta al fondo, primero despacio para acelerar hasta un ritmo frenético.
Mordía y besaba mi espalda, mi piel suave sin marcas, era su perdición, con movimientos de caderas, fueros rápidos, jadeábamos cada vez más.
Su respiración era intensa, el en éxtasis soltaba palabras obscenas con cada muerdo marca la piel
Movimientos de locura, con ritmos profundos, haciendo juntar las caderas, sus manos apoyadas en mis nalgas, empujando.
Marcándolas me ardían como el fuego. Como gata en celo ronroneaba hasta estallar en un orgasmo tan exagerado como ruidoso, mis piernas temblaban, el saco el pene y me comenzó a masajear el clítoris con su miembro ascendente y descendente, gritaba de placer
Después de varios minutos nos fundimos otra vez, ambos nos corrimos a la vez, el dentro de mí, dejando sus flujo caliente. Mi cuerpo ardía mis senos rojos, mis nalgas encendidas.
Ambos agitados calmando estos ardores, durante un par de minutos las respiraciones se relajaban me abrazo, mirando a mis ojos en señal de aceptar que esta noche o mejor por ahora la aventura del deseo estaba concluida
Solo de tu boca sale; “no hay ducha pequeña, quiero que duermas con mi olor en tu cuerpo
Ambos rendidos nos dormimos…
(Continuara…
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(Texto escrito: Laura Losas
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