Oliendo el boxer de mi amo

No creo que ninguno de ustedes vaya a rasgarse las vestiduras por leer este relato o estén buscando ningún tipo de literatura pretenciosa .
Como tampoco puede esperarse que habiendo pasado la mayor parte de mi vida en un departamento barato de Stick Harbor, durmiendo entre viejas combinaciónes de satén , sea capaz de grandes trucos en el arte de hablar.

Todo empezó como un juego, hace 9 meses, cuando conocí a Claudio, de 29 años y comenzamos a vernos en nuestra casa . Todo fue muy lento, y por ello se ganó mi confianza plenamente, y ese fue mi error.

Les hablaré ahora de aquel departamento. La casa era del tipo más común en Stick Harbor, con mármol de la isla de Paros en el suelo del portal y terrazo a partir del primer piso. Había que subir... bueno, más bien trepar tres tramos de escaleras hasta nuestro hogar. Elena lo alquiló sin amueblar, y lo decoró con los elementos habituales: tresillo tapizado estilo 1902, un cromo al óleo que representaba a una geishas en un salón de té de de los barrios bajos, plantas artificiales , etc.Vivíamos juntos y en nuestros habituales y compartidos juegos a ella le gustaba decirme que era mi ama .
Así fue que en ese entonces un fin de semana por la tarde Claudio cruzó el umbral de la puerta y nos conocimos.
Me sobresalté con la imagen de un hombrote que me miraba con la expresión de quien ve a un extraño y se pregunta que querrá este.
El tipo me miró con desconfianza.
Era un hombre alto y corpulento. Joven, aunque de edad indescifrable. Llevaba puesto un overol de carpintero con pechera y tiradores sin nada debajo, dejando ver su pecho semidesnudo y sus musculosos brazos.
¡Vaya con el carpinterito!-pensé, y mientras él iniciaba la conversación con Elena , yo no podía dejar de observarlo.
Estaba cubierto de aserrín. Podía casi adivinar el olor de su sudor, producto de duros trabajos.
Era morocho, tenía una barba de tres días, cejas muy anchas y ojos oscuros.
Su pecho amplio era semivelludo, y también era tenue el vello que vestía sus brazos.
Por fin, en el transcurso de la conversación, se ablandó más y me sonrió, mostrando una perfecta hilera de blancos dientes.
Pero no dejaba ni por un momento ese aire de desconfianza hacia mí.
Elena lo invitó a sentarse en nuestro sofá con la excusa de explicarle el trabajo a realizar en la cocina.Entonces me acerqué a su lado. Fue ahí que sentí su aroma a macho. Eso me desconcentró, por lo que me tuve que preguntar repetidas veces qué era lo que estaba explicando.
Yo seguía invadido por ese olor tan excitante.
Me acerqué más a él, sin dejar de tener cuidado de que mis movimientos pasaran desapercibidos.
Yo, a todo asentía tontamente, sin poder sacar mi vista de sus brazos, sus axilas peludas y productoras de semejante aroma, los pezones que asomaban descaradamente de su overol tan amplio, sus manos ásperas y sucias.
¿Así que iba a tener a ese masculino semental en mi propia casa?. Me excité con esa posibilidad.
En ese momento intervino Elena : -No hay problema esperaré lo que sea necesario. Me han dicho que usted es un carpintero excelente y me gustaría mucho que hiciera este trabajo.
Ese comentario dibujó una sonrisa en su cara e hizo que se sintiera halagado.
Noté como se sonrojaba levemente, comprendiendo que no debería recibir frecuentemente tales elogios.
Se despedieron con un fuerte y prolongado abrazo , tal fue el entusiasmo de su saludo.
A la semana siguiente y en el día convenido me dediqué a esperar al carpintero.
Cuando sonó el timbre habían pasado veinte minutos del horario estipulado. Por lo que cuando Elena le abrió la puerta noté que estaba un poco avergonzado por su tardanza.
Enseguida se disculpó.
Me pareció un gesto muy amable y considerado viniendo de alguien que no nos conocía con anterioridad.

Cuando entramos a la cocina, él sacó el metro de su caja de herramientas.
Llevaba puesto el mismo overol de la vez pasada. Se subió a un banco para tomar las medidas alrededor de una saliente en el extremo de la pared, cerca del ángulo del techo.Al hacerlo subió sus brazos y me expuso sus axilas velludas.
Yo, que observaba todo, no iba a perderme un segundo de ese espectáculo.Desde abajo, ese hombretón era como una escultura griega.
No pude evitar mirar su entrepierna. Llevaba allí un considerable paquete que le abultaba la rústica bragueta. Sus piernas eran fuertes y los muslos tan anchos, que el pantalón se ajustaba ceñidamente a su musculatura.
Yo estaba apoyado sobre el filo de una columna, muy próximo a donde estaba trabajando.
En un momento, al tener que tomar unas medidas por casi sobre mi cabeza, puso el banco de trabajo casi enfrente de mí y se subió. Eso fue increíble, pues
de pronto mi nariz quedó a escasos metros de su paquete.
Entonces hacia mí vino otro aroma. Nuevo. Que no había sentido aquel día.
Venía directamente de sus genitales. Era olor a bolas. Olor a macho. Mezcla de sudor, de jugos varoniles y de cierta suciedad de horas de duro
trabajo. Una mixtura tremendamente inquietante.
De repente,coincidiendo con la entrada de Elena , el carpintero bajó rápidamente del banco.

-¡Listo!.

-¿Listo?, dijo Elena.

-Sí, señora. Dentro de tres días vendré a armarle el mueble.
¿Está bien?

-Entonces, ahora: ¿listo?

-Si, señora.

-De acuerdo ,dijo, guardando el metro y cerrando la caja de
herramientas cualquier cosa, nos llamamos.

--Calor, ¿no? , dijo Elena, como si no fuera obvio eso.

-Si, señora, pero no se preocupe, estoy acostumbrado y no me molesta para nada en mi trabajo.

-No sé como hace, sinceramente. Si hasta a mí, que lo veo trabajar, me ha dado un calor insoportable ( en eso no mentía la turra, claro.)

-¿Quiere agua?

-Si no es mucha molestia…

-Por favor… de ninguna manera. Enseguida se la traigo.

Estuvieron comentando un rato como iba avanzando el armado del
mueble, tema que para mí, ya había pasado a segundo plano. Al hacerlo Elena miró ya
sin tanto disimulo su torso, sus brazos, observando cada movimiento. Mientras,
se acomodaba el sostén, jugando su cabellera.

Y entonces me pareció notar que algo de esto lo turbaba.
Claro que no podía estar seguro.

-Antes de seguir, ¿no quiere refrescarse un poco en el baño?

La proposición cambió de pronto su rostro, en una mezcla de
sorpresa y alivio.

-¡Sí, gracias!, es usted muy amable.

-Pase por acá, por favor. Y siéntase como en su casa.

Le abrió la puerta del baño, pero no tuvo más remedio que dejarlo solo, porque quedarse ahí para mirar como se refrescaba con el agua fría
del lavabo, hubiera sido demasiado evidente.

Cuando pasé cerca de la escalera, vi allí la toalla.

Asegurándome que no era visto me acerqué unos pasos y la toqué con mi cara, aspirando fuertemente.

¡Sí!, era su olor. Era ese perfume de macho que me había desconcentrado el primer día.

-¡Perdón! ¿Sería tan amable de alcanzarme la toalla?

Sobresaltado por su inesperada voz me volví sobre mis pasos, ya iba a desaparecer, pero ante lo que veía me quedé absolutamente mudo.

El carpintero había salido del baño ¡en calzoncillos!. Era un bóxer marrón de tela muy ligera con una abertura por delante sin botones. El
bulto seguía allí, pero ahora más evidente.
Estaba chorreando agua.
El pelo en desorden y completamente empapado. Las gotas resbalaban por todo su cuerpo y la tela de su calzoncillo también estaba medio
mojada. De sus axilas chorreaba agua, peinando sus matas de pelos.
Estaba descalzo. Y me miraba muy fijamente.
Elena se ocupó de alcanzarle la toalla y se concentró en su bulto.
Era indudable.
Estaba experimentando el comienzo de una erección.
Se acomodaba el bóxer, intentaba acomodarse la pija,intentaba bajar lo que inexorablemente quería subir, pero, cada toque ahí, empeoraba la situación.
Pero ya nunca pudo hacerlo.
Entonces su bragueta se abrió, empujada por la presión, y su verga salió disparada al exterior. Estaba dura a más no poder.
Con la toalla en sus manos, fue enjugando el sudor que le caía por el cuello, por la cara y la frente.
Pude advertir como ese hombre libraba en su interior una especie de batalla. Y era evidente que la estaba perdiendo.
Entonces él abrió los ojos, la miró apasionadamente y agarrando la toalla la apartó, tirándola al suelo.

Elena le tomó la cara con una mano, le acarició levemente la mejilla con su dedo pulgar y bajó.
Empezó a bombearlo con sus labios, recorriendo y ensalivando toda la extensión de su sexo. Lamió sus bolas, que de tan grandes que eran tardó
bastante para empaparlas totalmente con su saliva.
El carpintero estaba en la gloria.
Gemía y casi gritaba excitadísimo. Veía su pija corcovear en el interior de su boca, como si fuera a explotar en cualquier momento. .

No pudiendo resistir, el carpintero cayó al piso abrazando a Elena .Su lengua entró y salió de su boca para seguir lamiendo su cuello.
Del cuello bajó ,sorbió y degustó ahí su vello y volvió a subir para mordisquear uno a uno sus enhiestos pezones.Se arquearon de placer y gimieron incontroladamente.
Pronto mi ama se había engullido su pija en toda su extensión.
Yo no atinaba a decir nada, estaba atónito. Seguí toda la escena mudo y con los ojos abiertos de la sorpresa ¿Tanto me había equivocado?
¿No debía interpretar esa furiosa erección como una invitación?
Así pasaron los días de " arreglos en la cocina ".
Un día Elena estaba poniendo uno de sus calzoncillos en la lavadora . Me sonreí. No sé por qué me lo llevé a la nariz, por curiosidad supongo. Olían bastante a bolas sudadas y un poco a culo. Pero por encima de esto un perfume a sexo muy rico. Parecido al mío. No me dio asco, al contrario, me gustó. Desde entonces cada vez que Elena ponía en la lavadora alguno se los huelo uno por uno.
Hoy tomé yo la iniciativa ..... sin decir nada me senté a su lado en el sofá donde estaba mirando televisión mientras esperábamos a Elena .
No pude evitar mirar su entrepierna .Nuevamente vino hacia mí otro vez ese aroma.
Por un momento me distraje, mirando algo por la ventana.
Cuando volví la vista a mi carpintero, éste comenzó a acariciarme.En ese momento nuestras miradas se cruzaron y me sentí descubierto.
Sus caricias poseían una extraña cualidad. Unas veces eran suaves y evanescentes, otras, fieras, como las caricias que Elena había esperado cuando sus ojos se fijaron en ella; caricias de animal salvaje. Había algo de animal en sus manos .Pero, sin decir una palabra, yo disimulé un poco volviendo mi vista hacia la ventana .
Nuevamente giró hacia mí, para continuar con sus caricias .
Se escuchó entonces como Elena sacaba las llaves y entraba .Caminó unos metros por entre los distintos tamaños de sillas y muebles y se dirigió a nosotros como si todo el tiempo del universo se hubiera condensado en ese instante :
_ Claudio ....... el perro en la cocina , ya !
_ Max ......

Bueno .... debo reconocer que al menos me dejaron las viejas prendas de satén como parte del " mobiliario " en el canasto de mimbre convertido en mi cucha.
Desde acá los estantes que colocó se aprecian bárbaro , lástima el color.
Ojalá dejen la estufa prendida esta noche porque entra un chiflete por la hendidura de la puerta del lavadero ....




QUERIDOS PROTAGONISTAS GRACIAS POR COMPARTIR !! AND REMEMBER ..... CUÁNTO CUESTA UNA ALEGRÍA ? JAJAJAAAAA !!!

Oliendo el boxer de mi amo

AUSPICIO ESTE POST :


macho

10 comentarios - Oliendo el boxer de mi amo

PirataRey +1
Reconoceríais el bóxer de tu amo en un desafío de bóxer con muchos bóxer con olor a bolitas?
elledany
Yo que sé .... no tengo perro , jajajaaaa !! Gracias capo por compartir !
angieyruben +1
Y bueno vaya a saber uno lo que sentía el pichicho !!! jajaja

Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!

bolas
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
elledany
Cuidado cuando se tiene mascotas , jajajaaaa !!
Pervberto +1
Vida de perro...
elledany
El solo hace lo que sabe hacer ......
( Sldos. )
pepito_47 +1
Jajajajajaja !!!!

Oliendo el boxer de mi amo
elledany
@pepito_47 dale ....
Lady_GodivaII +1
Ya se lo estoy leyendo en voz alta a mi perra (que bastante disfruta olisquear impudicias)
elledany +1
Gracias .... mmmmh , usted me inspira , quizàs hasta haya una segunda parte ....
Lady_GodivaII +1
@elledany jajaja la esperamos!
elledany +1
@Lady_GodivaII
Ya verà ...
InvisibleT +1
Muy bueno!! nunca una alegria al perro!
elledany
fijesè si no .... lo dejò entrar y mire dònde terminò , jajajaaaaaa !! Gracias capo !
luismiguelito78 +1
POST RECOMENDADOmacho

Muu bueno Amigo!!! perro feliz vida feliz 😀 😀 😀

ella+10 para VOS
elledany
Jajajaaaaaa !! Cuidado con las mascotas !! Un abrazo !