Una noche candente

Soy una mujer a la que le encanta el sexo con desconocidos, donde vivía hay un parque muy grande en el cual suelo correr al anochecer. Iba corriendo por un camino rodeado de árboles, a esas horas suelo estar sola, pero no me da miedo, muy de vez en cuando se cruzaba otro corredor en dirección contraria, al adentrarme un poco mas, oía unos ruidos que no podía identificar, así que seguí el sonido para saber que era, cada paso que daba, me iban pareciendo como chillidos, no los relacionaba con ningún animal, al poco me parecían como gemidos y al minuto, al pasar un árbol grande vi lo que mis ojos no creían.
Era un hombre con un cuerpo musculado, estaba desnudo y a sus pies una mujer chupándole una verga inmensa que no le entraba entera en la boca, la escena me calentó pero tenía miedo de ser descubierta e invadir la privacidad (quien nunca cogió en un lugar público con su pareja?) me fui a mi casa.
Seré sincera: llegué a mi casa y lo que más deseaba era estar en mi habitación ya sea garchando con algún macho, o dándome dedo en la soledad de mi cama. Mmmm mi entrepierna estaba mojándose cada vez mas… pero veía egoista terminar mi noche masturbandome.
Yo en ese entonces llevaba dos meses de novia con un chico llamado Nicolás, me bañé, me producí y salí para su casa, le estuve llamando a su celular, pero no me contestó. entonces me fuí con la idea de encontrarlo en su casa. Fui a su casa y no lo encontré.
Ya eran las 23 hs y no tenía trasporte para ir a mi casa, por lo que fui al centro en busca de alguna remisería.
Estaba cerca de un parador de camioneros por lo que me decidí a ir al baño, ya que me urgía. El sitio estaba lleno de camioneros que hacían parada, muchos de ellos al verme me decían cosas, bien piropos o vulgaridades pero yo no les hacía caso....Me dirigí a los baños pero estaban cerrados por falta de agua, estaba totalmente enojada con el pelotudo de mi novio, yo quería verlo, sacarme la calentura y mis planes estaban en un lugar apestado de camioneros y con ganas de mear y coger. Por lo pronto necesitaba orinar, ufff. Un gordo camionero se percató de mi necesidad inminente de ir al baño, así que con cierta malicia se me aproximó:

-Hola nena, qué.... ¿urgida de hacer pis?

-Ay sí señor, y los baños cerrados.

-Bueno, sé que para ustedes las damas no es fácil como para nosotros eso de orinar en cualquier lado, pero si tanta es tu urgencia podrías dirigirte a los matorrales por allá y allí descargarte jeje.

-Bah, cómo si fuera tan fácil.... Qué tal que alguien me vea ir hacia allá y se aproxime, eh?

-No te hagas problema con eso mi amor, yo puedo escoltarte y asegurarme que nadie te vea....

-¡Noo! No lo conozco, ¿y si resulta usted ser un violador?

-Ay señorita, si usted grita la oirán por aca y no me arriesgaría a meterme en problemas.

-Bueno ¡No aguantoo, me orinooo!

-Jaja entonces no lo pienses más, ¡vamos hasta esos matorrales!

Tenía cierta desconfianza pero las ganas me reventaban, así que acepté que el tipo me acompañase y fui hasta el sitio que me señaló donde sudando y ya con dolor por las ganas inmensas de hacer pis, le dije al camionero:

-Bien, dese vuelta por favor.... Me muero de ganas de orinaar, ¡aayyy!

-Okey, jaja orine tranquila señorita....

Subí mi minifalda y me baje mi tanga finita, me agaché y uufff, vaya que alivio mi Diossss.

El señor camionero, volteado sin verme, decidió sacar su pene y orinar ahi también en dirección opuesta. Pude notar un pedazo de su pija y el largo chorro que echaba, yo logré finalizar la desahogada, me puse de pie y me vestí. Pero la curiosidad y mi calentura hicieron que me interese por ver más de aquel camionero que, sin tapujo, tenía su manguera afuera, quizás con la idea morbosa de que yo se la viese, eso produce excitación en muchos hombres. De tal manera que, siguiéndole el juego, me pongo a un costado suyo y le preguntó:

-Vaya, usted también estaba con tanque lleno no?

-Si jeje adonde va usted?

-Voy para Olivos, estaba buscando una remiseria

-No hay remiserias por aquí, quieres que te lleve - subiendose el cierre y mirándome

-Bueno, si no le es mucha molestia.

-Claro que no - el camión azul es el mio

Nos dirigimos y al abrirme la puerta, grande fue mi sorpresa percatarme que estaba acompañado, por un macho mas joven, pero muy grande y musculoso, me senté, previa la presentación, el camionero Rodolfo y su compañero Jorge. Me invita a pasarme a atrás a la cucheta que tenía el camión en donde estaba Jorge echandose una siestita. Me senté al borde de la cama y comenzamos a charlar, me pregunto de mi novio, de mi facultad. Rodolfo seguía conduciendo y Jorge comenzó a toquetearme y a calentarme, a los pocos minutos estaba tranzando con él y tenía dos dedos adentro, en eso se paró y me pidió que le chupara la pija.

Yo estaba super mojada, al instante asomó su verga gruesa y bien parada. Tenía circuncisión y se veía preciosa. La tomé en mi mano para sacudirla un poco. Le di un besito, aspirando por un instante su intenso olor a macho y me tiré al catre quitándome la faldita y mi tanga rápidamente. Le tendí mis brazos urgiéndolo a que me penetrara de una vez.

Sonriendo, Jorge se acomodó encima de mí. Me tomó de los tobillos recogiendo mis piernas en sus hombros para penetrarme poco a poco, firme y deliciosamente. No era para nada la verga más grande que me había penetrado, pero su grosor y firmeza la hacían deliciosa.

Cuando me ensartó por completo, se tendió sobre mí apoyándose diestramente en sus codos y rodillas para no incomodarme y empezó a moverse, mamando mis tetas a cada embestida y haciéndome retorcer de placer. Era tan delicioso... Jorge aflojó su ritmo sólo un momento para decirme que cerrara las piernas por dentro de las suyas. Un poco extrañada, lo hice, y entonces empezó a embestirme de manera dura y poderosa. Sin importarme su peso, lo abracé y lo apreté contra mí con todas mis fuerzas y él se lanzó con más fuerza aún.

- ¿Te han dado alguna vez por esta colita tan preciosa?

Asentí, pues ya no era virgen por ninguno de mis orificios y de verdad disfruto del sexo anal. Hasta ese momento todavía no lo había pensado, pero la idea de que este chico me cogiera por el culo me puso bien caliente, así que le pregunté si tenía ganas de metérmela por ahí.

- ¡Como no, sería un placer, preciosa! N

Me puse en el catre a cuatro patas, descansando mi cabeza en las almohadas de manera que mi colita resaltara más, pues sabía que eso lo enloquecería de deseo. Jorge no se apresuró, sino que empezó a besarme y morderme primero las nalgas, bajando la conchita para morderla muy suavemente, lo que me hizo gritar de placer.

Me la empezó a pasear por el canal del culo, presionando por el agujero y bajando hasta que lo situó en la entrada de mi raja. A cada roce de esa verga yo saltaba de placer. Entonces, sin avisar, me la metió completa en la concha, embistiéndome rápidamente, para luego pasar a un ritmo más profundo y pausado. Entonces una humedad sobre el agujerito de mi culo, y me di cuenta de que estaba empezando a lubricarme. Muy pronto uno de sus dedos empezó a tomar camino abriéndome el ojete. Ese doble placer me tenía en las nubes, ya que yo nunca he tenido problemas para aflojar mi colita. Cuando él se dio cuenta, me sacó la verga de la concha y me avisó que iba a empezar a encularme, así que puse mi ano muy flojito y sentí cómo me lo iba metiendo lentamente, con mucho cuidado. ¡Ay, de veras que lo gocé desde la introducción!

Hacía ya un tiempo que no recibía una verga por mi culito y estaba decidida a disfrutarla al máximo. Al fin, sus pelos me acariciaron el contorno del ojete y mi amante comenzó a moverse lentamente. Al principio me dolió un poquito, porque nunca me habían metido una tan gruesa. Pero el lubricante hizo su efecto y muy pronto el dolorcito se convirtió en placer. Jorge me agarraba las tetas y me mordía la espalda mientras me cogía cada vez con más fuerza.

Me sentía loca, y el acabose vino cuando comenzó a sacar su verga completamente y a meterla también completita varias veces. Sentía claramente como se abría mi culito a cada metida. ¡Era tan delicioso que sentí que me venía! Jorge me empezó a culear con más fuerza hasta que comenzó a venirse, apretando mis tetas con fuerza y dejando mi ano lleno de su leche calientita y pegajosa. ¡Nada más de acordarme me pongo cachonda!. Jorge comenzó a pajearse para pararla de nuevo y me pidió que me sentara sobre su verga nuevamente.

Esta situación fue muy placentera, Rodolfo nos llevaba en su camión a Olivos mientras yo sentía la pija de Jorge adentro de mi cola , sentada en ella, entrando y saliendo y ver a Rodolfo manejado el camion mientras era penetrada por su amigo, llegó a un lugar que no reconocí y estaciono al costado del camino y cerro las cortinas puso música y comenzó a chuparme las tetas, me sente en la pija de Rodolfo y comencé a cabalgar mientras tenia la pija de Jorge en mi boca era cojida por los dos , algo que siempre fantasee, acabamos juntos y senti la pija en mi boca como me largaba toda la leche. Mientras Rodolfo y Jorge me pasaban sus pijas por mi boca, haciéndome atragantar con ella, saliendo y entrando hasta que me llenaron la cara por chorros de leche.

Me dejaron cerca de mi casa y me tomé un remis para llegar al mismo, al llegar mi sorpresa fue grande al ver a mi novio acostado dormitando en mi cama. Llegué, me bañé y me acoste a su lado.

5 comentarios - Una noche candente

tabi2771 -1
Tremendaaaaaaaaaaaaaa
10 ++++++++++++++++++++++
juanjuan89
Como me encantaría conocerte linda
exiliado39
m que lindo y caliente nena +3