Adictas al Cholo...



-No podés meterte con el Cholo, no es un tipo para..., para una relación- le digo a Claudia en el mismo bar de siempre, en donde unos pocos días antes la había instigado a romper la monotonía de su matrimonio y probar las delicias de la infidelidad.
Ahora me arrepentía de haberle nombrado siquiera al Cholo.
El tipo cumplió su cometido, sí, y con creces, le destapó todas las cañerias y le hizo tener unos orgasmos que jamás hubiera tenido con el ineficaz de su marido, pero la boluda se había enamorado. O decía estarlo. Para mí solo era calentura, porque no te podés enamorar del Cholo, el Cholo es para coger, no para jugar a los noviecitos. Pero ahí estaba, hablándome de pajaritos y mariposas multicolores.
Para colmo de males, había empezado a cuestionar la validez de su matrimonio.
-No puedo estar al lado de un hombre que no me mueve ni un pelo- me decía en tono grave y fatalista.
En eso tenía razón, si no querés a alguien no tiene sentido permanecer a su lado, pero cambiar a su marido por el Cholo no me parecía la mejor alternativa.
-No estarás pensando en separarte vos, ¿no?- le pregunté aunque intuía su respuesta.
No me dijo ni que sí ni que no, pero su gesto lo decía todo.
Ya para entonces había empezado a frecuentar mas seguido al Cholo, ella sola, ya que no quería que la acompañara. Incluso faltaba a la oficina para estar con él.
-No hagás nada de lo que te puedas arrepentir, si querés andá y coge con el Cholo todas las veces que quieras, pero en secreto, que no se entere nadie, y no faltes al laburo por echarte un polvo, podés echártelo tranquilamente después de la oficina. Solo tenés que coordinar bien tus tiempos y buscar excusas creíbles- trate de aconsejarla, de que tuviera al Cholo como amante, sí, como un "amigarch" para esos momentos de zozobra. Pero que no se le ocurriera tener con él algo mas que un polvo porque iba a terminar decepcionada.
-¿Como lo hacés?- me pregunta entonces, mirándome como con reproche.
-¿Como hago qué?- replico sin entender.
-Para ponerle los cuernos a tu marido y no sentirte culpable, porque yo te juro que no puedo- me dice, escupiendo con cada palabra la culpa que viene cargando en su espalda desde que empezó a verse con el Cholo o, para ser mas justa, desde que decidió contarme sus pesares aquel mediodía en la plaza.
Intenté justificarme, decir algo que me absolviera, pero solo se me ocurría una sola cosa: "Me gusta coger". Por suerte no esperó mi respuesta.
-Me dijiste que amás a tu marido, yo te aseguro que no amo al mío y sin embargo no puedo mirarlo a la cara, ni siquiera puedo estar con mis hijos sin sentirme..., sucia, repulsiva-
-Olvidate entonces del Cholo- le digo casi como una súplica.
-No puedo, lo intenté pero..., salgo de mi casa para la Compañía, y no sé como termino en San Justo- expresa resignada.
Sé a lo que se refiere, el Cholo puede llegar a ser adictivo, lo fue para mí al principio, cuando le insistía a mi marido para que pasáramos los fines de semana en lo de mis viejos. Nunca había sido muy amiga de los deportes, pero esos días salía a correr y, como a Claudia, las piernas (o la concha) me llevaban hasta la puerta de la casa del Cholo.
Pero lo que mas me preocupaba de esa relación no era lo tóxica que podía llegar a ser para con los sentimientos de mi amiga, sino que el Cholo tenía (tiene) la bendita costumbre de compartir mujeres con sus amigos. Legendarias son las orgías que se arman en esa casa, de las que yo solo había oído hablar, ya que no había participado en ninguna. Conmigo el Cholo siempre hacía una excepción, incluso una vez había escuchado cierta conversación que tuvo con uno de sus secuaces. Fue al poco tiempo de empezar a vernos. Estaban hablando en la sala, tramando no sé que cosa, cuando paso frente a ellos en bombacha y con las tetas a punto de explotar. Nos acabábamos de echar un polvo y me habían dado ganas de ir al baño. Todavía no quería vestirme ya que esperaba una segunda vuelta para cuando el amigo se fuera, así que me puse la tanga y una musculosa suya que, sin darme cuenta, me comprimía las gomas provocando que saliera carne por todos lados.
-¿Che y para cuando nos enfiestamos a la Mary?- escucho que le pregunta el amigo.
-No, la Mary es mía, es mi putita, ¿vos la compartirías?- le dice el Cholo.
El otro me mira caminar hacia el baño y finalmente coincide:
-No, la verdad que no, aunque no sabés las ganas que le tengo, ¡está terrible!-
-Por eso me la garcho yo solito- asiente el Cholo mirándome de esa forma que tanto me incita.
Siempre fui especial para él, por eso me decidí a hablarle, de Claudia, de su familia, de lo que estaba sintiendo. Sabía que si le daba a elegir, o ella o yo, no lo pensaría demasiado.
-Lo que yo quería era que la pasara bien, que disfrutara, no que deje su familia, su trabajo por una pija- le digo preocupada, casi al borde del llanto.
-¡Pero que pija, ¿no?!- aunque quiero mostrarme seria y agobiada me hace reír.
-Te estoy hablando en serio Cholo- le recrimino.
-¿Que querés que haga? ¿Que la patee?- me pregunta entendiendo ya de que va mi llamada.
-Eso mismo, pero nada traumático- le aclaro -Solo decile que ya no la querés ver mas, yo después me ocupo-
-¿Y quién me va a pagar los polvos que ella no me dé?- pregunta sabiendo ya la respuesta.
-¿Y quién mas?- le digo, refiriéndome a mí misma como garante del favor que le estoy pidiendo.
-Ok, pero esta vez quiero pedirte algo especial...-
Lo primero que pensé fue que me iba a pedir que me encamara con todos sus amigos, que fuera a una de sus orgías y participara de ella como carne de cañón. Pero no, su petición fue mucho mas simple.
Para ello tuve que convencer a mi marido de ir a pasar el fin de semana a San Justo. Le hinché las bolas toda la semana, pero al final aceptó pese a todo el trabajo atrasado que tenía en la oficina.
El sábado lo pasamos en familia, pero el domingo, acorde a lo pactado, me levanto bien temprano, dejo a mi marido y a mi hijo dormidos en el que fuera mi cuarto de soltera y salgo a correr. Calza, top, la música de la Quinta Estación (Me muero por besarte), una botellita de agua y un único objetivo en mente, la cama del Cholo.
Como habíamos quedado, ya me estaba esperando en la puerta de su casa, con un mate en la mano.
Me detengo enfrente suyo, mirándolo incitante, y abriendo la botella me derramo el agua sobre el top. Mis pezones se traslucen enseguida, duros, erectos, calientes. El Cholo me mira como un perro alzado, apretándose el bulto de la entrepierna.
Entro a su casa, ese antro de perdición, sin decir nada, solo mirándolo. Dicen que a veces una mirada es mucho mas elocuente que cualquier palabra. La mía en ese momento mas que palabra, era un grito de deseo.
Al pasar por su lado me acaricia el culo, y me da una palmadita arrancándome un gritito. Cierra de un portazo, deja el mate no sé donde y me agarra de atrás, apoyando toda su masculinidad entre mis nalgas. Lleva sus manos por delante de mi cuerpo y me agarra las tetas, me las aprieta y amasa, como si quisiera darles una nueva forma. Ya puedo oler su calentura, supongo que será la testosterona, las endorfinas, no sé, pero ese olor me puede, me desata. Me doy la vuelta y colgándome de su cuello le como la boca. Nuestras lenguas celebran el reencuentro enroscándose, reconociéndose, saboreándose.
Sin dejar de besarme, me carga en sus brazos y me lleva a su cuarto, a su cama, a ese ineludible destino que tenemos en común.
Nos besamos, nos chuponeamos, nos devoramos, le chupo la pija, él me chupa la concha. Me pongo en cuatro, ansiosa por sentir su empuje en mi interior, y me ofrezco toda abierta y mojada. Por los muslos me chorrean las ganas, esa irrefrenable ansía que se exacerba cuando estoy con él. Me la mete y me coge a su ritmo, golpeando su vientre contra mis nalgas cada vez que se pierde en el fondo de mi intimidad. CHAS-CHAS-CHAS..., el sonido de la Gloria mas pura y excelsa.
Claudia dice que se siente culpable después de estar con él, que se siente sucia y repulsiva... ¿Como puede alguien sentirse así por disfrutar tanto? Sorry, pero no me siento una hija de puta después de estar con otro hombre. Quizás sea yo la que esté mal, la que no tiene sentimientos, y por eso hago de la infidelidad un culto, porque soy incapaz de sentir. Pero amo a mi marido, amo a mi hijo, y aunque haya vuelto de estar en un telo con otro tipo, no les rehuyo la mirada. Creo que hay un solo diagnóstico para lo mío: PUTEZ. Soy puta, muy puta, me gusta serlo y no tengo prejuicios ni pruritos en reivindicar a cada paso mi condición. Y eso el Cholo lo sabe muy bien.
-Sos muy puta Mary, ¡como te gusta la pija!- me dice mientras me coge a pelo, ya que entre nosotros hace tiempo que no usamos preservativo.
Me gusta sentir su carne desnuda y resbaladiza, dura y caliente, vibrante y maciza... Me gusta ser su puta, que haga conmigo lo que quiera, lo que sus bajos instintos le pidan..., y le piden varias cosas, jaja.
En cuatro el Cholo me transporta a otro Universo, a una Galaxia muy, muy lejana, mas allá de toda razón y entendimiento. Cada pijazo retumba en mi interior, fuerte, conciso, apabullante.
Mientras me coge con ese ritmo demoledor que es su marca registrada, me mete un dedo en el culo y le da vueltas, allanando el territorio para su pronta intrusión. Entonces me la saca de la concha, y me la manda por detrás, partiéndome al medio con esa suficiencia que no conoce límites ni oposición.
Aunque lo tengo bien roto y transitado, siempre duele cuando me culean, y me gusta que así sea, sentir la presión y el empuje, ese escozor inicial, el estiramiento, la dilatación. Sentir que me está rajando el orto y no hay nada que lo detenga.
La verga ya está mojada con los fluídos de mi concha y su propia leche, por lo cual resbala con cierta comodidad por entre mis esfínteres.
Cuando la tengo toda adentro, me la deja un rato ahí guardada, amoldándose a esa cavidad que conoce tan bien.
De a poco comienzo a sentir la fricción, el delicioso mete y saca, el predominio de su carne sobre mi carne. Pellizco las sábanas y empiezo a gemir en una forma grave y gutural, sintiendo que con cada pijazo me entierra los intestinos mas adentro. Entra y sale en toda su longitud, calzándomela hasta los pelos, haciéndome vibrar a puro ensarte.
Las culeadas del Cholo resultan gloriosas, memorables, impactantes. No sé que tiene su pija pero esta hecha para romper culos, para perforar esfínteres, para abrirte el cuerpo en dos y hacerte sentir que el mundo puede ser un lugar mejor siempre que un hombre pueda poseerte de esa manera. Porque de eso se trata, de posesión, del predominio de su sexo por sobre el mío, de ser suya en la forma mas completa y absoluta. Y me gusta sentirme así, sometida, sumisa, doblegada ante su virilidad.
Así debe sentirse Claudia, después de tantos años de aguantarse las ganas y de creerrse frígida. Por primera vez se siente viva y dueña de su cuerpo, capaz de gozar y entregarse en una forma que no creía posible. Reconozco que se trata de una guachada alejarla de todo eso, pero lo hago por su bien y el de su familia. Lo mío es un sacrificio en aras del bienestar fìsico y emocional de una amiga..., jaja, ni yo me lo creo. Si estoy ahí culeando con el Cholo es porque me gusta, y porque soy tan adicta a su pija como ella. La única diferencia es que yo si se como manejar esa adicción.
De nuevo me agarra de la cintura y vuelve a hundirse en mí hasta los huevos, con una mano me sujeta de la cintura y con la otra me refriega el clítoris al ritmo con que me embiste desde atrás. Me hace acabar casi enseguida, entre gritos de agonía y placer. Le mojo la sábana con mi acabada mientras él sigue un poco mas, serruchándome como si de verdad quisiera partirme al medio, porque eso es lo que hace, me parte como a un queso. Entre rugidos roncos y guturales me acaba adentro, llenándome el culo de leche tibia, espesa y regocijante. Me deshago en una pléyade de emocionados suspiros, sintiendo como el semen se escurre por entre mis muslos, marcándome con su efusividad.
Vuelvo a casa de mis viejos con el culo todavía abierto y pulsante. Voy al baño y antes de ducharme me pego un bidetazo, soltando hasta el último resto de esperma que me haya quedado adentro. Me visto y me uno a la mateada que se armó en la cocina. El Ro me pide upa, así que lo levanto y lo siento en mis piernas, mientras cuento mi corrida de la mañana. Debo improvisar casi todo, porque en el único lugar en donde corrí, o mejor dicho, "me corrí", fue en la cama del Cholo.
¡De lo que soy capaz por una amiga...!

25 comentarios - Adictas al Cholo...

Pervberto
Bello relato de una adicción al placer, como la que producís por leerte.
wilson_2010
Todas las veces que leo tus relatos termino con la verga dura,
lucasmdq84
excelente relato!! bien morboso con historias de infidelidades!
dantraloco
Es lo malo de algunas y algunos, que confunden el sexo con amor jajajaj
Van 9 puntos
Elpndjomacho
excelente @maritainfiel creo que uno de los mejores que te leí, excelente manejo de tiempos, expresiones y giros espectaculares!!! te dejo +10, sale reco y a favoritos gracias por compartir
alejomv88
Muy bueno, van puntos............
Tiroloco63
Siempre muy buena os... afortunado Cholo
avispa257
Eso se llama amistad, ojal te cruce algun dia pagando algun favor 😉
HIFI
Que calentura por favor, que afortunado ese cholo, ja a mi me pasa algo diferente con mi jermu, la amo pero ella con sus 40 y yo 37 la verdad soy como un pibe de 20 , quiero coger todos los días y ella asexuada, la verdad a veces no se q hacer si buscar algo como vos o bien dejar pasar los días, dejo ptos y gracias
perroandante
muy buena la historia y sacrificador lo tuyo por tu amiga
voyeur18
QUE PERRITA ME GUSTARIA GARCHARTE MARITA
josemma
+10 como me encantan tus relatos me calientan putita
kellcito
cada vez que te leo, me dejas con la pija dura... a ver cuando te haces cargo de eso
suaveplatense
Q buea amiga! Es eso o kiedo a q te robe al cholo?
Desert-Foxxx
Para cuando le encajas al cornudo un hijo del cholo?
Desert-Foxxx
Para cuando le encajas al cornudo un hijo del cholo?
borracho_tuerto
"Soy puta, muy puta, y me gusta serlo...y el Cholo lo sabe"
Esta es toda una declaración de principios tuyos linda, y el Cholo se ve muy beneficiado con eso, jajaja, pero en esa putez de que tu hablas, tiene mucho que ver como el Cholo te trata en la cama, o en el sexo mejor dicho, te dá todo lo que tu quieres y te hace sentir esa puta que tu quieres ser para el, y es lo que hace que tu seas adicta a su pija y no a la de otro de tus "garche-amigos", eso confirma lo que siempre he pensado, un hombre que hace feliz y tiene satisfecha en el sexo a una hembra, realmente la convierte en SU putita para toda la vida, aunque no sea su esposa...jajaja"
Excelente relato como siempre linda, me dejaste con los nervios de punta, y la verga durisima querida...jajaja GRACIAS y FELICITACIONES preciosa!!
Y como siempre te digo, quedo anhelante a la espera de tu próximo relato, porque me encantan y me he echo adicto también a ellos querida...jajaja...Besos!! +10


Adictas al Cholo...
borracho_tuerto
putita
Un brindis por tu CUMPLEAÑOS querida Mary, espero que lo disfrutes al máximo junto a tus seres amados...MUCHAS FELICIDADES!!
Y gracias por tus tremendos y muy cachondos aportes literarios, de los que como te he dicho, me he hecho muy, muy adicto...jajaja. Un gran y fraterno abrazo linda!!
💋

cuernos
entrevistador21
tal vez tendrían que presentarle otro macho a Claudia así también coge por placer
TTATO10 +1
Para cuando fotos tuyas? Lindo relato
nazaynacho
Excelente relato marita 🍸🍸🙋🙌🙌
Adri83mdq
Buen relato, que rica putita sos!!
reydemonio1
Estuvo muy bueno no te preocupa que un dia tu marido le cuenten que le eres infiel y que el hijo que piensa es de el no es de el y que te hayan grabado o tomado foto y grabado tu voz mientras dices todo eso ?
fatigacronica
Con muchas ganas de que haya una versión paralela donde Clau sigue viendose con el Cholo y el la enfiesta con todos sus amigos y vos estas ahi para verlo todo pero vos solo estas con el Cholo😍