La historia de mi vida sexual 5

- ¿Qué te pasa?
- Mi mamá!
- ¿Qué le pasa a tu mamá?
- Escuche cuando le decía a un tipo que la joda de esta noche le iba a costar 250 pesos (en aquella época era bastante dinero)
- ¿Qué?
- No te das cuenta, mi vieja es una puta, labura con la concha

Belén se largo a llorar, su madre ni se enteró que estuvimos ahí.

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Abrace fuerte a Belén, y despacio fuimos hasta mi casa, el ardor del ojo se le calmó, pero el llanto no:

- Me imaginaba que mi mamá andaba en esas, los novios no le duran nada y tiene muchos, pero de ahí a confirmar que es una puta que se vende es otra cosa.

- Amor, es tu madre y es dueña de su vida, no la vas a cambiar.

- Imagínate que va a ser de mi vida o la de mi hermana si esto se llega a saber.

- Tranquilízate y pensalo en frío

Belén se quedo callada durante el resto del trayecto, caminamos abrazados por las calles bastantes vacías por la hora que era, llegamos a casa y fuimos a mi habitación, Belén se apoyó sobre mi pecho y yo acariciaba su rubia melena, ya no lloraba, así nos quedamos dormidos con la TV de fondo, fue un día largo; a eso de las 4 de la mañana, me levanté y dejé a Belén durmiendo placidamente, yo fui a mear, y a tomar algo fresco.

Siento unos brazos que me abrazan por detrás y me dan un beso en el medio de la espalda, mi verga reaccionó instantáneamente, y sus manos bajaron lentamente hasta mi notoria hinchazón, me giro y ahí estaba ella, con todo el pelo revuelto, cayéndole por los hombros, con la misma ropa con la que llegamos, sus ojos ya no estaban rojos, hundiendo su cabeza en mi pecho me volvió a abrazar, ahí nos quedamos un rato, Belén necesitaba cariño, el sexo vendría después.

Fuimos de la mano hasta el sillón, que fue el único testigo de nuestras luchas sexuales, nos sentamos y Belén me dijo:

- Juan no quiero que lo que me enteré de mi mamá nos afecte estos días que yo voy a estar acá, me has enseñado muchas cosas del sexo que desconocía, ya no puedo parar - y me muestra su conchita toda mojada con sus flujos.

- Amor, no te quiero forzar a nada, si no estas de ánimo – en ese momento me estampo un beso que no me dejó seguir hablando.

- Coger es maravilloso, me alegro que hayas sido vos quien me lo hizo por primera vez, fuiste muy suave y tierno.

- Es lo que te mereces, vos también sos muy dulce.

Nos besamos, y me tocaba la verga por encima del pantalón, mis manos volaron al borde de la remera y la saque por su cabeza, quedó con las tetas al aire, las bese, mordisquee suavemente y los gemidos no se hicieron esperar, se levanto y se puso encima mío con sus piernas abiertas, comenzó a moverse pasándome las hermosas tetas por la cara , cuando la agarré para que me dejara chuparle los pezones, me tomo por las muñecas y me inmovilizó los brazos, obviamente yo me deje hacer, y siguió con el movimiento y volviéndome loco. Se deslizó hasta quedarse arrodillada entre mis piernas, y bajándome los pantalones se adueño de mi miembro, esta vez no uso sus manos, solamente la boca para meterse lo mas profundo que podía mi verga, yo veía la cabeza que subía y bajaba, el pelo rubio ondulado haciéndome cosquillas en mis partes, pero esa cosquilla no solo era soportable, sino que además reforzaba lo que me hacia sentir su boca.

Después de unos minutos de estar mamandomela, se levanto y se dio vuelta, dándome la espalda, y mirando sobre su hombro. Se bajo los shorcitos junto con la tanguita que estaba usando en ese momento, se agacho sin doblar las rodillas, dejándome ver sus dos agujeros, su culito apretado y su conchita totalmente mojada de sus jugos, la agarre de las caderas, y la traje hacia mí, y hundí mi cara en ese monumento de mujer que tenía para mí.

Se agacho al máximo, y pude ver sus ojos mirándome entre sus piernas, una mueca de gozo en su boca entreabierta y su respiración agitada. Mi lengua paseo varias veces desde su clítoris hasta su ano, entreteniéndome allí por momentos, tratando de meter la punta de mi lengua en ese oscuro orificio, que poco a poco se fue relajando, le metí el dedo índice en la conchita y con el pulgar le masajeaba el clítoris, dedicándome a comerme ese culito ofrecido.

Sus piernas se estaban cansando por la posición, así que la hice poner en cuatro arriba del sillón y seguí penetrando ese ano con la lengua, poniéndola lo más rígida posible; haciendo fuerza para que mi saliva atravesara ese anillo apretado y humectara bien. Todo en ese culo era espectacular, la forma que tenia, respingón, cuando se agachaba las caderas lo hacían mas ancho, mas apetecible; la textura del ano, apenas arrugadito muy cerrado, me costo bastante trabajo dilatarlo, tuve que hacer lo que se dice un “trabajo fino”.

Cuando estaba bien dilatado y Belén al borde del orgasmo, le metí toda mi verga en la conchita, que la sentí mas caliente que nunca, lo saque muy lubricado con sus propios jugos; apoye el glande en el culito y Belén se estremeció:


- Hacemeló despacito, ese agujero no es de entrada, sino de salida.

- Jajajajajajaja hoy le cambiamos el sentido – me incline sobre ella, y bese suavemente su espalda sin sacar el glande de la puerta de su culo.

Haciendo apenas presión, ese ojete que tanto me había quitado el sueño, se comenzó a abrir, dejando que el invasor entre; una vez que toda la cabeza de la verga estuvo dentro, pare y le pregunté a Belén:

- ¿Cómo estas?

- Bien, no me duele, pero se siente raro.

- Voy a ir despacio, quiero que te derritas de placer con mi verga en tu culito.

- Mmmmmmmm

Seguí metiéndosela despacio, sin prisa, pero sin pausa, hasta que su culo rozaron mi pelvis, me quede unos minutos así, besándole la espalda, estire un brazo y lo lleve hasta la conchita acariciándole el clítoris suavemente, sus gemidos se hicieron cada vez más sonoros. Muy lentamente me fui saliendo de su interior, hasta la mitad del miembro, y la volvía a meter al fondo, cada vez apretando más su cuerpo contra el mío, logrando penetraciones cada vez mas profundas. Los gemidos ya eran gritos de placer, dejé de masajearle el clítoris, quería que la excitación fuera totalmente por lo que le estaba haciendo a su puerta trasera. Fui acelerado progresivamente mis movimientos, hasta que mi orgasmo se anunció:

- Amor voy a acabar, te voy a llenar ese culito.

- llenamelo, aaaahhhhhhhhhhhh

Con los músculos de su culo apretándome la verga hasta los límites del dolor, me vacié en lo más profundo que pude, Belén al sentir mi leche quemándola por dentro, se encadenó a un nuevo orgasmo, mientras yo seguía bombeando a toda velocidad, para que ella lograra su orgasmo, y así fue; quedamos con nuestros cuerpos fundidos sobre el sillón, ni mis rodillas ni las de ella quería soportar más nuestro peso, Con mi verga perdiendo dureza, me salí de su interior, rendido. Cuando Belén se dio vuelta, un sonoro gas salio de su culo, causándome risa y a ella algo de vergüenza:

- No seas tonto, no lo he podido evitar, me dejaste muy abierta.

- Es normal, cuando tenés sexo anal que se te llene el culito de pedos jajajaja.

- Uhhh mira estoy ensuciando todo

Me fije y ni leche salía incontrolable de su culo recién perforado.

- Te gusto?

- Fue increíble, pensé que dolía mucho, Andrea me contó que cuando el novio se lo quiso hacer le hizo mucho daño, estuvo casi una semana rengueando.

- Te cuento que el novio de Andrea en un bestia, ¿esas cosas hablan con tus amigas?.

- Si hablamos de bastante sexo.

- ¿Les has contado lo nuestro?.

- Solo a Andrea que es mi mejor amiga.

- ¿y que dijo?

- Me preguntó que tal lo pasaba, si me dolió mucho, … si eras cariñoso.

- Me imagino tus respuestas jajaja.

- Yo le dije la verdad, que sos muy suave, que te importa mucho el que yo disfrute, que te preocupas en no hacerme daño.



Me comento que esta amiga Andrea, estaba muy mal “atendida”, su novio, no la prepara, solamente la desnuda y se la mete, y cuando de dio por el culo, igual, estuvo re mal. A todo esto ya eran las 7 de la mañana, nos fuimos a bañar, ni nos secamos y nos fuimos a la cama, abrazados nos dormimos.

El calor era insoportable, y Belén seguía abrazada a mi, la besé suavemente en la frente y ella abrió esos ojazos por los que le venderías el alma al demonio, nos besamos, un rato y vistiéndose solamente con una remera mía, fue a la cocina a preparar algo de comer. Almorzamos tardísimo, como a las 16:30 fuimos al club, el entrenador me estuvo dando un sermón sobre que pasaba si no seguía entrenando, a lo que le respondí que estaba de novio y que mi novia me estaba matando, se rió y se fue. Vi a lo lejos que Belén estaba charlando muy animadamente con sus amigas, se reían y miraban en mi dirección, algo raro hay acá, me dije para mi mismo.

Pasaron dos días en los que cogimos por todos lados, hasta en el garaje, arriba del capot del auto, y llegó el viernes.

- ¿tenés problema en que invite a las chicas a comer unas pizzas esta noche?.

- Ningún problema, eso si yo no voy a andar ni de mozo ni de metido entre Ustedes.

- Jamás te tendría de mozo.

- Es mas voy a comer algo antes de que lleguen y después me voy a mi habitación,


Durante todo el viernes Belén estuvo algo esquiva conmigo, durante la mañana, se puso unos pantaloncitos que le hacían un culo perfecto, se agachaba sin flexionar las rodillas, sabiendo el efecto que esa postura tiene en mi, estuvimos jugando, le metía mano cada vez que podía, y ella riendo se alejaba. Hasta que la perseguí y la agarre de la cintura, pegándola contra mí, haciéndole sentir mi dureza en su culo, y con excusas ridículas se separaba, que se quema la comida, que tengo que preparar todo para el club.

Estuvimos en el club hasta que se hizo casi de noche, fuimos a casa, y un cotorrerio inundo todos los estares. De las 10 chicas que habitualmente entrenan, solamente 3 fueron a casa, Andrea, Estela y Gabriela, aparte de Belén que es la anfitriona. Las chicas estaban preparado todo, yo tome un yogurt y me fui a mi habitación, a ver TV y dejar a las féminas en paz, se escuchaban solamente las risotadas de ellas, hasta que entre sueños sentí que se cerraba la puerta de calle. No le di mayor importancia, pero ese sería el comienzo de una noche loca.

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