Reencuentro con mis amigas ninfómanas II

SEGUNDA PARTE: "Dani, dejate llevar"


Daniela se quedó con la boca abierta luego de encontrarnos casi desnudos, agitados y muy colorados en ese cuarto. Parecía que no se lo podía creer. Debo admitirles que me angustié un poco, en cambio Ángela lucía tranquila y hasta enusiasmada con la aparición de Daniela. Justo cuando me disponía a inventar algo para suavizar la reacción de Daniela; Ángela se acercó rápidamente a ella, la tomó por la cintura y empezó a besarla.

Daniela empujó levemente a Ángela y le reclamo:

-¿Qué haces?
-Nada Dani, estamos de fiesta ¿no?... relajate que es entre amigas
-Pero mi novio está afuera
-Si querés lo invitamos...

Antes de que Daniela respondiera, Ángela se acercó nuevamente a ella y la empezó a besar muy lentamente. Le acariciaba por la espalda, su otra mano la frotaba el pelo. Yo permanecía inmóvil viendo como las dos chicas se besaban.

Ángela cerró la puerta y continuó besando a Daniela, poco a poco la fue llevando hacia la cama. Dejó caer su cuerpo en la cama llevándose a Daniela con ella, ahora estaban las dos chicas besándose y tocándose sobre las sábanas. Yo esperaba mi oportunidad para unirme a ellas, pero debía ser cuidadoso, no podía apresurarme prque quizás Daniela no vería con buenos ojos que yo participara.

Ángela levantó la blusa de Daniela y empezó a besarle sus pequeños senos. Daniela parecía no sentirse del todo cómoda con mi presencia, pero ángela lo solucionó todo pidiéndome que apagara la luz. Ángela siguió besando a Daniela por su torso desnudo mientras que Daniela la guiaba, le agarraba la cabeza tratando que Ángela la besara por donde ella quisiera.

Reencuentro con mis amigas ninfómanas II

Daniela tenía su torso desnudo, sus senos eran pequeños y hermosos. Sus pezones eran rosas y se correspondían con el tamaño de sus senos, eran pequeños. Aún continuaba portando una larga falda roja que no dejaba ver sus delgadas piernas blancas y bien formadas.
Daniela es una mujer delgada, de pelo negro y corto; un porte elegante, unas facciones bien definidas.

fiesta

Luego de haber besado por un largo rato a Daniela, Ángela le pido que se diese vuelta y se acostara boca abajo. Daniela lo hizo y Ángela empezó a besarle por el cuello, también por la espalda mientras sus manos se deslizaban muy cerca de sus nalgas. Ángela la acariciba por la cintura y muy cerca al culo. Daniela soltaba unos tímidos suspiros que denotaban lo bien que la estaba pasando la recatada chica.

trio

Ángela desabrochó su pollera y muy despacio, y poco a poco, empezó a acariciar sobre sus nalgas; al mismo tiempo su boca iba bajando lentamente por su espalda. Yo veía todo en primera fila y no sabía cómo iba a resistirme a tan excitante momento. 

flaca

Sin apuro alguno Ángela fue teminando de desvestir a Daniela; seguía besándole por todo el cuerpo mientras Daniela estaba boca abajo, dejándose llevar por el placer que le estaba regalando su amiga. Por un largo rato le acarició y besó la entrepierna, sin apurarse; Ángela sabía que la clave para hacer perder a Daniela en el delirio era ir poco a poco, deslizar su lengua lentamente en su entrepierna, buscando llegar a su tierna concha, pero siempre haciéndola esperar. 

Y finalmente Ángela empezó a comerle la vágina; mientras todo esto ocurrió ángela estuvo desnuda. Mientras su lengua se movía sobre la concha de Daniela, me hizo unas señas para que yo me acercara y le hiciera lo mismo que ella le hacía a Daniela.

Llegó un momento en que Ángela decidió detenerse. Sin pronunciar palabra, me pidió que me alejara un poco. Luego se acercó al oido de Daniela y le susurró algo. Yo no tenía idea de lo que le había dicho.

Después vino hacia mí y me dijo que le había dicho a Daniela que se iba a asegurar de que yo me fuera, para que ella se quedara tranquila. Pero Ángela tenía la mente muy sucia, obviamente yo no iba a salir de allí. Solo íbamos a fingir que yo salía de la habitación. El siguiente paso del plan era que Ángela vovlería a hacerle sexo oral a Daniela, luego se iría hacia la parte de arriba de la cama, donde estaba la cabeza de Daniela, la besaría y yo tendría que aprovechar ese momento para hacer lo que debía hacer.

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Ángela suguió en lo suyo, no dejaba de jugar con su lengua y sus dedos en la concha de Daniela. Luego se levantó y caminó despacio rodeando la cama; yo sabía que había llegado el momento, así que camine sigilosamente hacia la cama. Ángela me miraba mientras se acercaba a Daniela, se inclinó a besarla y yo supe que era el momento. Mientras Ángela juntaba sus labios con los de Daniela, yo aproveché para penetrarla. Lo hicimos en simultáneo, Ángela la besaba y yo la cogía.

Ángela había hecho un trabajo perfecto, la concha de Daniela hervía y estaba completamente humeda, a tal punto que yo pude penetrarla sin mayor dificultad a pesar de su estrechez.

Daniela se inquietó inmediatamente, separó sus labios de los de Ángela y me pidió que me quitara. Pero yo no pretendía dejar de moverme en ningún momento. Ángela le decía que se concentrara en disfrutar, al fin y al cabo era algo que ocurría cada diez años. Yo seguía moviéndome sin contemplación; claro que en un inicio lo hacía lentamente, quería aprovechar muy bien esta oportunidad que tenía.

Daniela insistía en que no podía engañar de esa forma a su novio. Ángela le decía que no se preocupara, que de cualquier forma todos habíamos sido engañados una vez en la vida y que de seguro su novio también lo había hecho. Daniela entre gemidos trataba de explicarle a Ángela que no quería hacer esto. Me repetía que por favor lo dejaramos ahí, pero yo seguía cogiéndola.

Cada vez que Daniela iba a replicarnos que la dejáramos, Ángela la besaba. De a pocos yo empezaba a acelerar el ritmo y a deslizarme más fuerte en ella. La empujaba fuertemente con el peso de mi cuerpo hacia la cama. La tenía aprisionada, más teniendo en cuenta lo flaca y pequeña que es Daniela.

Llegó un momento en que Daniela no volvió a insistir más en que no quería hacer esto. Solo se dejó llevar, se olvidó por completo de su novio y de su culpa.

De un momento a otro ángela se levantó y se vistió, sin dar aviso salió de la habitación mientras que Daniela y yo seguíamos cogiendo.

Daniela no era el mejor polvo de mi vida ni estaba cerca de serlo, de hecho era algo parca, pero mi calentura iba creciendo a medida que cogíamos. Estando ella boca abajo y totalmente aplstada por el peso de mi cuerpo gemía al ritmo de nuestros cuerpos chocando. Llegó un momento en que con una mano la agarré de uno de sus hombros, con la otra la tomé del pelo y empecé a sacudirla con muchísima fuerza, yo estaba a punto de reventar. Sabía que debía controlarme porque el único condón que tenía ya lo había usado con Ángela. Fue así que cuando sentí que iba a correrme, squé mi pene y terminé sobre su culo y su espalda.

Daniela se dio la vuelta, estaba muy roja y completamente sudada. Me miraba fijamente cómo buscando aún una explicación por lo que acababamos de hacer. Yo quise besarla mientras ella me clavaba la mirada, pero se paró rápidamente se vistió y sin dar explicación salió rápidamente de la habitación. Yo me quedé acostado allí, solo; recuperando el aliento y pensando en lo bien que me lo había pasado esa noche.


Este relato es 99% real. Los nombres de los personajes y algunas situaciones fueron modificadas para proteger la identidad de las personas.

TERCERA PARTE: Marcela la virgen

Cuando pensaba que ya todo había terminado, que me lo había pasado increíble en una reunión en la que pensaba no lo iba a pasar mjuy bien; entró nuevamente Ángela al cuarto. Me preguntó por Daniela y sin dar tiempo para que yo le respondiera me dijo que lo olvidara. Que venía a presentarme a Marcela...

2 comentarios - Reencuentro con mis amigas ninfómanas II

ellocoamor33
muy bueno +5
felodel2005
Gracias y atento que ya trabajo en la siguiente parte