Déjame descansar diez minutos… que te lo compensaré

Déjame descansar diez minutos… que te lo compensaré.


Muy buenas a todos, desde este medio os hago saber de mis experiencias, me gusta contárosla de tal manera que os imaginéis que estáis participando, ya me gustaría que fuera así… deseando de que podáis disfrutar conmigo. Siempre me he esforzado a través de los años a mejorar, aprovechándome cualquier oportunidad para satisfacer o que me satisfagan, no suelo hacer amigas pues en verdad no los busco, aunque finalmente la amistad surge del mismo roce.

Como casado no cierro puerta al sexo como tal y como hombre, aprovecho todo lo que se me pone a tiro… como es natural, no importándome mantener sexo tanto con casadas, divorciadas, solteras o cualquier condición que mantengan. No busco relación seria con aquellas y menos relación con aquellos que no me gusten, ya que si me atraen algunas no me importa su físico, me da igual que sean gordas o delgadas, pues como todos o todas solemos aprovecharnos de cualquier oportunidad aunque a veces sean muchas a satisfacer

A eso de las 22:15 horas de la noche cuando regresaba a casa, sonando de forma reiterada y no cogiéndolo porque conducía, detuve el coche en el aparcamiento y entre en casa. Dándome cuenta que todos deberían de estar en sus dormitorios acostados, ni mi mujer me estaba esperando ya sea en el salón o en la cocina. Esta estaba acostada y por tono de su voz… estaba semidormida, pegándome un grito desde nuestro dormitorio…

“Eres tu cielo”, grito mi mujer.

“Sí”, conteste.

“No hagas ruido que tus hijos duermen”, soltó mi mujer sin llegar a pensar que ella misma podría despertarlos.

Antes de desnudarme tome el móvil y pude ver quién me había estado llamando de forma incesante, no siendo otro que un querido amigo al cual os lo hare llamar como… Mackinton (más por su PC). No me dio tiempo ni soltar el móvil sobre la mesa, cuando comenzó a aparecer una serie de mensajes a modos de whatsapp, comenzando este a preguntar y yo a contestar…

Mackinton… “Jhos, necesito que me pongas a punto el ordenador”.

Lógicamente nuestra conversación se alargo, tanto que dependía de mí como siempre en salir de casa, tras haber dejado a mí esposa dormida, cosa no muy difícil la verdad. Bueno tras dejar las cosas, me dirijo al dormitorio donde mi esposa medio adormilada me espera, soltándome esta…

“Por fin vienes, entra campeón que te voy a poner las pilas, tengo el horno calentito para que metas la barra”, suelta.

Mirándome la cara, me pregunta…

Que te ocurre, te veo decaído… dime qué te pasa”, dice.

“Estoy acojonado de trabajo que tengo, encima mañana tenemos una inspección y una auditoria, estoy que me subo por las paredes y necesito pensar”, respondo.

“Jhos… vete a dar una vuelta e intenta despejarte, cuando vuelvas intenta no despertar a nadie ya mañana ajustamos cuenta”, suelta.

“Pero no deseas intentar otra cosa, ya sabes aunque sea uno rapidito a ver si de esta forma descargas tensión”, propone.

Sin contestarle me desnudo, abro la cama y me meto en la cama con ella, descubriendo el cuerpo semidesnudo de mi mujer, digo semidesnudo pues solo lleva unas braguitas blancas de encajes, braguitas que se las regale yo en San Valentín. Tras meterme en la cama con ella, siento su cuerpo ardiente y comenzamos a besarnos entre caricias, dirige una de sus manos hacia mi miembro, coge mi polla con su mano y comienza a pajearmela. Dándose cuenta que no me hace falta que no hace falta juegos preliminares, soltándome…

“Qué malito estas… uuummm!!!. Esta muy dura, me da miedo hasta verla… mmm!!!”.

Cosa que yo también me doy cuenta que ella, cuando introduzco mi mano dentro de sus braguitas… húmedas por cierto, introduciendo mi mano despacio entre sus piernas, rozando a propósito tanto su vulva como finalmente sus labios vaginales, acción “involuntaria” que esta siente y que llevada por la excitación cierra sus ojos… mmm!!!. Deslizo dos de mis dedos por sus labios vaginales, una vez y otra dejándolos caer hacia su orificio vaginal, orificio que esta chorreando y que no hace falta preparar (dilatadar), pues se nota como mi mujer ha debido de estar jugando sola… mmm!!!.

“Joder… parece un barreño la muy zorra”, pienso.

Me echa ella hacia un lado al tiempo que se pone sobre mí, colocándose de manera que sus piernas están una a cada lado de mis caderas. Aprovecho para coger mi polla y hacer aquello que tanto me gusta… mmm!!!, no siendo otra cosa que restregar mi glande por su ingle… restregársela desde su clítoris hasta sus labios vaginales, mientras la escucho gemir… ooohhh!!!, gemidos que me hacen deducir que esta mas que lista.

Aun recuerdo cuando ella se ponía encima de mí con las piernas flexionadas, cuando ella comenzaba a iniciarse en el sexo, postura que sugerida por una amiga común sexóloga. Postura que para ella era una manera de poder descubrir su propia sexualidad y para mí, era una manera de poder aprender a retener la eyaculación. Mi mujer aprovechaba esta postura para poderse masturbar mientras la penetro, aumentando el placer y alargándolo. Disfrutando de valor doble, pues mientras se hace masturba aprovecha para frotarse sobre mi miembro, siento su clítoris ardiente contra mi dura polla, simulando que lo hacemos sin que haya penetración. Se roza hasta llegar al orgasmo… cosa que aprovecho para introducírsela, llegando a tener a los pocos minutos un nuevo orgasmo. Pero bueno, eso fueron otros tiempos.

Continuo, tras verme venir cuando cogí mi polla y comencé a restregar mi glande, me pide…

“Métemela despacio… Vale, ten cuidado pues tu polla está muy dura e hinchada, no queremos que salga lastimada… verdad”, suelta.

Aunque ella lo desea tanto como yo, desea que se la introduzca ya… desea que no demore. Asiento con la cabeza y tras mirarle a los ojos… acabo por introducírsela sin previo aviso, soltando mi mujer primero un grito de dolor ante tal embestida y tras comenzar ella a moverse despacio. Ese grito de dolor va convirtiéndose en gemidos de placer… ooohhh!!!, veo como se endereza al tiempo que coloca sus manos en mi pecho, posición que le hace sentir mi glande presionar su útero… ooohhh!!!. Pudiendo escuchar sus gemidos de satisfacción, gemidos que nos hace temer que pueda despertar a los chicos.

Ver como esta mujer aparta sus manos de mi pecho y al tiempo que deja caer su espalda hacia atrás… coloca sus manos en mis tobillos, sintiendo mi polla aun más profunda y quizás busca su punto G, como me hace saber en muchas ocasiones… mmm!!!. Ante las muestras de dolor se incorpora y dirige sus manos hasta el cabecero de la cama, acabando por sujetarse y continuar ella misma la penetración… uuummm!!!, vota sobre mi polla mientras la tengo sujeta con una de mis manos por su cadera al tiempo que la otra acaricia su seno.

Gime una vez tras otra, suelto su cadera y llevo mi mano a su otro seno al tiempo que ella hace lo propio conmigo, sintiendo como entra y sale de su interior… mmm!!!. Sintiendo como mi gruesa polla rasga sus paredes vaginales… ooohhh!!!, mientras mi mujer aguanta como puede sus gemidos a pesar que alguno se le escapa, no pudiendo reprimirse y me suelta…

“Joder carbrón, encima dices que estas estresado… ya me gustaría verte cuando no lo estas… aaahhh!!!”, dice.

Palabras necias… ya que la muy puta sabe de sobra que miente, pues no me aprovecha lo suficiente cuando estoy al cien por cien, llegando a buscar compañía femenina a veces cuando lo necesito, bueno continúo.

Acelero notando como mi mujer está en la cima de preludio a su orgasmo, me incorporo a modo de poder comerle sus senos, acción que hace que mi polla le entre aun más, sintiendo esta mi glande golpear su útero como bien me dice. No pudiendo aguantar mucho mas y no más de minutos, comienza a obtener su orgasmo, orgasmo que tiene que acallar con sus dientes en mi hombro, quedándose con mi dura y erecta polla dentro de sí, moviéndome en esta ocasión despacio mientras la escucho quejarse, suplicándome…

“Para ya… no sigas por favor, para que no puedo más… aaahhh!!!, me has dejado rendida campeón… mmm!!!”, suelta

Tras detenerme… se deja caer hacia lado de su cama, mientras me ve de tal manera y alarga su mano con la intención de masturbarme, masturbación que desea que me venga pero que el cansancio le puede. Con cara triste y apenada, me suelta…

“Lo siento cariño, lo he intentado… sabes que lo hemos intentado, pero tu estas en esos días que no hay nada… ni nadie que te gane”, dice y continua.

“Sabes de corazón que no deseo dejarte de esa manera, pero te prometo que si me dejas descansar diez minutos, te lo compensare… te lo prometo”, suelta.

Sabiendo bien que ni en diez minutos me lo compensaría, pues en diez minutos no hay quien la despierte, aunque este rompiéndole ese gordo culo que tiene, soltándome nuevamente…

“Te he notado bastante estresado. Vete mejor a dar una vuelta a ver si logras airearte y de paso se te baja con el frío”, dice al tiempo que me da un beso y se da la vuelta.

Finalmente me marcho no sin antes hacérselo saber a mi amigo que me acerco, haciéndome saber este que quizás acabaríamos de madrugada ya que son las 0:00 horas de la noche. Cuando acabamos la juerga son cerca de las cuatro de la mañana más o menos, claro nadie se percato de mi llegada, me desnude y me metí en la cama. Intentando despertar a mi mujer a modo de informarle que ya han pasado esos diez minutos, soltándome esta…

“Que quieres… no vez que estoy dormida. Estoy muy cansada, no te enfades te prometo que mañana te dejo seco o sino pasado, pero ahora déjame dormir”, suelta.

Bueno os dejo hasta una nueva experiencia… vale, ya me contáis que os aparecido y mis confidentes deciros que me hagáis saber si me he olvidado de algo, os dejo y hasta pronto.

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