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Compendio II
La tarde la pasamos más normal: nos vestimos, jugamos un poco con las pequeñas y después tomamos once.
😊
Pero me miraba distinto y me ponía colorada.
Él nunca ha sido canchero o coqueto.
Es tranquilito y caballeroso.
Pero esa tarde, me hablaba hasta por los codos.
😍
Me contaba de las cosas que había hecho con su Hannah en la mina y le ponía mucho detalle cuando hablaba de hacerlo a lo perrito, que es la manera que más le gusta a ella.
Yo, calladita, disimulando mi sonrisa, porque lo decía con una carita que se leía “Todas esas cositas me muero de hacerlas contigo”.
😃
Y a cambio, para ponerle más de ganas, le contaba cómo Lara y yo nos besamos a escondidas en el baño.
😈
La hacemos piola. O sea, Sandy y Jess no tienen idea que tenemos una relación aparte.
Al principio, eran solamente besos. Pero después de regresar (Y de aplicar algunos consejos que me dio mi hermanita 😉 ), ya nos estamos poniendo más osadas.
Le contaba lo loca que me volvía cuando me metía dedos por la cola o en mi sexo y que poquito a poquito, la estoy convenciendo para que se atreva a probar un pene real.
😳
Él tragaba saliva, porque Lara sigue siendo “técnicamente virgen” (el himen se lo rompió sola, cuando probaba su consolador) y los únicos penes que se ha metido son de silicona.
“Incluso, parece que no es muy buena para el sexo oral, porque se ponía bien loquita cuando le daba sus lamidas locas.” Le dije, tratando de no reírme mucho, para darle el golpe de gracia.
😊
Como nunca, lavamos los platos presurosos. Besos y abrazos para las niñas e incluso, mientras colocaba a mi flaquita enojona en la cuna, el muy bandido no se aguantaba las ganas de puntearme.
😆
¡Ni siquiera me dejó ponerme el pijama!
¡Otra vez, me tiró encima de la cama, a comerme y besarme!
Luchaba como loco con el botón de mi pantalón y fue lamiéndome de la pantorrilla hasta mi muslo desesperado.
Mi rajita ya estaba chorreando por él y cuando voló mi tanga, le dio otro par de lamidas locas.
Pero no fue mucho, porque se tuvo que sacar el pantalón.
🤤
Se notaba su bulto enorme y se me hacía agua la boca por poder chuparlo un poco.
Pero no.
Se bajó el pantalón y los boxers y me saltó encima para comerme a besos.
😠
“¡Oye, no es justo!” le dije, resistiéndome a la marejada de besos que me daba.
“¿Qué cosa?”
“¡Me estás haciendo todas las cosas que tú quieres!” le reclamé.
Él intentó calmarse.
“Pero… ¿No te gustan?”
“¡Claro que me gustan! Pero hay cosas que yo también quiero hacer contigo…”
😈
Ahí, su carita como que me dio respeto.
“¿Cómo cuáles?”
Entonces, baje un poquito, hasta donde estaba su pene.
“Por ejemplo, dar besitos a este niñito. ¡Hola, niñito! ¿Cómo estás?”
😚
Le di un besito tierno.
“¿Extrañaste los cariños de mami, cierto? Porque mami te extraño a ti.” Le dije, dándole un besito más profundo en su cabecita.
“¡Estás tan grande y musculoso, mi niño! ¿Te has portado bien?” pregunté, dándole una lamida por el costado.
“¿Papi se ha portado bien contigo? ¿Te ha presentado niñitas buenas?”
Le di otra lamida profunda, que a papi hacía suspirar.
¡Y entonces, me puse mala!
XD
😈
“¡Apuesto que a mi niñito le dan cosquillas si le doy besitos por aquí!” le dije, dándole unos chupones maliciosos en sus hinchados huevitos, como me enseñó mi mamá.
Él se quejaba contentísimo, porque se las dejaba mojaditas con saliva.
“¿O quiere que mami le de sus cosquillitas en el cuello?”
Hice el anillo con el dedo y el pulgar y empecé a masturbarlo, como lo hace mi prima preciosa, dándole besitos suaves en la puntita.
¡Sus piernecitas se movían a lo loco!
“¡No, lo que quiere mi niñito es pecho de mami! ¿Cierto, papi?” le pregunté, mientras me soltaba el sostén.
😛
Papi babeaba.
Y se lo ahogué con mis pechos, subiendo y bajando, como mi hermana me aconsejó.
Le daba besos en la puntita, pero apenas llegaba con mi lengua.
😕
En eso, mi prima y yo preferimos que él vaya arriba, porque nos da facilidad para chuparle mejor.
Mi hermana, como tiene pechos más grandes, eso no le causa problemas.
😠
A ratos se la soltaba, porque me encanta chuparle.
Tiene un sabor tan extraño y el olorcito es tan rico y fuerte, que me encanta.
😕
Tiene un sabor entre amargo y salado y su carnecita igual me recuerda a las salchichas. Pero cuando empieza a salirle ese juguito amargo, me vuelve loquita y no paro de lamerle.
😍
Pero quería hacerle feliz y se la envolví otra vez.
“¡Apuesto que tu Hannah no te hace esto!” le dije, porque me acordaba los tiempos que mis pechos eran pequeños y lo frustrante que era no poder darle en el gusto en lo que él quería.
“No.” Se quejaba, disfrutando los cariños que le daba mami.
😤
Pero tenía que mostrarle por qué soy la mejor.
Por qué no puede vivir sin mí.
Y se la volví a soltar, la besé y empecé a mover mi cabecita hasta su base.
😫
Se quejaba con mucho placer, mientras que en mi boquita le hacía ese vacío que le gusta tanto.
Lo miraba a los ojos, porque soy su putita mayor, la que más tiempo le ha chupado.
Y le ponía empeño, subiendo y bajando mi cabeza sin parar.
Yo también tenía sed de él.
Su juguito es casi la vida para mí.
Sin él, por las mañanas, me cuesta bastante empezar.
Por la noche, si no lo siento en mi colita o en mi rajita, me cuesta dormir.
Respeto ese juguito, porque me ha dado mis 2 grandes alegrías, que son parte de él y mía y que por tanto, tanto tiempo deseé sentirlas quemando en mi interior.
Aunque se me salieran las lágrimas y me costara respirar, por lo hinchada que se ponía en mi boca, no iba a parar, porque lo amo en cantidades tremendas.
Y sus rodillas se pusieron tensas y nerviosas y ahí, la metí hasta la campanilla de mi garganta.
💦 💦 💦 💦
¡Es deliciosa!
No dejo escapar ninguna gota. Me cuesta tragármela de golpe, pero el poquito que le va quedando lo dejo en mi lengua, para disfrutar su sabor.
¡Me encanta!
Juego con el poquito que me queda en la boca, mostrándole mis dientes y mis mejillas, para que me quede más rato su olorcito rico.
La miro y sigue gruesa, parada e imponente.
😳
Le miro a los ojos y me da un escalofrío tremendo y rico, igual como me está mirando ahora.
¡Es un lobito feroz, que me quiere comer!
😉
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1 comentario - Sed de ti (II)