Trio planeado

Por fin el fin de semana tan esperado con una blusita blanca
que dejaba ver mis esplendorosos senos, una falda colegial con lijero negro,
media negras, y botines y lo más importante sin panties, pero la decisión estaba
tomada, después de tanto platicarlo, y después de buscar en un chat del
internet, encontramos a un muchacho de 30 años alto, moreno, fornido, atento,
según pláticas y fotos que teníamos de él.

Quedamos de vernos en un bar para empezar a conocernos a
platicar acompañados de unas copas, Mario, Raúl, y yo un poco nerviosos y
callados pero conforme pasaba el tiempo nos sentíamos más cómodos.

La plática era común de cualquier grupo de amigos y aunque
Mario más reservado con respecto a su deseo por mí, tratándome como a una amiga
que esta acompañada de su novio.

Y por fin Raúl me saca a bailar música movida, riéndonos y
disfrutando del momento y unas copas después, durante el baile nuestros cuerpos
se fueron acercando más al grado de sentir su bulto en mi cuerpo, el se
adelantaba aprovechando esos momentos en los que estábamos tan cerca para
presionarme hacia su cuerpo y besarme el cuello y el oído.

Así los tres empezamos a calentarnos, con deseos de estar a
solas. Y debido a esto no pude más solo tenía ganas de estar en un cuarto con
ellos dos de solo imaginármelo sentía la humedad de entre mis piernas, imagínate
si recuerdas no tenía panties.

Y por fin me decidí a invitarlos a retirarnos, a ellos les
brillaron los ojos.

Al subir al coche los dos muy amables conmigo y ya en marcha
hacia donde podríamos vernos sin nada de ropa ellos iban diciendo varías
alusiones a mi cuerpo por cierto, muy excitantes, Mario como piloto aprovechaba
los semáforos en alto para ponerme sus caliente manos en mis piernas o en mis
senos.

Mientras Raúl aprovechaba el acelerar de Mario para acercar
sus manos a rozar mi cuerpo.

Y después de un rato llegamos al motel todos nerviosos pero
emocionados. Al entrar al cuarto llevábamos refresco y brandy era mi idea seguir
con una copitas antes de empezar en detalles, pero Raúl no se contuvo y en el
sofá empezó a tocarme y acercándose a mí, que acariciándome comenzaba por
besarme con pasión y recorriendo con sus manos todo mi cuerpo, al tiempo que
Mario admiraba callado y masturbándose, y cuando me di cuenta ya estaba comiendo
de mis jugos vaginales fue extremadamente excitante lo hacia como comiendo un
exquisito helado, y de pronto tenía frente mi rostro la cara de Mario pero sus
manos en mis senos que erectos gozaban de sus caricias.

Y después de un rato me acerque su pene erecto y brillante a
mi boca, chupaba y chupaba, y solo alcanzaba a ver sus ojos como si no creyera
en todo aquello, después le pedí A mi maridito intercambiar lugares con Raúl y
ahora Mario veía como me devoraba la pija de otro y el se comía con más
intensidad mi clítoris.

Me levantaron y me llevaron hacia la cama y ahí hincados los
tres me fueron besando y tocando uno atrás y otro delante, Raúl aprovecho ese
momento para ponerme el condón, Raúl me tiro a la cama y empezó a penetrarme, y
mientras con las piernas abiertas recibía las envestidas de Raúl, yo acariciaba
la verga de mi marido, entre quejidos y envestidas rápidas y continuas detuve a
Raúl para mostrarle como puede una mujer lograr un orgasmo y así comencé a
presionar y humedecer su pija al momento que yo casi gritaba del placer que
sentía porque al mismo tiempo Mario se masturbaba de veme embravecer del gozo.

Y ahora era el turno de mi excitado esposo, quien también se
puso acostado en la cama detrás de mí y empezó a cogerme de una forma como nunca
y Raúl estaba besándome de mi boca a mis senos y sus manos a mi clítoris después
de gozarlos me pusieron en cuatro y mi esposo me empezó a coger riquísimo
gozando de mi trasero mientras Raúl me ponía su pene en mis manos dando caricias
que lo único que le provocaban era ganas de derramar su semen en mi cara.

Después se intercambiaron y al tiempo de ser cogida en cuatro
me devoraba el pito de mi esposo. Después de unos instantes por fin lo tan
soñado, mi querido esposo se colocaba debajo de mí preparando posición para
tener 2 pitos en mi cuerpo, hasta que empezó a cogerme por la vagina y después
echándome su tan caliente saliva, Raúl empezó poco a poco y con cuidado a
penetrarme por mi culito.

Era una sensación increíble jamás imaginada, y tan rico era
que después de unos minutos Raúl no pudo más y empezó a correrse y al darse
cuenta de esto Mario no espero más y decidió hacer lo mismo, dos pitos se
corrieron en mi cuerpo al mismo tiempo.

Cansados solo nos recostamos, dormimos unos minutos y decidí
pararme a dar un baño y después ellos hicieron lo mismo mientras llenaba el
yacusí, preparándose para lo siguiente Raúl no puedo más y me llevo al yacusí
ahí me puso sobre de él, le pregunte que si quería sentir una vagina apretando
su pito y sobre todo humedad y comencé a cogerlo hasta que logre correrme,
mientras mi marido veía como era lo que en algunas noches gozaba pero no
imaginaba como se veía.

No pudo más y me pidió lo mismo al tiempo que Raúl nos
admiraba, y después de hacerle lo mismo a mi marido les pedí se hincaran para
chapárselas al mismo tiempo y así logre que se corrieran en mi boca y eso fue
delicioso.

Fuimos a dormirnos y casi al amanecer me puse a chupárselas y
fue tan delicioso que se les puso como una torre, y aproveche para ponerle el
condón a Raúl, estaban exhaustos de gozar esa noche y lo único que hice fue
montarlos, empecé a moverme de tal forma que logre orgasmos primero en uno y
luego en otro hasta que lograron venirse en mi vagina primero uno y luego el
otro, para después dormir varias horas y despertarnos a la mañana siguiente.

No podía creer que tuve a mi placer dos toros que hicieron
sentirme mejor que nunca. Fue tan rico que eso me quedo en la memoria para
disfrutarlo como recuerdo que tendría presente cada vez que mi marido y yo
cogemos cada noche.



Resumen del relato:
Jamás crei que me convencería, pero lo hicimos y los disfrutamos al máximo,todo fue idea de mi esposo…

4 comentarios - Trio planeado

gabiolita
Me encantaría vivir una experiencia así.
juanchooo13
Yo te ayudo a vivirla