El Negocio (2da. parte)

La semana pasó muy lentamente.
El viernes no pude hablar con Lorena, pero estaba seguro que no olvidaría su compromiso, así que el Sábado por la mañana hice compras, puse a enfriar una botella de champagne, arreglé el dormitorio con perfume e inciensos, y almorcé temprano para estar listo cuando ella llegara.
A las 2 y cuarto sonó el timbre. Abrí la puerta y ella entró rápidamente.
- Pasa, pasa, dije haciéndome a un lado.
- Perdona, pero no quiero que nadie me vea entrar. Le dije a mi esposo que iba de compras y a tomar algo con mis amigas, y que volvería para la cena.
- Dejame verte,dije tomándola de la mano y alejándola un poco de mi .
Vaqueros ajustados, botas, una remera ajustada al cuerpo, una campera de lana tipo montgomery, y un maquillaje delicado y suave, pero que no hacía mas que destacar la belleza de sus rasgos y sobre todo, la profundidad de sus ojos verdes, que tanto destacaban sobre su piel bronceada y su cabello negro ensortijado.
- Estás preciosa, dije luego de verla.
- Tenía que hacerle honor a lo que pagaste, dijo con cierto cinismo.
- Y lo haces, por lo menos por ahora. Veremos en un rato, dije siguiendo con su estilo.
Entramos al salón, y le indiqué que se sentara.
- ¿Quieres tomar algo?
- ¿ Que me ofreces? Dijo, tratando de mostrar control.
- Lo que quieras. Café, té, agua, jugos, y si te gusta tengo también champagne bien frío.
- Vaya, vaya, parece que esperas que la fiesta sea total. Está bien, prefiero un poco de algo con alcohol, dijo mientras se sentaba en el sofá.
Fui hasta la cocina, y preparé el champagne en un balde con hielo, lo destapé y serví dos copas. Fui hasta ella y le alcancé una.
- Gracias, dijo.
Cuando volví con el balde y la botella, su vaso ya estaba vacío, así que volví a llenarlo.
- Cuéntame como organizaste el cobro de la primera cuota, dijo tratando de agredirme.
- No hay mucho organizado. En realidad me gustaría que todo fluyera naturalmente.
Lorena tomó la copa y volvió a vaciarla de un sorbo.
- No me parece que sea muy natural la situación, dijo apoyándose en el respaldo y cruzando sensualmente sus piernas.
Me levanté y me senté a su lado. Cuando me miró tomé su rostro y la besé lentamente, con suavidad, sintiendo sus labios. Ella se quedó quieta dejándome hacer.
Luego de un minuto me separé.
Lorena me miró y sonrió.
- En verdad besas muy bien. Es una pena que tengas que recurrir a la extorsión para obtener sexo, dijo siguiendo con su técnica de hacer que mi conciencia de avergonzara.
Lentamente desabroché su saco, y mis manos comenzaron a acariciar sus pechos por encima de su remera.
- Pagué por esto, dije, pero eso no significa que no puedas disfrutarlo. Al contrario, te aconsejaría que lo hicieras, ya que no podrás evitarlo. Además, te pediré una cosa. Quiero que improvises, que tomes la iniciativa. No quiero decirte a cada paso lo que tienes que hacer. Si hubiera contratado una prostituta no haría falta. Ella sabría lo que hacer. Tú tienes experiencia. Confío en tu buen juicio.
Ella me miró.
- Tal vez tengas razón, dijo, te agradecería otra copa, por favor.
Tome su copa y la llené nuevamente.
Ella la acercó a sus labios, y prácticamente volvió a vaciarla. Sus ojos se veían brillosos. Era evidente que el alcohol comenzaba a hacerle efecto, y su idea era justamente deshinibirse para lo que venía.
- Desnúdate, por favor, le dije acomodándome en el sillón.
Abrió los cierres de sus botas y se las quitó. Se quitó las medias y las colocó dentro de las botas. Luego se levantó y lentamente se quitó su saco y lo arrojó sobre el sofá.
- ¿ Te gusta lo que ves? Dijo, mientras desabrochaba su vaquero.
- No sabes cuanto, dije sin perder detalle de su cuerpo.
Lo mas llamativo era que la seriedad de su rostro, en lugar de enfriarme me excitaba cada vez mas. Era muy sensual la perra. Muy sensual. Mas de lo que me había imaginado.
Terminó de desabrochar su jean y lo bajó, para luego sacar las piernas de él.
Allí, de pie, con las piernas separadas, y mirándome fijamente, levantó su remera y se la quitó, quedando frente a mí, en corpiño y tanga. La imagen era terriblemente erótica.
Tomó su copa y terminó de beber lo que quedaba en ella.
Me levanté y tomándola de la mano, la llevé al dormitorio. En mi otra mano tomé la botella.
Así, sin palabras, entramos a mi habitación.
Ella miró el lugar, y se notó que le agradaba. Dejé la botella sobre la mesa de luz.
La puse frente a mí y volví a besarla. Esta vez, su boca se entreabrió, permitiéndome jugar con mi lengua en su boca. Era evidente que el morbo de la escena y el alcohol también la estaban afectando. Parecía que era una de esas mujeres que tenía como fantasía que alguna vez la compraran, y estaba disfrutando de la situación.
Sus brazos rodearon mi cuerpo, mientras yo también la abrazaba, y en la conjunción de nuestros cuerpos, mi verga presionaba su estómago.
Desabroché su corpiño, y lo dejé caer. Mi boca bajó por su cuello y tomó posesión de sus tetas, succionando alternativamente una y otra, mientras las manos de ella acariciaban mi cabello, como si quisiera dirigir mis caricias.
Luego de un rato la levanté de la cintura y las piernas, y así la coloqué suavemente sobre la cama.
Ella se recostó. Sus manos se ubicaron detrás de su cabeza dejando a la vista todo su cuerpo, que resultaba muy apetecible. Sus ojos brillosos, ahora se acompañaban con un rictus de su boca que indicaba que estaba excitada, y que quería mas.
Me arrodillé al lado de la cama y volví a apoderarme de sus tetas con mi boca. Ella empezó a suspirar quedamente.
Tomé la botella de la mesa y derramé un poco de champagne sobre sus pechos, y mi boca procedió a chuparla a conciencia. Tembló cuando sintió ese líquido frío sobre su cuerpo, pero de inmediato volvió a temblar cuando mi boca la atacó por completo.
Luego de un rato, me levanté y tomando su tanga se la quité lentamente. Ella levantó sus piernas para facilitar la maniobra.
Luego me senté en el borde de la cama y la miré. Ella entendió de inmediato.
Lorena dudó un minuto. Tomó conciencia que de ahora en adelante todo lo que ocurriera sería inevitable. Respiró hondo y se levantó.
Se colocó frente a mí, y me quitó el sweter, la camisa, se arrodilló y me quitó los zapatos, y desde allí desabrochó mi pantalón y lo bajó con mi colaboración, hasta el piso. Saqué mis pies de ellos.
Se quedó allí, arrodillada mirándome. Yo, sin dejar de mirarla me bajé el slip, y mi verga enfurecida saltó como un resorte.
- ¿ Tienes sed? Le pregunté con una voz notoriamente excitada.
- Si, dijo buscando su copa.
Tomé la botella y derramé champagne sobre mi verga.
- Bebe con esta copa que te va a gustar mas, le dije.
Ella volvió a mirarme y lentamente se acercó y comenzó a pasar su lengua por mi lanza.
Cuando la había secado volví a mojarla, y así varias veces, hasta que por fin, la tomó con su mano y descapuchándola, se la metió en la boca.
Su boca suave y caliente comienza a succionar, mientras su lengua juega con mi prepucio.
Lentamente me dejé caer hacia atrás, dedicándome a gozar de esas sensaciones con las que había soñado.
En un momento Lorena se retiró, y tomando la botella, fue ella la que humedeció mi verga para luego volver a chuparla con desesperación.
En ese momento ya no aguanté mas, porque si la dejaba seguir iba a correrme, y no era lo que quería todavía. La separé e hice que se acostara nuevamente sobre la cama, esta vez, cruzada sobre la misma, dejando sus piernas colgando.
Me arrodillé en el suelo, tomé sus piernas y las coloqué sobre mis hombros y mis manos comenzaron a recorrer el interior de sus piernas, su vientre , y por fin, acaricié su sexo. Para mi sorpresa estaba mojado. La muy perra estaba caliente. Derramé champagne sobre su vientre y lo dejé que corriera por su sexo y su ano y me zambullí chupando con desesperación. Sus piernas apretaron mi cabeza y Lorena comenzó a tensarse y gemir, mientras sus manos tironeaban mis cabellos.
Pero esto no podía durar. Ambos sabíamos lo que seguía. Me levanté y coloqué mi verga en la puerta de su vagina. Nos miramos.
- Por favor. Sé dulce, dijo Lorena, como si quisiera condicionar lo que iba a pasar, aunque sus ojos y su sexo decían lo contrario.
- Pagué por cada centímetro de tu cuerpo, y me voy a cobrar. No tengas dudas, y ahora, como te dije, disfruta, porque no podrás evitarlo. Y avancé unos centímetros haciendo que la cabeza de mi verga cruzara la frontera.
Lorena tiró su cabeza hacia atrás y tensó las piernas.
- Shhh, relájate y goza, querida. Relajate y goza, vamos.
Lentamente aflojó sus piernas y cuando lo hizo volví a empujar, enterrándole la mitad de mi verga.
Gimió al sentirse poseída.
Respiré hondo y disfruté del momento. Mi verga estaba adentro de ese cuerpo que tanto había deseado. Lentamente me retiré y volví a entrar esta vez un poco mas adentro. Y así comencé a poseerla con calma, aprovechando a fondo mi inversión.
En un momento, la tomé de las caderas y la hice girar mientras me subía a la cama, y luego apoyando mis manos a los costados de su cabeza, me metí hasta el fondo y comencé a bombearla profunda y lentamente. Mi boca se apoderó de la suya, que respondió con una entrega total. Para los dos, esto había dejado de ser una cuestión comercial. Estábamos disfrutando a pleno de este encuentro. Ella me envolvió con sus piernas para impedir que me retirara, cosa que yo no pensaba hacer ni en sueños.
Por fin, comencé a acelerar mis embites y ella a responder con gemidos cada vez mas violentos. Se iba a correr, no faltaba mucho, y por fin se tensó, me clavó los dedos en mis brazos y se dejó ir salvajemente.
Sus gemidos eran profundos y llegó a llorar de placer mientras el clímax la llevaba.
La dejé que se recuperara, quedándome quieto bien adentro de su sexo.
Cuando sentí que se aflojaba, volví lentamente a martillarla.
- Ayy, cuanto hacía que no sentía esto, dijo inconscientemente, sin pensar que me daba argumentos .
- Y lo que vas a sentir en un rato, cuando te queme con mi leche, dije comenzando a acelerar mis movimientos.
- No te protegiste, por favor, no te vacíes dentro, dijo.
- ¿ te cuidas? Pregunté.
- Si, por supuesto, pero por favor no lo hagas.
- ¿ Te acuerdas lo que dijiste cuando cerramos el negocio? Dije profundizando mi posesión.
- ¿ Que dije?
- Que harías lo que yo quisiera.
- Si, pero.....
-Ahora cállate y toma mi leche, dije metiéndome hasta el fondo y haciendo que el primer chorro de semen pegara con fuerza contra su útero. A este le siguieron varias mas que fueron regando toda su vagina.
- No, no, no, me llenas hijo de puta, te dije que no, ay, me quemas me quemas, ahhhhhhhhh. Dijo mientras su cuerpo se tensaba y un nuevo orgasmo la barría por completo.
Nunca en mi vida había soltado tanto semen. Parecía que mi acabada era interminable. Hasta que por fin, me aflojé y quedé allí sobre su cuerpo, mientras mi lengua poseía su boca, abierta por el placer de su segundo orgasmo.
Por fin, cuando mi verga morcillona salió sola de su cuerpo, giré y quedé acostado a su lado.
Ella bajó su mano y recogió el semen que chorreaba de su sexo.
- Voy al baño, dijo levantándose. ¿ Donde queda?
- La primer puerta en el pasillo, le dije, mientras la veía alejarse desnuda.
Me levanté y fui al comedor a buscar las copas y volví a llenarlas con el champagne que quedaba. Cuando volvió del baño, le ofrecí su copa, y un vez mas la vació de un sorbo. Luego volvió a recostarse en la cama, a mi lado.
Me miró.
- Te has dado el gusto de poseerme. Espero que la inversión haya valido la pena.
- Hasta ahora no me quejo.
Nos abrazamos y lentamente los nervios, el sexo y el alcohol nos fueron adormeciendo.
Pasó un rato y ambos nos quedamos dormidos, lentamente, abrazados como si fuéramos realmente amantes, y no contratistas.
En un momento dado comencé a despertarme al sentir su mano acariciando mi pecho, suavemente. La sensación era fabulosa. La dejé hacer. Lentamente su mano fue descendiendo por mi estómago, se metió entre los vellos de mi sexo, y por fin, con una lentitud exasperante, tomó posesión de mi verga.
Comenzó lentamente a masturbarme, mientras seguía con su cabeza apoyada en mi pecho. El aroma de su piel penetraba en mi olfato. Ese aroma a mujer que ha hecho el amor. Ese aroma donde se mezcla una buena fragancia importada, la transpiración y los líquidos corporales.
Sentí como mi lanza comenzaba a revivir. Latía pausadamente mientras crecía.
Cuando estuvo casi dura, ella se movió suavemente hacia abajo y sentí como su boca ahora reemplazaba a su mano en la tarea de acariciarme.
Pasaron varios minutos. Yo la dejé que ella actuara. Había entendido el mensaje. Y no me equivoqué. Cuando sentí que pasaba una de sus piernas por encima de mi cuerpo, y se acomodaba para cabalgarme, creí estar en la gloria.
Tomó mi verga, la apuntó y lentamente se dejó caer, hasta comérsela toda. Se inclinó hacia adelante, hasta apoyarse en mis hombros y comenzó un nuevo viaje hacia el orgasmo.
Jamás me habían montado de esta manera. Me concentré en lo que sentía y sobre todo en retener mi orgasmo. Quería seguir disfrutando. Esto era mas de lo que hubiera podido soñar.
Por fin la sentí descontrolarse, y por último llegar a un orgasmo profundo e interminable, mientras gemía y gritaba.
- Así, así mi macho, dame todo, dame todo que me voy, me voy me voyyyyyyyyyyyy........
Disfruté de su rostro con el rictus del clímax. La muy perra era caliente como un horno, tal como yo me imaginaba.
Cuando terminó se derrumbó sobre mi cuerpo y quedo allí respirando agitada. De a poco se fue tranquilizando.
En ese momento giré sin dejarla descabalgar y me senté en el borde de la cama teniéndola totalmente empernada con mi verga, y apoyándome firmemente en mis pies me levanté, para terminar apoyándola contra el placard, y así en el aire, comencé un pistoneo salvaje.
- Ayyyy, animal, espera, espera, decía ella al sentirse cogida en el aire, pudiendo unicamente aferrarse de mi cuello para no caer al suelo.
- No espero mas putita, no espero mas, te voy a regar de nuevo, ahí voy, ahí voy, dije mientras sentía como mi semen subía desde mis huevos de manera explosiva hasta la punta de mi verga, para terminar floreciendo dentro de su cuerpo.
- Te siento, te siento cabrón. Dijo mientras apoyaba su cabeza en mi pecho sin dejar de aferrarse a mi cuello.
Una vez que terminé de acabar volví a sentarme en la cama y estuvimos un rato largo intercambiando besos húmedos, donde nuestras lenguas se acariciaban, se tocaban se enredaban.
El sol comenzaba a descender inexorable. La tarde llegaba a su fin.
Ella desmontó, y vi como corría mi leche por sus piernas.
- Estoy hecha un desastre. No puedo volver así a mi casa, dijo sonriendo.
- Vamos a ducharnos preciosa, le dije y tomándola de la mano la llevé al baño.
Abrí el agua caliente y cuando el vapor nos envolvió nos metimos juntos en la ducha enjabonándonos, acariciándonos y besándonos mientras corría el agua.
Luego nos secamos, ella utilizó el secador de cabello porque no podía volver a su casa con la cabeza mojada, y luego, comenzó a vestirse, mientras yo preparé un café.
Nos sentamos por fin, en el comedor.
- Bueno, Diego, creo haber cumplido mi parte. Ahora necesito el documento que firmé, dijo mientras revolvía la infusión.
Me levanté, fui hasta mi escritorio, y saqué del cajón el documento en cuestión.
Se lo entregué. Ella lo leyó y mirándome a los ojos y sonriendo lo rompió en mil pedazos, hasta convertirlo prácticamente en papel picado.
- Espero que haya valido la pena, dijo mientras se levantaba para irse, mientras la noche caía lentamente. Te pediría que dejes pasar un tiempo antes de pretender cobrar la otra cuota ya que no puedo irme de mi casa toda una tarde sin que terminen por sospechar. Dentro de un mes ya no habría problemas, pero no muy pronto, dijo.
- Quedamos en que era una noche, le recordé.
Me miró y sonrió.
- Tendrá que ser una tarde. Tu sabes que es imposible.
- Si lo hago posible?, pregunté.
Me miró con desconfianza.
- Si consigues que nadie sospeche, entonces cumpliré mi parte tal como me comprometí. Pero ahora tengo que marcharme. Se levantó y se dirigió a la puerta. Al llegar a ella se dio vuelta.
- Por supuesto, nuestro trato en la empresa seguirá siendo el mismo. No quiero que te tomes confianzas que puedan hacer que alguien sospeche. En definitiva, es solo un encuentro mas y luego todo seguirá como antes. Nos vemos, dijo, y salió.

7 comentarios - El Negocio (2da. parte)

pacovader
Muy bueno. 😀 te dejo mis otros 10. 😀
donsenior
Mmm... se puso interesante el encuentro, muy caliente.... me encanta! !!
kramalo
muy bueno. ...te sigo leyendo... van puntos..