En el patio del fondo

Me dijo:
-creí que nunca me lo ibas a pedir……..
Yo estaba con la pija al palo y ansioso por entrar en su culo y ella estaba dispuesta a darlo sin miedo. Creo que no hay mejor oportunidad…
Tome un poco de vaselina liquida y puse lo justo alrededor del tronco de la verga para que no fuera un enchastre.Con en resto de vaselina en mis dedos fui explorando, un dedo, dos dedos, tres dedos.
La virola de su ano estaba perfectamente abierta. Acerque mi glande a esa apretura y deje caer saliva para mejorar la entrada. Puertee, luego sentí su cuerpo estremecerse al influjo de esa pequeña penetración. No hubo ni quejidos solo un suspiro profundo que le hizo temblar el culo y mi choto lo sintió a tal grado que solo pude hacer lo que sentía: fui a fondo………
Ahí me vino la idea si podría cavar para poder tener una buena eyaculación dentro de su orto. Pensaba que le iba a hacer mal en el justo momento de que sus nalgas golpeando contra mi vientre habían comenzado el camino que a mí me tenía en dudas.
Así empezó el vaivén y sus manos separaban las nalgas para que la penetración sea completa. Estaba de espaldas a mí y solo podía ver el movimiento de su espalda y sus manos apretando las sabanas del placer que le causaba en ese momento estar toda penetrada por la pija al palo en su máxima intensidad.
Luego empezó sutilmente a pronunciar algunas palabras que no entendía pero que repetía constantemente al ritmo del movimiento de nuestros cuerpos. Con el devenir su voz se hizo clara y nítida.
-Dámela hijodeputa, acabame bien en el orto…………
Ese deseo acompañaba al mío. Sentía mi pija en un laberinto estrecho, mucho más angosto que la argolla pero suficientemente tenso, acariciante y cálido como para poder largar mi leche.
Acariciaba sus pequeñas tetas que apenas tendían lejos de mis ojos. Sus manos no solo separaban las nalgas sino que acariciaban mi vientre sino que buscaban mis bolas.
Poco a poco sus manos desaparecieron en su entrepierna y me quedo claro que frotaban su clítoris con energía ya que eso nos llevó al orgasmo casi junto.
Su culo friccionaba fuertemente mi pija y el escozor de la acabada intentando salir de mi pija era acompañada con los movimientos que se autogeneraba y que la penetración le provocaba.
En ese laberinto estrecho sentí a mi pija explotar llenando de leche su interior.
Cuando saque la pija, la virola expandida dejaba caer el semen como un deslizamiento de miel en una cuchara.
Nunca hable de ese momento en especial con ella. Nunca supe de su boca que sintió. Solo sé que solemos repetirlo y esa magia vuelve. Eso sí, ya esa estrechez no es tan apretada.

4 comentarios - En el patio del fondo

Pervberto
Excitante relato de un rito de iniciación.
perchacubo
Gracias, amigo por leerme
kramalo
muyy bueno..!! es decir, tiene el culito apretadito como pedito de monja........