¡Ataquemos al “Demonio de Tasmania”! (IV)




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Compendio II


😂 😂 😂
¡Es la última noche y mañana vuelve por aquí!
Liz y yo quedamos nerviosas y no hemos hablado mucho de lo que pasó la semana pasada. Hemos hecho que fue “algo casual” y que “no volverá a pasar”…
😱 😱 😱
¡Cuando la sacó, la vimos igual de parada que al principio!
😳 😳 😳
Estaba pegajosa con nuestros jugos, pero a mí no me importaba.
Me puse a chuparla despacito y él gemía tan rico, que Liz también empezó a imitarme.
Se la dejamos limpiecita y brillosa.
“¡Vamos, amor! ¡Tú puedes! ¡Has un último esfuerzo!” le dije, sobándosela un poco más.
A pesar de todo, le dolía.
Liz se puso en 4 y esperaba ansiosa que se la metiera.
“¡Por favor! ¡Quiero sentirla en mí!” le pedía la niñera, tocando su rajita en desesperación.
😳 😳 😳
Entonces, no aguanto más y metió su poderoso garrote dentro de ella.
😩 😩 😩
Liz gimió muy fuerte cuando le metió la puntita.
“¡Es gordita, pero podrás acostumbrarte!” le dije, al ver como ese tremendo bastón entraba por un agujero tan pequeño con fuerza.
“¡Está apretada!” me decía él, forzándola, pero se notaba que lo estaba disfrutando.
“¡Yo sé que puedes! ¡Yo sé que puedes!” le dije, dándole besitos.
😍 😍 😍
Y empezó a moverse muy despacio. Me perdía en su lengua, mientras sentía que todo se sacudía.
Mis pechos sudorosos estaban pegados al hombre que yo amo, en un fuerte abrazo de pasión.
No pasó mucho tiempo para que sus manos me empezaran a tocar por abajo.
😂 😂 😂
¡Me seguía deseando y yo estaba muy contenta!
“¡Qué pervertida eres, Marisol! ¿Cómo puedes besarme cuando le hago la cola a otra?” me preguntaba, con una voz desafiante.
Con una mano acariciaba mi cadera y se metía en mi rajita, que ya chorreaba a borbotones por él. Con la otra, acariciaba a Liz.
“Eres una putita pervertida, ¿Cierto? ¿Te gusta ver a tu marido coger con otras, no?” me decía él, con una voz que me ponía más y más caliente.
😩 😩 😩
“No solo me gusta… ¡Me encanta!” le respondí, entregándome al placer.
Liz gemía sacudiéndose y él le daba con mucha fuerza.
“No te basta con la vecina, ni con tus amigas, ¿Cierto, putita? ¿Tengo que cagarte también con la niñera?” me preguntaba, jugueteando con sus dedos por mi trasero.
😖 😖 😖
¡Chorreaba a mil por hora!
“Si, porque eres mío y muy lindo y no hay nadie más que yo quiera aparte de ti.” Le respondí, sobando mi cuerpo en él.
Y él me miró a los ojos, con mucha más ternura.
“¡Tú siempre serás mi putita pervertida, rara como tú sola! Y siempre voy a tener ganas de metérsela a mi putita regalona.”
😍 😍 😍
¡En esos momentos, no me pude haber sentido más feliz!
Y nos besamos, súper apretados.
¡Lo deseaba tanto en mí, que le dejaba sus piernas manchadas con mis jugos!
Le enterraba los pechos y le daba mis mejores besos, mientras él seguía bombeando sin parar a Liz.
😩 😩 😩
¡Se quejaba tan rico! ¡Y yo pensaba que le estaba dando tan duro por besarme a mí!
Nos mirábamos y me daba cuenta que era cierto. Que era yo la que él deseaba y me ponía más y más ansiosa.
La cama se sacudía muy rápido, pero para mí, el tiempo como que se detenía en sus labios.
Entonces, él no pudo aguantar más, se afirmó fuertemente de la cintura de Liz y le entregó toda su leche.
💦 💦 💦
¡Me encantó su carita y me sentí muy feliz!
😍 😍 😍
Liz estaba agotada (eran casi las 4 de la mañana y llevábamos unas 6 horas en la habitación), pero seguía mirando impresionada a mi marido.
¡Es que él es vigoroso!
😆 😆 😆
Me acuerdo de la primera vez que leí esa palabra fue en la “Máscara del Zorro”, en esa parte donde la niña se enfrenta al enmascarado en el corral.
El Zorro se escapó y cuando su papá la encontró, ella estaba semi- desnuda.
“Se fue… ¡Se fue!” reclamaba ella, porque se había ido dejándola toda cachonda.
Entonces, su papá le pregunto cómo era.
“¡Es vigoroso! ¡Muy vigoroso!” le respondió ella.
Y le pregunté a mi marido (que en ese entonces, era mi pololo) a qué se refería con eso.
☺️ ☺️ ☺️
“Es alguien que no se cansa fácilmente.” Me respondió, con su carita llena de vergüenza.
😍 😍 😍
Pero él es así y no solamente en el dormitorio. Es dedicado como padre, afectuoso como esposo y muy comprometido en su trabajo.
Mi papá nunca ha sido ni será la mitad de hombre que es mi marido, porque nunca le he visto rendirse, sin importar qué tan cansado esté.
Pero era uno de esos poquitos momentos en mi vida que lo veía cansado. Entre las 2 le habíamos sacado las fuerzas y verle resoplar y así de transpirado me llenaba de alegría.
Yo pienso que una buena esposa es capaz de dejar a su marido seco y satisfecho y eso es lo que yo no puedo alcanzar.
😔 😔 😔
Le entiendo perfectamente cuando dice que su Hannah le recuerda a mí cuando éramos novios, porque para mí, esta es la única manera de volver a tener a mi antiguo pololo.
Lo amo, me encanta cómo él es ahora y lo considero la persona más genial que he conocido, pero sigo extrañando esos tiempos donde él se esforzaba en hacerme feliz.
Esas veces que disfrutábamos poquito rato, pero él se contenía para que yo también lo pasara bien y que quedábamos deliciosamente cansados por el esfuerzo y riquísimo sacrificio.
☺️ ☺️ ☺️
Y ahí estábamos los 3, como si fuéramos los mejores amigos.
“¿Te gusto?” le pregunté a Liz, aunque por su sonrisa, la respuesta era obvia.
“¡Sí! ¡Nunca había tenido una noche como esta!”
😈 😈 😈
“¿Y viste que no duele tanto que te lo hagan por la cola? ¡Te lo digo, Liz! Mi marido es experto en hacer colas.”
“¡Te creo!” me dijo, con una cara de cansancio y satisfacción sin igual.
“¡Ahora me toca a mí!” le pedí.
Él me sonrió.
“Pero que sea la última. ¡Ya no puedo más, Marisol!”
😩 😩 😩
Y nuevamente, su cosita me ensanchaba ardiente y palpitante.
Mi colita hormigueaba por sentirla y no me importaba de dónde había salido y que no estuviera tan limpia.
Sencillamente, la necesitaba en mi interior.
😋 😋 😋
Iba avanzando lentamente y me quemaba mucho, pero valía la pena.
Él me agarraba de los pechos por encima del camisón y me los estrujaba, como si yo fuera una vaquita o como si quisiera envolver mis manos en ellos.
El ardor se hacía más fuerte y mi rajita empezaba a chorrear una vez más, mientras que su calor empezaba a entrar por mi trasero.
“¡Marisol! ¡Marisol!” decía mi nombre, como si sintiera dolor con su cosa, pero el placer era tan agradable que no le detenía.
😖 😖 😖
Mi cola ardía tan rico y apenas me podía apoyar. Él tiene tanta fuerza y estaba disfrutando tanto de meterla tan adentro, que tenía que echar para atrás mi cuerpo, lo que me daba la sensación que me la metía cada vez más adentro.
Me costaba respirar de la excitación y el movimiento era tan fuerte que sentía que todo mi cuerpo se sacudía con violencia.
Me quemaba y me quemaba, sin parar y empezaba a sentir más y más deliciosos orgasmos, que me dejaban borracha de felicidad.
😩 😖 😩 😖 😩 😖
Se sentía un ardor atroz, pero no quería que parara. Ese dolor punzante y delicioso parecía querer partirme en 2.
😂 😂 😂
¡Lloraba de felicidad al sentir sus quejidos! Porque sentía que lo lograba otra vez.
La satisfacción que era yo suficiente para mi marido y más y más fuerte me daba.
“¡Ahhh!¡Ahhhh!¡Ahhhh!” se quejaba él, pero no paraba de avanzar y eso me encantaba.
😩 😲 😩 😲
¡Era como si tuviéramos el mismo ardor! ¡Me empujaba tan fuerte, que pensé que me iba a matar!
😲 😲 😲
¡Y me mató! ¡Me mató con otros 3 potentes jugos!
💦 💦 💦
Mi corazón estaba conmovido. Sentía dolor, agitación, estaba llorando, sonreía, me sentía feliz…
😍 😍 😍
¡Tantas emociones!
Y él, afirmado fuertemente de mis pechos, sin querer soltarlos.
¡Simplemente, lo amaba más todavía!
Y tuvimos que esperar un rato…
😳 😳 😳
¡Para sorpresa nuestra, seguía muy parada, venosa e imponente!
¡Era la campeona indiscutida de la noche!
Pero él nos aseguraba que ya no podía más y que le dolía bastante.
😕 😕 😕
No la culpo, si le hicimos trabajar casi 7 horas sin descanso.
Y finalmente, nos dormimos juntitos.
😴 😴 😴
No pasaron 2 horas y se escuchó el ruido de las pequeñas. Quise ser buena mamá, pero me dolía todo el cuerpo.
Pero él, mi héroe, mi “Valiente y astuto Ulises”, se sobrepuso al cansancio y bajó a la cocina, a buscar los biberones.
Miré a Liz y me sonreía complacida.
“¿Te sientes bien? ¿Valió la pena?” le susurré, a pesar que éramos las únicas en la habitación.
Me sonrió con los ojos, diciendo que sí.
“Si quieres, puedes abrazarlo cuando vuelva.”
Él volvió a los pocos minutos y se acostó nuevamente entre nosotras.
😍 😍 😍
Yo, como la esposa amorosa que soy, le tomé su brazo y lo puse entre mis pechos, para abrigarle y le dejé su manita en la entrada de mi rajita, por si quería juguetear mientras dormía.
Me gustaría creer que Liz hizo lo mismo también.
😘 😘 😘
Y nos levantamos como a las 10, con una sonrisa de un millón de dólares y le dejamos dormir hasta la 1 y que jugara lo que quisiera por ese día, ya que nos dejó más que satisfechas.
Y así se me ha pasado la noche, larguísima, tocándome y pensando en él. En un par de horas me tengo que levantar para ir a la U, pero la ansiedad que él estará aquí cuando regrese no me deja dormir.
😔 😔 😔
Aunque Liz y yo hemos hablado poco del tema, las 2 nos hemos puesto para enseñarle a hablar más a las pequeñas.
😈 😈 😈
Porque si mi “Demonio de Tasmania” se puso así porque mi gordita caminó, ¿Cómo se pondrá si su primera palabra es “Papá”?
😈 😈 😈


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3 comentarios - ¡Ataquemos al “Demonio de Tasmania”! (IV)

pepeluchelopez
Demonio de tazmania. Mejor titulo no hay. Definitivo súper acertado muy buenisimo. Te sale muy bien la escritura ya casi relatas como el pero con tu toque de mujer enamorada. Por cierto te recomiendo una canción que llama "woman un love" de barbara s.