La hermana de mi amigo (1ra parte)

Era época de verano. Un amigo, que se llamaba Pablo, tenía pileta en su casa, por lo que con otros amigos íbamos y pasábamos todo el día en su casa. A parte sus padres no estaban ya que salían de vacaciones. La que sí se quedaba con él era su hermana, Evelyn. Con mis amigos, nos llevábamos bien con ella. Era una chica copada, divertida, por lo que no teníamos problema con ella y hasta la invitábamos cuando hacíamos asado y demás cosas. Era una más del grupo.
Un día llegando en bicicleta a la casa de Pablo, se me rompe el short (se me "raja al medio";). Cuando entré a la casa, le pedí a Pablo si no tenía un short para prestarme. Me dijo que sí, que valla hasta su pieza que en uno de los cajones había uno. Fui hasta su pieza y vi que había más de un cajón. Entonces abrí el primer cajón para ver donde tenía el short. Cuando lo abrí, vi toda ropa de interior femenina (bombachas, corpiños, tangas). Era el cajón de Evelyn. Ella dormía en la misma habitación de Pablo y compartían el ropero. Cuando lo voy a cerrar, apareció Evelyn y me dice: Hola, ¿cómo estas? ¿Que andas buscando? y miró que "su" cajón estaba abierto. Hola Eve, todo bien y ¿vos?. Estaba buscando un short de tu hermano porque el mío se me rompió pero me equivoque de cajón. ¿cuál es el de él?, le contesté. El de abajo de todo y me miró el tajo que me había hecho en el short. ¿con qué lo rompiste?. Lo enganche con la bici, ya no sirve más. Cuando cerré la puerta del ropero y encaré para el baño, Eve me dice ¿a dónde vas?. Al baño, a ponerme el short. Está Pablo en el baño y va a tardar. Ponételo acá, total no voy a ver nada nuevo,jaja (aclaro que con Evelyn nos conocíamos desde chicos, ya que con Pablo eramos muy amigos y yo iba casi siempre a la casa) Yo me reí y me cambié el short. Que lindo bóxer tenes, me dice Eve. Jaja, es nuevo, le contesté. Me puse el short y Eve me dijo: necesito un consejo masculino tuyo, porque mi hermano no me da bola. Bueno le dije, ¿qué necesitas?. Fue hasta la pieza de sus padres que quedaba en frente de la suya y vuelve en ropa interior, más precisamente con un conjuntito negro. Apoya sus dos manos en su cintura y me dijo: ¿que te parece? ¿me queda bien? Tratando de no mirar sus noventa de pechos, le dije que le quedaba divino (y era cierto, estaba para decirle otra cosa "subida de tono" pero no me animé). Te queda muy bien ese conjuntito. Ayy gracias, al fin un hombre en esta casa que me dice algo lindo. Y de atrás, ¿como me queda? y se da vuelta. Cuando se termina de dar vuelta y empiezo de izquierda a derecha a ver esa cola se me paró la pija de tal manera que tuve que correrme para que no viera mi bulto excesivo. Era hermosa esa cola. Fácil tenía noventa. Tengo que decir que la hermana de mi amigo estaba buena, muy buena. Nunca la había mirado con otros ojos porque era la hermana de mi amigo y a parte porque era más chica que yo. Pero a partir de ese día cambié de opinión.
De atrás te queda bárbaro, te hace sacar más cola le dije. ¿En serio? me contestó mirándome de espaldas. Si si, en serio, le dije. Gracias por tu ayuda, después te doy tu recompensa me dijo llendose para la pieza de sus padres. Yo me quedé con la cabeza dando vueltas por lo que había visto y por lo que me dijo.
Fui hasta el patio de la casa y me metí en la pileta ya que los 30 grados se hacían sentir. Con mis amigos y también con Pablo jugamos con una pelotita de tenis. Estuvimos como media hora así. Me senté en el borde de la pileta ya que me había cansado un poco. A lo lejos vi que Evelyn se había puesto una bikini verde y venía hacia mí. Se sentó al lado mío. Traté de no mirarla porque sino se me iba a "parar" otra vez pero no pude. Sus tetas que se escapaban por todos lados y su cola que era demasiado grande para el pequeño borde de la pileta hicieron que se me parara otra vez. Por eso me metí otra vez al agua con la excusa de que tenía calor. Me quedé al lado de ella y charlamos bastante mientras que su hermano y mis amigos seguían jugando. Nos pusimos al día con muchas cosas nuestras y yo, intrigado por lo que me había dicho en su pieza, le pregunté: ¿cuál es la recompensa que me queres dar?. Ella se acerca a mi oído y me dijo: a la noche lo sabrás y se levanta y se va caminando hasta la cocina (por supuesto que le miré toda la cola). Cuando ella llega a la cocina (yo la estaba siguiendo con la mirada) me guiña su ojo derecho. Yo le sonrío pensando en lo que podía pasar a la noche.