Obra en construcción (2da parte)

Antes de seguir con el relato, quiero contarles muy brevemente como estábamos vestidos: ella, tenía una blusa negra, que desde sus hombros era transparente, por lo que dejaba verlas tiras de su corpiño que también era negro. Para seguir con el color, ella llevaba puesto una pollera, que por cierto le quedaba divino y que le cubría hasta sus rodillas. Yo tenía puesto una camisa blanca a cuadritos con una jean azul. 

Cuando terminamos de entrar a la obra, intenté arrimar un poco más el portón pero estaba pesado y no quería hacer ruido, por lo que lo deje como estaba. Con mi amiga, encaramos muy lentamente. Estaba algo oscuro pero la luz de la luna nos iluminaba lo suficiente para poder ver. Nos fuimos hacia nuestra a nuestra izquierda ya que había cemento, cosa que a la derecha no y caminamos unos 30 o 40 metros más hacia el fondo. Ahí encontramos una silla de madera, algo sucia pero que nos sirvió para lo que les voy a contar. Yo me adelanté a mi amiga, ya que venía detrás suyo y tomé la silla con mi mano derecha. Antes de que llegue a decirle algo, ella me dijo: no, esta vez me toca a mí, así que sentate vos.Yo, como buen muchacho, le hice caso. Cuando terminé de sentarme, ella se arremanga su pollera y se sienta sobre mis piernas. Intenté ver que llevaba puesto debajo pero no logré hacerlo. Lo primero que hizo fue mirarme a los ojos. Lo segundo fue colocar sus manos detrás de mi nuca. Y lo tercero fue darme besos en mi boca. La acción había empezado.


Luego de darme pequeños besos en la boca, yo empecé a darle mis besos y la cosa se empezó a tornar algo caliente. Una vez más, como en el anterior relato, ambos queríamos comerle la boca al otro. Ah, por cierto, mis manos ya estaban tocando su hermosa y durita cola. Mi mano derecha estaba en su nalga izquierda y mi mano izquierda estaba con su nalga derecha. Luego de comernos las bocas, ella giró su cabeza y empezó a darme besistos por mi cuello. Hasta el día de hoy recuerdo dicha sensación. Mi cuello fue  besado y chupado por la boca de mi amiga. Después de este besuqueo, ella me desprendió un botón, dos botones y tres botones de mi camisa para meter su mano derecha y para luego darme besos. Yo me sentí como un Rey y todavía faltaba mucho por recorrer. Parece ser que mis botones que todavía estaban prendidos le impedían a ella seguir con su juegito,por lo que no tardó mucho en desabrocharlos. No estaba en cuero pero algo parecido. Siguió dándome besos hasta llegar al botón de mi jean. En ese momento miré hacia el cielo, que estaba estrellado y me dije: Que lindo que es estar vivo! Ella, antes de seguir, levantó su vista para mirarme y sonrió con una sonrisa picarona. Con su dedo índice y el pulgar, me desabrochó muy lentamente el jean. Me bajo hasta el fondo el cierre y hasta la mitad de mis muslos al jean. Al descubierto quedo mi bóxer negro. Mi bulto era ya notorio a esa altura. Ella se mordió el labio inferior y metió su mano derecha. Antes de sacarlo, lo toco y lo toco y lo toco. Primero de arriba hacia abajo y luego la cabeza de mi amigo con la yema de sus dedos. De la misma manera que en el colectivo. Luego de tocarlo por uno o dos minutos, lo sacó hacia afuera. Me corrió el bóxer hasta donde estaba mi jean. Ahí empezó unos de los mayores placeres que puede disfrutar un hombre. Al principio, su boca, estaba tranquila y parecía saborear a mi amigo que ya estaba duro. Pero luego su boca estaba incontrolable y quería hacer de todo en tan poco tiempo. Sus manos también fueron cómplices de esa chupada que hasta el día de hoy la recuerdo. En un momento,ella deja de chupármela y tocármela y abre su blusa, dejando ver su corpiño y sus duritas tetas. Antes de seguir con lo que estaba haciendo, me dice que antes de eyacular le avise. Yo, que ya ni pensaba le dije: sisi, yo te aviso.Pasados un minuto y medio de esto, yo le aviso que ya estoy por acabar y ella,que saca mi amigo de su boca, me dijo: bueno. Yo no sabía si se la iba a tragar o no. Pero no llegue a preguntarle que mi lechita estaba entrando en su boquita, que la había abierto bastante grande. Ninguna gota de mi lechita se derramó por su boca, es decir la muy gauchita se la tragó toda. Yo al ver eso me calenté más y la senté en la silla de un saque. Ella me miró y me dijo: Ayy!! Con cara bien de gata. Le comí la boca y el cuello con tres chupones que la dejaron con los pelos todos despeinados. Yo a esta altura ya estaba fuera de sí y quería hacer todo lo que me imaginaba. Por eso le saque la blusa y su corpiño y empecé a lamer sus pezones que estaban muy duritos. Mientras se las chupaba, también se las tocaba abriendo muy grande mis manos para disfrutar de toda esa delantera. Ella colocó sus manos en mi cabeza y empezaba a gemir. Iba de un pezón a otro, chupando todo lo que tenía adelante mío. Luego de disfrutar de todo esto, ella me levanta la cabeza y me dijo: lo quiero intenso, más intenso. Yo rápidamente me acordé cuando me lo dijo en el colectivo, es por eso que pasé de largo su panzita y fui directo a su entrepierna. Le subí su pollera hasta la panzita y ahí estaba el tesoro tan ansiado y buscado. Como la otra vez también tenía una tanga pero de color negra. No terminé de ver su hermosa tanga que me vuelve a decir: lo quiero intenso y lo quiero ahora querido. Yo sin pensarlo le baje con rapidez su tanga hasta la altura de sus gemelos y empecé otros de los mayores placeres que puede disfrutar un hombre: chupar una rica concha.Mi lengua se descontroló totalmente y no dejó ninguna parte de su concha sin chupar. Sus labios los humedecí hasta que ella me dijo basta y mis tres dedos que le introduje fueron también responsables de que aquella noche ella tuviera su primer orgasmo. La puntita de mi lengua toco desde arriba de todo hasta abajo toda su concha y también le metí hasta donde pude toda mi lengua. Escucharla a ella gemir y decir que no paré me dio más ganas de chuparla. Si mis manos no tocaban su concha era porque las tenía ocupada tocando sus duritos pezones. Luego de seguir por unos minutos así, ella tuvo un segundo/tercer orgasmo. Lo digo así porque fueron dos gemidos juntos y muy fuertes(luego ella me confesaría que fue así). 


Después de que ella disfrutara, nos acomodamos para hacer lo que más queríamos. Yo me levanté, ya que estaba arrodillado. Ella hizo lo mismo pero desde la silla.Ambos nos miramos. Yo, sin perder tiempo, fui al grano y le dije: ¿cómo lo hacemos? ¿La silla?, ¿la pared?, ¿el suelo? Elegí. Vení, vamos contra la pared,me dijo. Los dos deseábamos poder sentir el cuerpo del otro dentro de uno. Sí,nos preparamos para cojer. Ella se sacó la blusa, que la colgó con su corpiño en la silla, quedándose con su pollera por la mitad de su panza y yo, sacándome primero las zapatillas, me saqué a los tirones el jean y el bóxer, quedándome con la camisa desprendida y las medias. Ella se apoyo con la pared que estaba detrás de la silla y yo me paré enfrente de ella.  Antes de empezar, yo la miro y le digo: ¿no te estás olvidando de algo? Ella, sin responder nada flexiona primero su pierna derecha y luego la izquierda y se saca la tanga que la cuelga en la silla. Sin darnos ningún beso ni caricia, con mis manos la levanté desde sus muslos (parte posterior) y la bajé para que mi amigo se meta en su concha. En el primer intento que la penetro, ella larga un gemido corto, por eso yo me freno y le pregunto: ¿te duele mucho? y ella me responde: Nono, vos seguí. Al darme ruta libre, yo empecé a darle cada vez con más fuerza. Al ver que ella empezaba a disfrutarlo, yo le dí más velocidad y empezamos a gozarlo juntos.Ambos estábamos cumpliendo lo que tanto habíamos soñado. Ella,como una gata salvaje, agarraba mi pelo con sus dos manos y me lo apretaba. Yo,la subía y bajaba constantemente sin parar. Sus gemidos me volvían loco, eran como un estímulo a que le siga dando. Por mi amigo, sentía que algo corría.Algo liquido. Ella había tenido otro orgasmo. Por eso, ella prefirió que cambiemos de posición. Ésta vez, yo me corrí hacia atrás y ella se dio vuelta,alejando sus manos una de otra lo más que pudo y sacó hacia afuera su hermosa cola, dejándola al descubierto. Yo, que entendí su mensaje, me acerque a ella para meterle nuevamente mi amigo por la  húmeda concha. Métemela hasta el fondo me dijo, cosa queme sobrecalentó. Mi amigo entró de lleno y directo hasta el fondo de su concha.Ella, como siempre seguía gimiendo. Se la habré metido unas 25 veces mínimo.Entre tanto meta y saque, ella me dijo que no le acabara adentro, cosa que cumplí. Es por eso que antes de eyacular, saque mi amigo de su  concha y acabé afuera. Fueron tres chorros de leche intensos. Me sentí muy relajado después de eso. A todo esto, mi amiga se dio vuelta y me dijo: estabas algo cargado ¿no? Yo solo le sonreí. Mis fuerzas estaban algo flojas. 


Luego de vivir una de las mejores noches de mi vida, ambos nos volvimos a vestir. Cuando llegamos al portón, (ella iba adelante mío), la detengo y le digo: ¿no me vas dar el regalito como la otra vez? Ella gira su cabeza mirando a través de su hombro izquierdo y me dice: ah, te gustó ¿no? Y yo le respondo: me encantó. Entonces ella me dice: bueno, si la queres, sacala vos. Yo, sin ningún problema,  le metí mis dos manos, sin correrle la pollera, y se la saco lentamente. Ella se quedo quietita.
Antes de salir, nos fijamos para ver si había alguien, cosa que no y entonces encaramos.Cuando llegamos a la vereda de su casa, nos paramos enfrente del otro y nos miramos por algunos segundos.  No hacía falta que digamos algo, todo lo que teníamos para decir ya había sido dicho. Ella se dio media vuelta y camino para la puerta de su casa. Yo hice lo mismo, pero para la puerta de mi auto.

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