Novia, hermano y alcohol (I): Navidad

Para navidad mis viejos se fueron de viaje y mi novia y yo nos quedamos a cuidarles la casa. Aproveché para hacer una fiesta, amigos, familiares, etc. No fue una fiesta formal de navidad, arrancamos la joda al mediodía del 24, a la tarde ya estábamos todos en pedo, y después del brindis, que fue un desastre, ya la gente se empezó a ir. Cerca de la 1:30 am solo quedábamos mi novia, mi hermano y yo, totalmente en pedo y ya casi para ir a dormir, no nos quedaba mucha fuerza para nada. Entonces mi hermano nos mostró que tenía una bolsita de merca y nos preguntó si queríamos levantar un poco. Yo no soy muy amigo de esa droga, me parece que es una porquería, aunque la había probado alguna vez (y tampoco mi hermano, eso que tenía se lo había dado un amigo que había dejado y se quería deshacer del resto que le quedaba). Mi novia no había probado nunca, así que le dio algo de curiosidad. Y con el pedo que teníamos, y las ganas de seguir de joda, aceptamos nomás. Mi hermano armó unas rayitas en un plato, las tomamos, y de golpe estuvimos los tres igual de en pedo que antes, pero bastante más despiertos. Estábamos echados en el sofá, nos agarró un ataque de locuacidad y empezamos a hablar sin parar. Entre los temas que tocamos, obvio, hablamos de sexo (llegamos a eso porque antes en la fiesta habíamos estado jugando al sextionary), y así borrachos, desinhibidos y estimulados como estábamos, nos quedamos hablando de eso un buen rato. Era de esos momentos en que se mezclan nervios y excitación, con la sensación de que no te importa nada, de que vale decir cualquier cosa, delante de gente a la que en un estado normal ni loco le contarías eso, y cuanto más zarpado lo que decís, más excitado te sentís. A mi novia se le había soltado la lengua, y nos contó sus primeros juegos sexuales (al doctor), con su hermano y una amiga cuando eran chicos. Mi hermano y yo le contamos algo que nunca le habíamos confesado a nadie: que cuando teníamos 14 un verano que nuestros viejos nos dejaron solos nos dedicamos varias noches a ver porno y hacernos la paja juntos, sentados en el sofá, tapados con una sábana. A mi novia le encantó esa historia, le dio mucha ternura y le pareció muy erótica al mismo tiempo, nos dijo que le hubiera gustado estar ahí con nosotros en ese momento. Le dijimos que obvio que en esa época una presencia femenina nos hubiera alucinado, pero a esa edad no teníamos ni chance de eso, las chicas no nos daban ni bola. Entonces nos dijo que por que no lo hacíamos ahora. Si teníamos la computadora ahí, podíamos buscar cualquier video porno y masturbarnos los tres en el sofá, tapados con una sábana, si estábamos en confianza. A mi me recontra calentó la idea, y me apuré a dejar en claro que me gustaba, tanto para que mi novia no se arrepintiera, como para que mi hermano supiera que estaba todo bien. Mi hermano dudó un poco, pero lo miré y le puse cara de “dale, aprovechá que no se da todos los días esto” y entonces se prendió. Mi novia nos dijo que eligiéramos nosotros, que seguro la teníamos más clara con el porno. Elegimos un par de videos entre los mejor puntuados que encontramos. Antes de ver los videos tomamos un poquito más. Mi novia se quedó en bombacha (mi hermano la vio un poquito, eso me gustó), nosotros en bóxers, y nos tapamos con la sábana. Primero vimos uno de una piba que se la chupa al novio en un fiat 147 y le pide por favor que le acabe en la boca, y el pibe no quiere, por más que ella trata de convencerlo. Después pusimos uno más largo, de una chica rubia que se la cogen dos tipos en una plaza delante de un grupo de colegialas. Mientras nos pajeabamos seguimos hablando. Mi novia nos preguntaba sobre como era cuando eramos chicos, que películas vimos, que partes nos excitaban más, le preguntaba cosas a mi hermano sobre su primera vez, sobre si alguna vez había hecho un trío o se había cogido una virgen, cosas así. Bajo las sabanas se notaban nuestras dos pijas, a punto de explotar., y un poco menos se notaban los movimientos de mi novia, más delicados, con la manito moviéndose abajo de la bombacha. Mi hermano estaba a la izquierda, yo en el medio, y mi novia a la derecha. Ibamos por la mitad del video porno (a la rubia ya se la estaban recontra culeando los dos flacos) cuando mi novia me preguntó, en voz alta, si alguna vez le había mostrado a mi hermano las fotos que le saqué para poringa. Me soprendió bastante que mi novia contara eso, fueron unas fotos que le saqué un tiempo atrás con la fantasía de mostrarla, algo delicado, casi todas en bombacha y en tetas, unas con la bombacha corrida como para que se le viera un poco la conchita (depilada). Le dije que no, que no se las había mostrado. Me preguntó si se las podíamos mostrar. Obvio que sí, me levanté y busqué las fotos. Todas de ella posando en la cama haciéndose la putita, colita para arriba, de costado, con distintas bombachas, a veces un poco corridas, a veces un poco bajadas, algunas por las rodillas. Una con la bombacha por los tobillos y la cola acabada. A mi hermano le encantaron. Mi novia le preguntó si no tenía fotos suyas o con alguna chica. Mi hermano nos dijo que fotos no, pero que tenía un videíto de ocho minutos cogiendo con su ex, que no sabía si daba para mostrarlo. Mi novia le dijo que sí que daba, que por favor, que él acababa de verle hasta la conchita en esas fotos. Mi hermano dudó un poco pero se puso a buscar el video. Ya estábamos en una que no nos importaba nada, posta habíamos retrocedido a los 14 años, era como que el tiempo nos había dado una segunda chance de hacer lo mismo que tanto nos había calentado años atrás (disfrutamos mucho aquellas primeras pajas) pero encima con la participación de una chica. Le dije eso a mi novia. Mi hermano, que buscaba su video, estuvo de acuerdo. Mi novia dijo que le encantaba ese papel que le tocaba, que lo quería cumplir bien, como un regalo para nosotros, y le dijo a mi hermano: “-Ya que vas a compartir con nosotros un video íntimo tuyo, esta chica te quiere dar algo a cambio. Pensá si fueras ese chico de 14, que le pedirías a la chica que haga? Pero pensalo como chico de 14, no me pidas algo de grandulón”. Me mataba lo retorcida que estaba siendo mi novia. Siempre había fantaseado cosas así, incluso en la cama a veces jugábamos a imaginar que cogíamos con algún amigo mío, amiga suya, o incluso un par de veces con mi hermano, al cual por supuesto nunca le contamos nada (una vez, en un polvo muy lindo, fantaseamos con que mi hermano se la metía en la cola mientras yo la cogía sentada arriba mío). Pero tener un juego sexual con un tercero de confianza, encima mi hermano, y que mi novia llevara la batuta de ese modo me estaba volviendo loco de morbo. Aparte me encantaba verla disfrutar, y también que mi hermano la estuviera pasando tan bien, obvio. Y me calentaba mucho verlos interactuar. A cada cosa que pasaba, mi novia me miraba de reojo como pidiendo permiso o en señal de respeto (como para que yo le marcara si me parecía que se estaba pasando en algo), pero con mi hermano hablaba de igual a igual, como si a mi ni me hubiera mirado. Se hizo un suspenso mientras mi hermano pensaba. Me miró, como buscando alguna señal en mi cara, yo le di a entender que estaba todo más que bien. “Y? Que pide ese nene de 14?” lo apuró mi novia. “Bueno”, dijo mi hermano con la voz temblando un poco, “le pide que se saque la bombachita y se la de para olerla mientras se masturba. Acordate que tiene 14 y nunca conoció ese olor”. A mi novia le encantó. Se le notó en la cara que casi acaba en ese instante. “Ok”, le dijo mi novia, “levantate, poné el video, y antes de que lo empecemos a ver yo me la saco y te la paso”. Mi hermano se levantó con la pija paradísima, puso el video, lo dejó en pausa. En la pantalla se veía una chica muy inda, en cuatro, sobre la cama de un telo. Volvió, y se tapó de nuevo. Mi novia se sacó la bombachita por debajo de la sábana y se la alcanzó. “Tomá nene, disfrutala”, le dijo. Era una tanga verde fluo. Mi novia se la había puesto con la idea de coger conmigo cuando todos se fueran. Mi hermano la olfateó con placer, la tanga estaba toda mojada. Me volvió loco ver a mi hermano tocando y oliendo una bombacha de mi novia, algo que un rato atrás parecía impensado. “Ponele play”, dijo mi novia, y nos avisó –“Me parece que yo voy a acabar ahora. Si ustedes pueden aguanten y la seguimos un toque más”. A nosotros nos pareció perfecto. Los dos queríamos verla y escucharla acabar. Mi hermano le puso play al video. De pronto entraba él a cuadro, la chica estaba en cuatro, la inspeccionaba, le pegaba un lengüetazo en la concha, le abria los cachetes de la cola, la olía, le daba un lengüetazo en el culo. Después se la empezaba a coger, anal. A la mitad del video, mi novia empezó a gemir. Nos preguntó que nos parecía si le dejábamos el lugar del medio, que quería acabar entre nosotros dos. Se pasó al medio, siguió masturbándose cada vez más fuerte. Nosotros también, pegados hombro con hombro a ella, uno de cada lado, hasta que en un temblor acabó, en medio de unos gemiditos infernales. Ahí paramos los tres. Yo me levanté a buscar agua, le alcancé un vaso. Le di un beso en la boca y le dije que había sido hermoso lo que hizo. Mi hermano estuvo muy de acuerdo. Había sido una experiencia increíble. La bombacha estaba tirada por el suelo. Estabamos los tres agitados, pero ella más. Descansamos unos minutos, pero seguimos hablando del tema, contando historias, fantaseando, no podíamos parar. Vimos el final del video. Mi hermano le sacaba la pija del orto de su novia y le acababa toda la cola, ella se daba vuelta y le daba un beso. Mi novia vio eso y dijo que ella ya estaba para seguir un poco más. Mi hermano le preguntó si nosotros no teníamos algún videíto cogiendo para mostrarle. No, la verdad que no teníamos, habíamos hecho un par una vez pero los habíamos borrado. “Qué lástima”, dijo mi hermano, “hubiera estado buenísimo ver un video de mi hermano dándole pija a esa novia preciosa”. “Video?” dijo mi novia. “Nos tenés acá, no querés vernos un toque en vivo?”. A mi hermano y a mi se nos cortó la respiración. “Dale”, le dije yo. “Vos sos nuestro invitado, vos nos dirigís. Elegí tres cosas, las hacemos, y después acabamos todos”. “Dale”, dijo mi hermano, “pero antes tomemos un toque más”. Tomamos un poquito más los tres, y ya más envalentonados, preparamos todo para empezar. Hicimos cama el sofá, y mi hermano se ubicó en un sillón individual en frente. Se iba a tapar con la sábana, pero mi novia le dijo que no hacía falta, y que quería verlo disfrutar cómodo, pajeandose con la pija afuera. “Y, que querés que hagamos?” dijo ella. Lo primero que pidió mi hermano fue ver como me chupaba la pija. Pasó todo en unos minutos nomás, estábamos los tres con urgencia de acabar. Pero unos minutos gloriosos. Me la chupó re bien, mientras le hablaba a mi hermano, y le contaba que siempre me la chupaba así, que a veces se tragaba la leche, y que otras le acababa en las tetas, la cola, y varios lugares más. La segunda postura fue perrito. Ella se puso en cuatro y yo se la di un rato por la conchita. Ella lo invitó a mi hermano a que se acercara y mirara de cerca su carita, como iba entrando mi pija, como se bamboleaban las tetas, Yo no daba más. La tercer (y última) postura que pidió mi hermano fue los dos de costado, frente a frente, muy cerquita, torso con torso, besándonos la boca. Yo no daba mas, ellos tampoco. Avisé que ya acababa. Ella empezó a gemir y a moverse más fuerte. Mi hermano nos miraba parado al lado nuestro, con la pija y la tanguita verde de mi novia en la misma mano, masturbándose con furia. Se me nubló la vista. Empecé a acabar a chorros adentro de la conchita de mi novia, ella también empezó a acabar, mientras nos metíamos mutuamente las lenguas en la boca. Desde arriba, al lado nuestro, mi hermano también empezó a acabar, mi novia y yo sentimos los chorros de su semen que caían sobre nuestros torsos y nos salpicaban la cara. Un par de gotas se alcanzaron a colar en nuestro beso. Por fin nos aflojamos. “Perdón”, dijo mi hermano, que nos había empapado. “Estuvo muy copado”, dijo mi novia, “no mi amor?”. “Sí, increíble”, dije yo, con los ojos cerrados, muy relajado. Le dijimos que se quede a dormir, eligió el sillón donde había pasado todo, a pesar de haber varias habitaciones libres. Nosotros nos fuimos a la cama de mis viejos. Antes de dormir, ya solos los dos, nos masturbamos hablando de lo que había pasado, y también pensando en que no habíamos tomado ni la mitad de eso, y que para año nuevo podíamos invitar a mi hermano otra vez, hasta planeamos un par de cosas para hacer con él. Mi novia acabó por tercera vez, tocándose. Después me la chupó y se tomó la poca leche que me quedaba. Dormimos re bien toda la noche.

7 comentarios - Novia, hermano y alcohol (I): Navidad

dantraloco
Y no te gusta la merca pero metes y que se meta tu novia, muy feo eso eh
luismiguelito78
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Me hubiera encantado ser tu hermano... tremendo afortunado XD!!!

novia_PUNTOS para VOS
AngelGabr2
es obio cuando tomas merca dejas de estar borracho directamente, buen relato saludos