Hermana Marina Parte 4



Parte 4.

...vi cómo juntaba el semen con sus dos manos, como jugando con él. Tomó una toalla de mano, sin apartarse demasiado, se fregó las manos con la toalla y la empezó a pasar despacio por mi pija, por mis bolas, por mi abdomen, limpiándome como si quisiera que mi satisfacción fuera plena.

Me quedé recostado mientras me acariciaba y me lavaba. Dejó la toalla en el piso, besó mi pubis, delicada y largamente, y se quedó sentada al lado mío.

-Estas bien?
-Si, creo que me caí y me golpeé la cabeza...
-Si, y sabés que pasó después? -tuteaba-
-Mas o menos, pero no le pienso decir a nadie, nunca. Puede ser un secreto, nuestro -Dije, sembrando dudas e ideas.-

Se mantuvo callada un rato. Subió mis calzoncillos hasta la cintura del lado trasero, innecesariamente tomó mi pija y la metió en el calzoncillo y subió el pantalón.

-Gracias Marina... -y me atreví a usar su nombre a secas-
-De nada...
-Si usted se cae y se golpea, yo la voy a ayudar también!
-SI?
-Obvio, todo va y vuelve...



Después de ese "incidente", nos podíamos ver muy poco, pero la tensión aumentaba entre nosotros.
En las clases de catequesis nos mirábamos y se perdía entre pensamientos y el contenido que exponía. Me miraba a los ojos por larguísimos segundos y, de no ser por lo idiota de todos mis compañeros (de ambos sexos) todo habría sido evidente.

Los viernes no había contra turno en la escuela. Debe haber sido una disposición pro-fin-de-semana. Sabía que si tenía oportunidad de reencontrarme con la Hermana Marina podía seguir con mi plan y el viernes era un día apuntado para el encuentro.
Ni bien dio el timbre del fin de clases, me fui corriendo con mochila y todo hasta el patio y de ahí salté al convento. Era cerca del mediodía. El convento llevaba ese nombre por obediencia al concepto pero la verdad es que eran dos o tres monjas jóvenes (Marina y Lucía, muy lindas) y dos o tres monjas viejas, viejísimas. Un cura que nunca andaba por ahí por miedo al qué dirán o por prohibición canónica y, en ese momento, yo.
Me acerqué a la cocina y la vi cortando frutas...

-Hola! -dio un pequeño saltito...
-Hola! Como estas?
-Bien, te pasé a visitar y, si no es molestia, comer con vos...
-Si te gusta la fruta...
-Me encanta!
-Sentate en el tablón y te sirvo...
-Pero va a comer conmigo, no?
-SI!...

Se acercó con una fuente de ensalada de frutas y se sentó, esta vez, al lado mío.
Comimos relativamente callados y bastante poco. Ella recostó un brazo, apoyó un codo y bajó el mentón sobre el brazo, como recostándose en la mesa. Yo le agradecí por la comida y le pregunté:

-Puedo hacer algo? lavar los platos, ordenar algo...
-No, no. Está bien... Que andas haciendo acá?
-La vine a ver porque ahora somos amigos...
-Me gusta ser tu amiga...
-A mi también...

Me paré y, diciendo que era muestra de gratitud, empecé a acariciarle la espalda...

-Le voy a hacer unos masajes para que se relaje hermana...
-No...ha...ce... falta...ah.... -replicó vaguísimamente, como pidiéndome por favor que no le haga caso... No lo hice.

Acariciaba su espalda y masajeaba sus hombros y cuello (con dificultad por culpa del hábito). Ella se recostaba cada vez más sobre la mesa y gemía sin culpa por la pureza de mis acciones. Sacaba su culito para atrás, inconciente. Yo acariciaba sus hombros y bajaba por la espalda con mis manos llegando a su cintura y quizás mas abajo... ella no decía nada.
Deslicé mis manos por su cintura y las subí por las costillas: se estremeció en sutiles cosquillas e inequívocos signos de placer. Lo volví a hacer pasando más cerca de sus tetas... ella no decía nada.
Acaricié su espalda y bajé hasta la parte superior de sus nalgas... se incomodó pero no dijo nada.
Ya confiado subí hasta sus hombros, bajé despacio por sus tetas, rozando sus pezones, viendo como paraba para atrás el culito y cerraba fuerte las piernas. Apreté ligeramente las tetas firmes que escondía bajo su atuendo de virgen y bajé con mis manos hasta su culo que ya sobresalía totalmente del banco del tablón. No dijo nada.
Masajeé ese culo durito mientras me moría de ganas de comérselo.
Ella se paró y se recostó entera sobre la mesa dejando las piernas sobre el piso.
Empecé a acariciarle el culo con más osadía, mas violencia, ya no acariciaba nada mas. Se me ocurrió bajar por las piernas y subir acariciando las piernas debajo del vestido... lo hice hasta las rodillas y se estremeció.
Volví a acariciarle el culo, abrí un poco sus piernas para poder masajear la rayita del culo y llegar cerca de su conchita... sentir como corrompía a esa belleza pura... le abría el culo y pasaba mis dedos por la raya, pasaba mi mano de filo cerca de su conchita. Bajé de nuevo por sus tobillos y subí hasta las rodillas por debajo del vestido pero no paré ahí, seguí más, me acerqué a sus muslos, puse mis manos en su culito y empecé a acariciarlo, sin telas de por medio.

Acariciándola así, puse una rodilla sobre el banco, tomé una de sus manos y la apoyé sobre mi bulto, que se sentía tras el pantalón de gimnasia. Escuché clarito que dijo "Siiiii", despacio, gimiendo...
Empezó a masajearme la pija mientras yo jugaba con su culito y rozaba apenas esa conchita, de lejos, sin llegar a lo verdaderamente erógeno.

Ella sola, sin mi intervención ni mi guía, sacó mi pija del pantalón y la agarró (no la movió, no la pajeó, nada. Simplemente la agarró)... en cuanto hizo eso, yo metí mi mano lo más cerca de su sexo que pude. Sentí todo el calor que había estado generando. Cuando hice esto, tensó todos los músculos de sus piernas, sacando involuntariamente mi mano de donde había llegado a colocarla, y empezó a temblar sin soltar mi pija.
Tuvo un orgasmo fuerte y duradero y no me permitió seguir trabajando ese orgasmo mientras lo tenía. Se limitó a acabar por un mínimo roce de mi mano cerca de su clítoris mientras sostenía mi pija.

Así estuvo unos segundos, largos, varios. Cuando terminó de convulsionar de placer me soltó y se acomodó de frente a mí. La miré a los ojos y lamí mi mano. Ella, con los ojos vidriosos hizo lo mismo, sintió mi esencia, de nuevo.

2 comentarios - Hermana Marina Parte 4

gerchu0
Mm muy bueno..excitante como acabo la hermana....espero como continua...no. hay dont de ella
WaltWhite
Ya saliò una nueva entrega!

http://www.poringa.net/posts/relatos/2693242/Hermana-Marina-Parte-5.html