Mi vecina del 2º C

Me parecía un sueño pero allí estaba María, mi vecina del 2º C, de rodillas en el suelo de mi salón comiéndose mi polla. No era la mejor mamada que me habían hecho pero si era la mujer más espectacular que me chupaba la polla.

Una preciosidad de larga melena negro azabache y con unos ojos igualmente negros. Alta, con unas largas piernas que terminaban en un culo redondo, duro y perfecto. Su vientre plano y cuidado contrastaba con sus tetas. Grandes no era la palabra, enormes y a su vez duras y en su sitio. Está claro que sus 22 años ayudaban a eso. Realmente era como estar con una de esas exuberantes mujeres de los cómics manga pero sin los rasgos asiáticos. En fin, una diosa que aún no sabía bien como coño metido en piso.

Estaba realmente excitado pero era la primera vez y tampoco quería estropearlo. No me quería pasar demasiado en mis peticiones. No podía dejar que mi mente perversa me arruinara la cita. Tendría paciencia para conocer los límites reales de la chica y saber hasta donde podría llegar con ella pero con aquellas tetas no haberlo hecho sería un pecado que no podría perdonarme en la vida.

• Supongo que todos te lo piden pero no puedo dejar de pensar en mi polla entre esas preciosas tetas. Me encantaría que me pajeases con ellas.

• Pues la verdad es que es la primera vez.

Si existe un cielo tenía que ser aquello. Ver como mi rabo prácticamente desaparecía entre ese par de tetas era, sin duda, lo más excitante del mundo.

• Eso es cariño, apriétalas, júntalas con las manos. Lame mi capullo al mismo tiempo. Lo estás haciendo realmente bien.

• Si?. Te gusta ver como se mueven mis tetas a lo largo de tu polla?

• Me encanta. Son increíbles. Eres increíble

Mis comentarios hicieron que se esforzara y soltara más. Alternaba la mamada con la cubana, me pajeaba. Estaba sacando lo mejor de su repertorio para darme placer y me tenía a punto del orgasmo.
Decidí detenerla para no correrme y le dije que se sentara en sillón con las piernas bien abiertas. Quería comerle el coño. Quería ponerla tan caliente como me fuera posible. Empecé a lamer sus muslos y a darle pequeños lengüetazas en el clítoris. A pasarle los dedos por su agujero y a metérselos despacio. Introduje también mi lengua lo más adentro de su coño que pude, le daba pequeños mordiscos en el clítoris, lo succionaba, lamía y ella gemía y suspiraba de una manera hipnotizante. Acariciaba mi pelo mientras yo le daba placer.

• Me encanta como me lo comes. Así vas a hacer que me corra, por favor quiero que me la metas. Méteme la polla, fóllame, no aguanto más

• Aún no, quiero que hagas algo más para mí. Quiero que te toques. Que te masturbes como yo te diga.

• No, por favor, fóllame, estoy muy cachonda, vamos no quieres follarme?. Además me da vergüenza hacerlo.

• Claro que quiero pero antes haz lo que te digo. Déjame observarte mientras lo haces. Olvídate de la vergüenza. Te aseguro que después te voy a follar como nunca antes lo hicieron

Resignada empezó a tocarse el clítoris mientras yo me sentaba en el sillón de enfrente y observaba la escena. Ni que decir tiene que mi polla estaba a punto de reventar pero el espectáculo merecía la pena

• Quiero que te metas los dedos, que los empapes con tus jugos y que te los metas en la boca

No sabía si me estaría pasando con ella pero estaba desatado y ahora ya era tarde para dar marcha atrás. Tenía una corazonada. Estaba claro que para tener el sexo convencional que llevaba practicando toda su vida no habría aceptado entrar en el piso de su vecino 13 años mayor que ella. Estaba seguro de que buscaba algo más morboso o retorcido y esa era la razón por la que estaba allí.

• Te gusta el sabor, seguro que no es la primera vez que lo haces?

• Si no está mal. Supongo que cuando empecé a tocarme, por curiosidad, alguna vez. Tampoco está mal tocarme para ti. Es extraño pero excitante aunque ya sabes lo quiero verdad

• Si lo se. Ya falta poco. Ahora acaríciate las tetas. Eso es, pellízcate los pezones. Me encanta como lo haces. Ahora quiero que con las dos manos te cojas una teta y te lleves el pezón a la boca. Lámelo, muérdetelo. Ahora el otro

• Así, lo hago bien. Es esto lo que querías ver?. A tu vecinita siendo obediente?. Dime?. Era esto?

Se estaba metiendo en papel. Se le veía aún más excitada. Estaba claro que el juego le gustaba y yo cada vez creía más en mi corazonada

• Si. Es exactamente lo que quería. Una niña obediente

• Pues ahora quiero tu polla o de lo contrario voy a ser muy mala y ya no pienso hacer lo que me pidas

• Y si te la meto, vas a ser buena?.
• Si, la más buena que se abrió de piernas para ti

Diciendo esto se tumbó en el sofá. Me levanté y me acerque a ella. Me puse encima y acerqué mi rabo a la entrada de su coño

• Fóllame, por favor

Se la metí de golpe. Estaba tan mojada que entró perfectamente pero aún así dio un pequeño grito. Repetí la operación un par de veces más antes de follármela como si fuese la última vez que lo haría. Al instante empezó a gemir de la manera más sensual que había visto en mi vida. A los dos o tres minutos de empezar se corrió de una manera escandalosa. Seguramente la excitación del momento y el hecho de haberse masturbarse un buen rato precipitaron su orgasmo. Yo me detuve. Seguía con mi polla dentro pero moviéndola mucho más despacio. Le estaba dejando disfrutar el momento y al mismo tiempo recuperar un poco de aliento.

• Lo siento, perdona no pude aguantar más. Te dije que estaba muy cachonda y necesitaba correrme

Me encantaba ver como intentaba disculparse. Como si sintiese que fuera necesario. Como creyendo que no había estado a la altura.

• No te preocupes, no pasa nada, es normal, os pasa a todas.

Bromee para hacerla sentir algo mejor.

• Quieres que pare. Lo dejamos

• No, por nada del mundo se te ocurra sacármela. Fue el orgasmo más intenso de mi vida pero te garantizo que estoy prepara para el segundo. Quiero que vuelvas a hacerlo. Quiero que me des más caña. Quiero correrme contigo esta vez.

• Está bien. Date la vuela, ponte a cuatro patas. Quiero follarte así zorra

Pensé que la acababa de cagar. No pensé en como reaccionaría después de llamarle zorra. Me había salido sin pensarlo, mi lado mas guarro estaba aflorando y una vez más mis sospechas de que estaba en lo cierto con ella se confirmaron

• Acaso no es lo que llevas haciendo todo este rato, follarme como una zorra?. Pensé que no me lo ibas a llamar nunca

• Si supongo que así es. Como ya veo que te gusta ponte a cuatro patas entonces y déjame disfrutar de la vista de ese espectacular culo de zorra que tienes mientras te follo para llenarte el coño de leche

El polvo fue más brutal que el de antes. Me la follé con tanta fuerza que casi no me conocía a mi mismo. Le agarraba las tetas desde atrás. Le pellizcaba los pezones. La cogí por el pelo tirando de ella hacia mí mientras metía mis dedos en su boca para que los chupara. Le llamaba zorra, guarra, lo que me salía en cada momento y ella jadeaba y decía que era todo lo que yo le llamaba. Decía que era mi zorra, mi guarra, mi puta, así hasta que ya no pudimos más y estallamos en un increíble orgasmo. Como ella quería, los dos a la vez. Le llené el coño de leche, tanta que le bajaba por los muslos mezclada con su propia corrida. Estaba tan descontrolado que decidí pedirle una cosa más aunque ahora estaba seguro de que no diría que no.

• Joder, increíble. Dios que polvo. Tenías razón me follaste como nunca en lo habían hecho antes. Te aseguro que cuando quieras repetirlo sólo tienes que pedírmelo.

• Desde luego que fue un gran polvo. Hacía mucho que no disfrutaba tanto. Te lo aseguro pero quiero pedirte una última cosa

• Claro, lo que sea. Supongo que a estas alturas ya estarás convencido de que quiero ser tu niña obediente

• Si, ahora lo tengo más claro.
Quiero que te tumbes boca arriba en el sofá, te abras bien de piernas y que con la mano recojas nuestra corrida de tus muslos y tu coño y te la llevas a la boca

• Pero que guarro eres. Tenía la impresión de que lo eras pero pensé que la primera vez serías, como decirlo, un poco más convencional.

• Te garantizo que esa era mi intención, no sabía como reaccionarías y no quería estropearlo. No por lo menos hoy. Pero llega un punto en el que me cuesta controlar mis instintos. De todas formas te aseguro que no es nada comparado con lo que puedo hacerte o pedirte. Puedo llegar a ser muy perverso. Todo depende de hasta donde estés tú dispuesta a llegar. Por lo general todas se terminan marchando. Siempre hay un límite que no están dispuestas a superar. Unas antes y otras más tarde pero todas terminan encontrándolo.

Entonces empezó a hacer lo que le había pedido. Recogió de sus muslos mi leche mezclada con sus jugos y se llevó los dedos a la boca. Se metió dos dedos en el coño para sacar lo que tenía dentro hizo lo mismo. Todo sin dejar de mirarme con cara de guarra.

• Estoy aquí y como te dije antes voy a ser tu vecinita obediente, sumisa o lo que me pidas. No se cual es mi límite y desde luego no se cual es el tuyo pero me encantaría descubrirlo. Quiero dejarme llevar, experimentar. En una palabra, quiero ser tu puta.

• No sabes como me alegro de oír eso porque es exactamente lo que busco. No quiero una novia ni las gilipolleces que eso conlleva. No quiero malos rollos, sólo que los dos disfrutemos del sexo sin ataduras.

• Te garantizo, por mi parte, que así será.
Después de lo que acabas de decirme me da un poco de corte pedirte esto pero es tarde y no me apetece vestirme y bajar a casa y pensaba si no te importaría si hoy me quedo a dormir?

• Claro que no. Puedes quedarte, me encantaría que lo hicieras

Como era sábado ya tenía pensado pedirle que lo hiciera pero que fuese ella me gustó más. Se metió en el baño para asearse un poco y mi mente empezó a fantasear con lo que le haría al día siguiente. Desde luego decidí que no iba a cortarme un pelo con ella. Si lo que quería era caña había venido al lugar indicado.

Por la mañana, a eso de las 13:30 nos despertamos. Ella estaba claro que quería que me la follase pero decidí ser un poco cabrón y le dije que no, que tenía preparada su primera sorpresa. No le hizo mucha gracia pero se resignó. Nos levantamos y nos duchamos juntos. Me costó más de lo esperado no tirármela en la ducha. Ella no paraba de tocarme la polla, de pasar sus manos por todo mi cuerpo, incluso se agachó para hacerme una mamada pero la levanté recordándole su sorpresa. Yo también le toqué todo su cuerpo, la enjaboné de arriba abajo, recreándome en sus tetas, su culo y su coño. La quería totalmente caliente para lo que tenía pensado hacerle. Salimos de la ducha y le dije que en mi casa iría desnuda o como mucho podía llevar puesto el tanga mientras yo no le diese permiso para ponerse más ropa. Le encantó la idea

Le preparé la comida y al terminar vimos una peli en salón como una pareja. Le había dicho que eso era lo último que quería pero desde luego en aquel momento eso era lo que parecíamos.

• Bueno después de este bodrio creo que llegó el momento de jugar un poco. Te apetece?

• Por fin. Creí que nunca me lo ibas a pedir. Llevo todo el día empapada.

Me marche al dormitorio a buscar un par de cosillas que necesitaba y volví con ella

• Y eso?

Preguntó curiosa

• Es parte del juego. Te lo voy a explicar. Esto está claro que es un bote de lubricante y esto otro es un vibrador que tiene una particularidad. Como puedes ver es muy fino pero al ir apretando esta parte de aquí su tamaño va en aumento hasta llegar a ponerse así de grande


• Joder. Pero como puede dar tanto de si?. Supongo que se por donde me lo vas a meter pero no pretenderás inflarlo de todo?

• Eso depende ti. La regla es muy sencilla. Me vas a chupar la polla como lo hiciste ayer, de rodillas en el suelo y yo sentado en sillón. Efectivamente te lo voy a meter por el culo y lo voy a hacer crecer poco a poco dentro de ti. Si cuando te lo diga te metes toda mi polla en la boca reduciré su tamaño pero si no lo consigues se seguirá agrandando. Supongo que no tienes dudas?

• Pero no voy a ser capaz. La tienes demasiado grande para que pueda metérmela entera.

• Te avisé de que podía ser muy retorcido. Tienes dos opciones: jugar o marcharte y no volver. Tú decides pero si te quedas nunca más vas a cuestionar lo que quiera hacerte.

• Está bien, perdona. Juguemos entonces


Antes de empezar con el juego la coloqué a cuatro patas sobre el sofá para lubricarle bien el culo y meter el vibrador. No fue difícil ya que realmente sin aire su tamaño no era excesivo y desde luego no era virgen por ahí tampoco. Luego me senté y ella se arrodilló entre mis piernas. En mi mano derecha tenía la bola para darle aire.
Empezó la mamada, le di un par de minutos para que se relajara y se centrara el lo que hacía y no en lo que tenía dentro del culo. Al cabo de ese tiempo empecé a hacer crecer aquel intruso en su interior, lentamente. Le pedí que se la metiera toda y no fue capaz con lo que el juguete se hacía más y más grande. Un par de veces más y tampoco. Me imagina como tenía que estar ya de inflado y por lo tanto de abierto su culo pero ella seguía con lo suyo. Sus ojos llorosos le daban un aspecto único. Una vez más y haciendo un gran esfuerzo lo consiguió. Un gran respiro para su agujerito. Seguimos durante un rato, a veces era capaz pero otras no con lo que el consolador iba creciendo y disminuyendo dentro de su culo. Cada vez se le motaba que estaba más excitada. Que aquello le gustaba demasiado. Estaba empezando a controlarlo y solo se la metía entera cuando era demasiada “polla” para ella hasta que hizo lo que menos me esperaba. Se sacó la polla de la boca y con las dos manos cogió la bola y empezó a apretarla ella misma

• Así cabrón, párteme el culo, joder me corro, si me corro hijo de puta dame más

Estaba totalmente fuera si. Su orgasmo estaba siendo tan intenso que no era capaz de controlarse. Esa fue la primera vez que vi a tía correrse expulsando líquido como si se estuviese meando. Mi suelo estaba hecho una mierda, jajajjajaa

Cuando terminó se sentó encima de mí y empezó a comerme la boca como una perra en celo. Se volvió a colocar en la misma postura y me dijo.

• No me lo puedo creer, bestial, alucinante, nunca pensé que pudiese correrme así. Dame por el culo, por favor, méteme la polla, quiero que me lo folles. Vamos fóllate a tu zorra por el culo

Me levanté y me coloqué detrás de ella , se separó las nalgas con las dos manos y de un solo golpe se la metía hasta los huevos. Así varias veces. Se la sacaba toda y se la metía de un golpe. Le agarré su larga melena mientras le llamaba puta y le decía que sabía que le iba a gustar. Le decía de todo y ella asentía, seguía muy cachonda. Tiraba de su pelo para traerla hacia mí y sus enormes tetas se movían violentamente al ritmo de la follada hasta que ya no aguanté más y me corrí dentro su culo. Sin duda el juego había salido mucho mejor de lo que yo me esperaba.

• Guau chica, la verdad que no me esperaba tu reacción y mucho menos esa forma de correrte. Supongo que no hace falta preguntar si te gustó, jajajaja

• No se que decir, es la primera vez en mi vida que me pasa. Pero si está todo el suelo empapado. Nunca pensé que yo fuese capaz de tener un orgasmo así de intenso. De verdad, gracias. Casi haces que me corra otra vez contigo. No me lo puedo creer. Después de tanto placer.

• Que me dices, eso no puede quedar así. No permitiré que te quedes a medias. Tendré que hacer algo para remediarlo, algo un poco más fuerte.

• Eres un guarro, lo sabías?. A saber en que estás pensando

• Si, lo sabía. Ya te lo dije ayer. Ahora ven conmigo para descubrirlo.

Aquello iba a ser la prueba de fuego. Si lo hacía sería la guinda del pastel. El fin de semana perfecto y todo con una mujer que parecía sacada de un catálogo.

La llevé al baño y le indiqué que se arrodillara en la ducha. Ya no había marcha atrás

• Vas a masturbarte hasta que te corras. Quiero que hagas lo que te mandé hacer ayer. Supongo que te haces una idea de porqué en la ducha.

• Si, creo que se lo que viene ahora y quiero que sepas que esta era una de mis fantasías mas perversas.

• Vaya, no dejas de sorprenderme.

Empezó a tocarse el coño. Me miraba a los ojos mientra lo hacía. Yo, de pie, frente a ella empecé a mearle por encima. Ella abrió la boca, se tragaba mis chorros y se ponía cada vez más cachonda. Le metía y sacaba mi polla y cuando su boca se llenaba, le caía por las tetas y se las cogía con ambas manos para chuparse los pezones. Se pasaba las manos por la cara y volvía a su clítoris. Me vacié por completo sobre su cara y sus tetas y ella consiguió de esa forma su segundo orgasmo de la tarde.

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